Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 28 de abril de 2011

358.- SARA TORO BALLESTEROS


Sara Toro Ballesteros. (Córdoba, 1984). Soy licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada. He participado en el pliego número 8 de la colección Venera promovida por la Casa del Ciprés así como en las antologías Radio Varsovia, Tod@s somos Frida y en las revistas Bar Sovia, Tres orillas y PDA y Juglar. Asimismo, he publicado con La bella Varsovia en Ropopompom y Como yo te amo. He sido premiada en el V Certamen de relato breve de la Universidad de Córdoba y finalista en el I certamen Alea Blanca del café Anaïs.




POEMAS

A mi enfermera y mis sopladores en Malta.

Plancton náufrago a la deriva
la epidermis de mi cuerpo seccionada;
costra fósil, sangre coagulada,
rioja tibio para las aguas vivas.

Las cicatrices que las olas me dejan
supuran como un recuerdo triste
y crónico al que la marea embiste
perforando hasta el eco de las quejas.

Un farol, te prendería en la noche
si fueses Leandro y, por fortuna,
sorteases anémonas y mar

para acallar con besos mis reproches
y aullidos licántropos a la Luna
y suave sobre las heridas soplar.







Para Gianni Sarti

Quiero hacer un zumo
con los limones que usas por ojos.
Te torturaré, si es preciso,
con los peores chistes de mi repertorio.
Si no funciona, te recordaré
que en dos semanas tú partes a Italia
para siempre.
Y si me quieres, aunque sea un poco…
recogeré el aljófar que destilas

mejilla

abajo

para servirme un combinado
con el amargor que me dejas.







El imbécil

Era una criatura detestable
en el plano moral, un ser abyecto,
una abominación lovecraftiana
Luis Alberto de Cuenca

Érase un príncipe batracio,
un convertidor de antiprincesas,
la bacteria en el cetáceo
que no logró digerir a Jonás.

Una complicada tesis doctoral,
una palatal en el sistema de la lengua,
el rey Midas de la decrepitud,
una fosa séptica hecha hombre...

Érase yo, la criatura infame
que lo acogió y amamantó en su lecho.







Un SMS de ánimo»

«No te preocupes,
nadie ha preguntado por ti».

De Sara Toro, Souvenir (La Bella Varsovia, 2009).








357.- ELENA ROMÁN


ELENA ROMÁN. Córdoba, 1970, aunque reside en Toledo, escribe relato y poesía desde que tiene uso de sinrazón. Tiene publicados los libros "Diario de un ascensor...", "21 Bisontes", "A propósito de los cuerpos", "Lo circense" y "Ocho paradas en la arena", y el ebook "Zaquizamí", y ha ganado numerosos premios literarios.

WEB DE LA AUTORA





Mary P. a la hora del té

Un cañonazo: La hora del té. Mary P. aprovecha el estruendo para amortiguar un eructo tras sus dedos de canción. Desde una postura obscena, se relame la gota del último té que rozó sus labios. Sale al balcón. Del bolso saca un tiovivo, una fusta y un paraguas, con cuya punta atraviesa una nube que le conduce hasta el parque, esquivando tejados. Mary P. se deja caer, erecta y vertical, sobre el dibujo de un harén de fornidos deshollinadores grises que la cogen al vuelo. Mary P. no saldrá del dibujo. Mary P. nunca debió salir del dibujo.







Trilobites no

Yo no he pedido trilobites.
Hace horas que espero mi turno.
He visto, trabajando, a un hombre feliz.
Han pasado las virtudes de la cera.
Me ha salido una cana en el pie.
En fin, que he tenido suficiente tiempo,
y creo que paciencia, para pensar lo que quería.
Quiero una loncha de charco con vistas al sol.
Nada de trilobites, qué asco...
Soy una persona seria, formal.
Llevo horas esperando, horas.
Los he visto más rápidos.
Trilobites no: ¡loncha de charco al sol!
A este paso, me va a pegar usted
(¿y son de hoy, dice?) su inseguridad.








Zapato de hombre

Zapato de hombre
pisa la colilla de un puro
en el camino embarrado de corcho
que lleva al Castillo.
Chaqueta de pana de hombre
atrae a almendras y a nueces.
Maleta de hombre se abre:
Octubre llora con bozal, amarrado con correas.
Gafas de pasta de hombre
enfocan una aldea de casitas de chocolate espeso
en la que no se detendrá, para no
disiparse. Reloj de hombre se ha detenido en la vejez,
como la piel de los árboles.

Deambulan solas las pertenencias de un hombre desnudo
que merienda
café con galletas
en la hora mulata de la tarde.

(De Colorario, 2003)







Centinelas

Mientras sea de día
las batallas se librarán con tostadas,
la verdadera hipnosis tendrá lugar en la pinacoteca,
las langostas no roncarán en los túneles del tiempo,
los prolegómenos influirán en el nivel de las lagunas.
Aprenderemos qué significa todo esto y todo aquello
pero sólo durante el día, porque de noche
desgajaremos, por ejemplo, tu vena aorta.
Lo que sea, con tal de desgajar.






Ahumados

Les molesta el humo,
entiendo.
Apagaré el cigarro.
Abriré la ventanilla.
Y
nada
más, porque
no pienso desprenderme
de ésta mi incineración,
que me consume.






En la taquilla

Los adultos pagan el doble
o los niños pagan la mitad,
como ustedes prefieran.
Los bebés y los llaveros no pagan.
Silencien sus móviles, piensen en esto.
Límpiense los ojos antes de pisar la arena.
Prohibido echar comida a los animales,
prohibido echar bebida a sus dueños.
Paguen al contado, por favor:
Los niños la mitad,
los adultos el doble,
los llaveros y los bebés no pagan.
¿Es que no piensan en esto?
Movilicen sus silencios.
Sepan que no les aguanto.
Paguen. No soy amable. Circulen.

De Lo circense





356.- MARÍA LAPACHET


María Lapachet (Córdoba, 1978) Feminista, escritora, traductora, activista del VIH/SIDA y derechos LGBT.

Reside en Nueva York donde colabora con diversas revistas digitales entre las cuales se encuentran El Divario y Lespensantes.
Obras publicadas:
New York, New York A Poetic Journey (2003)
The Year of the Cat (2004)
Suada (2004).
Trabajos colectivos realizados:

Esperanza: muestra de poesía joven cordobesa (Pedro Ruiz Pérez, ed. 2004)
The Colors of Life (Howard Ely, ed. 2004)
Radio Varsovia (La Bella Varsovia, 2004)
Estar en las afueras también es estar dentro; Diez años de Las Afueras de Pablo García Casado (La Bella Varsovia, 2007).
Prepara la presentación del libro Historias de Nueva York y las plaquettes My imaginary girlfriend y Happy Now.


