Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 31 de marzo de 2012

1164.- MIGUEL GARCÍA-POSADA



Miguel García-Posada
Miguel García-Posada Huelva fue un filólogo, crítico literario y escritor español nacido en Sevilla el 22 de noviembre de 1944 y fallecido en Madrid el 18 de enero de 2012.1
Licenciado en Filología por la Universidad de Granada y Doctor en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid con una tesis sobre Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca, dirigida por Fernando Lázaro Carreter; Catedrático de Institutos Nacionales de Enseñanzas Medias (su último destino fue el Instituto Beatriz Galindo de Madrid, del que fue profesor desde 1973; y director hasta 1997). Así mismo, fue funcionario de la Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma de Madrid hasta su jubilación. Como profesor visitante y conferenciante intervino en diversas universidades españolas y extranjeras y, del mismo modo, en numerosos simposios y coloquios españoles y extranjeros. Fue jurado de los Premios Príncipe de Asturias, del Premio Nacional de las Letras Españolas, de los Premios Nacionales de Literatura, los Premios de las Letras, el Premio Cervantes, el Premio de la Crítica, el Premio Literario Europeo y el Premio Reina Sofía, entre otros.
Crítico del diario ABC (1983–1991) y del diario El País (1991-2001), donde ejerció también como articulista de opinión. Premio Luca de Tena (1988). En sus últimos años se desempeñó como crítico del diario ABC en su suplemento cultural ABCD (2001 - 2009). Sus trabajos de investigación han sido publicados en Hispanic Review, Ínsula y Anales de Literatura Española Contemporánea, entre otras de similar importancia. También fue colaborador en otros medios de comunicación españoles como Informaciones, Cambio 16, Cuenta y Razón o El Siglo y presidente de la Asociación Española de Críticos Literarios entre 1996 y 2009.
Escribió numerosos artículos en diversas revistas especializadas en crítica e historia de la Literatura Española y prólogos a obras de Francisco Ayala, Azorín, Pío Baroja, Adolfo Bioy Casares, Rubén Darío, Alfonso Grosso, Francisco Umbral, Miguel de Unamuno o Christa Wolf. En el periodo 1997–2010 fue Coordinador del Área de Cultura de la Consejería de Educación y Cultura de la Comunidad de Madrid organizando exposiciones, ciclos de conferencias, representaciones de obras dramáticas y dirigiendo la asesoría de la colección Letras Madrileñas Contemporáneas (en coedición con Visor).

OBRA:
El Paraíso y las hachas (1968). Poesía.
Lorca: Interpretación de Poeta en Nueva York (1982). Tesis doctoral. Ensayo.
Acelerado sueño: memoria de los poetas del 27 (1999). Ensayo.
El vicio crítico (2000). Ensayo.
La sangre oscura (2006). Novela.
La Quencia (1998–2001). Memorias.
Días precarios (2007). Poesía.
La lealtad del sueño (2008). Poesía.
Inclemencias (2008). Poesía.
La ausencia (2010). Novela.

Obra crítica
40 años de poesía española, Madrid, Cincel, 1979.
Lope de Vega, Poesía, Barcelona, Plaza y Janés, 1984. (Madrid, Libertarias, 1998).
Federico García Lorca, Oda y burla de Sesostris y Sardanápalo, Ferrol, S. C. V.-I., 1985.
Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba, Madrid, Castalia, 1990.
Literatura española: 2º curso de BUP, Madrid, Júcar, 1986. Con Dámaso Chicharro.
Émile Durkheim, La división del trabajo social, Madrid, Akal, 1987.
Federico García Lorca, Primer romancero gitano, Madrid, Castalia, 1989.
Federico García Lorca, Obras Completas, Madrid, Akal, 1980. (Poesía 1 y 2, 2.ª edición, Madrid, Akal, 1982).
Federico García Lorca, Yerma, Madrid, Espasa-Calpe, 1991.
La nueva poesía (1975–1992), Barcelona, Crítica, 1996.
Ignacio Aldecoa, Neutral corner, Madrid, Alfaguara, 1996.
Federico García Lorca, Prosa, Galaxia-Gutemberg, 1996.
Federico García Lorca, Obras completas, Galaxia-Gutemberg, 1996.
Azorín, Valencia. Madrid, Madrid, Alfaguara, 1998.
Max Aub, Mis páginas mejores, Fondo de Cultura Económica, 2000.
Francisco Umbral, Mortal y rosa, Madrid, Cátedra, 2001.
Varios autores, Explorando el mundo: poesía de la ciencia, Sevilla, Gadir, 2006.
José Hierro, Poesías Completas (1947-2002), Madrid, Visor, 2009; con Julia Uceda.

