Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 14 de diciembre de 2012

1429.- ANTONIO AFÁN DE RIBERA



Antonio Joaquín Afán de Ribera
Antonio Joaquín Afán de Ribera y Gónzález de Arévalo (Granada, 7 de febrero de 1834 - ibídem, 5 de septiembre de 1906) fue un abogado, dramaturgo, cuentista, periodista y poeta español.
Aunque su fama no llegó a traspasar los límites de la provincia, fue popularísimo en su ciudad natal, donde ejerció como juez municipal del juzgado del Campillo durante gran parte de su carrera. Realizó estudios de ingeniería en Madrid y de Medicina en Granada. Reunía los títulos de bachiller en Ciencias, doctor en Derecho y en Filosofía y Letras.
Sus trabajos tienen el sello de la localidad, siendo el asunto de sus aficiones la historia de Granada, sobre la que compuso multitud de tradiciones y leyendas. Fue colaborador de La Alhambra de Granada, redactor de Gente vieja y contertulio de la Cofradía del Avellano, tertulia artística y literaria encabezada por Ángel Ganivet, muy influyente en la cultura granadina. Era también conocido con el sobrenombre de «Gaudente el Viejo», utilizado por Ganivet para nombrar uno de los personajes de su novela Los trabajos del infatigable creador Pío Cid. Fue fundador y alma de la Academia del Carmen de las Tres Estrellas, tertulia literaria que se reunía en su casa del Albaicín y que perduró más de un cuarto de siglo.

Obra

Dio a la escena bastantes obras, muchas con el seudónimo de Juan Soldado, pero no logró en este género la popularidad que en el legendario y el tradicional.
Publicó del género dramático:
El laberinto
La estrella de la esperanza
Glorias de granada (en colaboración con F. Manzano Oliver)
El liceo en escena
El bufón de don Juan II (en colaboración con Mendo de Figueroa)
Corte y cortijo
El pensionista
Farinelli, zarzuela (Granada, 1855)
Tres damas para un galán, comedia
El alcalde vinagre
Virtud al uso y Mística a la moda
El nuevo Fígaro
Antiguos y modernos
Aurora
Sus mejores obras son:
Leyendas granadinas, prosa y verso
Momentos de ocio y Auras de Genil, poesías
Tradiciones en prosa y verso:
Los días del Albaicín (Madrid, 1885)
Del Veleta á sierra Elvira

más otras muchas poesías que vieron la luz en publicaciones periódicas y no llegaron a formar colección. En El Defensor de Granada publicó su novela El resplandor de la luna llena que no llegó a terminar.

Distinciones

Premio de la Academia de Ciencias de Londres, por un trabajo sobre astronomía.
Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
Gran Cruz de la Orden de Beneficencia.
Gran Cruz de la Orden de Alfonso XII.
Comendador de la Orden de Carlos III.
Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén.
Académico numerario de la Academia de Bellas Artes de Granada.
Miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia.
Miembro correspondiente de la Real Academia de San Fernando.






Fue novio Juan de la sin par María

 Fue novio Juan de la sin par María,
 y en el largo trajín de sus amores,
 todos fueron ensueños seductores
 y proyectos de bienes y alegría.


 Llegó el plazo, o mejor, el fausto día
 como dan en nombrarle los autores,
 de encadenar a entrambos amadores,
 en eternal unión, la Vicaría.


 ¡Qué gran luna de miel! ¡Qué desatino
 de amantes! pero al mes quiso el demonio
 que echara cada cual por su camino.


 Y al preguntar por qué, me dijo Antonio:
 -«Como el vinagre se engendró del vino
 así el amor se tuerce en matrimonio».





lunes, 10 de diciembre de 2012

IBN DARRAY [1.428]






Ibn Darray 
Ahmad ibn Muhammad ibn Darray 
al-Qastalli 

(Cazalilla, JAÉN  958-Denia 1030). Es un poeta de origen bereber, natural del Algarve, en el año 992 entra en el séquito de Almanzor, gracias al mérito de una casida improvisada con tema y rima forzados. 

Almanzor y los poemas de Ibn Darray Al - Qastalli. - LA CHICA GARRIDO, Margarita.