Me deja un mensaje en el contestador

Me deja un mensaje en el contestador.
“¿Cómo estas nena? Me gustaría ponerte
Contra la pared, agarrar tu pelo con una mano
y tus bragas y coño con la otra.
Quiero mirarte a los ojos antes de follarte.
Quiero agarrarte las tetas con una mano y meterte
la polla dura bien dentro con la otra.
Quiero follarte. Follarte hasta que te canses.
Una y otra vez. Mmmm ¿quieres verme?”
Escucho el mensaje dos veces.
No tengo ni idea de quién es esta tía.





Girls Room


Girls Room. Un viernes cualquiera.
Se me acerca en la pista de baile.
Moviendo su culo contra el mío,
se da la vuelta y me pregunta
si puede invitarme a una copa.
Le digo que tomaré un tequila sunrise.
Me pregunta de dónde soy. Me habla
en un español mataó para contarme
que acaba de volver de Perú.
Pegándole un sorbo a su copa
- Red Bull con vodka -
le digo que podemos hablar en inglés.
Dice que vive a la vuelta de la esquina
y hará que me corra en cualquier idioma.
Al fondo, Cyndi Lauper canta
Girls just wanna have fun pero yo escucho:
Esta americana va a hacer que tu coño se humedezca.
Vive el momento. That’s all you really want.






Camino de su apartamento en un taxi

Camino de su apartamento en un taxi,
me muerdo el labio al pensar en ella
tirándome contra la pared, levantándome
para que mis piernas descansen en sus hombros,
lamiendo mi clítoris y agarrándome mientras
mi cabeza casi roza el techo. Me abre la puerta del taxi,
me ayuda a salir y me escolta hasta su edificio.
Entramos en su apartamento, la agarro del cinturón
y le abro los botones de la bragueta. Su polla sale disparada.
Enorme y dura, encuentra el camino a mi coño,
rozando su cabeza mis labios y clítoris antes
de que pueda ponerme encima. Me sostiene,
apretándome contra la pared, follándome despacio al principio,
cada vez más rápido y profundo después.
Me folla con tal ímpetu que pego cabezazos contra la pared.
De pie, con una de mis piernas sobre sus hombros, me da la vuelta.
Me folla por detrás agarrándome del pelo con un puño
y acercando la otra mano para acariciar mi coño,
apretándome el clítoris mientras me penetra cada vez
con más intensidad hasta que todo empieza a estallar.
Le muerdo. No puedo dejar de morderle el cuello
mientras gimo. Grito. Me corro con su polla
bien dentro de mí, rompiéndome…






El niño tiene los ojos, cejas y nariz de su ex

El niño tiene los ojos, cejas y nariz de su ex.
La niña le da más un aire a mi novia invisible.
Hoy nos ha llevado al zoológico de Central Park.
Le hemos dado de comer a las llamas.
Hemos comido perritos calientes.
Nos hemos sentado a ver jugar a los pingüinos.
Los niños la llaman Papá. Yo hago fotos.
De vuelta en su apartamento he horneado
galletas y dos bandejas de brownies.
Los niños están viendo la tele en el salón.
Ella desliza un dedo por mis bragas
sólo para ver lo húmeda que estoy
mientras lavo los platos en la cocina.
Dice que huelo a galletas. Verme
con su delantal de Williams Sonoma
le pone a mil.






Comiendo patatas fritas camino de su terapia

Comiendo patatas fritas camino de su terapia
me llama para decirme que está pensando en mí.
No hace ni diez días que volvió con su novia
– sin que pasara nada entre nosotras –
y ya me está llamando como una perra en celo.
Dice que echa de menos hablar conmigo,
que la excito, que no puede dejar de pensar en mí.
Mis pezones se ponen duros en cuanto oigo su voz.
Mis bragas naranjas se humedecen en dos segundos.
Quiero decirle que pase de lo que diga la gente.
Que le den a tu terapeuta. Que le den a tu novia.
Que le den a tus obligaciones. Vente.
No esperes a mañana o pasado mañana.
Cógete tres días, conduce hasta mi hotel
y fóllame viva como deseamos. No cabe duda.
Las dos estamos deseándolo. Fóllame duro.
Fóllame hasta que te pida que pares.
Ella sigue hablando. Yo intento
que crea que no le presto atención.
Le digo que me olvide,
que hable con su terapeuta,
que se centre en su novia
y que sea feliz.





1

Los rascacielos reflejan sus luces
en el río, negro. Nueva York duerme
mientras te miro y pienso que a tu lado
me he sentido dueña de mi destino
por primera vez. A tu lado...
me considero una privilegiada
por haberte conocido,
por haberme enamorado de ti,
haber sido correspondida,
haber disfrutado de tu amor por tres años,
haber compartido retos contigo
y haber crecido tanto...


2

Hace tiempo me escribías:
ni montañas ni mares
ni el silencio ni la distancia
podrá separarnos.
Menos aún el miedo podrá explotarnos
y debilitar cómo nos amamos
tú y yo, aferrados de la mano...ja!
Que venga el mundo a separarnos!
Te olvidaste de la muerte, César.
La muerte ha venido a quitarme el sitio
a los pies de tu cama. La muerte.
Sin olor, sin voz. Sólo un susurro.
Sólo el pitido de una máquina.
La muerte, tú y yo a solas.


3

Esta tarde viendo a Oprah
he llorado como una tonta
escuchando a la madre de Mattie Stepanek
contar cómo se despidió de su hijo.
Yo también te tuve dos semanas
atado a una cama de hospital
sin querer que te fueras.
Yo también te soborné con viajes
imposibles a Chile y Cordoba,
con puestas de sol y helado
y comida chilena y española.
Yo tambien fui egoísta y te pedí
que no me dejases sola, amor.
Que aguantases un poco más por mí.
Yo también acabé dándome cuenta
de que sólo estabas sufriendo.
Y me despedí de ti y dejé que murieras..

(De La casa de los cajones abiertos y las luces encendidas)



1

Me siento en tus rodillas,
me estremezco al sentir
tu mano en mis muslos.
Tu mano, que sube lentamente
y me pellizca el pubis.
Tu mano, que flirtea con mi ombligo.
Tu mano, que penetra ahora en mi boca.
No quiero ser como mamá,
quiero ser mejor que ella.


2. Perros en celo

Estamos viendo la tele, me miras, te miro, me sonríes,
me besas y acaricias el pecho, me lames los pezones,
te acaricio la polla por encima del pantalón y la noto durisima.
Y acabamos tirados en el marmol frío, tiritando,
riendo, llorando y follando,
chupándonos y lamiéndonos como los perros.