Otros premios
Premio Luca de Tena (1988)
XXIX Premio Ciudad de Melilla de Poesía (2007)




De flores


Una flor puede ser
El emblema de la felicidad.
Los poetas de oriente llevan siglos
repitiéndolo, sabios y sutiles;
yo he encontrado ese emblema
en una flor de los cielos abiertos:
la amapola, compacta en sangre generosa,
vecina buena, ubicua compañera,
fiel intrusa de todos los caminos,
musa alegre de todas las cunetas,
revisora segunda de los trenes.
Doncella de los labios carmesíes,
me ha traído mi infancia de la mano,
la niñez transparente, alondra tibia,
y ha voceado sus nombres más queridos
y ha repetido fraternal sus cantos
de cristal, sus sonidos
de sueño limpio y alto en los afanes.
Entonces –era entonces--, mayo
venía con su caballo blanco y puro
a llevarse en su lomo de jazmines
las pálidas cenizas del invierno.
Mundo de la promesa, los mitos y los ángeles.


Desdichado de aquel que nunca tuvo
o no retuvo, el triste,
una flor palpitante en su memoria,
pues empezamos a morirnos
el día que la dejamos
en los sucios desmontes del olvido.








Homenaje a Marcel Proust


Danzaban todos pero estaban muertos,
sus máscaras fingían las vidas clausuradas,
amortizadas en la nada umbría.
Máscaras --Arlequines, Pierrots, Polichinelas,
Colombinas--, disfraces, falsedades.
Adiós, adiós, hubiera habido que decirles,
adiós, adiós y para siempre.
Pero no había lugar a los engaños:
las calaveras se exhibían
en los engolados disfraces,
apenas si velaban
las dentaduras postizas,
sin rubor se asomaban
a las pelucas grises
y se insinuaban eficaces
en las manos de cera transparentes,
habitadas de azules abanicos
que surtían un aire amarillento
y helado.
La orquesta
decía el triunfo de los madrigales,
el rumor inconsútil de las faldas de seda
y el movimiento leve de rizos y de bucles.
Pero otra música sonaba,
rebotaba en los muros ya marchitos
y lloraba las llagas siempre abiertas
del perseguido amor, esa verdad
de los amantes descarriados.


Y muy pocos sabían escuchar
aquella música discreta.


Muy pocos, sí, mas es lo cierto,
las músicas sonaban duplicadas,
leves valses de luna, oscuros réquiem,
y ducados, condados, baronías
contemplaban la oscura ceremonia
del tiempo consumado,
como el aire cruel
de los azules abanicos.


Con el amanecer,
en nada concluidos los telones
y las sombras copando las butacas,
la luz restaurará la falsa historia
de los muertos aquellos
y el paisaje real que transitaban:
el cementerio, sí,
el salón genuino de cristales sin vaho,
donde la luna cumple con sus consumaciones,
y borra laboriosa,
las altas inscripciones de la piedra,
la piedra tan enfática y mentida,
la piedra, carne de los grandes ídolos,
decidida agonista de la muerte
con escudos, banderas y linajes.


