Antonio González (Antonio Jesús González Díaz) nació en Sevilla en 1971. Es Licenciado en Ciencias Económicas y profesor de Marketing y Gestión Comercial en un Instituto de Secundaria de Córdoba, donde reside actualmente. Como cantautor, en el 2008 editó su primer disco “Principio de ilusión”, de estilo intimista y romántico, donde se percibe la influencia de sus poemas, pues como él comenta “se trata de poemas musicalizados en un intento de llegar a un público más amplio”.
Miembro del grupo poético “Poetas andaluces de ahora”, ha publicado en diversas antologías de poesía como “Genios Noveles de la Literatura Española” o “Nuevos autores de la poesía española”, así como en diversas revistas literarias como “El Celador”, “Curso de temas sevillanos” del Ateneo hispalense, o “Cuaderno de profesores poetas”.
En diciembre del 2011 ha publicado su primer poemario llamado “Color de lluvia” con Publicaciones Miami (EEUU) donde recoge más de un centenar de poemas de estilo intimista y románticos en los que el amor y el desamor confluyen unidos, y en los que el mar, la lluvia, la desnudez y la soledad aparecen como elementos indivisibles de su poética.
TU COLOR
Puede que algún día
el azul del cielo
se borre
y su color
-tu color-
sea el gris...
Como el color de la furia
del agua cuando llueve
o cuando
no me besas.
El color del cielo
-tu color-
descolorido
en el poema azul
de mi soledad.
PRETENCIOSO AMOR
Pretencioso amor que en el ocaso
me diste tus mieles y alegrías,
sabedor de que siempre es el fracaso,
el que impone su ley y su poesía.
Mas yo, bebí lujurioso de tu vaso,
con la lúgubre voz y la osadía,
de querer imponer un solo lazo,
que estrechara tu gran sabiduría.
Hoy vivo entregado a un cielo raso,
pues te fuiste, amor, sin despedida,
dejándome el corazón en el ocaso
y el amor más desnudo que la herida.
CIELO CELESTE
Si estás aquí
es porque viniste
aunque no pueda verte.
Estás aquí, invisible,
a mis ojos llorosos como siempre,
a mi tacto que no entiende del aire,
a mi cuerpo que súbitamente te pierde.
Estás aquí, enfrente,
desnudando madreselvas al viento,
vertiendo lágrimas celestes
que brotan desde tu cielo,
cielo lloroso y agreste,
cielo desde donde vienes
a traerme la flor que te di
hace ya algunos meses.
Estás aquí, invisible,
pero puedo percibir tu aliento,
tus ojos que me miran mar adentro,
tu boca que es mi boca cuando beso,
estás aquí
aunque ayer te enterré por culpa
de ese maldito accidente.
Invisible a mis ojos, a mi tacto,
a mi recuerdo ardiente,
pero mirándome desde tu cielo
desde tu cielo
celeste.
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TIEMPO
Llegaste a mí
con los brazos abiertos
y me diste, eso sí,
tiempo.
Tiempo para enamorarnos.
Tiempo para arrepentirnos.
Tiempo que fue pasado.
Desnudez de tiempo.
Llegaste a mí
con los brazos abiertos
pero fue que viví
ajeno a tu tiempo.
COLOR DE LLUVIA
Llueve
y no estás.
Me encierro en mí mismo.
Mis pensamientos te buscan.
Océanos de fragancias
vienen a mi mente, tu olor
era así como la lluvia.
Tras los cristales contemplo
una figura. Es el tiempo que brilla
entre las hojas desnudas
del invierno. No eres.
El tiempo que llama a la puerta
para traerme noticias muertas
de ti, de las rosas, del viento,
de las cosas que quedaron dentro
de nuestros corazones heridos.
Mientras, la lluvia cae
y los segundos pasan,
y el amor florece
en otra ventana,
se humedecen los cristales
con sabor a tierra mojada,
todo es un éxtasis perpetuo
fuera de la casa.
Todo es del color de la lluvia.
Del color de la lluvia
que era el de nuestros besos,
el de nuestras almas gastadas
de tanto amor. Nunca
será como esos días
pasados en la playa.
Hoy es la lluvia
y su color
metáfora del ayer.
HIELO
Llorosos están mis ojos
mojados de tu recuerdo
son como dos despojos
camino de su destierro
cuencas que están vacías
por tanto sufrimiento
que desterró la alegría
a los placeres del viento
así que sólo la poesía
puede traerme consuelo
pues el amor, vida mía,
sólo me trajo su hielo.
QUÉDATE EN EL POEMA
Quédate en el poema,
no salgas de él
ni de su esencia,
quédate en las metáforas
que hablan de tristezas
pero también de luces
y de rosas frescas.
Quédate en la mirada
tierna del poeta,
contempla sus ojos
que, a veces, te ciegan
y otras, desnudos,
te alimentan...
No te vayas nunca,
niña, del poema,
quédate desnuda
sobre su arena,
poesía y sueños
y vida eterna
yo te prometo
si tú te quedas
-sutil, anclada,
desnuda, bella,
verso, mar,
silencio, tierra,
febril, mortal,-
en el poema.
ALADA
Cuando tu belleza suspire
en el pasto de los recuerdos
y las sombras atesoren
tu límpida mirada
entonces
serás alada.
SIEMPRE
Siempre
habrá un momento
en nuestros corazones
para recordar aquel instante
en que florecieron los besos
y se adornaron los labios
con epítetos de amor
que nacieron al albor
de aquel instante
en que los ojos
se miraron,
nuestros
ojos.
SI DEL SUEÑO…
¡Si del sueño me vais a sacar
sacadme junto a mis huesos,
que el sabor de sus besos
se mezcle con mi soñar
pues soñé que salí ileso
de su profundo besar
y sólo, sólo mis huesos,
saben llegar al mar!
A ESE NIÑO DE OJOS AMORATADOS
Esos ojos cerrados por el llanto.
Esos labios agrietados de sufrir.
Esa mirada tuya que es de espanto
y tan sólo comenzaste a vivir.
¿Quién pudo silenciar pronto tu canto
condenándote a un infierno ruin?
¿Quién puede odiarte en la vida tanto
como para desear tanto tu fin?
No lo sé...Sólo sé que eres libre
para gritarle al cielo tu esperanza
y esperar que la llaga cicatrice.
Que la bondad de Dios todo lo alcanza.
Que Dios nos hace libres y felices
aunque el hombre nos hiera con su lanza.
TU CUERPO DESNUDO
Convexidad del verso puro
en las rosas del estío.
Así es tu cuerpo desnudo.
Profundidad del vacío.
AMIGA POESÍA
Amiga poesía,
te doy las gracias
por ser tan bella,
porque me sacias
con tus estrellas
y con tus rosas.
A veces prosas
como centellas
mi pluma lanza.
Eres tan bella
que sin quererlo
mi alma alcanzas.
¡Felicidades!
Son tus verdades
mis esperanzas.