Almanzor y los poemas de Ibn Darray Al - Qastalli.
Margarita LA CHICA GARRIDO.
Valencia, 1973 (‘Anales de la Universidad')



Estuvo dieciseis años al servicio de Almanzor y de sus hijos en Córdoba. Su poesía en este periodo se dedica a ensalzar la actividad bélica de Almanzor en sus campañas contra los reinos cristianos. En sus diwanes, o colecciones de poesías, aparecen casidas compuestas al hilo de los acontecimientos, pues Darray formaba parte del ejército. Por eso, aparte del valor literario, interesan por su valor histórico, pues describe pormenores del caudillo andalusí, acompañándole en las expediciones militares y cuyas victorias canta:



Tu victoria en Santiago llena de luz la tierra,
Igual que el sol extiende el día.
Vuelve ahora a peregrinar con los musulmanes
Tras haber destruido el centro
de peregrinación de los cristianos,
pues Cairuan, Egipto y el Hiyaz
fijan en ti sus ojos, esperando



A la muerte de Almanzor, sigue componiendo panegíricos a su hijo y sucesor, al que le sigue acompañando en sus luchas contra León y Cataluña. A partir del 1.008, con el comienzo de la guerra civil, se acabo con la tranquilidad que disfrutaba Darray y este tuvo que emigrar de la ciudad. Tras una estancia en Ceuta, con los hammudies, vino de nuevo a la Península, muy decepcionado por la falta de refinamiento de los beréberes. Su nostalgia de la época de Almanzor hace que acuda en primer lugar a las cortes donde gobiernan los eslavos (antiguos generales de Almanzor), como Almería, Valencia, Tortosa, Játiva y Zaragoza desde donde escribe poemas nostálgicos de Córdoba, siendo acogido por Mundir I en 1018 donde trabajo como visir-secretario y como panegirista de su corte. En 1021 se celebrara la boda entre los condes Berenguer Ramón I de Barcelona y Sancha, la hija  del conde Sancho García de Castilla. En ellas Darray destaca como Mundir I se gana la alianza de estos dos condados, para así oponerse a Sancho el Mayor de Pamplona.
A la muerte de Mundir I le sucede en 1022 su hijo Yahya al hayib al-Muzaffar, e Ibn Darray continuó a su servicio como poeta de su corte hasta su marcha a Valencia.
No están claras las razones de su descontento de Zaragoza y al final vuelve a Valencia, ciudad donde gobierna un nieto de Almanzor. Después se trasladará a Denia en 1028, ciudad donde encontró la muerte en 1030.
Cultivo una poesía preciosista. Su estilo manierista estaba inspirado en el gran poeta neoclásico al-Mutanabbu, pero la producción de Darray, ejemplo de la sofisticación que alcanzó la poesía andalusí en la época de taifas, muestra una mayor complejidad.
Es una de las primeras veces que se expresa en Al-Andalus la desesperanza y la incomodidad de los escritores ante la situación política que los margina, con estrechez y la falta de apoyo social. Mas adelante, expresiones así se escucharan repetidamente en Al-Andalus, cuando los escritores padezcan los efectos de las crisis políticas. 
            


Si en los jardines que habita
me impiden ver a mi dueño,
en los jardines del sueño
nos daremos una cita.






Es Ibn Darray Al - Qastalli, poeta oficial de Almanzor, el verdadero «Mutanabbí» de al-Andalus, a veces superior al maestro, según el editor de su Dīwān, Mamūd Makki. Como ejemplo, incluimos una de sus casidas, obra ya de vejez, cuando caída Córdoba, halló efímero refugio en Valencia, gobernada por dos fatas eunucos, Mubārak y Muaffar, a los que, sin ningún rebozo, dedica sus sonoros versos, sin tener en cuenta, como el poeta de Cufa, la distancia entre el homenaje y los homenajeados.
El poema se inicia con un nasīb donde la amada se transfigura en espectro etéreo de una mujer que no se ve, sino que se adivina, como luz de astro o reflejo de joya. Es el nasīb estilizado por el lenguaje modernista y por la concepción cortés del amor.

