Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 8 de diciembre de 2011

1071.- PEDRO GARFIAS ZURITA


Pedro Garfias Zurita

Nació el 27 de mayo de 1901 en Salamanca y falleció el 9 de agosto de 1967 en Monterrey (México). Se establece en Osuna (Sevilla) en el año 1910. Garfias, era un niño imaginativo, ausente y contemplativo.

Poeta del 27, aunque algún crítico lo haya encasillado como poeta menor. Fue un andaluz, de padre onubense y madre sevillana, nacido para la poesía en numerosos lugares como Cabra, donde estudió bachillerato en el Instituto Aguilar y Eslava, donde toma contacto con el círculo literario egabrense (Tomás Luque, Juan Soca, Manuel Roldán, Juan Mora...). Este motivo y su vinculación en los frentes de la provincia de Córdoba durante la Guerra Civil le hacer ser una persona vinculada con esta tierra andaluza.

En 1918 Pedro Garfias comienza estudios de Derecho en Sevilla, viaja a Madrid dispuesto a continuar los estudios de Derecho que no terminó nunca y se empieza a relacionar en los ambientes literarios de la época.Ramón Gómez de la Serna y el chileno Vicente Huidobro que llegaba de París con su propuesta creacionista atraen la atención de los jóvenes literatos, y con Cansinos-Assens y Guillermo de Torre escribe un manifiesto vanguardista llamado Ultra. Desde esa fecha hasta 1921, formó parte del movimiento poético vanguardista más importante de este siglo, el ultraísmo.


En 1922 funda con los hermanos Ribas Panedas la revista "Horizonte" en la que colaboraron Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Lorca, Guillén y Alberti. Garfias, aunque afecto al ultraísmo no fue un ultraísta a fondo. Su primer libro El ala del sur (1926), evidencia otra tendencia más asumida como la modernista y sus publicaciones sueltas en las revistas "Grecia" y "Cervantes" revelan la influencia directa de Juan Ramón y Machado.

Desde 1923 a 1930, vive en distintos pueblos andaluces, Ecija, Osuna, Cabra y La Carolina. En 1930 vuelve a instalarse en Madrid, dónde es nombrado agregado a la secretaría de la Dirección General de Obras Hidráulicas. Se casa con Margarita, joven andaluza, rubia y bellísima, hija de un acaudalado propietario andaluz, que se unió a él sin importante la suerte que iba a correr junto a su enamorado poeta.

Recién proclamada la II República ingresa en el Partido Comunista. Colabora en la revista "Octubre" que fundara Alberti y empieza a desarrollar una intensa actividad político-literaria en "El Mono azul" y "Hora de España".

Cuando estalla la Guerra Civil es nombrado comisario político de Pozoblanco (Córdoba). Igualmente obtuvo el grado de capitán del ejército republicano, al frente de unidades de milicias, sobre todo en los frentes andaluces, llegando a ser Comisario de Cultura del Batallón Villafranca.

En 1937, cuando estaba en Madrid, recibió la noticia de su destitución; en ese mismo año es destinado al Subcomisariado de Propaganda del Comisariado General de Guerra en Valencia. 1938 es el año en que se le concede el Premio Nacional de Literatura. En ese año se publica su tercer libro Héroes del sur, inspirado por su experiencia bélica. Los dos últimos años de la guerra los pasóGarfias entre Valencia y Barcelona. Durante el periodo bélico publica en el periódico “Frente Rojo” y en la revista “Hora de España”. Figuró entre los fundadores de la “Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura”.

Marchó al exilio en 1939 como tantos escritores españoles, cruzando la frontera el 12 de febrero, siendo internado con otros compañeros del llamado Batallon "del Talento" en el campo de concentración de San Ciprián, donde fue rescatado en pocos semanas por el noble Lorg Faridon, por mediación del Comité Inglés de Ayuda a la España Leal, el cual lo acogió en el pueblecito inglés de Eaton Hastings del condado de Berks, allí creó los poemas que constituirán su primer libro del exilio. “Primavera en Eaton Hasting” que lleva como subtítulo, entre paréntesis, la siguiente aclaración: “Poema bucólico con intermedios de llanto”. Convivió en este lugar con Fermín Vergés, el periodista Ontañón, el músico Lázaro y el poeta Perramón. Frente a la añoraza de su querida esposa comienza su trayectoria imparable hacia la bebida.

Su esposa Margarita le envía dinero para que vuelva a Francia, mientras ella arregla la documentación para embarcar juntos el 3 de junio de 1939 desde el puerto francés de La Havre rumbo a México en el barco “Sinaica” con otros 8.000 españoles. Entre el pasaje se encuentra su antiguo amigo Juan Rejano que tomará contacto para futuras aventuras literarias. Después en el país azteca escribió el hermoso poema Entre España y México. De 1941 son sus libros Primavera en Eaton Hasting y De soledad y otros poemas. Viejos y nuevos poemas son de 1948. Río de aguas amargas en 1953 cierra el ciclo creador, a partir de éste la poesía de Pedro Garfias guarda silencio.

Desde 1943 a 1948 tiene una intensa actividad cultural como Secretario del Director del Departamento de Acción Social Universitaria de la Universidad de Monterrey, en Nuevo León, pero debido a sus continuas ausencias y viajes, la Universidad decide darle de baja en el puesto cultural que ostenta. Desde ese momento Pedro Garfias inicia su vida errabunda por todas las ciudades de México. Se sobreponía a su necesidad de alcohol bebiendo más alcohol. Vivía y bebía de sus recitales y conferencias. Sorprendía a todos los auditorios por tan prodigiosa memoria, su forma de recitar, que calaba hasta los huesos, y su bohemia pobreza.

Su nostalgía y la imposibilidad de volver a España le acaba de hundir en el alcohol de modo irremisible. Enfermo, muere en la más absoluta indigencia en Monterrey el 9 de agosto de 1967 a causa de una cirrosis hepática.

Los mexicanos tuvieron un buen recuerdo de Pedro Garfias levantándole una estatua en la plaza Sevilla de la ciudad de Guadalajara.


Así exponía su doloroso exilio:

España que perdimos no nos pierdas;
guárdanos en tu frente derrumbada,
conserva a tu costado el hueco vivo
de nuestra ausencia amarga.



Así exponía su utopía:

“Libertad para el preso,
justicia para el pobre,
respeto para el loco,
para el gobernador honrado, ínsulas,
y palabras de miel y aro de sol
para la dulce, dulce Dulcinea”.
Pedro Garfias.


Testimonios

El cordobés Juan Rejano buen amigo de Pedro Garfias dijo de él:

“Aquí está Pedro.¡Miradlo!
Aquí está Pedro Garfias.
Aquí está el poeta contra todos, contra él mismo:
¡Aquí -miradlo- está el poeta!”

Su obra

El Ala del Sur. Poemas, 1926.
Poesías de la Guerra, en 1937.
Héroes del sur, en 1938
Primavera en Eaton Hastings. Poema bucólico con intermedios de llanto, México, Tezontle, 1939.
Elegía a la presa de Dnieprostoi, México,1943.
De soledad y otros pesares, Monterrey, 1948.
Viejos y nuevos poemas, México, 1951 Prólogo de Juan Rejano.
Río de aguas amargas, Jalisco, 1953.
De España, Toros y Gitanos, diálogos con el Dr. Daniel Mir en Radio Monterrey sobre cante, toros y poesía, se publicaron en 1983.








Río

Ser río es buena cosa.
De la montaña trae agua primera
y corre por el campo sabiendo que le espera
la mar amarga, enorme y misteriosa.

Aguarda la segura primavera
y no se desespera
porque la mar ignore su condición de rosa.

Sabe que un día aprenderá a volar
descenderá sobre la sierra recordada
y rebrillando al sol rodará hasta lo hondo.

Se va tranquilo abajo de la losa,
y volverá a encontrar
el guijarro que hería su carne delicada
más sumiso y redondo.










A Mi Padre Pedro Garfias

¿Por qué no hablamos nunca, largamente,
tú y yo padre, cuando esto era posible,
como dos hombres, como dos amigos
o dos desconocidos que se encuentran

en el camino y echan un cigarrillo
y se sientan al borde de la vida
mirando pasar la tarde y el camino
y hablan, hablan y callan, pausas de humo,

miradas vagas, las palabras caen
y se quedan flotando en el silencio,
a veces dicen su verdad primera,

el origen, la fuente, y se desnudan,
las palabras desnudas amanecen,
por qué no hablamos nunca, solos, largo?…








Coplillas A Un Poeta Muerto

Combatió con los nombres
y los redujo a cero.
Y se fue con los hombres,
a fuer de hombre sincero.
Caminó por el río
constelado de hervores
o celeste de frío
con los mismos fervores.
Tuvo un bote, una vela,
una mar, un empeño.
Y este viento que hiela
no le cuajó su sueño.
Se fue por donde vino
?¡ay, Dios, de qué manera!?
con un fuego de vino
quemando su quimera.
Fue tan triste su suerte,
vivió tan solo y viejo,
que ni su propia muerte
acompañó el cortejo.
Y se fue ?buen camino,
caminante serrano?
derecho a su destino,
con su vida en la mano.








Cuando Me Tiro De Noche

Cuando me tiro de noche
en el ataúd del lecho
que es menos duro que el otro
porque ya sabe mis huesos,
me pongo a mirar arriba
los astros de mis recuerdos.

Aquél que se abrió de pronto
cuando todo era misterio.
El otro que se apagó
antes de sentirse abierto.

A veces grito iracundo:
aquí me falta un lucero,
aquí me sobra una estrella.
¿Quién hizo este firmamento?

Una voz piadosa dice
que no es cielo sino techo.
?Por mi vida, grito yo,
dejadme saber mi sueño.
Donde yo pongo los ojos
todo es cielo?.








El Iba Solo

Él iba solo
tambaleándose…

Borracho de amor,
borracho de hambre,
borracho de alcohol,
quién sabe.

Él iba solo
tambaleándose.









Llanto Sobre Una Isla

I

Ahora
Ahora sí que voy a llorar sobre esta gran roca sentado
la cabeza en la bruma y los pies en el agua
y el cigarrillo apagado entre los dedos…

Ahora
Ahora sí que voy a vaciaros ojos míos, corazón mío,
abrir vuestras espitas y vaciaros
sin peligro de inundaciones.
Ahora voy a llorar por vosotros los secos
los que exprimís vuestra congoja como una virgen sus pechos
y por vosotros los extintos
que ya exhaláis vapor de hieles.

Ahora voy a llorar por los que han muerto sin saber por qué
cuyos porqués resuenan todavía
en la tirante bóveda impasible…
Y también por vosotras, lívidas, turbias, desinfladas madres,
vientres de larga voz que araña los caminos.
Un llanto espeso por los pueblecitos
que ayer triscaban a un sol cándido y jovial
y hoy mugen a las sombras tras las empalizadas.

Y por las multitudes
que pasan sus vigilias escarbando la tierra…
Un llanto viudo por los transeúntes
tan serios en el ataúd de su levita.

Ahora
Ahora voy a llorar mis llantos olvidados
mis llantos retenidos en su frente
como pájaros presos en la liga.
Los llantos subterráneos
los que minan el mundo y lo socavan
los que buscan la flor de la corteza
y el cauce de la luz, los llantos mínimos
y los llantos caudales acudan a mis ojos
y fluyan en corriente sosegadas
a incorporarse al llanto universal.

Sobre esta roca verdinegra
agua y agua a mi alrededor
ahora si voy a llorar a gusto.







Lleva La Cruz Al Hombro

Lleva la cruz al hombro,
tres veces no, mil veces caído y levantado;
ya su vida es escombro;
va por la calle ya crucificado.
No pavor, sino asombro,
verlo lo mismo y ya transfigurado.
Nadie lo nombrará, ni yo lo nombro,
ni nadie lo ha nombrado.
No resucitará,
nadie le rezará,
nadie balbuceará por la noche su nombre.
Dejó toda su sangre repartida.
Más que su muerte le duró su vida:
¡no era Dios, era hombre!









Nuevos Acordes

A Juan Naves

Sé que si le grito fuerte
el silencio se acongoja.
Sé que si la piso duro
es la piedra la que llora.
Sé que si camino aprisa
se me derrumban las hojas.
Por eso voy con cuidado,
acariciando las formas,
mirando a un lado y al otro
y respetándolas todas.
Que hay quien se duele del cuerpo
y a mí me duelen los hombres
y las cosas.



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