María Navarro nació en Buenos Aires en 1954, y reside en España, en la ciudad de Málaga, desde 1965. Licenciada en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, se especializó en psicología clínica y en psicoanálisis, marco en el que desarrolla su trabajo desde hace años. Publicó su primer poemario en 1986, y desde entonces alterna su labor clínica con la literaria. Desde 1997 codirige la editorial Miguel Gómez Ediciones y dirige las colecciones Capitel, de Poetas andaluces I, e Ítaca, de pensamiento, filosofía y psicoanálisis. Actualmente dirige la revista El Psicoanálisis de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano.
Entre su obra poética publicada destacamos los poemarios Detrás de las ventanas, Ediciones Litoral (1989); La voz escrita, Devenir (1993); En esta costa noble de azules asesinos, MGE (1996); Invitación irrevocable, Puerta del Mar (Diputación de Málaga, 2006); Tripulación, El castillo del inglés (Diputación Málaga, 2007). Ha escrito también El juego de ojos, MGE (1991); Poetas andaluces I y arte argentino contemporáneo, edición y selección, Litoral 2007; la trilogía Oráculos del agua (2009), La luz en la planicie (Mollina, 2010) y Anuncio de espigas (Alameda, 2011), en la colección La mirada del Tiempo del Cedma. Son numerosas sus colaboraciones en cuadernos, plaquettes y revistas.
LADO DE LA NOCHE
Lado del sueño
Estoy despierta mientras duermo y escribo sin saberlo la historia de mi vida.
Invitación del sueño. No hay escapatoria. Sólo el asombro irrumpe y puebla mi noche
engendrando palabra, imagen. Fraguando entre ellas la hora que aloja
mi escritura: El mar, el horizonte, los ojos verdes, la arena, el horizonte, el mar,
los ojos verdes, mis manos, mi sexo turbio, una boca indecisa.
La mirada ajena, oscura de mis ojos un día, una mañana en que aún amar era posible.
Trazo del sueño soy. Sí. Quizás poema: lado de la arena, lado del agua, horizonte,
usted, yo. Los ojos verdes que me miran y en ellos me complazco.
Lado del agua
Entre el pliegue de las olas, oscuro, azul profundo yace la placenta de mi palabra
Vacío del sueño por donde sentir que el viento aúlla. Y
vierte su violencia de insignia sobre el rostro.
Los ojos verdes navegan por mi mirada violentamente vivos para la muerte
Durmiendo estoy despierta y no me reconozco y soy y nada
cuando atravieso el nudo cerrado que resuena: silencio que me nombra.
Navego el horizonte. Y creo que te amo.
Lado de la arena
Sin luz reflejo en sombra camino y soy la vida. Un ser entre paréntesis.
Usted y yo. La playa, los ojos verdes desnudos ahora
casi una llanura de cruel composición sobre mi pálida epidermis.
Y creo que te amo donde despierta estoy en este sueño ingrato.
Del lado del agua, del lado de la arena .
Y soy en el horizonte, vacío de la palabra. Litoral de la noche en que camino
esbelta. Al aire mi pelo negro y joven
que ahora que amanece renace encanecido.
de Mujeres que sueñan 2007
ENCUENTRO CON EL PERFIL DEL AIRE
Un barco no es un esclavo, uno le debe sus ideas
Joseph Conrad
Donde descansa la cordura
engendraba tu nombre
infatigable surco del deseo
que sella mi goce con el mar
Astuto abecedario hasta el furor
hasta la noche empecinada
de vocablo imperfecto.
Criatura extraña soy en ti nave
también eres mi costa
Perfil del aire
En ti soy el olvido
el último rincón de la memoria
que inventó cada día
Lo que habré sido para llegar a ser
Perfil del aire y saber
que partir es el encuentro
la escritura y el destino morir
en el presagio indescifrable
de cada amanecer sobre las olas.
IERAPETRA DESEO DE TU INVIERNO
Los pies ya están helados
el cuerpo, apenas una sutil respiración
un soplo sobre el mar.
Aun me quedan los ojos. La boca.
Una última palabra sin timbre: Perfildelaire.
Soy como tú.
Una combinación de letras vivas
escritura que navega sobre la nieve de este
amor que no logra saber lo que es la muerte.
Deseo de tu invierno soy
que nace cada día en la curiosidad imperfecta
dolorosa de nombrar la pasión.
De nombrarte, amor que vierte su veneno.
Pez rosado
un poco sucio sobre mi pecho frágil.
DESPUÉS DEL HORIZONTE QUIZÁS ALEJANDRÍA
Los ojos incrustados en el Perfil del Aire.
Navega.
En el ángulo obsceno de la mirada el mar
todo el mar se bebe las pupilas.
ANCLADOS EN EL BÓSFORO
Cifra impensable, desorden fijo
fracaso que alimenta al poema sin tregua
navega las palabras como un sambouk
Busca el verso una perla y sólo arranca
a este cuerpo la piel de su destino
que navega en la noche.
Escribe mientras tanto
ajena a la belleza
la mano del deseo sobre el mar.
