Ana Caro de Mallén
Ana Caro Mallén de Soto (¿Sevilla?, 1590 - 1650), dramaturga española del Siglo de Oro.
Se discute sobre si nació en Sevilla o en Granada, ya que al parecer fue hermana de Don Juan Caro Mallén de Soto, nacido en Granada, que fue caballerizo mayor de Doña Elvira Ponce de León. Existen muy pocos datos sobre esta escritora, a la que en un principio se supone sevillana y familiar del poeta y erudito Rodrigo Caro. Se tiene constancia de su actividad poética desde 1628, cuando participó con una Relación en las fiestas ofrecidas por Sevilla a los mártires del Japón. Ya en Madrid, en 1637, escribió el poema laudatorio Contexto de las reales fiestas madrileñas del Buen Retiro. Fue muy amiga de la famosa novelista María de Zayas y fue reconocida por sus colegas masculinos, entre ellos Juan de Matos Fragoso o Luis Vélez de Guevara, quien la menciona en su El diablo cojuelo con el apelativo de "décima musa sevillana". Alcanzó el favor y la protección del Conde Duque de Olivares y del cabildo sevillano. Al parecer cobró por algunas obras, por lo que se la considera una de las primeras escritoras profesionales.
Asistió a la Academia Literaria del Conde de la Torre y escribió sobre todo poemas extensos sobre eventos, celebraciones y fiestas públicas, como por ejemplo Romance por la victoria de Tetuán (1633). Su familiar Rodrigo Caro escribió en Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla que ganó numerosos certámenes poéticos o justas literarias y, desde luego, fue muy celebrada en su tiempo.
Obra
Se han conservado de ella dos comedias: El conde Partinuplés, publicada en 1653, y Valor, agravio y mujer. También una Loa sacramental en la que juega con las distintas jergas que se podían escuchar en la ciudad. Parece ser que asumió ser la encargada de escribir los autos sacramentales para las fiestas del Corpus de Sevilla entre 1641 y 1645, pero sólo se han conservado los títulos: La cuesta de la Castilleja, La puerta de la Macarena y Coloquio entre dos.
Según lo conservado de su teatro, es una hábil constructora de enredos y crea personajes femeninos de gran fuerza. El conde Partinuplés es una comedia caballeresca sobre las leyendas artúricas y carolingias, entreverada de historias mitológicas; destaca el papel de la maquinaria escénica para una comedia llena de encantamientos, lances y torneos, guerras etcétera. Valor, agravio y mujer es una comedia de enredo de ambiente palatino que desarrolla, invirtiéndolo, el mito de Don Juan, con alusiones a El burlador de Sevilla. Está construida sobre el tópico de la mujer vestida de hombre y maneja los convencionalismos con habilidad.
Bibliografía
Javier Huerta, Emilio Peral, Héctor Urzaiz, Teatro español de la A a la Z. Madrid: Espasa, 2005.
Yo, ¿soy quién soy?
Engañaste si imaginas,
Ribete, que soy mujer;
Mi agravio mudó mi ser
Mas es mujer; ¿qué no hará?
Que la más compuesta tiene
Mil pelos de Satanás
Valor, agravio y mujer
Ana Caro Mallén de Soto
Hablan en ella las personas siguientes:
Don Fernando de Ribera
Doña Leonor, su hermana
Ribete, lacayo gracioso
Don Juan de Córdoba
Tomillo, su criado
Estela, condesa
Lisarda, su prima
Ludovico, Príncipe de Pinoy
Flora, criada
Fineo, criado
Tibaldo, bandolero
Rufino, bandolero
Astolfo, bandolero
Gente, incluyendo a Godofre, capitán de la guarda
JORNADA PRIMERA
Han de estar a los dos lados del tablado escalerillas vestidas de murta, a manera de riscos, que lleguen a lo alto del vestuario. Por la una de ellas bajen Estela y Lisarda, vestidas de cazadoras, con venablos. Fingiránse truenos y torbellino al bajar.
Lisarda: Por aquí, gallarda Estela,
de ese inaccesible monte,
de ese gigante soberbio
que a las estrellas se opone,
podrás bajar a este valle
en tanto que los rigores
del cielo, menos severos
y más piadosos, deponen
negro encapotado ceño.
Sígueme, prima. Versificación: Romance (o-e)
3-4 monte ... soberbio: el monte es como un gigante orgulloso
8-9 deponen... ceño: muestran su rostro ceñudo, amenazador
Estela: .........................¿Por dónde?........................10
¡Qué soy de hielo! ¡Mal hayan,
mil veces, mis ambiciones!
