Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 17 de abril de 2013

1603.- SALVADOR FERNÁNDEZ ÁLVAREZ



SALVADOR FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
Poeta español, nacido en Puebla del Río (Sevilla) 
Compañero de generación de tantos otros poetas vanguardistas sevillanos que florecieron en la segunda y tercera década del siglo XX (como Adriano del Valle o Pedro Garfias), su vida y su obra habrían quedado reducidas al anonimato de no haber sido por la importante labor de difusión y conservación que, por aquellos años, desempeñó la prensa hispalense.

En efecto, en la revista literaria Grecia (que pronto se convirtió en el principal cauce de expresión de la pujante corriente ultraísta extendida por Sevilla durante dicho período) quedó impreso un poema de Salvador Fernández Álvarez titulado "Hacia el viaje donde el sueño queda roto", obra de juventud que, pese a ello, posee el valor histórico de presentarse, desde su mismo subtítulo ("Iniciación por las selvas del Ultra"), como uno de los primeros frutos poéticos de dicho movimiento vanguardista en España: 


"[...] Ya en el coche, se escucha brevemente 
como un frotar de senos erguidos 
y unas palabras de ilusión y gloria 
cortadas por el ritmo de unos besos. 

Por la carretera 
envuelta en polvo, 
el coche se ha perdido y los amantes 
callan 
dormidos en el sueño de una aurora.



El papel relevante que desempeñó Salvador Fernández Álvarez en los círculos literarios de su ámbito local quedó ampliamente reforzado el 13 de febrero de 1919, fecha en la que el poeta ofreció, en el Salón de Actos del Ateneo Hispalense, una lectura de sus versos que se convirtió en la primera de las famosas veladas poéticas protagonizadas por el grupo Ultra a lo largo de aquel curso de 1918/1919. Prueba de la importancia de este recital ofrecido por Salvador Fernández Álvarez fue el eco que de él se hicieron los principales medios de comunicación sevillanos, que dieron una amplia cobertura a la velada y reprodujeron algunos de los poemas allí escuchados. Así, v. gr., la Gaceta del Sur, en su edición del día siguiente (14 de febrero de 1919), reprodujo el poema titulado "Rimas", al lado de algunos comentarios elogiosos del siguiente tenor: "[Salvador Fernández Álvarez] leyó una bellísima colección de poesías, las cuales son bastantes para consagrar a su autor como uno de los más delicados e intensos poetas andaluces [...]. Sus poemas, que fueron del agrado de la distinguida y numerosa concurrencia, valieron a su autor una nutrida salva de aplausos".

La repercusión que tuvo esta velada poética alcanzó a otros muchos medios de comunicación. El rotativo La Unión, también en su edición del día 14 de febrero, afirmaba que "en la poesía de Salvador Fernández no supimos qué admirar más, si la belleza de la forma o la finura y delicadeza de su pensamiento", para añadir a continuación: "Salvador Fernández Álvarez puso anoche de relieve cuán legítima es su reputación entre los poetas jóvenes de la localidad, confirmando con sus últimos versos que puede ir en la vanguardia de la juventud sevillana". También La Unión reproducía algunos de los poemas leídos en la famosa velada, y lo mismo hicieron El Liberal (en su edición del 15 de febrero) y, nuevamente, la Gaceta del Sur (los días 23, 24 y 29 de abril de aquel año de 1919).

Los títulos de algunas de aquellas composiciones recitadas por Salvador Fernández Álvarez son los siguientes: "Prólogo", "Romance ingenuo", "A solas", "Yo quisiera", "Remanso", "Cuando dijo tu mano", "Canción a la amiga nueva", "Reflexiones", "Indolencia", "Elogio a la seguidilla", "Rimas", "El recuerdo alegre", "Del viejo amo", "Mi pecado", "Escríbeme", "Del único amor" y "La canción del caminante".





VÍSPERAS DE PASIÓN 

Liturgia del dolor; hondura y cima; 
majestad del silencio en dulce queja; 
vida y muerte conjugan su madeja, 
en una sola impresionante rima. 

La guitarra del llanto en "son" de prima; 
luces de angustia el corazón refleja; 
con agoreros silbos de corneja; 
un tremor de Calvario de aproxima. 

Palio de plumas, prodigioso encanto. 
Cena de Comunión; treinta dineros; 
terciopelos de amor, aguas de llanto... 

Voz del creyente que sin voces reza... 
Jesús perfuma bíblicos maderos, 
coronadas de espinas su cabeza. 