Emblemas o ficciones de la historia,
mascarada de las suplantaciones,
pasto fértil de años y de siglos.












De doctrina


Descartados ya todos los afectos,
Abandonada toda cortesía,
No esperar comprensión ni tolerancia,
Ni clase alguna de misericordia;
Ventear bien despierto las insidias,
La deslealtad, la astucia, las traiciones;
Estar siempre dispuesto a abrirle al juez
De par en par las puertas de tu casa:
Observar en silencio, resignado
Cómo se lleva todos tus despojos.














Del breve dolor


Nos podemos morir sin compañía,
madre frutal, musa, cuerpo de oro,
pero tampoco es necesario el coro
de voces proclamando la agonía.


Sin tu mano enlazada con la mía
yo no quiero morirme, yo que adoro
tu presencia de luz, fuego indoloro
que alimenta mi alma día a día.


Quiero morir contigo, vida entera.
Quiero morir mi muerte junto al leve
rumor de tu palabra verdadera.


Así será morir un dolor breve
y el otoño una blanca primavera
donde me borraré como la nieve.


(“La lealtad del sueño”. Granada: Comares, 2007)









TRIANA EN FIESTAS



Velaíta flamenca de Santa Ana
entre jarcias y luces marineras;
con flores, gallardetes y banderas
la veija calle Betis se engalana.


La magia de un cantar, salsa gitana,
que brota por conjuro en sus aceras...
bailaoras..., toreros..., buñoleras...
¡Qué linda y qué bonita está Triana!


En la noche estival, noche andaluza,
la flecha de un cohete el cielo cruza
abriéndose en florón de maravilla:


Un reguero de luz que bebe el río...
Rasguean las guitarras y el gentío
se emborracha de cante y manzanilla.





LARA MORENO [1.163]


Lara Moreno

Lara Moreno (Sevilla, 1978) es una escritora española.

Nació en Sevilla pero pasó su infancia y juventud en Huelva. En 2017 fue seleccionada para sustituir a Alberto Olmos como editora en Caballo de Troya. Durante el citado año ella será la responsable de decidir las publicaciones de dicha editorial.

Narrativa

Cuentos

Ha publicado los libros de relatos Casi todas las tijeras (Quórum, 2004) y Cuatro veces fuego (Tropo, 2008). Sus cuentos han sido seleccionados en varias antologías, entre las que destacan Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto, 2010) y Antología del microrrelato español. El cuarto género narrativo (Cátedra, 2012).

Novelas

La editorial Lumen publicó su primera novela, Por si se va la luz, una obra coral en la que "a un pueblo casi sin gente, de repente vuelve la vida para mostrar que nada se acaba de verdad mientras haya un niño haciendo preguntas al mundo".2 Esta obra está considerada por la crítica como un exponente destacado de la corriente neorruralista de la literatura española del siglo XXI.3

Su segunda novela, Piel de lobo, se publicó en 2016.

Poesía

Ha publicado los poemarios La herida costumbre (Puerta del Mar, 2008) y Después de la apnea (Ediciones del 4 de Agosto, 2013).

Premios y distinciones

Premio Cosecha Eñe 2013 por el relato Toda una vida.
Nombrada Nuevo Talento Fnac de Literatura en 2013.




Esta luz deforme del infinito
todo lo abarca
desmadre iluminado
corte sin sombra.
Niña andaluza,
camina por el borde
crustáceo de esta tierra,
gentes del mediodía,
piedras de fuego al sol
y a la llanura.
Roja la fruta de agua
entre tus dedos,
sus pipas negras llorando en los pezones.
Roja la carne que esconde nuestros miedos
bajo el vino azulado de este cielo
al pie del continente.

Grano con grano
la arena nos envuelve.
Hombres de la pleamar,
sexo hemisferio.
Océano vivo.
Sólo aquí.
Océano.