3

Tengo labios de zorra,
ojos de zorra,
piernas de zorra,
culo de zorra,
boca de zorra,
tetas de zorra,
brazos de zorra,
espalda de zorra,
coño de zorra.
Y tu polla es mi chulo.


4

Mis tetas están duras y la barriga
tremendamente hinchada. Sudo,
vomito, escupo, te la chupo.
Me va a venir la regla.
Me limpias con una esponja,
me pasas un dedo por la raja
y puedo ver que se te pone dura.
Me enjuagas la espuma,
me envuelves en una toalla
y me besas la cintura.
Mamá se mosquea
pero tú, yo...
Nosotros
pensamos
que nunca es demasiado tarde
para que un padre duche a su hija.
Nunca es demasiado tarde para recibir
La Caricia del Padre.

(De Suada)



Alguien grita tu nombre desde un tejado y dispara contra ti,
contra un perro abandonado que muere casi sin sufrir,
contra una muchedumbre acojonada y superada por los acontecimientos.
Catorce ancianitas han muerto. Yo era su enfermera.
Yo era su enfermera. Las maté porque eran mías;
porque estaba harta de limpiar sus mierdas cada día.
Cuando me entere de que había alguien disparando
las puse una tras otra en sus sillas de ruedas y esperé
fumándome un cigarro a que quienquiera que fuese
-el de los tiros, hombre o mujer,
no me importa quién haya sido,
le estoy agradecida-
acabara con ellas. Sí, agente, sé de sobra que es
una especie protegida a nivel gubernamental.
Una amiga me cuelga el teléfono y me abre los ojos
y gracias a ella veo, veo, ¿qué ves?
veo azul y violeta, veo verde y gris perla,
veo figuras geométricas y alargadas
y veo a Paul que se me acerca y me previene contra ti
y veo a un perro verde famélico que habla con solemnidad
con solemnidad,
con solemnidad,
con solemnidad,
con solemnidad.
Y veo a Kennedy follando con la Monroe
y veo al demonio con un tridente y un rabo.
Corrección: dos rabos. Uno delante, otro detras.
Se me hace la picha un lío, quiero pecar.
Pecar, pecar, pecar, follar...
Ahora veo a papá y a mamá follando;
ya sé a que puedo atenerme con ella.
Veo a Michael con su hacha, me persigue,
me quiere cortar las alas de plata;
no me atrevo a preguntar por qué me persigue,
no quiero saber por qué a mí me corta las alas de plata
y a mamá la deja libre para volar con alas de acero.
Me refugio en una piscina y otro fugitivo me recrimina
que no tenga huevos para aceptar mi destino con entereza;
de pronto comprendo que estoy en un campo de exterminio.
Me ahogo. Quiero escapar. Intento gritar y
de mi garganta sólo sale música.
Musica y musica y perros atropellados
en la vorágine vertiginosa que te supone ir de un sitio a otro
de un sitio a otro
cada mañana verde, gris o violeta invariablemente
sin saber de dónde vienes ni a adónde vas.
Un cabrón, dos cabrones, tres cabrones...
chupándosela unos a otros, enculándose,
contando monedas, un billete tras otro,
un billete tras otro, verde, marrón, azul...
un billete tras otro sin importar su color porque
el color del dinero no importa, inspira, expira,
importa, exporta hasta hacer millones con los que pagar a
unos obreros Scoffy partiendo losas en la calle
durmiendo en sus casas, dejándose la vida en la calle,
comiendo en sus casas, follando a putas en la calle,
sobacos sudorosos de la España Profunda
que reniegan y viven de la calle para mayor vergüenza
de sus hijas incapacitadas desde antes de nacer,
incapacitadas para cualquier amago de vida social
por unos padres cuyas únicas aspiraciones llegan a
verlas casadas con taxistas, butaneros, barrenderos
y demas personajes anónimos de la España profunda y cañí.
Spain sí que es different ¡y olé! por mucho que
tú, yo y cualquiera en su sano juicio
hayamos renegado de las películas del Landa & Co.
Ese perro absorbe todo lo que te va mal en la vida
los árboles, las estrellas, el sol, la luna, el mar,
los niños jugando en las calles de los suburbios
bajo un árbol,
al lado de un charco
-en el que un borracho
con el abrigo manchado
de barro y sangre potó
anoche-
detrás de la iglesia,
sobre el tejado del supermercado.
Todo lo que va mal sea persona o animal
todo lo que te va mal sea esencia o miseria
este viejo perro flaco lo adivina, lo persigue. Él
absorbe, digiere, asume, recicla, recompone
tus miedos y tus errores. Él entiende el
patético
microcosmos que te has creado a imagen
y semejanza
imagen y semejanza
del espacio vital de un estúpido héroe de película.
No hay héroes en la vida real. Yo no soy la culpable
de tus miserias ¿quieres culpar a alguien?
Pues el perro sugiere que te culpes a ti mismo,
que cojas un buen rifle con bastante munición,
que tengas un par bien puesto,
que te meta una bala entre ceja y ceja como los hombres
¡con dos cojones! ¡coño!
No debe ser tan difícil subirse a un tejado y ponerse a disparar
como los locos, no es tan difícil escapar de una muerte segura,
si se mueren es porque no merecen vivir, porque ansían participar en ese
baile de cojos cabrones en la España que ya no es profunda ni diferente.
Mata a la puta.
Mata al chulo.
Mata al drogata.
Mata al camello.
Mata al camionero.
Mata a la hija del camionero.
Mata a tu madre.
Mata a tu abuela.
Porque el diablo tiene dos rabos
y a mí se me hace la picha un lío.
Sigo sin saber con cuál quedarme.






355.- ANTONIO GONZÁLEZ MONTES



ANTONIO GONZÁLEZ MONTES. Nací un veintidós de marzo, allá por 1980 en Montejaque (Málaga). Soy licenciado en economía y máster en comunicación y cultura (gestión cultural) por la universidad de málaga. en la actualidad vivo en san pedro de alcántara, donde trabajo como gestor de empresas en una asesoría, aunque mi casa sigue estando en mi pueblo de origen, montejaque, muy cerca de ronda. he sido finalista del premio de relatos del centro cultural blas de otero de san sebastián de los reyes (madrid), del certamen de poesía de la universidad de málaga y del premio málaga crea de literatura. colaboro como articulista y asesor lingüística con la revista mibiblioteca, editada por la fundación alonso quijano. aún no me explico cómo un economista puede dedicarse a escribir poesía.