BALADA DEL JUEVES SANTO 

Caperuza de rezos en gemidos, 
tiene Sevilla para el Jueves Santo; 
nubla los ojos pleamar de llanto, 
y un perfume de amor, se hace latido. 

La tragedia del Gólgota ha movido, 
las fibras todas; el dolor en tanto, 
se hace caricia, terciopelo y llanto, 
para guarda del mundo redimido. 

En inefable despertar de rosas, 
un rosario de Mater Dolorosas... 
Cristos yacentes y en la Cruz clavados; 

Sevilla es tabernáculo y ermita. 
El justo muere, y de la Cruz bendita 
brota el agua que lava los pecados. 






BALADA DE LA EXPIRACIÓN 

¡Expirar perdonando! Heroico empeño 
que en las aguas del amor sublimas. 
Cielos y tierras con primor de rimas 
almiaran litúrgico beleño. 

Agonía solar. Calvario y leño; 
el sacrifico coronó las cimas... 
Aires de conversión prenden a Dimas, 
que dichoso al morir halla su dueño. 

La cruz... 
Expiración. Espiga y grano 
que no cabe en los surcos de lo humano... 

Los ojos cierra el celestial Lucero. 
¡Ay!, muriendo Jesús la muerte estrena, 
un dormir apacible de cordero. 





RINCONES SEVILLANOS 

LA CALLE ÁNGELES 

Parecen que tus casa ocultan un misterio 
cuando viene la noche tenebrosa y callada, 
mirando a tus rincones se espera una emboscada, 
impera en ti la calma glacial de un cementerio. 

Una cruz perceptible al fulgor de la Luna 
en un rincón sus brazos ábrelos redentores; 
¡misteriosa calleja, que guardas los sabores 
de un antiguo pasado de tu estirpe moruna! 

Todo es calma, silencio, la quietud y el reposo 
turbados por los pasos de algún trasnochador, 
la brisa a veces trae perfume halagador, 

que embriaga los sentidos; latir hace dichoso 
el pecho de una amante que mira receloso 
de su dama esperando una cita de amor. 






PREGÓN DEL ANTIFAZ 

... Un inefable palpitar de amores; 
ríos de lágrimas; rumor de alientos... 
Antifaz que eres vela para vientos 
de rosas y de barcos singladores. 

... En tu frente sin línea, resplandores; 
en tus labios sin risa, los acentos 
de palabras que cuajan sentimientos, 
recordando divinos estertores. 

¡Pregón del antifaz!; jaculatoria 
que labra su fortísima cadena 
a golpes de oración –muerte y victoria-, 

balada del amor que se carena 
en los ínclitos mares de la gloria, 
donde sirga el navío de la pena... 







A LA VIRGEN DE LA AMARGURA 

La imagen del dolor y la amargura 
en tus manos compuso madrigales, 
y al conjuro de amores celestiales, 
el dolor se transforma en hermosura. 

Son tus manos copón donde fulgura 
la sangre redentora; manantiales 
tus dedos, como ríos que en raudales 
brindan olas de gracia y de finura.

Manos de Virgen, para ser besadas; 
manos de madre, para el sentimiento 
con amor y ternuras amasadas; 

dulcedumbre de manos que perdonan... 
De encajes humo que columpia el viento, 
inquietos lirios que temblor pregonan... 






AL CRISTO DEL AMOR 

Cuando la muerte tu dolor concluya, 
en tus ojos sin luz quede grabada, 
la imagen de esta plaza que en balada, 
dice un responso por la muerte tuya. 

En los pechos la fe no hay quien destruya; 
el Cristo del Amor tiene posada 
en lasa almas creyentes, y rimada 
una sarta de rezo en aleluya. 

Tiene tu facies que el sufrir reseca, 
livor de muerte que en fulgor se trueca... 
Si tu amor es dolor, dámelo entero 

que entre las mimbres de tus ríos quiero 
hacer de rezos sigilosa rueca 
y enclavarme en la Cruz de tu madero... 






A LA VIRGEN DEL SOCORRO 

Me tenía el dolor roto, deshecho, 
y a tu socorro me acogí una tarde; 
a cambio de un sembrar agrio y cobarde, 
me diste sementeras en barbecho. 

Desde tu corazón llega a mi pecho 
un volcán de caricias; lava que arde 
porque un rescoldo para siempre guarde, 
almohadas de Salves en mi pecho. 

-¡Señora de las vírgenes Señoras!- 
en tu nombre y amor los condenados, 
hallan verdes oasis de indultados... 

Hoy que sales, mi vista se recrea, 
en tus manos que son perdonadoras, 
y en tu manto carmín que amapolea... 