*



Me digo:
escribe
de estas cosas horribles
que te merman las tinieblas
aquellas tinieblas que uno atesora
lugares
de oscuridad plastosa
y obligada
ese museo de nadie
donde sólo uno cabe
y donde es.
Me digo:
sácalo todo y
luego:
el qué.
Sí, mujer,
la lava,
el plancton,
la brea.
Esa masa que obstaculiza
la sangre
(objeto limpio exorcizado)
que apoltrona
las hormonas
(objeto útil psicotrópico)
que corroe
las enzimas
(madre vicio y victoria).
Eso.
Me digo: dilo.
Y luego: el qué.
Qué grito de hospital nunca aplaudido
qué famélica visión futurista de una misma
qué pordiosera misión de presente.
Me digo: hazlo.
Y aquí estoy,
ironizando el miedo, el agravio,
lo desesperado
de vivir
la presión
la incógnita maldita.
No quiero, no.
Porque intuyo
que no es suficiente
el tiempo que paso entre tinieblas,
y que aquéllas
sólo son
una esperanza incauta de que quizás
la felicidad
sea algo menos que todo esto.


*



Otro día de sol.
Otro día de sol.
Otro día de sol.
Otro día de sol.
Otro día de sol.
Otro día de sol.
Otro día de sol.
Etcétera, etcétera.
España no produce petróleo.
¿Qué produce España?
Otro día de sol. Otro día de sol. Otro día de sol.
Supongo que alguien tendrá la delicadeza de señalar el camino con flechas,
con marcas en los árboles, con cruces sobre la puerta del centro de la Tierra.
Digo, para los que estamos completamente perdidos.


*


Por la radio no hay luto para nadie por supuesto
Atentado en Marrakech cinco millones de parados boda real en Londres
nuevos duques de Cambridge todo junto
Un día nublado como hoy un día que podría ser soleado un día pesado como hoy
Está todo tan bien
El barril de gasóleo
Tan bien
Tan facilito todo
Yo tomé café en aquella plaza una mañana después de que me timaran
por primera vez en ese país, me sentía extranjera y humillada,
me sentía feliz,
tomé café en aquella plaza mirando el bullicio (el verdadero bullicio)
Está todo tan bien aquí
El embarazo humano es la cosa más larga del mundo
Bueno no tan larga como el desamor y la enfermedad
En el pequeño planeta donde vivo tengo motivos para estar contenta
Porque duermo con el hombre de los ojos más hermosos
Y porque me besa

En el pequeño planeta también escucho las noticias y sé que la alta tecnología, el azar y los conocimientos adquiridos a través de las redes sociales (esa desidia) no nos librarán de tomar café una mañana en la plaza adecuada
En el momento adecuado
No nos librarán

Qué te habías creído

Mientras
Una tormenta tras otra
Y los árboles


*



No tengo cámara web
soy tan informáticamente pusilánime que las cámaras web me dan miedo
cuando voy a un ciber, y ese ojo me mira agarrado al borde superior de la pantalla, lo aparto de un manotazo, por si acaso
¿por si acaso?
confío confusamente en la individualidad y en algunos de los motivos necesarios de la independencia íntima
lo aparto de un manotazo
(en realidad me da vergüenza)

Cuándo vamos a dejar de hablar del fin del mundo
yo cuando tenga tiempo dejaré de hablar del fin del mundo
empezaré a hablar del mundo sin fin
esa mentira

Cuando tenga tiempo a lo mejor me tumbo en mi jardín, lleno de mala hierba, seco (qué súbito ha sido todo), y con los brazos extendidos espero a que suban los insectos hasta que me pique todo el cuerpo
pero lo que es realmente seguro es que me sentaré en una silla, con cuidado de que las garrapatas no transiten mis tobillos, y esconderé mi cara del sol bajo un sombrero, para poder leer durante horas sin dolor en los ojos

Otra vez me esperan los libros, sobre todo uno de ellos; impacientes, olvidados

Incluso cuando el verano prometa consecuencias
yo estaré obsesionada con las causas
dicen que ha llegado ya
pero tú y yo sabemos de sobra
que está aparcado a la vuelta de la tierra
escondido de nosotros
los que aún no somos capaces de desnudarnos.