antgm23@hotmail.com


uno

Calla, abril noche en que te miro,
deja de contar segundos-amantes-
puñaladas cortando sangre y su lento
fluir desvanecerse: inúndame, dame
la vida, crea en mí, con mi cuerpo,
con mi mente, con mis rotos labios
que te adoran; crea en mí algo nuevo
que te sea útil y sepa de cerca el
secreto fiel de tu existencia y su no
buscar palabras que me hieran (no,
no versos suficientes, no ojos
arrancándose para buscar refugio en
tus zapatos, no garganta inmunda
arañándose por dentro), calla, abril
noche en que te sigo y dulces
migajas y tu sonrisa esquinada con
su sombra y tu mirarme desde lejos
casi como sin querer verme aunque
te basta ser para saberme tuyo, y tu
cuello sin puntales que me apoya, y
tus blancas manos blancas
rehaciéndose (vedla, es la oscuridad
y su melancolía, su falta de memoria
y su siempre sucesión de rostros
viejos), calla, abril noche que me
mata, y déjame tan sólo seguir aquí,
desgajándome.



dos

Porque me sé capaz de apretar el
cuello hasta el fin del aire (dulce el
palpitar ajeno-acelerado de la sangre
rozando con mis manos, el lento
sentir la muerte aproximándose) sin
dejar de mirar fijamente esos ojos
que se salen, que buscan
desesperados una huida tan
improbable como definitiva (un
beso) mientras las rodillas van
derrumbándose gota a gota y la uñas
cansadas ya no buscan mi piel (se
rinden, bravos surcos palpitan en mi
cara demostrando que no todo es tan
fácil como se imagina) y ya tu
cuerpo es sólo mío y de lo negro,
triste cae como desmadejado y suena
un cráneo chocando con el estúpido
mármol rosa, crujir de huesos inútil,
recuerdo de dientes mordiendo la
oscuridad de un nombre abandonada.
Te miro casi arrepentido –la duda,
siempre con su inoportuno correr
escaso–, me doy la vuelta, te dejo –
esta vez para siempre– y arrastro
como puedo unos pies que de repente
parecen querer quedarse para
siempre atados a los tuyos.



tres

Un casi siglo, su lento caer
melancolías sobre rostros serenos, su
musitar entre labios que van poco a
poco gastándose y que ya no
recuerdan nombres ni besos ni
esclavos mordiscos bajo una escalera
cómplice (el amor pide lugar y la
guerra de dos cuerpos que se saben,
ven, sigue la huella que desgrana mi
camino, cuela para iluminar mi
noche con la tuya). Es de manos
temblando incapaces de hallar un
surco, es su impreciso dibujo
constante sobre esa mesa cansada de
ver pasar las vidas (la música, por
dios, la música, el estremecimiento
de un sudor ajeno cayendo de la
frente, su fresca invitación al
suicidio, su eterno esperar sentado).
La espera... la ventana manchada de
una bilis espesa para dibujar tu
huella, su absurdo esforzarse para
tanto, su voz no existente se eleva y
resuena trueno vacío en las nubes, es
un grito que apenas veo y me
atraviesa, su táctil consistencia en la
lengua, su ácido sabor regalándome,
su nombre, su sombra, su muerte.




El poeta

Habíamos pensado, por ejemplo,
en un poeta nadando
en el barro de sus propias palabras,
–¿quieres ser el poeta o su recuerdo?–
claro disfraz esta sola noche
en que las monedas son los besos,
el sótano es refugio de semen
y abrazos forzados (los gritos
nos llegan de perfil, encadenados)
escaleras remarcando su presencia
con una música imposible, el telón
que se abre entre la casi nunca espera
o su cansancio:
debería tal vez ser abril noche
o su reflejo, debería buscar otra mano
para no sentirse solo, quizá buscar
la excusa para un rincón deshabitado,
para la nuca abierta (el corazón quedó
en casa, entre libros y un polvo
enquistado en la garganta)
el espejo no sirve para mirar
la única soledad
siempre viene de tu nombre.








Si no es amor, se le parece

Cualquier boca es buena para el beso.
La tarde cabe en un nombre musitado.

Ni siquiera la música se deshace.
Déjame seguir así, buscándote.

Pero antes un recuerdo: la chica vestida
de negro, sola en mitad de la nada.

La voz siempre llega a través de la
ventana primera. Las risas se
disfrazan para ser toleradas.

La llama busca tu cuerpo igual que yo.
La camiseta arde en complot con mis vecinas.

El recuento acaba demostrando esas palabras
que jamás admitiré haber pronunciado:
Te quiero.









Una noche cualquiera (regalo)

He salido de copas con Ana Ajmátova
y Marina Tsvetáieva y de repente llegas
con un libro de Wislawa Zsymborska
pidiendo una ginebra en vaso azul,
dos chicas se miran con ganas de devorarse,
yo también tengo los ojos ocupados
pero me tengo que conformar
con un baile en brazos de una profesora
que, no sé por qué,
me inspira una infinita ternura.
La noche se va entre poesía,
música y alcohol, las chicas terminarán
juntas en la cama, la profesora se irá
con su cara de tristeza,
Ana y Marina sonreirán,
como si pensaran
Ya lo decía yo,
y yo... yo me conformo con buscar,
al día siguiente,
un libro de Wislawa
por todos los rincones.











Juego de cartas

Recibo poemas por e-mail. Los imprimo.
Los leo. Los quemo.
El aire acondicionado me empuja
por la ventana. Mis dientes arañan
la acera. Pasa alguien. Me mira
distraído mientras agonizo. No
ha leído a Faulkner.
El teléfono me regala un par
de tardes de libertad. Los números
no son más que un breve acaso retrato.
Déjame. Volveré tarde, lo sabes.
La nevera quizá. El microondas.
La bolsa de la basura. La tabla
de planchar. Cualquier sitio es
bueno para esconderse de ti.
No quiero escribir más. Cada tecla
un mordisco para mis dedos. Duele
el tiempo, duele la sangre nunca
derramada. Duele.











La fiesta

Dámela, dijo: dámela, y el gito resonó rompiendo tímpanos y espejos y los picos rasgaban la pared para hacerle asco o flores o retratos de personajes tan famosos como moribundos, Es mía, siempre lo ha sido, no duda, no lugar para la huida, la calle cerrada, el coche huido, tus zapatos sonríen en el rincón y la sombra se vuelca en el agua antes de hacerse humana, Ves el agujero en mi bolsillo, grande, todo por aquí, sin darme cuenta cuando rozo mi pierna y cayó rebotando, clin-clin, o algo parecido, vamos, gira, es la hora y nadie viene, puedes guardar la comida antes de que se estropee, la fiesta no existe y nadie la echará de menos, Yo sí, porque es mía, dijo de nuevo gritando, venas restallando en su cuello no demasiado limpio, pero tras su demostración de imperfecta rebeldía cae sumiso y se pone a recoger los platos, las ollas y esas casi bandejas donde dormitan delicias que rechazas sin dudarlo, Dámela o, amago de amenaza no culminada, no palabras quizá suficientes para escupir su entera rabia, no labios rezables que sepan dar forma a esas ganas de golpear la cara y sentir el hueso, la sangre, la piel enlodándose bajo tu puño, en silencio disfrutas esa imagen y la guardas junto a esta comida acaso reseca que irás gastando como puedas pero no toda, no siempre, otro fracaso en tus espaldas, has perdido la cuenta y no quieres pensar en motivos, repetirás de nuevo y caerás otra vez, y casi llorosa gritarás Dámela, dijo: dámela, y el grito resonó rompiendo tímpanos y espejos y los picos rasgaban la pared para hacerle asco o flores o retratos de personajes tan famosos como moribundos, Es mía, siempre lo ha sido, no duda, no lugar para la huida, la calle cerrada, el coche huido, tus zapatos sonríen en el rincón y la sombra se vuelca en el agua antes de hacerse humana, Ves el agujero en mi bolsillo, grande, todo, por aquí, sin darme cuenta cuando rozó mi pierna y cayó rebotando, clin-clin, o algo parecido, vamos, gira,
Dámela, dijo: dámela.







