Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 16 de abril de 2013

1598.- JUAN BAUTISTA DE MESA



JUAN BAUTISTA DE MESA
Antequera (Málaga) 1547-1620
Nació y murió en Antequera, hijo del escribano Rodrigo Alonso de Mesa y de Doña Ana de Baena.
Estudió Humanidades en la academia de Juan de Vilches y a la muerte de su padre le sucedió en la escribanía.




SONETO

Pues conocéis, Señor, a mi enemigo, 
sus grandes fuerzas, las pequeñas mías
y veis que ya de mis cansados días 
se acerca el fin que el tiempo trae consigo,

de él y de mí libradme, que lo sigo
forzado de mi engaño y sus porfías; 
muera mi fuego entre cenizas frías,
y viva la razón en paz conmigo.

No permitáis que venza el que vencistes
ni que se pierda en mí la imagen vuestra, 
si no por lo que soy, por lo que os cuesto. 

Vos sois el mismo que por mí moristes; 
esa, la misma vencedora diestra:
venid, Señor, venid, libradme presto.






[Soneto]

Si al viento esparces quejas en tu canto,
amante ruiseñor, y no has podido
inclinar a piedad el sordo oído
de tu querida, no te cause espanto:

¿Qué mucho, aunque bien cantas y amas tanto,
que el canto y el amor hayas perdido,
si, como yo, te ves aborrecido,
pues yo amo y lloro, y pierdo amor y llanto?

Consuélate en mi mal y el bien espera,
que solo yo en mi mal, es bien presuma
que con mi fe compita en ser constante. 

Al fin amas tú a un ave, yo a una fiera;
tú un pecho presto mudarás de pluma,
yo tarde o nunca un pecho de diamante.







[Soneto]

Esparcido el cabello de oro al viento,
Dafne, con blanca si ligera planta,
huye más bella y presta que Atalanta,
del rubio Dios que va en su seguimiento.

Tal vez él le permite el vencimiento,
temiendo de ofender belleza tanta;
tal, por gozarla, tanto se adelanta
que ella siente a la espalda ya su aliento.

Mas al fin de tan áspera fatiga
Apolo ve que Dafne en laurel verde
absconde su figura y se transforma. 

Mayor mal temo yo de mi enemiga,
que, si la sigo y su figura pierde,
en duro mármol mudará su forma.







[Soneto]

Esparcido el cabello de oro al viento,
Dafne, con blanca si ligera planta,
huye más bella y presta que Atalanta,
del rubio Dios que va en su seguimiento.

Tal vez él le permite el vencimiento,
temiendo de ofender belleza tanta;
tal, por gozarla, tanto se adelanta
que ella siente a la espalda ya su aliento.

Mas al fin de tan áspera fatiga
Apolo ve que Dafne en laurel verde
absconde su figura y se transforma. 

Mayor mal temo yo de mi enemiga,
que, si la sigo y su figura pierde,
en duro mármol mudará su forma.






[Soneto]

A tus crüeles aras ya me viste
darles, Amor, en mis floridos años
divino culto en pago de los daños
de aquellas falsas glorias que me diste.

Ya viví alegre en un estado triste, 
siguiendo a largo paso tus engaños;
y a pesar de infinitos desengaños
ya las leyes guardé que me pusiste. 

Ya pasó, Amor, mi verde primavera, 
y de la edad llego el invierno frío
que con su nieve cubre ya mi fuego.

Déjame un poco en paz antes que muera,
permite que algún tiempo yo sea mío.
Mas, ay, que eres tan sordo como ciego.






[Canción]

A tus mejillas rojas
las flores que en el campo vas pisando,
con tantas lenguas como tienen hojas
voces les están dando
que miren que también son ellas flores,
y que les va robando
el fugitivo tiempo sus colores,
y que la hermosura
es breve sueño, pues tan poco dura.
A ti de desdeñosa
también te culpan, Cloris, y de altiva
con el ejemplo que te da la rosa,
que, si se muestra esquiva,
son pequeñas espinas sus desdenes,
y al fin a nadie priva
de adornarse con ella pecho o sienes: 
antes, avergonzada
de ser esquiva, está tan colorada.
Y con su curso el río
te muestra el de tus años, y te advierte
que es pensar detenerlos desvarío; 
que, de la misma suerte
que él corre al mar y hasta allí no cesa,
van corriendo a la muerte
más ligeros que el viento
esos tus años verdes,
que neciamente sin gozarlos pierdes.
Considera tu engaño,
y solo trata, Cloris, de gozarte;
no aguardes a llorar tarde tu daño
sin poder disculparte;
goza de la ocasión, que si la dejas,
en vez de consolarte,
verás que todo burla de tus quejas,
pues todo te da voces
que tus desdenes dejes y te goces.




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