¿Te ilumino yo o enciendes tú la luz en la noche
para el que desea ser tu huésped o tu vecino?
¿Es tu aroma o es el perfume de los pebeteros
que has hecho arder con madera de incienso y áloe?
¿Es tu sonrisa deslumbrante o es la luz del relámpago,
al que mi llamada impulsa a ser generoso con tu morada?
¿Es la ajorca que te quitas o es la luna que sale?
¿Es el sol o es tu brazalete que brilla?
¿Es el borde de la aurora o es tu frente sin velo?
¿Te ha prestado el alba su luz
o tú se la has prestado a ella?
Tú acoges a la noche, cuando la claridad ha derrotado,
a sus escuadrones, y a la aurora, cuando te pide asilo.
La aurora tiene su orto entre tus zarcillos,
allí donde la negra noche ha extendido su velo;
sus tinieblas no desaparecen con el día,
y el día no desaparece con las tinieblas.
¿Son estrellas de las Pléyades tus manos, cuando las unges?
Tiene un bello poder que captura a los corazones fugitivos.
Eres reina, pero no Bilqīs, cuya historia conoces,
ni tampoco Zenobia, que no te supera.
En las primeras estrellas de Géminis contemplo,
en la mitad de la noche, el ardor de tu amor o imagino tu morada.


El lenguaje es modernista con toda una serie de comparaciones astrales y la original estructura de la interrogación. Las alusiones históricas a Bilqīs, la reina de Saba, y a Zenobia, reina de Palmira, son muy neoclásicas, pues los poetas de este estilo hacen continuas alusiones al pasado mítico de los árabes, de la misma forma que los poetas del renacimiento citan a los personajes de la mitología grecolatina.
Tras la descripción de la mujer astro, Ibn Darrā ŷ inicia el rail, donde singularmente no es el poeta el que viaja, sino el espectro de la amada, en un viaje por un desierto conceptual:

Tu espectro vino de noche, excitó mi pasión
y aumentó mi amor por ti.
¿Mi propia respiración me inquieta
o es el viento el que trae mi inquietud?
¡Cuántos mares y desiertos has cruzado hacia mí,
que casi me ha hecho olvidar tu amorosa llegada!
¿Ha sido la escritura de los libros de ciencia la que te ha traído
a mí o la esfera giratoria la que te hizo girar hacia mí?
¿Cómo has podido ocultar tu rostro en la noche oscura,
apagando la luminosidad que es tu distintivo?
¿Cómo te has empeñado en viajar sin palanquines
sin una pequeña litera, sin usar los animales de viaje?
Aunque el pastor del vado te diese su camella preñada,
que no brama en el abrevadero, contestando al relincho de los caballos
que están en el aprisco de tu caravana;
los viajeros no te quitaron ojo, precavidos de unos ojos
que no duermen, por tu cuidado.
¿Estás satisfecha de la noche con ropaje de viajero?
El sol no aparece,
si no toma luz de ti.


Y termina con el madi, el elogio plenamente hiperbólico, de los señores de Valencia, Mubārak y Muaffar, clientes de los amiríes, la familia de Almanzor:

Mi visita a palacios encalados me ha vedado recibirte;
a mi alrededor rugen leones y la constelación de Leo
musita que debo abstenerme de tu visita;
mi tierra son los torrentes de los caballos de Muaffar,
mi noche son las estrellas del cielo de Mubārak,
donde he encontrado la seguridad que gritaba mi deseo:
¡Ven a estas dos fuentes, que dan la mejor agua;
Ven a estos dos mares, en los que la generosidad agita las olas
y que no hacen desesperar a tu espera;
ven a estos dos nobles corceles, que llegan a la meta
que tú habías elegido;
saluda a estos dos árboles frondosos, cuya generosidad
te sirve de sombra y te acerca al fruto apetecido;
albricias porque has dado en el blanco de tus deseos
y has recibido lo mejor que da la humanidad!
Están asociados, pero cuando entran en liza con sus pares
luchan en solitario.
Ambos escuchan tus peticiones, cuando el tiempo aleve
te hace prisionero. ¡Oh guía de la buena dirección!;
desenvainan espadas que se inflaman de compasión por tu desquite,
hasta que logran vengarte.
¡Felicidades, oh mansión del califato,
pues son dos lunas que brillan,
elevando tu alminar!
Hacia ti se dirige una caballería de potros enjutos e hirsutos,
que te ofrecen fuerte ayuda en tu victoria;
son los primeros en la batalla, como si sus relinchos
contestaran, bajo los golpes, a tu grito de guerra.
Han probado con Almanzor la victoria y la fuerza,
y te hacen probar el día de la prueba, lo que has elegido;
el día de las lanzas se afilian a los amiríes
y tu vida, ¡oh enemigo!, no durará...