*


Perder el tiempo no es mirar embobado
el cielo azul de las diez de la mañana.
No es hacerse el remolón en la cama,
decidirse por una leche con miel.

Perder el tiempo no es no tenerlo claro,
o cambiar el taxi por el autobús.
Subir la cuesta del parque del Oeste.

Perder el tiempo no es no saber adónde ir
ni adónde mirar.
Dejar el trabajo para más tarde.
Cancelar las citas del día.
Todas (hasta las verdaderamente importantes).
Dejar que pasen las horas de la mañana
fumando hachís entre medias y frío.

Perder el tiempo no es acercarse a un cuerpo extraño
con todas las dudas colgándote del pelo,
arriesgándote a no sentir,
a no percibir.
Tomar la parte por el todo,
y no querer huir, que ya es tanto.
Recolectar colillas a las tres de la mañana,
oler los gatos en las escaleras.
Una rendición falsa, un aplazamiento.

En la cabeza otro nombre
a punto de salirse por la boca;
mirar de reojo, por si acaso estuviera.
Y sin embargo sentir,
sentir la calma.
A ratos mucha calma.
Las manos ásperas,
los labios blandos.

Hay algo en esta vida que me gusta.

Perder el tiempo no es pararse a mirar a través de los cristales.
Perder el tiempo es otra cosa.
Es estar muerto, en orden.


*



Acaricio su mano y el tacto de las venas en el dorso de la muñeca me estremece. Algo de mis propias venas se remueve hacia el centro, al sentir que estas otras están dispuestas para mí sobre la colcha, como minúsculos ríos de agua que hierve, desnudos ante el acecho de mis dientes.
Sigue en mí el tacto, el pensamiento.
Porque la calma de esta habitación viene a parar al sueño, a la tarde inmóvil de invierno, con el sol caído y unos perros rebeldes desgañitándose al fondo de la plaza.




RENUNCIA

Querría ser
dócil
y estar a merced
de los elementos,
arena frágil de las nubes,
lluvia provocadora,
tantos fuegos como años
llevamos sin querenos.

Ni siquiera dejo de engañarme
cuando el lagarto de la púrpura
está mirándome a los ojos
diciéndome ya sabes qué.
No iré contigo hoy,
reptil del mundo,
me quedo aquí,
en este hoyo de meteorito.
No soy cobarde.
Soy un trozo de piedra que erosiona.

 Después de la apnea (Ediciones del 4 de Agosto, 2013).



TESMPESTAD EN VÍSPERA DE VIERNES MIENTRAS LLEGA EL AMANTE

Como una ruina levantándose, ahogado el silbido del espacio, la aleta de un escualo o un colmillo, así barrunta el huracán tras esta puerta.

No hay resquicio por el que no grite el aire ni madrugada inocente o inofensiva.

Y ni siquiera el humo de la luz que se consume, la espalda quieta en este muro contra nada.

Ya no hay chicharras, ni pasos cuando la feria, y mañana el frío hará escarcha en los cristales, y yo haré balanza: como el recuerdo fresco de la sangre en el plato tras la carne, la ciudad se me parece entre los sueños con los pasos quemados de los amigos, y a pesar de eso, hoy, la soledad hinchada, la noche larga, el teléfono, el vicio, y tecla a tecla: el desafío.

Cuando detrás de las horas vengan tus huesos a juntarse otra vez con todos los míos, y llueva sobre mojado en esta cama, y caiga la gota gorda, piel aunque piel, poro propósito, tarde y marisco, yo haré balanza: el viernes, día de la luna, diente y ombligo, que ningún viento arranque de cuajo esta ballena donde he vivido.

 Después de la apnea (Ediciones del 4 de Agosto, 2013).




