Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

lunes, 15 de abril de 2013

1590.- CARMEN PACHECO SÁNCHEZ



CARMEN PACHECO SÁNCHEZ
Carmen Pacheco Sánchez nace en Cazalla de la Sierra (Sevilla), el 22 de noviembre de 1949. Autodidacta desde niña, ha dejado impresa su creatividad a través de la escritura y la pintura al óleo, explorando la fusión de ambas disciplinas como vehículo transmisor de emociones.

Ha participado en exposiciones colectivas de pintura en la provincia de Sevilla. Sus poemas ensalzan los valores y la riqueza cultural que atesora Andalucía, como así lo atestigua alguno de aquellos por los que ha recibido galardones literarios. Pertenece a la Asociación Caracola de Cazalla, y a la Agrupación Literaria María Muñoz Crespillo de Dos Hermanas.

En su actividad profesional, ha trabajado en el área farmacéutica y como gerente en una empresa de coaching y desarrollo personal. Imparte además clases de pintura en la Asociación AMAM de Montequinto, Dos Hermanas, donde reside actualmente.





MIRÁNDOTE DESDE LEJOS

Mar de encinas y alcornoques
en campos de soledades
Musa verde, sierra mía
de mis sueños y verdades.

Pueblo blanco y andaluz
asomado a mil balcones.
de sus calles arabescas
con sus íntimos rincones.

De corrales con sus pozos,
con higueras y naranjos.
Con parras entrelazadas
de acogedores sombrajos.

Rielan el agua en sus fuentes,
fresca y cantarina corren.
Sonsonetes cristalinos
que a los vientos le responden.

Calles blancas y empinadas
donde las noches despiertan
con olores de jazmines
de dama de noche, abierta.

Por  el Castillo me pierdo...,
voy buscando esos paisajes
de nocturnos terciopelos
con estrellas por encajes.

 Cazalla incitando  al alba,
a despertar  la mañana
parece blanca paloma,
al vuelos de sus campanas.

Y bajo su cielo  azul
en su impoluta blancura
resplandece en lo más alto
la majestuosa figura.

Su templo de parda piedra
luciendo su arquitectura.
Que siglo tras siglo apura
testimonios de cultura

Tachonada de paseos
 silenciosos y arboledas
voraces de tiempos... 
y antojadizas veredas.

De sombradas por el sol
que las peina al medio día
Furtivas miran recuerdos
de pasadas algarabías.

De albercas llenas de burros
de niños jugando en ellas
de lagartijas vivaces
y avispas que voletean

Allí quedan mis mañanas
de domingos sin iglesias
de novillos de colegios
y de aventuras traviesas

Cierro los ojos, te siento..., 
abro los ojos,  te miro....
Tan lejana, tan cercana,
 y te añoro y te respiro.

El tiempo lo cuento en siglos.
cuando estoy lejos de ti
Y cuando estoy por tus calles
el reloj, para... por mi.

Que para poder sentirte
y quererte  y valorarte
Hay que verte en la distancia
y hay que volver para amarte.






Andalucía en el baile de las regiones

“Mis hijas me acompañan,
y quiero yo presentaros,
el orgullo de mi casa.

Aquí tenéis Córdoba,
por su belleza afamada
de cultura milenaria
entre mora y romana.
La noche lleva en su pelo
y embruja con la mirada;
es piconera atrevida,
tiene empaque de sultana.

Almería, novia del sol,
como una estrella dorada
la baña el mediterráneo
con rizos de espuma blanca.
Tiene el dulzor de la uva,
y es de color bronceada,
es soledad en el páramo,
y bulliciosa en la playa.

Málaga le abre al mundo
sus brazos de niña casta
atrapando al visitante
en sus melenas doradas.
Se vuelve cosmopolita
y es estrella de fama
por el azul de su cielo
y sus maravillosas playas.

Alegre y graciosa es Cádiz
su luz la vuelve de plata.
Y es de todas mis hijas
la que mas atrevida habla.
Carnavalera y alegre
como una diosa pagana,
guerrillera y valiente,
su constitución lo avala.

Huelva, la marinera,
sentenciosa y callada,
un nuevo mundo trajo
para ti mi madre España.
Serrana y marinera,
lleva el cante en las entrañas,
sentencias del pueblo llano
en sus fandangos derraman.

Granada, gitana y mora,
por su amor un rey lloraba
dejando su corazón
prisionero de la Alhambra.
Y va errante entre sus cuevas
en las noches estrelladas,
suspirando coplas de amores
entre Zambras y guitarras.

Con manto de verde oliva
va Jaén engalanada,
y al Guadalquivir “parió”
para regar a sus hermanas.
De sus abruptas sierras
el oro verde derrama,
y vigila en Despeñaperros
como una fiel guardiana.

Ya solo queda Sevilla
-de orgullo su voz temblaba -.
Ella es mi embajadora
graciosa donde las haya.
Tiene alma de poeta
y corazón de gitana.
Lleva perfumes de azahares
de jazmines y albahacas,
de tierra mojada y limpia
y tardes de Semana Santa.
Con la plata de su río
zarcillos para adornarla,
de oro albero, un anillo
y peineta de Giralda.
Del parque de Maria Luisa,
las palomas le regalan
un mantón “bordao” de flores
que su belleza realza.
Las campanas de sus torres
le tocan por Sevillanas.
¡Qué guapa esta Sevilla!
¡Qué radiantes sus hermanas!
Como veis, madre mía,
de mi tierra soberana,
os he traído lo mejor
para ti y mis hermanas.
España besa su frente
y esta emoción que le embarga.
Con hijas como las mías,
¡qué orgullo de ser España!”

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