                           






domingo, 9 de diciembre de 2012

1427.- CRISTÓBAL CARRASCO BERMUDO (ASK)





Cristóbal Carrasco Bermudo (ASK). Licenciado en Filología Hispánica, poeta y escritor, nacido en la villa de Campillos (Málaga). 

Es autor, entre otras, de las obras Memorias de Acanto, Fiebres, Premonición de los espacios y La rebelión de las sombras. 

Todo verso no tiene apariencia de poema si no tiene fuerza, latidos de rima. De este modo formo mi mundo, mi universo... 




DESPERDICIO

En la hora distante a tu cuerpo
pensar es un sacrificio
cuando todo parece derrumbarse,
apenas al límite de aquellos ojos
que rogaron al despertador con lágrimas
una última tentativa a la caricia,
al murmullo tembloroso de la boca.

Pensar en todo y en nada
cuando ordeno la habitación, la cama,
y deshago el último rostro de amor
dibujado entre las sábanas.
Un atropello de memoria,
siniestro choque donde la herida
no rezuma  sangre, ni crujen  huesos,
tan simple su dolor, tan impredecible.

Cada mañana es reinventarse
con los lápices de la madrugada,
tú entre tus nóminas, entre tus números,
yo en la violencia de un horizonte amplio
donde se pierden los estribos,
y la marea ,inevitablemente,
 te arrastra al desperdicio.






POR AQUELLOS AÑOS

Por aquellos años llevaba el cabello largo enmarañado
Con sueños que luego apenas se cumplieron.
Era un iluso como cientos de ilusos que cruzan la calle
a ciegas, un héroe presumido y cobarde.
Pensaba entonces en la poesía más que en el sexo,
Y tenía la seguridad de comprender mejor
Un poema de Rimbaud que la teoría lingüística de Chomsky;
Los días pasaban sin darme cuenta desde mi ventana
Ensimismado en la lectura de Crimen y Castigo,
O literalmente enganchado a los versos de Luis Aragón.
Me pesaba más el cuerpo que la culpa,
Y eran tantas la tristezas que forzaba al día
Como veces visitaba al retrete.
Presentía al verso antes de ser verso,
Y el poema no tenía entonces ni la más mínima importancia.
Mis amigos me miraban de reojo,
Sentenciando una vida sin vida, sin línea marcada,
Sin río ni mar donde morir,
Mientras brindaban los duros trabajos como victorias falsas
y besaban a sus respectivas novias a fuerza de tornillo.
Mis padres caían en la cuenta de amarse
A veces cuando era demasiado tarde
Y mis hermanos llevaban vidas dispares,
Mas todos dormíamos como felices bajo el mismo techo.
Por aquellos años uno no presiente el engaño como parte del día,
Y ante la adversidad no había más escapatoria que una sonrisa
Aunque uno no supiera realmente si era fingida.







Tan solo quieren minarnos las entrañas
con excrementos, lapidarnos los ojos
frente al televisor, conducirnos con infrarrojos
al desperdicio, fusilarnos de metralla
por el páncreas…

Una sola voz sin tu debida cuenta
permanece inmensa a pesar de todo.
En sus paredes la memoria retumba
a golpes de timbal de guerra,
a sed de rabia seca.

Allá permanecen los héroes,
encerrados en vitrinas de museos
con camisas de fuerza
donde las sombras descansan
sobre lechos de libros empolvados.

Tan solo buscan amordazarnos el corazón
a base de hipotecas, encadenarnos con púas
a un bostezar infinito, y morir, morir
sin la dicha de haber vivido.

Soy una sola voz que no tiene nombre,
ni fuerza, ni alma alguna,
para levantar esta condena.

Allá siguen los héroes
con la desdicha entre sus huesos
de no poder clamar victoria
en este presente incierto
porque el presente no es cosa de uno,
sino cosa de cientos.






A Cadaqués

En la montaña, lengua de nube, 
pincel blanco, sombra de nieve. 
Una tarde de siempre, de nadie, 
tiritando de frío por calles desiertas. 
En el mar, galera de olas, 
súbito azul verdoso, sombra de agua. 
Una tarde de nunca, de todos, 
tiritando de frío por calles desiertas. 
En el cielo, ¿Qué en el cielo?, 
solo las estrellas lo saben. 
Una tarde que a veces no pasa, 
tiritando de frío por calles desiertas. 