Van bajando poco a poco y hablando.
¡Y el corzo que dió, ligero,
ocasión a que malogren
sus altiveces, mi brío,
mi orgullo bizarro, el golpe
felizmente ejecutado!
Pues, sus pisadas veloces
persuadieron mis alientos
y repiten mis temores....................................20
¡Válgame el cielo! ¿No miras
cómo el cristalino móvil
de su asiento desencaja
las columnas de sus orbes?
Y, ¿cómo turbado el cielo,
entre asombros y entre horrores,
segunda vez representa
principios de Faetonte?
¿Cómo, temblando sus ejes,
se altera y se descompone.............................30
la paz de los elementos,
que airados y desconformes
granizan, ruidosos truenos
fulminan, prestos vapores
congelados en la esfera
ya rayos, ya exhalaciones?
¿No ves cómo, airado Eolo,
la intrépida cárcel rompe
al Noto y Boreas, porque,
desatadas sus prisiones,................................40
estremeciendo la tierra
en lo cóncavo rimbomben
de sus maternas entrañas
con prodigiosos temblores?
¿No ves vestidos de luto
los azules pabellones,
y que las preñadas nubes,
caliginosos ardores
que engendraron la violencia,
hace que rayos se aborten?..........................50
Todo está brotando miedos,
todo penas y rigores,
todo pesar, todo asombro,
todo sustos y aflicciones.
No se termina el celaje
en el opuesto horizonte.
¿Qué hemos de hacer?
Lisarda: ...................................No te aflijas.
Estela: Estatua de piedra inmóvil
me ha hecho el temor, Lisarda.
¡Que así me entrase en el bosque!...............60
Acaban de bajar.
Lisarda: A la inclemencia del tiempo,
debajo de aquestos robles,
nos negaremos, Estela,
en tanto que nos socorre
el cielo, que ya descubre
al occidente arreboles. 63 nos negaremos: nos esconderemos
Desvíanse a un lado, y salen Tibaldo, Rufino y Astolfo, bandoleros.
Tibaldo: ¡Buenos bandidos, por Dios!
De más tenemos el nombre,
pues el ocio o la desgracia
nos está dando lecciones..............................70
de doncellas de labor,
Bien se ejerce de Mavorte
la bélica disciplina
en nuestras ejecuciones.
¡Bravo orgullo! 72 Mavorte: Marte, dios de la guerra
Rufino: .........................Sin razón
nos culpas. Las ocasiones
faltan, los ánimos, no.
Tibaldo: Buscarlas porque se logren.
Astolfo: ¡Por Dios, que si no me engaño
no es mala la que nos pone..........................80
en las manos la ventura!
Tibaldo: ¡Quiera el cielo que se goce!
Astolfo: Dos mujeres son, bizarras,
y hablando están. ¿No las oyes?
Tibaldo: Acerquémonos corteses.
Estela: Lisarda, ¿no ves tres hombres?
Lisarda: Sí, hacia nosotras vienen.
Estela: ¡Gracias al cielo! Señores,
¿está muy lejos de aquí
la quinta de Enrique, el Conde....................90
de Belfor?
Tibaldo: ...............Bien cerca está.
Estela: ¿Queréis decirnos por dónde?
Tibaldo: Vamos. Venid con nosotros.
Estela: Vuestra cortesía es norte
que nos guía. 94 norte: imán
Rufino: .................... (Aparte.) (Antes de mucho,
con más miedos, más temores,
zozobrará nuestra calma.)
Juan: ¡Qué notables confusiones!
¡Qué impensado terremoto!
¡Qué tempestad tan disforme!......................100
Perdí el camino, en efecto.
Y ¿será dicha que tope
quién me le enseñe? Tal es
la soledad de estos montes...
Vaya bajando.
Ata esas mulas, Tomillo,
a un árbol, y mientras comen
baja a este llano.
Tomillo arriba, sin bajar.
Tomillo: .........................¿Qué llano?
Un tigre, un rinoceronte,
un cocodrilo, un caimán,
un Polifemo cíclope,......................................110
un ánima condenada
y un diablo, —Dios me perdone—
te ha de llevar.
Va bajándose Tomillo
Tomillo: Sobre que es fuerza que pagues
sacrilegio tan enorme
como fue dejar a un ángel.
Juan: ¿Hay disparates mayores? 118 disparates: tonterías
Tomillo: Pues, ¿qué puede sucedernos
bien, cuando tú...