PARA QUE LLEGUE LA NOCHE EN EL EGEO
La bruma, fugitiva del agua
como una lengua
nos desnuda de sal en el ocaso.
de Tripulación, 2007
MISTRA
Aspirando la malva oscuridad
por las oquedades que sugieren las sombras
fuimos lengua de fuego y advertencia
Ángeles absolutos para una oración que detenía
la única palabra entre los dos: Impronunciable.
La misma una y otra vez, acaso para que no olvidemos
que se vuelve dorado el auspicio de la noche a pesar
del silencio. A pesar de la historia.
Al día siguiente ¿o fueron años? sentir de nuevo el mar
con su guante de sal nacarando los puertos
y el paladar rasposo del último vino de Venecia en los recodos
de este sueño imposible.
DELFOS
La nieve no es lo imaginado
tampoco el gris de los recodos
ni el mar, ausente de su obligación de ser Egeo.
Los barcos sí. Hermosísimos. Enormes bajo
la sombra lívida del Parnaso mostrando sus
fauces.
Iban a Delfos, la lluvia entretenía
los ojos. Cansaba la bahía.
Iban a conjurar un amor casi muerto
a esperar un veredicto, una palabra ajena
del ombligo del sueño en las entrañas.
Cómo perturba un amor que agoniza.
Igual que un poeta iban a Delfos a
rescatar palabras medio borradas en las piedras
a macerar recuerdos preservando su ignorancia
en la dignidad de los dioses.
A salvarse
llevando como ofrenda ese presente tan terrible,
ese despojo.
SOLO PARA QUEDARSE
No se detiene la escritura en ningún puerto.
Sólo para quedarse. Como se queda la muerte.
Agitando breves sílabas en la distancia de nuestro asombro
Calculando como un geómetra el angulo
de la exacta palabra en nuestras sienes.
Arrastrando alfaques que hieren
al manso amor que es letra muda.
Sólo para quedarse como el trazo oscuro e ilegible
de la piel de los membrillos en otoño
medio abiertos bajo la lluvia aún joven.
Como se queda la muerte en el perfil que dibuja
esa lagartija que persiguen mis ojos
en este patio donde transcurre la vida
bajo la opaca luz de una bombilla entre jazmines.
En tus manos desgranando la fruta de los últimos sabores.
En la esfera de la sonrisa también última que escribió tu
silencio que tanto me duele.En tus ojos apagados.
MASALA
La mesa se alinea cómplice
con el mantel de plástico y la luna.
un mapa extraño en la cabeza seduce
el indeciso paladar con prófugos aromas
Un color imposible El compás de Masala.
Bebemos vino y hablamos del amor
un jinete extran jero coloniza la lengua
cabalga en la llanura de los labios
Es noche abierta Masala es la elección
dolor de rojo rompiéndose en la boca.
de Invitación irrevocable, 2006
CALLE CHECOVA
Checova es un nombre que me gusta
tiene la redondez de un universo
que hace litoral con su propio alfabeto.
Sonora, extranjera
como los pájaros por venir al final
del invierno, verde cobre.
Fuimos a Checova sin haberlo previsto,
De pronto, con la inmediatez
De un habitante de lenguas cómplices
Y la primavera remolona de nuestro
Pudor en el olvido.
En Checova hablamos poco
Pero nos amamos con la intensidad
de la distancia inaudita
que conjura en los cuerpos el fervor
que disuelve y la luz que amedranta.
de En esta costa noble de azules asesinos 1996
A M.D.
La vida es engendrada donde muere el sentido
es el instante del máximo poema repetición del hecho
la letra de algún nombre bordada entre lo ajeno.
Suenan las noches de glamour y ese dolor que azota
o el amor. El reconocimiento del amor
la pérdida en los ojos y tus labios. Saber
que ha muerto para siempre la constelación
donde decir el sueño para volverse germen.
Suenan las noches de la luz
colores para tintar el algodón que vestirá el pasado
o el fusil de los días que increpamos al viento.
Un sabor que destaca. El llanto amargo de las más bellas
esculturas bajo la lluvia de los parques y
en el abecedario de los puentes la invención.
LA LUNA ES TU COSTADO
Planeta de la lengua llegó como las olas
que arrastran sin saber hasta la playa
la hora de su muerte.
Se derrama la vida en ese instante de conchas
encendida materia hasta el albor matriz.
Reclama entonces como una caracola enroscarse
en tu cuerpo, ajeno, imposible, pero legible al tacto
como si fuera para un ciego o el texto de los besos.
Derrocha así su furia brillando en el encuentro
inédito de luz el ardor donde comer el trigo
el carísimo trigo del deseo.
De Sospecha de la luz (inédito)
UNIDAD
Una leve mueca de los labios
te defiende cuando la luz espía
desde la esquirla de mis ojos.
Una acción mínima un gesto
imperceptible en el abismo abierto
hasta leer la luz.
Oscura noche en tan breve unidad
y saber que ya nada es posible.
de Sospecha de la luz (inédito)
EL PÁRPADO DEL SEXO HABITA OCTUBRE
Uno ve en la opacidad lo irremediable
el plateado gris de un sexo que se afana
en filtrar la luz que el sueño exige,
tributo a la vigilia que entrega la cordura
para continuidad de los días. Para
continuidad.
de Cartas en destino (inédito)
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