A SANTA MARTA EN SU “ PASO” 

Santa Marta, la mística hospedera, 
en posada de amor es mi vecina; 
desde entonces el barrio se ilumina, 
con luz de cielo en sol de primavera. 

Todo el año en su afán es una espera 
de admirar el misterio en que divina, 
con la flor de Judea casta y fina, 
va la fiel bien amada compañera. 

Todo el año es afán, mas llega el día 
en que se hace la fe mar infinito, 
- Lunes Santo en la dulce letanía 

de Sevilla en la Cruz y a ella entregada- 
el misterio del “ paso” es voz en grito, 
Santa Marta es angustia desolada... 






AL CRISTO DE LA BUENA MUERTE 

Los ríos caudalosos de la vida 
por el tormento agotador se paran, 
los signos de la muerte se preparan 
a recoger Tu aliento en despedida. 

Yo quisiera, Señor, que de la herida 
del costado amapolas me prestaran, 
y de tus ojos ciegos me entregaran 
la sombra de tu luz siempre dormida. 

Eres imagen bella de la muerte, 
con tu inefable majestad serena, 
que por tuya tan solo es muerte buena... 

¡Ay! que yo triste pecador al verte, 
solo puedo con rezos ofrecerte, 
un amargo panal de mi colmena... 







AL CRISTO DE BURGOS 

Eres Cristo en la Cruz, y tu persona 
tiene tanto de humana y de divina, 
que con sol de la tierra se ilumina 
y con luz de los cielos te pregona. 

Toda tu imagen devoción abona, 
el rostro, el pecho y la punzante espina 
que amorosa arrancó la golondrina, 
de tesoro cruel de tu corona. 

Cuando sales, tus brazos agudizan 
abrazos para el pueblo que te reza, 
y tus ojos que lentos agonizan, 

tienen brillo de plácida belleza 
que con resoles transparentes rizan, 
la luz del Verbo que a morir empieza... 








 A LA SAGRADA LANZA 

¿Qué el centurión de la maldita lanza 
con el odio te hirió y con su acero? 
Aquí tienes Señor un pueblo entero, 
que con cilicios tu dolor alcanza. 

Te acompaña San Juan – flor de alianza – 
tu Madre Inmaculada es asidero, 
de tres Marías que en dolor entero, 
acarician auroras de bonanza. 

Aquí tienes Señor viendo tu herida, 
esta noble ciudad nunca dormida 
para deliquios y fervor divinos... 

Esclava de la Cruz Sevilla entera, 
ofrecidas a Ti llevar quisiera 
en el pecho cien lanzas de Longinos... 





JUEVES SANTO EN SEVILLA 

Capezuza de rezos en gemido, 
tiene Sevilla para el Jueves Santo; 
nubla los ojos pleamar de llanto, 
y un suspiro de amor se hace latido. 

La tragedia del Gólgota ha movido, 
la fibras todas; el dolor en tanto, 
se hace caricia, terciopelo y manto, 
para guarda del mundo dolorido. 

En inefable palpitar de rosas, 
un desfile de Madres Dolorosas... 
Cristos yacentes en la Cruz clavados; 

Sevilla es tabernáculo y ermita; 
el Justo muere y de la Cruz bendita, 
brota el agua que lava los pecados. 







A LA VIRGEN DE MONTE-SIÓN 

En tus manos florece la sonrisa 
cuando quietas reposan en el pecho, 
y si se mueven con temblor de helecho, 
es la cuna en descanso de la brisa. 

En tus ojos la luz, cambia y se irisa 
como nubes de llantos en barbecho, 
y tu rostro es un cáliz que deshecho, 
olas de sangre con amor alisa. 

Tu rosario con plata de perdones, 
brillantes y oro de ilusión lograda, 
es un mar de refugios y oraciones. 

¡Quién pudiera labrar su relicario 
y encontrar el retiro y la morada, 
en las cuentas sin fin de tu rosario! 






A LA VIRGEN DEL VALLE 

Plácido arroyo transparente y fino; 
inmenso, azul y lírico océano... 
En el valle de lágrimas humano, 
eres cima que alcanza lo divino. 

De tu gracia y amor, soy peregrino; 
por ellos vivo y en vivir me afano; 
Señora, el corazón pongo en su mano, 
para antorcha que alumbre mi camino. 

Por veredas reales hallé senda, 
-rasguños de dolor ya tienen venda- 
que a tus brazos purísimos llevaba... 

Te vi en le templo, te recé en la calle... 
Temblor de espera y en mi cruz se clava, 
este grito de amor... ¡Virgen del Valle!




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