Juan: ............................No me enojes.....................120
Deja esas locuras.
Tomillo: ............................¡Bueno!
¡Locuras y sinrazones
son las verdades!
Juan: ...........................¡Escucha!
Mal articuladas voces
oigo.
Tomillo: ........Algún sátiro o fauno.
Salen los bandoleros con las damas, y para atarles las manos ponen en el suelo las pistolas y gabanes, y estáse don Juan retirado.
Tibaldo: Perdonen o no perdonen.
Lisarda: Pues, bárbaros, ¿qué intentáis?
Astolfo: No es nada, no se alboroten;
que será peor.
Tomillo: .......................Acaban
de bajar.
Juan: .............¡Escucha, oye!.................................130
Tomillo: ¿Que he de oír? ¿Hay algún paso
de comedia, encanto, bosque
o aventura en que seamos
yo Sancho, tú don Quijote
porque busquemos la venta,
los palos y Maritornes?
Juan: Paso es, y no poco estrecho,
adonde es fuerza que apoye
sus osadías mi orgullo.
Tomillo: Mira, señor, no te arrojes...............................140
Tibaldo: Idles quitando las joyas.
Estela: Tomad las joyas, traidores,
y dejadnos. ¡Ay, Lisarda!
Juan: ¿No ves, Tomillo, dos soles
padeciendo injusto eclipse?
¿No miras sus resplandores
turbados, y que a su lumbre
bárbaramente se opone?
Tomillo: Querrás decir que la tierra.
No son sino salteadores.................................150
que quizá si nos descubren
nos cenarán esta noche
—sin dejarnos confesar—
en picadillo o gigote.
Juan: Yo he de cumplir con quien soy.
Lisarda: ¡Matadnos, ingratos hombres!
Rufino: No aspiramos a eso, reina.
Estela: ¿Cómo su piedad esconde
el cielo?
Póneseles don Juan delante con la espada desnuda. Tomillo coge en tanto los gabanes y pistolas y se entra entre los ramos, y ellos se turban.
Juan: .............Pues, ¿a qué aspiran?
¿A experimentar rigores................................160
de mi brazo y de mi espada?
Estela: ¡Oh, qué irresistibles golpes!
Juan: ¡Villanos viles, cobardes!
Tomillo: Aunque pese a mis temores,
les he de quitar las armas
para que el riesgo se estorbe;
que de ayuda servirá.
Tibaldo: ¡Dispara, Rufino!
Rufino: ............................¿Dónde
están las pistolas?
Astolfo: No hay que esperar.
Tibaldo: ..............................¡Huye, Astolfo!
Que éste es demonio, no es hombre.
Rufino: ¡Huye, Tibaldo!
Vanse, y don Juan tras ellos.
Tomillo: .........................¡Pardiez,
que los lleva a lindo trote
el tal mi amo, y les da
lindamente a trochemoche
cintarazo como tierra,
porque por fuerza la tomen!
¡Eso sí! ¡Plégate Cristo!
¡Qué bien corrido galope!..............................180
Estela: ¡Ay, Lisarda!
Lisarda: ....................Estela mía,
ánimo, que bien disponen
nuestro remedio los cielos.
Sale don Fernando de Ribera, GODOFRE, capitán de la guarda, y gente.
Fernando: ¡Que no parezcan, Godofre!
¿Qué selva encantada, o qué
laberinto las esconde?
Mas, ¿qué es esto?
Estela: ¡Ay, don Fernando!
Rendidas a la desorden
de la suerte...
Fernando: ....................¿Qué fue? ¿Cómo?.....................190
Lisarda: Unos bandidos enormes
nos han puesto...
Fernando: ...........................¿Hay tal desdicha?
Desátelas.
Lisarda: Mas un caballero noble
nos libró.
Sale don Juan.
Juan: ...............Ahora verán
los bárbaros que se oponen
a la beldad de esos cielos,
sin venerar los candores
de vuestras manos, el justo
castigo.
Fernando: ............¡Muera!
Empuña la espada.
Estela: .........................No borres
con ingratitud, Fernando,..............................200
mis tristes obligaciones.
Vida y honor le debemos.
Fernando: Dejad que a esos pies me postre,
y perdonad mi ignorancia.
Tomillo: Y ¿será razón que monde
nísperos Tomillo, en tanto?
Estos testigos —conformes
o contestes— ¿no declaran
mis alentados valores? 205 mondar: quitar la cáscara
206 níspero: fruto comestible, zapote
Fernando: Yo te premiaré.
