Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 11 de abril de 2013

1569.- ABU AL-HASAN AL-SHUSHTARI




Abu al-Hasan al-Shushtari

al-Shushtari, Abu-l-Hasan Ali b. Abd Allah al-Nuymari (ابو الحسن الششتري) Nacido en la aldea de Sustar, hoy Exfiliana, en las cercanías de Guadix, GRANADA  en el 610/1212 y muerto en Tina, Egipto, 668/1269, pero enterrado en Damieta, en el delta del Nilo. Este importante sufí andalusí vivió parte de su vida en su Al-Ándalus natal pero como otros emigró al oriente. Entre sus maestros se encuentran Ibn Suraka al-Shatibi, sucesor de Abu Madyan, e Ibn Sab῾īn. Aunque compuso algunas obras en prosa es sobre todo conocido por sus poemas, escritos en forma de cejeles o moaxajas, que han gozado hasta nuestros días de gran popularidad en el Magreb, no solo entre círculos sufíes, sino en la canción popular. Parte de ellas han sido estudiadas por F. Corriente en su Poesía estrófica (cejeles o muashahat) atribuida al místico granadino ash-shushtari, CSIC, Madrid, 1988.

Poemario (Diwan)

Sus poemas son cortos, llenos de ritmo, cargados de simbología amorosa. Por ejemplo:




Te has manifestado sin ocultarte a nadie
Pero Te has ocultado y a nadie te has mostrado.
Eres el Único, absolutamente Sólo.
Uno, no hay otro que Te reconozca.







Soy una maravilla para quien me contempla
Soy el amante y el amado, no hay otro más que yo.







Un pobre anciano por las tierras de Meknes
en medio de los zocos canta:
¡Qué me importa la gente!
¡y qué le importo yo a la gente!







ya uhayla-l-hima laqad

Oh gentes de bario mi amor ardiente hacia vosotros ha crecido
Me pedís que reniegue de mi amor pero soy incapaz de reprimirlo
distinguid ente cuerpo y espíritu abandonad vuestros razonamientos
cuanto más me hacéis me eludís y me rechazáis
más aumenta mi amor por vosotros no puedo mas que resignarme
pues vuestra frialdad aumenta mi anhelo y vuestro desdén no puedo rehazar
excusad al que ama con ardor que desdeñado por su amado dice:
¡qué dura es la distancia y la separación! ¡Qué dulce el día del encuentro!
un deseo puro inflama mis costados cuando surge
aumenta mi inclinación por vosotros no puedo más que resignarme











!Excitadme... y echadme a mi desierto!
Y mentadme el Nombre
de quien resucita los restos mortales.







Antes de hoy estaba perplejo,
dando vueltas por los rincones del universo.

Tú aumentaste mi borrachera con exquisito vino, luego me hablaste como sabes
y yo comprendí tus palabras.

Y vi tu rostro celestial al quitarte el velo.

Después me convertiste en guardián de mi esencia
y fuiste tú el vigilante.

Eres mi vida y estás en mi esencia siempre presente.








Muéstrate respetuoso en el umbral del convento
y descálzate. Saluda a los monjes y haz alto allí.

Oh, Sa´d, dile al monje dentro del monasterio
¿Es aquello una linterna o una copa de vino?

Fíjate: ya aparece el sol del vino.

La penumbra ha vencido a la claridad del día.







“Yo tenía un amante.../ le dije: Visítame y obtendrás lo que quieras y más.../...¿Qué hizo?.../ Me cogió en su red...

me desnudó.../ desgarrándolo todo, .../ me pegó...

tomándome entre carne y sangre, / entre el nombre y lo nombrado, ...hasta mi cerradura más escondida...

Me dijo tirándome de las orejas: / Es fuerza ahora que me abras por tu bien esa cerradura.../ La abrí, me poseyó, y yo, después, lo poseí. / Recorrí y visité todo el Ser.

Allí estoy como un galápago en el camino,
sin rival, ni espía, ni sociedad.”



Trad. Emilio García Gómez





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