354.- IGNACIO GAGO


Ignacio Gago nació en Córdoba en 1981. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de dicha ciudad.
Ha publicado la plaquette de poemas titulada Peligro de ignominia (La Bella Varsovia, 2004). Sus textos han aparecido en diversas antologías como Radio Varsovia (La Bella Varsovia, 2004); Poesía por venir (Renacimiento, 2004), Terreno fértil (Cangrejo pistolero, 2010) y Sais (La Bella Varsovia, 2010). Formó parte del grupo de poetas invitados a la segunda edición de “Cosmopoética” la semana del libro de 2005. El mes de septiembre de 2006 participó en la muestra de creación joven “Eutopía”, a cargo del Instituto Andaluz de la Juventud. Así mismo ha participado en proyectos como Córdoba 24 horas (Instituto Andaluz de la Juventud), y ha colaborado en revistas como Prima Littera (nº 16), Chichimeca (nº 5), o Cuadernos del minotauro, (nº 1 de la edición impresa). En la actualidad trabaja como profesor en el IES Nuestra Señora de la Estrella en Villa del Río (Córdoba).





En el negocio de las feromonas
los muchachos aprenden
amor sin protocolo en el lavabo.

Fabulemos: un bar de carretera.
Acercarte a la barra y pedir otra copa.

Con el gusto anudado
del whisky en la garganta,
supongamos también un cuerpo joven.

Allí,
bajo la luz de látex
y sus dudas,
terso y firme
enciende un cigarrillo.


peligro de ignomia, de ignacio gago



Me olvidé de buscar en los bolsillos.

Esta reunión furtiva de dos cuerpos
pende sólo del hilo de una baba.

El hálito febril
ya no calienta, más bien
sufre el olvido de los desmemoriados.

Detrás de los cristales
la lluvia camicace
besa el polvo,
y tu respiración preciosa enseña
mecánica espiral de segundero.

El olor de la tierra es insomnio mojado.

(De Peligro de ignominia)









El sol en su crepúsculo
una tarde cualquiera del otoño pasado
Nos sorprende la noche conduciendo.

Ejércitos de olivos, uniformes,
iguales en la tierra.
Un disco original de Janis Joplin.

De repente llegamos sin saberlo
-carreteras, caminos, autopistas,
más allá de los cruces y glorietas-

a un cambio de sentido.








casi a oscuras

Es mágica esta luz que sobreviene.

Ha roto entre las nubes
del crepúsculo
para de nuevo ser en cada cosa.

Bandadas de estorninos la celebran.

Pero en la fiebre de su beso último
escribe sin remedio un epitafio:

es mágica la tarde que se apaga
con su golpe de luz
sobre nosotros.




'Mi palabra en su boca', de Ignacio Gago


353.- NURIA MEZQUITA DE HARO


NURIA MEZQUITA DE HARO
Nace en Sevilla en 1976. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla. Codirige el proyecto Cangrejo Pistolero Ediciones, junto a Antonio G. Villarán, donde ha publicado su primer poemario “Sienes de Amor”; dentro de este proyecto ha participado en la coordinación y edición de 16 poemarios. Su obra aparece publicada en diversas antologías. En la actualidad participa con su grupo el Cangrejo Pistolero y la Carolain Band realizando recitales de Perfopoesía en diferentes salas y Festivales, organiza, junto al Cangrejo, las Noches del Cangrejo y el Festival Internacional de Perfopoesía de Sevilla.





SIN TECHO

Y no hay suspiros ni voces que arrimen el hombro
para que el tiempo mejore o se haga menos denso.
No hay un aliento de cerveza
que recuerde al domingo de mediodía eterno
entre risas y vasos que chirrían entre otra y otra y otra.
Ya no hay más tú en el alivio,
ni más yo en el rincón de la mesa,
ya no hay más hombre guapo ni mujer atractiva, comentarios,
malas lenguas de pasatiempo, de pasanada.
Ya no hay más luz en el salón oscuro,
más lámpara en el dormitorio dormido.
Ya no hay más mañana hablamos,
porque mañana se ha roto,
hay trozos por todas partes,
he pisado hondo, un pie me sangra,
me duelen las aletas,
ya no nado nunca más desnudo.
Te volviste sombra, mentira, sueño.
Ya no hay nada,
suelo, paredes,
un techo.






RAZONES

No es que ignore las dudas
Ni que las casas sean más altas
Ni que los cielos hayan perdido el color de los Simpsons
Ni que los ruidos sean más fuertes

Es que ya no me ponen tus ademanes de niño pijo
Ni las charlas políticas del lado de los buenos
Ni las poses de tus amigas adictas al Nestea
Ni las bragas de purpurina por mi Santo
Ni el pisto de tu puta madre
Ni los regalos de tus hermanos tiranos
Ni la coca cola después del cine
Ni tus besos de amante entregado

Ya no me ponen los apretones
Ni los guiños en los espejos
Ni los polvos mañaneros
Ni los almuerzos a las 5 de la tarde
Ni los pelos en el lavabo
Ni los pedos de madrugada
Ni las bromas de las 8 de la mañana

Ya no me ponen
Ya no me ponen

Y ya no me ponen








ODA A LOS ESTÚPIDOS DE SANGRE

Ayer asistí al gran duelo
entre el hombre de negro
y el caballero amarillo
el de la suerte torcida y el smoking congelado

Hubo más que insultos y puñetazos
Hubo abrazos y cuernos
cohetes y vinos
abusos y castigos
escupitajos y escarmientos
adornados con espesa sangre azul de otros tiempos

Lucharon desde lo alto
sobre el escenario hecho Templo
ring lleno de sacrificios
cuadrilátero de vanidades
paraíso infernal para el miedo
monstruo de mil cabezas, de mil frases banales

Ayer asistí a la muerte del aburrimiento
a la venganza de los estúpidos más débiles
al nacimiento de las nuevas religiones
a la caída de los viejos dioses
a la verdad de la justicia poética
de los que ya no temerán nunca a la rastrera y negra muerte.