RECUERDO DE UN JILGUERO

Mi hija tiene una herida imaginaria.
Es la herida de una aguja en el brazo izquierdo
o más bien el recuerdo de esa aguja.
Herida arañazo de jilguero herida pico clavado en carne blanca.
Ya curó el agujero pero ella no quiere que nadie
toque ahí,
no quiere quitarse la ropa y ni siquiera subirse la manga del pijama.
para lavarse las manos.
Intentamos convencerla de que su herida no existe
pero ella frunce el ceño, pone voz en falsete
y escenifica el momento en que la herida fue causada.
Puedo perfectamente ver la cara de la enfermera entrando,
en las manos asidos los utensilios de abrir vías.
Si insistimos, se enfada.
No, no, no, dice.
Debemos respetarla.
Ella tiene una herida imaginaria
tan fresca que no llega a cicatriz.
Yo sin embargo tengo solo memorias.
Nostalgias de dolores ya cerrados.
Eso es más gratuito que la herida de un pájaro.
Mucho más fantasioso, más pueril.
Pero tengo también algo más peligroso y contundente:
el miedo admonitorio de dolores futuros
heridas vanguardistas
heridas horizonte
un abismal terror a la herida del mañana
la blanda superstición de lo premonitorio.
Yo también necesito que alguien venga a decirme
que la piel de mi brazo está curada
que ya no hay cicatriz ni siquiera un rasguño
leve temblor del daño
que no hay nada
que ha pasado el peligro
por ahora.

Revista Literaria La RaRa, número 4, año 2015 (ediciones RaRo, Jaén, 2015).








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1162.- GUILLERMO BUENESTADO LEÓN



GUILLERMO BUENESTADO LEÓN. (SEVILLA). Falleció en el año 2010
Sus libros: “Raigambre,” “Venus Andaluza” “Revuelos y Requiebros” o “El gólgota y Sevilla”



El Padrenuestro.

Yo nunca lo recé, y sin embargo,
lo aprendí como muchos lo aprendieron,
y como muchos, pronto lo olvidé
y hoy me pesa, Dios mío, el no saberlo.

De los sagrados labios de mi madre
lo aprendí de ella siendo muy pequeño
cuando a Dios le rezaba al acostarme
y, estrechando mis manos en su pecho,
me lo iba así diciendo en alta voz
para que yo lo fuera repitiendo.

Y así lo aprendí de ella:, entre sus brazos,
en las muy crudas noches del invierno,
cuando ya terminados sus quehaceres
conmigo a Dios rezaba unos momentos
Y así de ella aprendí con Dios a hablar
y así aprendí a rezar el “Padrenuestro”
pero hace ya de aquello tantos años,
ya hace Señor de aquello tanto tiempo,
que por mucho que quiero hacer memoria
casi apenas de nada yo me acuerdo;
y es que no sé el porqué nos olvidamos
de aquello que aprendimos de pequeños,
de esa santa oración que nuestras madres
también ellas de niñas la aprendieron,
la misma que en sus brazos me enseñó
que olvidé y que dice “Padrenuestro”






SEVILLA LLORA QUE LLORA

Sevilla llora que llora
se está destrozando el alma,
porque a ella quieren quitarle,
poquito a poco su gracia.

Cómo sufre y se tortura
abrazada a su Triana,
mirando en su río moro,
contemplando su Giralda.

No sé qué tiene en sus ojos,
ni qué tiene ella en su cara,
que hasta los cielos le besan
las puntas de sus pestañas.

Macarena y Gran Poder,
tristes enjugan sus lágrimas;
no quieren que se torture,
al verse menospreciada.

El Parque de Maria Luisa
entre palmeras y acacias,
gozosa, la piropea
mientras con ella se abraza.

Estrellitas y luceros
alumbran sus madrugadas,
adornando sus caireles
con flecos de luna clara,

Por entre nubes cantando
ángeles corriendo bajan
y, adormecido el silencio,
su cuerpo rizan sus alas.