Fernando le da a Tomillo una bolsa.
Juan: .........................Anda, necio..........................210
Guárdeos Dios, porque se abone
en vuestro valor mi celo.
Estela: Decid vuestra patria y nombre,
caballero, si no hay
causa alguno que lo estorbe.
Sepa yo a quién debo tanto,
porque agradecida logre
mi obligación en serviros,
deseos por galardones.
Fernando: Lo mismo os pido, y si acaso........................220
de Bruselas en la corte
se ofrece en qué os sirva, si
no porque se reconoce
obligada la Condesa,
sino por inclinaciones
naturales de mi estrella,
venid, que cuanto os importe
tendréis en mi voluntad.
Fernando le da a Tomillo la cadena.
Tomillo: Mas que doscientos Nestores
vivas. ¡Qué buen mocetón!
Lisarda: Tan justas obligaciones
como os tenemos las dos,
más dilatará el informe
que juntos os suplicamos.
Juan: Con el efecto responde
mi obediencia agradecida.
Fernando: (Aparte.) (¡Qué galán! ¡Qué gentilhombre!)
Juan: Nací en la ciudad famosa
que la antigüedad celebra
por madre de los ingenios,..........................240
por origen de las letras,
esplandor de los estudios,
claro archivo de la ciencia,
epílogo del valor
y centro de la nobleza,
la que en dos felices partos
dio al mundo a Lucano y Séneca,
éste filósofo estoico,
aquél insigne poeta.
Otro Séneca y Aneo...................................250
Galïón, aquél enseña
moralidad virtüosa
en memorables tragedias
y éste oraciones ilustres;
sin otros muchos que deja
mi justo afecto, y entre ellos
el famoso Juan de Mena,
en castellana poesía;
como en la difícil ciencia
de matemática, raro.....................................260
escudriñador de estrellas
aquel Marqués generoso,
don Enrique de Villena
cuyos sucesos admiran,
si bien tanto se adulteran
en los vicios que hace el tiempo;
Rufo y Marcial, aunque queda
el último en opiniones.
Mas porque de una vez sepas
cuál es mi patria, nació................................270
don Luis de Góngora en ella,
raro prodigio del orbe
que la castellana lengua
enriqueció con su ingenio
frasis, dulzura, agudeza.
En Córdoba nací, al fin,
cuyos muros hermosea
el Betis, y desatado
tal vez en cristal, los besa
por verle antiguo edificio.............................280
de la romana soberbia
en quien ostentó Marcelo
de su poder la grandeza.
Heredé la noble sangre
de los Córdobas en ella,
nombre famoso que ilustra
de España alguna Excelencia.
Gasté en Madrid de mis años
floreciente primavera
en las lisonjas que acaban............................290
cuando el escarmiento empieza.
Dejéla porque es la envidia
hidra que no se sujeta
a muerte, pues de un principio
saca infinitas cabezas.
Por sucesos amorosos
que no importan, me destierran,
y junto poder y amor
mil favores atropellan.
Volví, en efecto, a la patria,........................300
adonde triste y violenta
se hallaba la voluntad,
hecha a mayores grandezas,
y por divertir el gusto,
—si hay alivio que divierta
el forzoso sentimiento
de una fortuna deshecha—
a Sevilla vine, donde
de mis deudos la nobleza
desahogo solicita.........................................310
en su agrado a mis tristezas.
Divertíme en su hermosura,
en su alcázar, en sus huertas,
en su grandeza, en su río,
en su lonja, en su alameda,
en su iglesia mayor, que es
la maravilla primera
y la octava de las siete,
por más insigne y más bella
en su riqueza, y al fin...................................320
Sale el príncipe Ludovico: y gente.
Ludovico: Don Fernando de Ribera,
¿decís que está aquí? ¡Oh, amigo!
Fernando: ¿Qué hay, Príncipe?
Ludovico: ................................Que su alteza
a mí, a Fisberto, a Lucindo
y al duque Liseno, ordena
por diferentes parajes
que sin Lisarda y Estela
no volvamos; y pues ya
libres de las inclemencias
del tiempo con nos están,.............................330
vuelvan presto a su presencia,
que al repecho de ese valle
con una carroza esperan
caballeros y crïados. 332 repecho: cuesta corta y empinada
Estela: Vamos, pues; haced que venga
ese hidalgo con nosotros.
Fernando: Bueno es que tú me la adviertas.
Estela: (Aparte.) (¡Que no acabase su historia.)