VOX POPULI

Dicen que las esquinas están llenas de prostitutas y vagabundos
que las plazas se infectan de borrachos a los que hay que desterrar
dicen que todas las mujeres tienen un pensamiento único
y que los limpiaparabrisas que no limpian hay que cambiarlos.

Dicen que para que una promesa se cumpla alguien tiene que hacerla verdad
que los traidores viven en el país de Traicionalandia,
pero que de vez en cuando se dan un paseo por Nuestravida
y que hay perros que son mejor persona que tú
y que si fueras sincero, ya habrías desaparecido…

Dicen que las palabras sólo son palabras
y que sólo son poesía los sonetos eternos
que cumplen con la métrica y que nombran el anatema…
Dicen que para amar de verdad
sólo hay que amar de verdad.

De la noche, de la noche todos dicen, presumen y mienten
y del día, todos esconden.

Dicen que la pasión se acaba cuando se encierra en el compromiso
que la distancia es capaz de poner adornos al recuerdo
y que cuando dormimos no vivimos.

Dicen, dicen, dicen...
Dicen que esto no es poesía,

tienen razón…







EN VERTICAL

La auténtica verticalidad
comienza en mi barbilla,
se pasea por mis piernas
y acaba en un pequeño alarido







YO QUERÍA SER COMO MARILYN

Yo quería ser como Marilyn,
pero algo salió mal.
Mi pelo, mis muslos, mi boca, mis tetas…
Algo salió mal.
Yo quería ser como Marilyn,
jugar con mis amantes
cambiarlos
romperlos
engañarlos
quitarle la pierna a uno
a otro el brazo
comérmelos despacio,
como cerezas cubiertas de caramelo.
Morderles el corazón.
Yo quería pasear sin bragas
cantar happy birthday al presidente
tener contento a mi daddy
follarme a mi tiger
llenar de diamantes la mesita de noche
sudar
soñar
revolcarme
entre sábanas de raso sobado
por las manos de tres o cuatro gigantes.
Yo quería ser como Marilyn.
Tentar la vida de los magnates
joder a Franky
a Jonny
y a Ronny.
Poner en jaque a los United
cantar canciones fracasadas
en el piano de Truman Capote.
Beber hasta caer al suelo
ponerme lavativas de heroína
tocar los cojones de un equipo completo de fútbol
chupar pollas a cambio
de rosas
pastillas
100 frases.
Dibujar el infierno en una sola línea,
con la voz más sucia y más dulce.

Sí, yo quería ser como Marilyn
Y tú y tú
Y la portera
Hasta mi madre.
Pero definitivamente,
está claro,
algo
salió
mal.





miércoles, 27 de abril de 2011

352.- INMA CALDERÓN





INMA CALDERÓN GUTIÉRREZ

Nació junto al mar de la bahía gaditana en San Fernando pero despertó a la vida en Puerto Real y en su adolescencia marchó a Sevilla donde estudió Filología Clásica y Teología.
Librera y editora, ha sido ganadora del Premio “8 de Marzo” de Poesía en el año 2005 con su obra Corred, mujeres y en el mismo año finalista de la primera edición del Premio “Plumier de Versos” con el poemario Tejedora de anhelos, publicado por Nuño Editorial. En el 2007 con Ronda de la rima rima gana el Premio de Poesía Infantil “Plumier de Colores” y la obra es editada. Su poema Reencuentro forma parte de la antología Poetas en Bicicleta de Nuño Editorial, habiendo participado también en la antología El Aljarafe y el Vino de Aconcagua Libros y en La mujer en la poesía hispanomarroquí. Ha dirigido y prologado tres antologías: en 2008 Mujeres en el Espejo, donde se recoge su relato Despertares, y en 2009 Poéticos Maullidos, en la que también se encuentra su poema Mi pequeña Bastet, y Versos para derribar muros en donde se puede leer su poema Caligrafía .






I

PLEGARIA

Hoy mi pecho se viste
Con el luto de madres y viudas,
Atravesado por el rayo
De la lúcida y terrible clarividencia,
Y mi corazón doliente lleva
Blanco pañuelo
Cual mortaja
Que envuelva tanto cuerpo mártir.
Hoy mis entrañas
Preñadas de dolor,
Parturientas de desesperanza
Gimen la angustia,
Estériles de cualquier alegría,
Por los hijos e hijas de otras,
Que podían ser el fruto de mi vientre,
Por el cuerpo huérfano de caricias
De la novia del lecho vacío,
Luna de hieles.
Y en mis lágrimas busco las tuyas,
Madre eterna, tu que eres
El inmenso regazo de la Vida,
Recoge con tus brazos
La impotencia sufriente de tus criaturas,
Para que los hombres de ojos cegados
Y corazones escleróticos
No osen tornar
Los novilunios de tus menstruos sagrados
En noches de sangre inmolada
Sobre el ara de ídolos sin rostro.



II

MALEDICTUS

Por el regazo violado
De la madre que amamanta,
Por la parturienta reseca
De pechos agostados,
Por el anciano desposeído
Hasta de la hermana muerte,
Por la criatura mutilada
Y el varón envenenado
De odio ciego,
Por el feto de la vida
Que no es vida,
Y el embrión malformado,
Yo te maldigo, monstruo
De entrañas de frío acero
Con sangre de negro crudo,
Bestia de zarpas de fuego
Con letal aliento oscuro.
Yo te maldigo, animal
De faz sin rostro,
Y maldigo a tus sumos sacerdotes,
A tus idólatras adoradores
En los templos del mercado,
A tus apologetas y predicadores
Desde las cátedras y tribunas
Donde se enmascaran tus horrores.
Yo os maldigo,
Porque sólo maldiciéndoos,
Vomitando sobre vosotros
La dolorosa hiel
Que el corazón me embota
Podré volver a contemplar
En el brillo de los ojos de mis hijos
La promesa de la vida que se impone,
Y no el reflejo de esas otras
tristes miradas infantiles
a las que el misil y el tanque
han arrebatado para siempre
el don más preciado: su inocencia.