Con tu cintura de mimbre,
tu finura y tu elegancia,
cuando te atraviesa el río,
¡cómo disfrutan sus aguas!





TIERRA DE SANGRE BRAVÍA

Los cortijos se visten de terciopelo y,
de noche, se alumbran con tú der sielo.

¡ Ay, qué alegría de esta tierra tan
verde de Andalucía!

Por los campos de Lora,
pastan toritos bravos de gran trapío.
pá que los vieras
me encantaría yevarte,
si tu quisieras.

Apartando los toros
pá una corría,
me he yevao entre jarales
tó el santo día.
Brisa de mayo
acaricia er galope
de mi cabayo.

Carma, niña, tus nervios
que estás temblando;
que ese toro tan sólo
te está mirando.

Sube a esa higuera,
pá que pronto se carme
tu temblaéra.




CRISTO DE LA SANGRE

Cómo, Señor, mi Dios, has permitido
que tu cuerpo haya sido maltratado,
y vilmente, mi Dios, crucificado
Tú, entre mofas maltrecho y ofendido.

Cuando te veo, Señor, tan malherido,
y pienso que al pecar yo te he clavado,
también en cruz de muerte, avergonzado,
quisiera en ella verme arrepentido.

Ni corona de espinas que ciñera,
ni clavos que en mi cuerpo yo clavara,
nunca por mucho y mucho que sufriera,

nunca, Señor, tu afrenta reparara,
a menos que yo en cruz también muriera,
y con mi sangre, ¡oh Dios! yo te enjugara.

"El Gólgota y Sevilla"
1969



Dimas y Gestas

Lamentos de Cristo curvan
los meridianos del Orbe.

Sobre un Gólgota de sangre,
medrosa llora la noche,
que alumbra su oscuro rostro
con luz de los horizontes.

Fláccido, sin vida, inerte,
Jesús llama por sus nombres
a dos conciencias que gimen,
y una a Cristo no responde.

¡Ay, Gestas! ¿Por qué a tu Dios
con odio tu cara escondes?
¿Por qué tú, con tu desprecio,
quiebras del Cielo sus moldes,
cortas filos de cristales,
hieres a Dios -hecho Hombre?
¿Por qué, Gestas, tú a tu Dios,
sin rencor, no le respondes?

A un buen Dimas, que agoniza,
Cristo en sus ojos le pone
luz eterna, viva luz,
cuajada de resplandores.





Ntra. Sra. del Mayor Dolor en su Soledad

Sevilla, Virgen, quisiera
no ver tristeza en tu Cara;
ver lo sonrisa en tus labios,
ver el gozo en tu mirado.

No te atormentes, no sufras,
y sostén yo Tú esas lágrimas,
que tu Arenal sevillano
blanco sudario prepara
para Cristo que en la cruz
con dos ladrones se abraza.





Todo el Gólgota trepida,
al ver quebrarse los moldes
de un Justo, que en cruz se abraza,
maltrecho, a dos malhechores.

Y cuando ya los tres cuerpos
en la oscuridad se esconden,
ángeles de los espacios
abren surcos en la noche.



AMARGURA TE PUSIERON

Amargura te pusieron,
por ser amarga tu pena,
la pena que llevas dentro.

Dolor que a tu cara asoma.
Daño escondido en tu pecho.
Es penar que, lentamente,
te va matando en silencio.

¡Ay, Virgen, como una llama
que te quema con su fuego!

Es tu amargura tristeza,
profundo llanto en secreto.
Es cual puntiagudo clavo
que, desgarrando tu cuerpo,
te traspasa el corazón
y hondo se clava en tu pecho.

Por ser amarga tu pena,
la pena que llevas dentro,
no hay para Ti mejor nombre
que el nombre que llevas puesto...
que por sufrir como sufres:
AMARGURA te pusieron.