Por calles que eran días
no buscaba el sol, ni el incendiario cosmos,
ni siquiera una esquina para prostituir al tiempo.
Tampoco era necesario el verso ni engrandecer la existencia,
o caer acaso en la fatiga del pensamiento.
Era simplemente cruzar sin mirar apenas,
desafiante en todo momento,
aunque sin el deseo de una posible desgracia.

La ciudad era inmensa,
con estaciones que pasan,
con veranos sedientos en postales de sirenas,
con la boca del metro,
con una vía láctea de neón
bajo el suelo,
bajo el asfalto…
El amanecer entonces no importaba nada como tampoco importa ahora.

Alguien me llamaba de vez en cuando
para llamar también de vez en cuando a alguien
descubriendo quizás la humillación propia de uno mismo.

Por calles que eran días no había nada,
la ciudad reptaba
con sus ruidos de ascensor viejo,
de vientres desalojados,
pensando quizás
en caminos nuevos donde asediar a una nueva sonrisa.

Por calles que eran días yo no era un presente
sino un secuestro sin esperanza de rescate,
pero eso sí­­, desafiante en todo momento,
con pistolas entre las cejas, por si las moscas.





PREMONICIÓN DE LOS ESPACIOS

Existe un espacio vacío 
entre mi cuerpo y el tuyo 
sin dimensiones 
y sin tristezas; 
espacio que varía según sus complicados mitos, 
sin retornos, 
ni apariencias sensibles. 
Espacio monótono como un reloj de cuerda, 
sencillo como la música que no deja de sonar 
(aún sin haber nunca nacido 
el son del frenético Jazz); 
espacio inextinguible 
donde alguna vez nació el delirio. 

Hete aquí, dulce vida, uva madura, 
que mi sombra me dejó 
acercándose más al espacio adimensional 
donde nunca construiremos el amor 
(entre tú y yo: deja que el amor 
te asfixie con su soga de romanticismo...) 

Ves que mi sombra 
planea 
mi estúpido asesinato. 

Y el espacio que me distancia de tu cuerpo 
es el espacio 
del asesino de zapatos negros.. 

La mañana alcanzará su reino 
con su amenazante luz, 
cuando aún bostezan los edificios negros 
un cansancio de hormigón. 
Un perro obsequiará en un futuro próximo, 
tan próximo como el pánico, 
su última canción a la Luna... 

Bostezarán todos sobre mi asesinato 
Bostezarán todos y todas 
TODAS Y 
TODOS 
con sus equipajes para el último viaje. 

Y mi sombra abrirá su risa 
en el espacio 
de las dimensiones 
muertas. 







viernes, 7 de diciembre de 2012

1426.- LUCAS MARTÍN


LUCAS MARTÍN

Nacido en Úbeda (JAÉN), en 1981, Lucas Martín representa una de las voces más intrigantes de la poesía española contemporánea.

Sus méritos oficiales no son pocos: ha ganado varios certámenes como MalagaCrea, En 2003 publicó su primer poemario Cronopeas al que prosiguió la inclusión en la antología de autores jóvenes Frontera Sur, de Francisco Ruiz Noguera. La editorial Alfama publicó en noviembre de 2008 su libro Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0.5.

Hace unos años se embarcó en una serie de espectáculos poéticos junto a Cristof Polo, Daniel Espinar y una banda de rock argentino. Una vez quiso viajar a las repúblicas bálticas.

Licenciado en periodismo, trabaja en el diario La Opinión de Málaga, donde también ejerce de crítico literario y columnista semanal. Se le atribuye un rictus formidable y una poética cercana al vandalismo. Habla francés con acento de morsa y tiene hecha la primera comunión. Actualmente ultima su próximo título: Cuaderno intervenido.