III


PASCUA FLORIDA

Por más que el monstruo negro
De abismales fauces abiertas
Pisotee con demoledora bota
Todo lo bello
Que de mi entraña nace;
Aunque la ambición sin colmo
Y la razón de estado
Continúe haciendo cristos
Sin brazos
Para ser crucificados;
Aun en el caos tumultuoso
O en el silencio de la tumba
Que guarda los restos
Más queridos
Cruelmente arrebatados;
Recordad:
Yo soy la Vida,
La brisa siempre renacida
En un amanecer de esperanza.
Yo, la tierra Madre,
Para recoger en amoroso regazo
El dolor de mis criaturas.
Yo, claro manantial,
Pozo de aguas renovadas
Que saciaran la sed de justicia.
Yo, lengua de fuego,
Zarza eternamente ardiente
Para prenderos de amor en lo más hondo.
Recordad:
Yo soy la Vida.





Fernando Sabido Sánchez, Inma Calderón,
Uriel Garrán López, Isabel de Rueda
y Ana Patricia Santaella











CONSUMACIÓN
                                                       A Vicente Aleixandre
                                                    
La mar es un segundo que traga la mirada,
la sombra de una ola engulle edén perdido
y en retirada deja algas de turgentes besos.


              Sólo la luz.


La luz amante de vírgenes cristales,
la luz que de la tierra hace nacer los cuerpos,
heridos pájaros por el filo de unos labios,
en inocente aurora de criaturas cristalinas.
En la consumación del tiempo las historias
dejan los márgenes manchados de su paso,
los bordes del existir en el espejo cóncavo,
cenizas en combustión de la existencia.
La nieve del olvido quema la memoria.












CUANDO SE ENCIENDAN LAS LUMINARIAS ARCANAS DE LA NOCHE


Cuando se enciendan las luminarias arcanas de la noche,
esas que no estallaron para alumbrar amaneceres,
las bocas sin cuento de ardientes oleadas,
abatiré mi vuelo para planear tu sombra.
Enredaré mis alas en las zarzas de tu abismo,
lacerando mi alma al roce de sus aguijones,
punzantes elfos alerta en la penumbra
que gotean su sed de carne y de delirio.
Será la espiral en rayos descubierta
del tiempo que en mi piel sin prisa se atesora
y hace reverberar la luz de mil caricias
que resbalan morosas por el alféizar de mi pecho.
Quiero exprimir los enigmas sin respuesta
del espíritu carnal que aviva el cuerpo etéreo
y que sus saberes se abran al conjuro
del roce aleve del aire en nuestras dunas.
Unir universo y tierra en un suspiro,
abrazar las galaxias que manan de tus labios,
licuarme en nebulosas colmadas de vacío
y quebrarme en la explosión magmática de su vórtice.


(Del poemario Con la venia de Erato)








LLEGARÁ UN DÍA


Ese humus voraz del vertedero
que se empeña en revolcarnos en su fango
es el vómito de hiel que nos impregna
y nos rebaja al fondo del abismo.
La perversión silente de los necios,
la contumaz mentira de las lenguas
revestidas de retruécanos y oropeles
celebran sobre el ara su alianza,
sus nupcias manchadas de muerte y de dolor.
En una noche sin luna y sin luceros
bailan macabra danza sobre las fosas
de las vísceras pútridas de los vencidos
y exhalan sin piedad su negro aliento
sobre los cuellos sumisos a sus yugos.


Mas llegará un día en que broten amapolas
en los pechos ateridos de los hombres
y habrá besos fecundos de vida
para calmar la sed de sus labios.
Florecerá el grito en las gargantas atrofiadas
en un alborecer de luz transformadora,
que cegará a las tinieblas y a sus hijos,
ante la prístina claridad de su evidencia.


(Del poemario Sangre de nómada)




351.- EDI TACHERA



Eduardo Bonachera, Edi Tachera (Sevilla, 1969)
Poeta del "estado carente" o de la "mística delirante", se empeña en seguir la senda del oso panda o de cualquier bicho en extinción. El sentimiento poético de la vida bonacheril, algunas veces viste trágico y otras delirante, hasta provocar la rotura de pecho...
Edi Tachera, "Esplendor en el Melonar" (Cangrejo Pistolero Ediciones 2010).





Mi huElla

Me lo dije ayer:
La horma de mi zapato eres tú
cada una de mis huellas sigues siendo tú.

Camino pisando amor certero
en ese intenso lagar que es ahora mi vida.

Cada día dibujas mi rastro de vino, y yo
apátrida, errante, por fin me dejo llevar...







Ocaso

Y dicen que la muerte es una operación que no tiene comisión...

¡Viva la Santa Muchedumbre!
Comulgando con ruedas de molino
hace cola ante la caja del cementerio.

¡Oh, Cid Consumidor!
con la visa bajo la lengua
pagando minutas después de muerto.

Y es que de todos es sabido:
barquero o banquero, Caronte
acertará a ponerte el ojete a la funerala.









Reto a las masas

Ante uno de sus sietes espejos capitales
el hombre occidental confiesa:

- Estoy aquí para soportarme
atrapado en la sala de espera
traicionado por la esperanza
con la angustia de ese tren 1.000 veces anunciado
que nunca llega
porque no existe.


A nuestro tenue esplendor lo ahoga nuestra miseria.
Porque Esto es lo que tenemos
me vuelvo a enfrentar a los impasibles
rebaños humanos
pusilánimes todos que moriréis
como yo lo hago
ahogado en vuestros balidos
vuestro silencio.








Borracho a los ojos de la muerte

Cada día alcanzado lo culmino en el bar.
Es allí donde intento mirar a la muerte cara a cara.

Ella es consciente de todo.
He sorteado cada una de sus trampas mortales.
He sobrevivido a la mañana
con su aliento helando mi nuca de búcaro angelical...

La muerte me conoce así
recostado en la barra del mismo bar.
A Ella le gusta el brillo de mis ojos
ojos que celebran este día
en que nos volvió a ahorrar su lección definitiva.

La muerte nunca invita.
Tampoco me sonríe
pero a menudo acaba sentándose a mi vera.
Siempre termino diciéndole lo mismo:

- Sí, muerte, aquí ando borracho...
¿tan difícil es comprenderlo?






Orgasmítico

Más allá de la metafísica
y sólo cuando es buscado por ambas mentes
el coito es la distancia más corta
entre nosotros.

Así que hazme el favor
y mide las distancias.








Mueren los buenos

Anclado
en la vida
en la injusticia civilizada
rodeado de cerebros mutilados.

Empapados en dolor
los buenos se van
y no vuelven.
Se mueren
sin anestesia para el vivo.

Pero me queda la fe:
Esperar a los buenos que nunca vuelven.
Sí, yo os espero, amigos
impotente pero vociferante...

Cantando sobre este tejado de moloko
caliente, yo os recuerdo.
Es este mi clavo ardiendo
es esta mi religión
esperar a los buenos
los buenos muertos
los que nunca vuelven.





