Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 20 de abril de 2013

1625.- AURELIANO GARCÍA TELLO


 Aurelio García Tello a su edad sigue escribiendo

Aureliano García Tello
Aureliano García Tello (Alhendín, Granada, 5 de noviembre de 1927) es un sacerdote católico y poeta español.

Realizó estudios eclesiásticos en el seminario de Granada y fue ordenado presbítero en 1951.

Sacerdote

Ha ejercido el sacerdocio en diferentes parroquias, entre ellas, al principio de su misión pastoral, las San José de Tózar y Limones, Nuestra Señora de las Mercedes de Brácana, Nuestra Señora del Rosario de Polopos, Nuestra Señora de los Dolores de Cacín, Santa María Magdalena de Pinos Genil, y en los quince años inmediatamente anteriores a su jubilación, la de San Matías de Granada. Fue director espiritual del Colegio del Sacromonte y actualmente es canónigo honorario de la Catedral de Granada.

Poeta

Su prolífica producción poética, casi toda de carácter religioso y mucha inspirada en pasajes bíblicos, ha sido calificada como mística y barroca.
Es fundador del grupo poético San Matías, que se reúne habitualmete una vez al mes, del que han surgido varias publicaciones antológicas de poetas noveles o autodidactas —Mirador del alba (1982), Pinceladas poéticas (1991) y Torre de versos (1993)— y que contó entre sus asiduos con el también poeta granadino Manuel Benítez Carrasco.
Cuenta en su haber, entre otros, con el premio de «Libros» del Sindicato Nacional de Escritores (1984) y con el Premio Amado Nervo (1987).

Obra

Comenzó a publicar en 1979 y desde entonces han visto la luz más de veinticinco poemarios y últimamente dos homiliarios correspondientes a los ciclos litúrgicos de adviento, cuaresma y pascua y al tiempo ordinario respectivamente.

Algunos títulos:

Hacia el encuentro con la luz (1979);
Granada, flor y agua (1980);
El color de la luna (en el centenario del nacimiento de Juan Ramón Jiménez) (1981);
Creciente amanecida (en el IV centenario de la muerte de Santa Teresa de Jesús) (1982);
Lodo encendido (1983);
Reverberos (1985);
Relato sacromontano (1998);
Gozos heridos (1998);
Misterios de la harina (1998);
Trojado en el eterno (2000);
Paisajes arcanos: florilegio poético (2001);
Acordes en mis ramas (2003);
Aromas de trascendencia (2004);
El lenguaje del viento (2006);
Nieve y llama (2007);
Por el cielo de Granada: antología (2008);
Fuego que acrisola (2008);
Destellos de la palabra (2009);
Conviérteme a tu brillo (2010).


AL CRISTO DE LOS GITANOS

Solo cuelga una estrella, 1980


Los muros almagreros de la Alhambra
testigos mudos del bullir de un pueblo
clavado en tierra, junto al Sacromonte,
como Cristo en la cruz
y Cecilio en la roca.

Salió la luz al Camino.
Rojas banderas de fuego:
las piras del sacrificio.

Todo el monte abre sus ojos
ante el Cristo del Consuelo.
En la ladera, clamores,
y en la cima, aroma y fuego.


I

Entre cobres y candiles,
-olor a chumbera y llama-,
el Cristo de los Gitanos,
solemne, baja a Granada.

Una voz quebrada suena,
saeta en sangre mojada,
lágrima temblando al aire
de esta hora torturada.

La luna entona en la altura
lúgubre canción de plata
y su voz redonda besa
del Cristo roto la cara.

Sabor a mimbre y a humo,
a rescoldos de la fragua
y a dorado fuego interno:
sangre con ritmo de danza.

Conjuntados día y noche,
el embrujo, la plegaria,
el fuego, el hierro y el canto.
Cada pecho es una zambra.

Suena el paso cofradiero,
ni crótalos, ni guitarras,
como pitas las saetas
se han de clavar en el alma.

Suena el paso cofradiero,
ni crótalos, ni guitarras,
como pitas las saetas
se han de clavar en el alma.
Rasga la noche su manto
y entre candelas, al alba,
ebrio de hogueras de amores
por las cuevas Cristo pasa.


II

Gitanos del Sacromonte
vieron tus ojos cerrados.

Para caminar por trochas
tienen su paso entrenado
y por veredas de sangre
llegaron a tu costado.

Han encontrado una gruta:
¡tu corazón destrozado!
Ávidos de fuego y sombra
en ella se han instalado.

Los candiles de las cuevas
se han encendido a su paso
y un fogoso escalofrío
invade al pueblo gitano.


III

Las cuevas se han desbordado
de tristezas y alegrías;
y está el Camino encharcado
de “soleá” y bulerías.

Lleva aires de “soleá”,
de fandango y alegría
con la saeta “clavá”
en el ocaso del día,
¡el gitano de “Graná”!





AL CRISTO DEL CONSUELO 

Antología Poética, 1996


Rimaste mi miseria con tu celo
al trasminar tu cuerpo sufrimiento;
para darme divino nacimiento
cargaste con la cruz, mordiste el suelo.

Al giro de las jambas de tu cielo
me estremece un arcano sentimiento
y flagra el alma como vela al viento
contemplando tu rostro de Consuelo.

Despiertan tus heridas oraciones,
saetas al calor de las hogueras
que abrillantan al cíngaro cetrino.

Valparaíso vibra de emociones
lubricantes de las trabajadoras
que al costalero alivian el camino.




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