Anotaciones a la gan ópera del pequeño Alprazolan 0.5






Naturaleza muerta con diagrama de mujer y nube

como la lucidez/ 
como un amanecer a la baja/
como el idioma/
la sangre/el calendario /o la espera/
el horror está lerdo de expresión 
y repleto de complementos/
te miro desnuda / y está bien o mal /o cuándo/
y claro / tú no eres uno de ellos/
tus pies son hermosos para amordazar certezas pequeñitas/
para la tristeza capicúa que nace en persia/ o en la desaparición
y termina en la caja del lucero/
al lado de los párpados/
las balas /los sistemas/
razón de mar /dardo/vagina/
mi pequeña siberia:
tu cuerpo te tiene prendida por los ojos/
no/ definitivamente/ tú no tienes alma de complemento/
ahora estoy lejos/
a solas con una jirafa que simula el galope/ 
de lo que queda más arriba /
de los días supermercados/
de las pocas ganas/ y del tiempo/
me masturban los ecos de los aeroplanos/
el ámbar / la tortura/
la venta personal de cadáveres/
la tarde que encontré a tus muñecas
en litigio súbito con los hábitos de las arañas/
ahora estoy solo/ y creo /y no creo/
me preocupa el acento de tus pantalones/
su programa de urbanismo para unas piernas 
a punto siempre de gemir su primer sintagma/
Estamos desnudos/ terribles/
libres de cadencias y de adornos/
solícitos al tacto del dolor/
esperando tantísimo 
el simulacro del amor y del fragmento/

De Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0.5 (Ed. Alfama, 2008)






Poema afundacional

Mi pequeño futuro se calza en ropa vieja/ a dos palmos 
del horizonte más cercano/ en la plaza donde los peces sueñan 
con multiplicar a dios ante los ojos de pez de los comerciantes 
y un muñón habla de locutorios con la luna/

Hablando de hablar aún los cuadernos se espatulan 
en las manos/ y no palpo la posibilidad de ser posible/
mi nombre me mastica muy a fondo y me escupe por el desfiladero 
en el que una vez intuí el culo de una enredadera/ y en el que ahora
sólo quedan dígitos/ nervaduras de sombras/ ángulos redichos 
para que no converse la cometa/

Del otro lado del nombre está el joven que fui buscando entre 
los papeles su propia combinación de suicidio/
“No te lo tomes a mal, pero prefiero ser leal al repique de la luz”/
me susurra/ y los dos comprobamos cómo se despeña 
la curva del poema y aparece la palabra rígida e inabordable/

palabras que presagian chuzos que presagian nubes que presagian
chuzos en los que sólo cabe exhumar lo que vendrá

De Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0.5 (Ed. Alfama, 2008)




Del dolor antropocéntrico

Hoy tal vez todo está dicho/
pendulamos grises en el plano que no perdona/
en la muerte que embiste vulgar y sociológica
al yoyó de las plazas públicas/
pendulamos bajo/ entre cuerpos y ecuaciones/
por donde anida la alegría en cuarentena/y hay cristos en serie/
y razones en ático prisioneras de su propia asfixia/
y farolas tendidas/ y helicópteros/ 
y yo me derramo/
Querida rueda/ 
giramos/nos tocamos la casa con los codos de mirar más adentro/
con las ganas de sumergirnos en las canaletas
que vibran en el envés de la respiración/
Querida rueda/- me dices-/
olvidé mi diadema en la luna
y ahora quizás haya un dragón o un infarto en la avenida/
o en todas partes se sepultan los gestores/
hoy tal vez todo está dicho/
la preñez/ el águila,/la vida,/el número/ la luna/
hay qué ver cómo lloran las cúpulas/ leonardo/
fíjate homo/ leonardo/ 
que las bóvedas invierten su protesta en las ubres y los valles marginales/
fíjate en la policía montada sobre la chimenea que hierve y se desploma 
sobre los que pendulan/ las bielas desdentadas/
querida rueda/ cómo explicar/ oh leonardo /
que pendulamos tristes/ casi en paralelo/
por no decirte que pendulo solo/ y está mal/ y peor visto/
y es feo Leonardo/ es feo/ 
quizás incluso demasiado feo/

De Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0.5 (Ed. Alfama, 2008)





Formulario local

Disgregar el cuerpo        presencia de otras cosas
angustia del total y de cada uno
de la luna y sus enaguas         del misterio más cercano
de la castidad de mis tobillos
inútiles ya para despenar los hombros
y vuelta al todo 
al olvido cualquiera          a la posibilidad engreída 
a la conciencia que se abisma 
sobre su propia herida de caballo de mar
a los errores vivos          y a los otros
que persiguen mundos donde atornillase 
y gritan desde allí su consigna de regreso
que no es otra que            uno dos yo te vi primero
y vuelta del todo a uno      a la posición de manivela
tensar los signos que separan de la muerte
subir despacio          a mí mismo
abrir las escotillas para que se vaya el libro 
y la canción francesa 
quedarme a solas       y volver
en tanto que la nada crece en los objetos
y todo el mundo acude presuroso a su pijama

