Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 11 de abril de 2013

1573.- JOSÉ LUNA BORGE


El leonés José Luna gana el Premio de Poesía Dionisia García con 'Canto rodado'

JOSÉ LUNA BORGE

(Sahagún, 1952). Reside en Sevilla desde 1981.  Hijo de José Luna Celada y Valentina Borge Conde. Profesor. Como funcionario de la Junta de Andalucía ha desempeñado los cargos de Director del Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas de Huelva (1985-1989) y del de Sevilla (1989-1992). En la actualidad trabaja en el Servicio de Programación e Información Juvenil del Instituto Andaluz de la Juventud.
Es autor de los libros de poemas: Las buenas costumbres (1989), Desconocidos (1997),  Poemas y notas (1999), Los días inciertos (2003) y Reloj de melancólicos (en prensa) (2012).
Como ensayista, crítico literario y antólogo ha editado La Generación Poética del 70 (1991), Bazar de lecturas (1999), La obra literaria de Víctor Botas (1995) y Alzar el vuelo: Antología de la joven poesía sevillana (2006).
Ha publicado también tres entregas de su diario Veleta de la curiosidad: Pasos en la niebla (2001), Pasos en la nieve (2002) y Pasos en el agua (2004).
Ha dirigido el suplemento de cultura La Mirada del Correo de Andalucía y El Mirador de los Vientos: Revista de Literatura y Arte.
Ganador del premio Dionisia García 2011 (Poemas y notas).






ESLABONES PERDIDOS

Hay periodos en la vida
que están desdibujados.
Si volvemos la mirada aparecen
en la niebla personas y lugares
conocidos pero nunca alcanzamos
a vernos a nosotros tal como éramos
entonces.
La vida se encuentra en quietos
santuarios, escasos oasis donde el afanoso
viajero se detenía en la noche.

Hay años que son desiertos sin rastro
alguno de nuestros pasos, 
periodos
sonámbulos que olvidaron el gesto
y la pasión que entonces lucíamos.
Son los ciegos eslabones perdidos
de la memoria, aquellos que quedaron
sin vínculo entre sí y se fueron
a la deriva como diminutos
continentes a merced de las aguas
del raro tiempo y  del oscuro olvido.






LAS HOJAS QUIETAS DEL TIEMPO

Lo que dejas atrás siempre te alcanza.
Lo que sin más remedio vas dejando
vuelve del raro tiempo a saludarte,
te da la mano y te contempla mudo
con esa misericordia que dejan
los días olvidados que nos guardan
en la memoria de sus hojas quietas.



                                                                   

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