Fernando: Con el Príncipe, Condesa,
os adelantad al coche,..................................340
que ya os seguimos.
Estela: ................................Con pena
voy, por no saber, Lisarda,
lo que del suceso queda.
Lisarda: Después lo sabrás.
Vanse las mujeres con el príncipe Ludovico, Tomillo y la gente.
Fernando: ..............................Amigo,
alguna fuerza secreta
de inclinación natural,
de simpatía de estrellas,
me obliga a quereros bien.
Venid conmigo a Bruselas.
Juan: Por vos he de ser dichoso............................350
Fernando: Mientras a la quinta llegan
y los seguimos a espacio,
proseguid. —¡Por vida vuestra!—
¿Qué es lo que os trae a Flandes?
¿Y por qué aquí no te quedas?
Juan: (Aparte.) (Dicha tuve en que viniese
el Príncipe por Estela
porque a su belleza el alma
ha rendido las potencias
y podrá ser que me importe.........................360
que mi suceso no sepa.)
Digo, pues, que divertido
y admirado en las grandezas
de Sevilla estaba, cuando
un martes, en una iglesia,
día de la Cruz de Mayo,
que tanto en mis hombros pesa,
vi una mujer, don Fernando,
y en ella tanta belleza,
que usurpó su gallardía................................370
los aplausos de la fiesta.
No os pinto su hermosura
por no eslabonar cadenas
a los yerros de mi amor;
pero con aborrecerla,
si dijere que es un ángel,
no hayas miedo que encarezca
lo más de su perfección.
Vila, en efecto, y améla.
Supe su casa, su estado,...............................380
partes, calidad, hacienda,
y, satisfecho de todo,
persuadí sus enterezas,
solicité sus descuidos,
facilité mis promesas.
Favoreció mis deseos
de suerte que una tercera
fue testigo de mis dichas,
si hay dichas en la violencia.
Dila palabra de esposo.................................390
No es menester que advierta
lo demás. Discreto sois.
Yo muy ciego, ella muy tierna,
y con ser bella en extremo
y con extremo discreta,
—afable para los gustos,
para los disgustos cuerda—
contra mi propio disinio,
cuanto los disinios yerran,
obligaciones tan justas,................................400
tan bien conocidas deudas,
o su estrella o su desdicha
desconocen o chancelan.
Cansado y arrepentido
la dejé, y seguí la fuerza,
si de mi fortuna no,
de mis mudables estrellas.
Sin despedirme ni hablarla,
con resolución grosera,
pasé a Lisboa, corrido..................................410
de la mudable inflüencia
que me obligó a despreciarla.
Vi a Francia y a Ingalaterra,
y al fin llegué a estos países
y a su corte de Bruselas
donde halla centro el alma
porque otra vez considera
las grandezas de Madrid.
Asiento tienen las treguas
de las guerras con Holanda,........................420
causa de que yo no pueda
ejercitarme en las armas;
mas pues ya vuestra nobleza
me ampara, en tanto que a Flandes
algún socorro me llega,
favoreced mis intentos,
—pues podéis con Sus Altezas—
porque ocupado en palacio
algún tiempo me entretenga.
Don Juan de Córdoba soy,..........................430
andaluz; vos sois Ribera,
noble y andaluz también.
En esta ocasión, en ésta,
es bien que el ánimo luzca,
es bien que el valor se vea
de los andaluces pechos,
de la española nobleza.
Éste es mi suceso. Agora,
como de una patria mesma
y como quien sois, honradme,.....................440
pues ya es obligación vuestra.
Fernando: Huélgome de conoceros,
señor don Juan, y quisiera
que a mi afecto se igualara
el posible de mis fuerzas.
A vuestro heroico valor
por alguna oculta fuerza
estoy inclinado tanto
que he de hacer que Su Alteza,
como suya, satisfaga....................................450
la obligación en que Estela
y todos por ella estamos,
y en tanto, de mi hacienda
y de mi casa os servid.
Vamos juntos donde os vea
la Infanta, para que os premie
y desempeña las deudas
de mi voluntad.
Juan: .........................No sé
—¡por Dios!— cómo os agradezca
tantos favores.
Fernando: .......................Venid....................................460
Sale Tomillo.
Tomillo: Señor, las mulas esperan.
Fernando: ¿Y la carroza?
Tomillo: ......................Ya está
pienso que en la cuarta esfera
por emular la de Apolo
compitiendo con las selvas.
leer completa
http://www.comedias.org/caro/valagr1a.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario