GABRIEL DE AYROLO Y CALAR
Poeta natural de Cádiz según la autoridad de Lope de Vega, que celebró su ingenio en el Laurel de Apolo.
Escribió Ayrolo en verso el poema Pensil de príncipes y varones ilustres, obra que se imprimió en Sevilla en el año 1917 y ha merecido el aprecio de los amantes de las musas.
Se ignora el año de su nacimiento y de su muerte.
Pensil de Príncipes y Varones Ilustres
Gabriel de Ayrolo Calar
Aprobación del Padre Diego Martínez de la compañía de Jesús, Lector de Escritura en el colegio de S. Hermenegildo
Este libro intitulado Pensil de Príncipes es visto por mandado del Señor Provisor, y no hallo en él cosa contra la Fe, y buenas costumbres, y se puede dar licencia para que se imprima, pareciendo así al Señor Provisor. En este colegio de San Hermenegildo de la Compañía de Jesús de Sevilla en 17 de Octubre de 1616.
Diego Martínez.
LICENCIA
El Licenciado don Gonçalo del Campo, Arcediano de Niebla, Canónigo, Provisor, y Vicario general de Sevilla, y su Arzobispado, doy licencia a cualquier impresor desta ciudad para que pueda imprimir, e imprima este libro intitulado Pensil de Príncipes, sin que por ello incurre en pena alguna. Fecha en Sevilla en 17 días del mes de Octubre de 1616 años.
Licenciado don Gonçalo del Campo. Ante mí
Doctor Luis Álvarez
Aprobación del Padre Fray Pedro de Abrego, de la Orden de S. Francisco, y Lector jubilado en Santa Teología
Por mandado del Señor licenciado Alonso de Setina, Provisor, y Vicario general deste Obispo de Cádiz vi este tratado llamado Pensil de Príncipes y Varones Ilustres, compuesto por el doctor D. Gabriel de Ayrolo, y me parece poema muy agudo, y de delgados conceptos, en el cual no hay cosa contra nuestra Santa Fe, y se puede muy bien dar licencia para que se imprima. Dada en San Francisco de Cádiz a 20 de Junio, año de 1616.
Fray Pedro de Abrego.
LICENCIA
El licenciado Alonso de Cetina, Provisor, y Vicario general de la santa iglesia, y Obispado de Cádiz, por el ilustrísimo señor don Juan de Cuenca, el Consejo de su Majestad, Obispo del dicho Obispado, etc. Habiendo visto el parecer, y aprobación que dio el padre Maestro F. Pedro de Abrego, Guardián del dicho convento de S. Francisco desta ciudad, en que se aprueba este libro intitulado Pensil de Príncipes, compuesto por el doctor D. Gabriel de Ayrolo Calar, concedía, y concedió dar licencia para que cualquier impresor lo pueda imprimir libremente, sin por ello incurrir en pena alguna. Dada en Cádiz a 21 de Junio de 1616 años.
El Licenciado Alonso de Cetina.
Por mandado de su merced.
Fernando Martín Robles, Secretario
Al Excelentísimo Señor don Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Medina Sidonia, Conde de Niebla, Marqués de Caçaça, Capitán General del Mar Océano, y costas de la Andalucía, de la insigne orden del Tusón de Oro
Excelentísimo Señor.
Enseña la Filosofía natural, que todas las cosas procuran dirigirle al centro donde proceden, que es la última perfección que reciben de la naturaleza, siendo esto así haría agravio (no sólo a mi trabajo, pero a muchos) si tratando en el de la grandeza de tantos Príncipes no procurase dirigirla a quien lo es della, así por la antigua sangre de su casa (con quien tanto se honra España) como por el hecho que ella mereció tener vinculado el nombre de Bueno, para que por su posición fuese el mayor; y siguiendo lo que la razón me dictara, cuando no lo hiciera la naturaleza, procure dirigir a su centro lo que es tan debido a él, con lo cual queda en la última perfección la grandeza de tantos Príncipes, y mi trabajo con la mayor honra que puede alcanzar, siendo favorecido de v. Ex. cuya vida guarde el Cielo, etc.
El Doctor D. Gabriel de Ayrolo Calar.
Al Excelentísimo señor don Manuel Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, Duque de Medina Sidonia, etc
El doctor D. Gabriel de Ayrolo Calar.
El padre del desengaño
Duque excelso, y generoso,
Sin reparar en su daño
Deja de tu nombre extraño
Tanta memoria en el mundo,
Que por bueno, y sin segundo
Dice (cuando así te llama)
Que del templo de la Fama
Eres tú lo más profundo.
Bien es que su templo labre
Con tan antigua nobleza,
Donde la naturaleza
Por verla sus puertas abre
De la escultura el filabre
Sirva de cielo inmortal
Al que con luz celestial
El diluvio le eterniza
Y acá su nueva ceniza
Nos da otro Fénix su igual.
Resucita en ti la gloria
De aquella inmortal hazaña,
Que a sido el honor de España,
Y de los siglos Memoria
La sangre que es tan notoria
Del mejor Guzmán que ha habido,
En ti vemos que ha vivido,
Porque pongas a millares
Pyras, Colosos, y Altares
Contra el invidioso olvido.
No se celebre el César Griego
Sus triunfos en Parangón
De tan heroico blasón,
Como el que a tu sangre entriego,
Pues como a su esfera el fuego
Va por natural costumbre,
Así porque más te encumbre
En eternos Simulacros,
De los Alcázares sacros
Toca la empinada cumbre.
Al Gigante Filisteo
Corte el Pastor la cabeza,
Venza con heroica alteza
Tantos triunfos Macabeo
Con admirable Trofeo
El Duque que Moisés nombra,
Destierre la obscura sombra,
Que figure del Sol la esfera,
Pare a su voz la carrera,
Con que a todo el mundo asombra.
En Imperial ministerio
Se muestre cauto, y astuto
El César, que mató Bruto,
Gloria del Romano Imperio,
Hasta el opuesto Hemisferio,
Donde su fama campea,
Con nuevo nombre se vea
El Teucro más valeroso,
A quien Aquiles famoso
Dio muerte espantosa, y fea.
Ponga nueva fuerza al muro
De la ciudad sacrosanta,
El francés que la levanta
Por coronarse seguro
Sobre su celada Arturo
Orle cuando allá se parte
Con Cristisero estandarte
El Timbre de fino acero,
Y Carlo Magno severo
Saque de su cielo a Marte.
Que si de varias naciones
Para dar al mundo ejemplo
Pone la Fama en su Templo
Estos insignes varones,
Sus más ilustres blasones
No se pongan en nivel
Con el tuyo heroico, y fiel,
Donde el amor paternal
Se vence, dando el puñal
Contra el inocente Abel.
Ellos con gloria vencieron
Triunfos, y sucesos varios,
Y fue contra sus contrarios
Que tanto nombre les dieron,
Mas aquellos que vencieron
Con tan singular valor,
En sí mesmos el amor
Ha sido de alteza abismo,
Porque el vencerle a sí mismo
Es la victoria mayor.
Esta tu sangre pregona,
Y por lo que en ti a dejado
della vemos un traslado
En tu excelente persona,
Blasona señor, blasona
Contra el Bárbaro Africano
Del hecho más soberano
que jamás hizo Español,
Ni aun (en cuanto alumbra el Sol)
Fue visto por hombre humano.
De don Diego Jorge de Godoy, Tesorero de la santa Iglesia de Cádiz,
al autor
Soneto
Formó tu pensamiento allá en la Idea
De la hermosura de diversas plantas,
Una fábrica ilustre que levantas,
Donde el entendimiento se recrea.
Tu ingenio (oh gran Doctor) muy bien se emplea,
Cuando escribiendo maravillas tantas,
Tanto en el grave estilo te adelantas,
Que en todo el mundo su primor campea.
Bien es que de materia heroica, y grave
Fabriques un Pensil tan levantado,
Que tenga por su autor la primer silla.
Dispóngalo también, quien también sabe,
Presidiendo de tu ingenio fabricado,
Le llamaran la octava maravilla.
De don Gómez de Figueroa caballero de la orden de Calatrava, gentilhombre de la boca del serenísimo Archiduque Alberto, el autor
Soneto
Cultivando Pensiles más que humanos
Con tanta sutileza, y gallardía
Vuestro ingenio (Doctor) decir podría,
Que en todo son sus frutos soberanos.
De las espigas sarandais los granos,
Y en la verdad haciendo anatomía,
En concierto os respeta la armonía,
En lenguaje cortés los cortesanos.
Hoy vuestro estilo levantado alcanza
Mayor grandeza por su grave historia,
Que os hace en esto peregrinos, y sólo;
Pues dais en ella a tantos alabanza,
A vuestra patria honor, a España gloria,
Memoria al tiempo, y vida al alto Apolo.
Del doctor Alonso Gámez de Mendoça, Canónigo Magistral de la doctoral de la santa Iglesia de Cádiz, al autor
Soneto
De la ciudad donde Nebroth se encanta
Al tiempo que edifica contra el Cielo
Suben su fama con heroico vuelo
Los muros que Semiramis levanta.
En ellos puso con grandeza tanta
Los Pensiles hermosos, que en el suelo,
Causando su gran fábrica desuelo,
Es maravilla que el mundo espanta.
Así doctor a nuestra España ilustre,
Engrandecéis con un Pensil, que muestra
Flores de pensamientos tan sutiles,
Que dan al alma alor, al tiempo lustre,
Porque se diga (en maravilla vuestra)
Que es esta la mayor de los Pensiles.
Discreto lector
Porque no cause novedad en algunos la propiedad metafórica con que di título de Pensil a mi libro, en su principal significación me pareció declarar la razón que me movió para aplicarlo a la materia y sujeto de que se trata. Plinio en el lib. 19. c. 9. dice que significa el jardín, o huerto edificado en alto, cuyas palabras son; Pensiles corum hortos promouentibus insoles rotis alitoribus, etc. Y Ambrosio en su Dictionario dice; Pensilis hortus qui supra edificia factus est. Fueron por esto celebrados los Pensiles de Babilonia, cuya fábrica (sobre sus altos muros) se cuenta por una de las siete maravillas del mundo. De aquí se originó, que (por término de su posición) significase el jardín, o huerto puesto en lugar sublime. Siendo pues la variedad (que se fabrica en este) de cosas supremas (y que la Idea las considera de todo punto elevadas, y casi fuera de la naturaleza) me pareció metáfora propia darle nombre de Pensil, por lo que suspenden, y admiran grandezas de Príncipes, y hazañas de Varones ilustres; las cuales por si son tan levantadas, que con su valor, y precio suplen las faltas del sujeto que las celebra. El tiempo que se puede pasar en pasarlo, es tan breve, que (en el recreo de una siesta) mereceré ser perdonado de lo inculto que en él hubiere. Y si del todo no agradare (buen remedio) quien le comenzó a ver en ella, cierre el Pensil, y duerma lo restante, podrá ser (en sueños) goce de otros de mayor entretenimiento. VALE.
Al Excelentísimo señor Duque de Medina Sidonia
El Doctor D. Gabriel de Ayrolo.
Soneto
Fidias gentil entallador famoso,
(a quien la antigüedad con suma alteza
Dio el primero lugar en sutileza
Del arte de esculpir maravilloso).
Queriendo de un gigante poderoso
Retratar el tamaño, y la grandeza,
Un sólo dedo con sutil destreza
Pintó para mostrar su ser grandioso.
Así gran Duque vuestra alteza, y fama
En cifra en un Pensil es retratado,
Y en ella de sus príncipes la alteza,
Para que diga (quien el Bueno os llama)
Que hay mucho más en vos depositado,
Como en ellos también mayor grandeza.
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