De Anotaciones a la gran ópera del pequeño Alprazolam 0.5 (Ed. Alfama, 2008)







Capítulo II

A esta cuadra le falta purpurina. Busco espectros en la cuadra. A la foto de Tarzán se le han caído los dientes y nadie dice nada. Es como si las bocas fueran de goma de neumático y todos tuvieran pies para no regatear, para no ajustarse el precio ni las tallas de su sombra, para no contar gigantes, quizá. La espera. De crema y chocolate. El viejo abre el baúl y se olvida de los ogros, se despide el barco pirata de Playmobil, Proserpina y Tulio dicen adiós entre coros de fotografías en excelentísimo bigote, la princesa se olvida de sí misma y de su delicada manera de descalzarse.

            La memoria se ha hecho pis en un descuido, la memoria se ha hecho trizas en otra parte. La princesa se olvidó de sí misma porque el viejo olvidó a la princesa. Así de sencillo. Alguien necesita una fregona. Para dejar de llorar tanto. Pobre viejo, el viejo chino ajironado.

            Le cuesta decir que fue él
            me cuesta decir que soy yo 
            me cuesta decir que soy yo el que ahora barre superficies de leche mientras aguarda el primer volantazo 
la curva imposible, una cordillera andina, tus párpados. Se pierden los papeles y el esfínter, estas cosas ocurren, no suena Schubert en la primera llaga. En la segunda se tienen hijos rubios con ganas de religión y de pescado.

            Los golpes no fortalecen. Después de tres accidentes, hay una pista en el embrague. Se piensa en escapar por la ventanilla y en la piel muerta, nada florece como antes. Del baúl, viejo seboso, ya no germina el hambre.

            Pero me gusta. La memoria está rota y sin decibelios, la herida sangra. Me compraron una traviesa y un póster de madonna. Justo para que no llorara. Ahora basta con rasgarse. Me tocan donde duelen, como si no fuera posible pasear por otro lado, como si mi vientre fuera la única zona de acampada en la que no hubiera que pedir permiso ni rezar el rosario.

            Los forenses no se equivocan. Empiezan por jugar a las canicas con los ojos del ahorcado. Me cuesta creer que son los míos. Otro volantazo y juro que sangro, otra curva y gimo en el baúl, otras rendijas, otros párpados. En esta cuadra llueve y nadie dice nada.

            Gravitan lentamente los ratones. Se cae uno encima y te abre una brecha, una canción olvidada, un conjunto con pantalones a juego, una mueca insoportable. Los investigadores cercan el canalón. Asedian sus preguntas como bolas de nieve y nadie dice nada. En lugar de sangre, batido de fresa. Me toco la frente y se desparrama.

            Cremosa de nuevo, la memoria está hecha un asco. El azúcar colapsa las cloacas. El viejo limpia grumos y se defiende. Sufre el caballito de madera, las semillas son para Hansel y Gretel, nadie encuentra el camino a casa.

            A mí que me pregunten. Sólo hablo en presencia de las medias de mi madre. No hay que confundir el mundo con una cuadra.

            Bien mirado se parecen bastante, nos parecemos demasiado. Hago pis en la butaca y ecuaciones en el punto de encaje. 
            Las medias son otra cloaca

                      me tocan donde duelen

                                  se me caen encima y me abren otra brecha

                                              las acaricio y me voy al país de la abuela

            a los pañitos de mamá

                      al excelentísimo tacón de la princesa, probablemente escandinava.

Lujuria. Sabe a fresa y a ti esa manera de descalzarse. Tocan campanas en la iglesia y es una falsa alarma

            la reina madre pierde el equilibrio y es una falsa alarma

            alguien se abre una brecha y es una falsa alarma

                      hay ratones en mi calcetín y es una farsa

            Dios es de plomo ahuecado

                      que no te engañen

                                  subdivisiones en la nuca

                                              fiestas de herradura y cartapacios

Los forenses son pura alegría. Me dijiste que era fácil si buscaba en tu espalda, conozco el camino, cierra los ojos, carretera de Pittsburg 357, pasadizo secreto en el carmín, cura detrás de los labios.

                      Conduce tú que a mí me da la risa.

            Esta cuadra apesta.

            Nadie encuentra nada en este baúl, en esta franja.

            Hoy es domingo:
                      Dios me castiga por haber sido ateo todo el rato.

De Cuaderno intervenido