MARÍA GONZÁLEZ [350]

MARÍA GONZÁLEZ

María González 

(Córdoba, 1986). Vinculada a la literatura y al teatro desde su infancia, es licenciada en Escenografía por la ESAD de Córdoba, además, cursó estudios de Arquitectura Efímera y de interpretación. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado poemas en las antologías Tiempos Extraños para ti (Literalia, 2005), Qué nos han hecho (Isla Varia, 2008), Terreno Fértil (El Cangrejo Pistolero, 2010), Sais. Diecinueve poetas desde La bella Varsovia (La bella Varsovia, 2010), A gustar convidan (La bella Varsovia, 2012) y La vida por delante (Ed. En Huida, 2012). Ha participado en ciclos de lecturas como Diversos, Las noches del cangrejo, Noctámbulos, iniciativas como Redetejas y festivales como Perfopoesía o Cosmopoética. Colabora con el músico Curro Rumbao en el proyecto Dos Mitades. Es autora de los libros El año en que murió Jean Genet (La bella Varsovia, 2010), y El Espejo (Ediciones en Huida, 2015).





Nací de un ataúd blanco.
Traje al mundo la pena
que por herencia me dejaste.

Nací de un ataúd,
blanco.





BEBÉS

Incubar,
la solución perfecta.

Los fetos de siete meses
no sobreviven sin ayuda.
Nacen desprovistos de fuerza en los pulmones,
salen al mundo para morir.
Amarillos, azules o violetas,
su carne no soporta el frío ni el aire,
su lengua no se mueve demasiado.
No hay uñas ni aliento suficiente para sacarlos adelante.

Qué difícil es parir. Qué dolorosa una cesárea.
Dar a luz en casa y de repente.
Enterrar a tus hijos sin haberlos escuchado reír,
sin haberlos visto.
Notar la tripa deformada con los años,
llena de bultos tras la malla estomacal.

Hay bebés que no aguantan en el vientre,
ansiosos por ver colores que nunca llegarán a sentir.
Bebés capullo o semilla, también bebés tierra y agua.

Un niño que espera un hermano.
Un niño consciente, que balbucea
No importa…
Un hijo único de cinco partos.

Aún hoy,
no hay incubadoras cuando se pare un corazón.



*



A

Los hombres de mi sangre tienen manos fuertes.
Ríen con la garganta,
nadie agarra como ellos.
Se nombran como monarcas sabios.
Combaten.
No descansan.
                    Caen.
Y vuelven a luchar.
Pierden el aliento guerreando,
cubiertos de metralla,
parapetados para el dolor externo.

Estos hombres de ojos limpios,
grandes y con arrugas,
de cortos dedos y cuerpo magullado,
hablan con dolor del abandono,
o no lo nombran.



 *


Poseer una carga genética importante no condiciona.
Repite. Poseer. Repite. Carga genética. Repite. Condición.
Factores prenatales; Ataúdes blancos.
Factores sociales; La niña idiota.
Drogodependencia; Pulmones negros, azúcar en sangre.
Desposeer. Repite. Desposeer.
Mira otras ramas. Elige muerte. Desecha susto. Elige el
juego. Derriba al oponente. Vomítate el estómago. Mira a tu
lado. Observa la similitud en las facciones. Elige muerte.
Elige muerte. Elige.
Repite.
Ataúdes blancos.
Pulmones negros.
Tira los dados. Elige la ciencia. Elige un número.


*


Cunas.
De madera y barrotes kilométricos, con gusto amargo para
la boca del bebé. De todos los modelos. Cunas, cunas por
todas partes. Niños fantasma, invisibles, niños muñeco
inquisidores desde la barriga de sus madres. Niños
encerrados que empezarán a morir en cunas.
Siempre cunas.

Jaulas.
Delimitando el radio de acción de la hiperactividad.
Acolchadas, preparadas anti rotura. Jaulas de metacrilato, t
ambién de cristal, que destrozar con los puños para salir
al patio. Y morder sus paredes, estrellar el cráneo en ellas.
Como animales dementes encerrados en jaulas.
Siempre jaulas.

Celdas.
Que contengan nuestro cerebro y nuestros brazos, el
peligro, la lengua. Muros grises y blancos, ladrillos rojos y
un jardín electrificado. Habitación aséptica de hospital-
enfermería, y todas las estrellas del cielo. La luz está tan
lejos del edificio y de las celdas…
Siempre celdas. 



 *


Mi nombre es M, es dulce, septiembre el 12, es aire que
aviva un fuego, hierba y pulmón. Mi nombre es pura, es río
y semilla. Mi nombre de lágrima y sol, arco y animal.
Batalla. Paloma rubia sin plumas, cetro de mando, amor
del maestro, carnero insomne y sacrificio.
Mi nombre hace el amor con el sol y las pirámides. Es la
puta y la ninfa. Y canta, él sólo, arrastrándome en
penitencia.

Mi nombre es el amante de Dios. La zorra, el horno. Mi
nombre es luz y agua de un cristal. Blanca, caucásica, ojos
miel y ceniza. Mi nombre son las uñas de la infancia, los
tirones y las rodillas. Mi nombre-eco entre los árboles, y las
montañas que no entraban en la maleta.

Mi nombre son las huellas de sus pies.


Todos los poemas pertenecen a El Espejo (Ediciones en Huida, 2015).




ARRIVAL

El mundo está solo en habitaciones compartidas.


AUTÓMATA


Tengo miedo a la muerte.
A la soledad, a la ceguera.
A los periódicos, a las posesiones.

Siempre me asustaron
los autómatas. Ahora, el espejo
y Bellemer, con Maeterlinck
soplando por las calles.




BLEEDING LIGHT

Dudo si lo que siento
son cristales en el pericardio,
y no felicidad por mostrar mi alma.

Yo sangro luz,
siempre lo hago cuando estoy allí.

No conozco otra forma de querer.


El año en que murió Jean Genet (La Bella Varsovia, 2010).







Oí las pompas romperse, a mi lado, bajo mis orejas.
Oí caer todas las lágrimas al suelo.

Rompí nuestros zapatos, aquellos que gastaron el camino,
rompí mi corazón para que no sonara más.




CANINOS

Te morderé.
Masticaré cada trozo de tu cuerpo,
saboreándolo entre mis dientes
como una manzana.
Romperé con mis mandíbulas
tus tuétanos
para poder tragarlos,
incluso tu pelo,
tus ojos, tus uñas
me rellenarán.

Si mueres,
engulliré tu cadáver
como una golosina o fruta.
Así podrán enterrarme
contigo,
en mi estómago.




A modo de poética (Wellcome to the dollhouse);

Para quién no lo sepa
fotografío espejos rotos,
muerdo el interior de mis labios
y tengo un diente pequeño.

Mi corazón biomecánico ha doblado la esquina,
ha elegido seguir buscando,
seguir latiendo,
en otra carretera.

Ha
elegido
seguir.



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