CALIXTO TORRES
Poeta y Editor
1967, Fernán Núñez, Córdoba.
Por el año 2000 fue ideólogo y cofundador en la apuesta de crear la Asociación Cultural Caños Dorados y la revista del mismo nombre.
Desde el año 2005 dirige Detorres Editores en una labor editorial que enfoca principalmente el universo de la poesía.
En la actualidad coordina varias colecciones de poesía: Tierra de Poetas, Sentires y Año XIII.
Del mismo modo lleva las riendas de Suspiro de Artemisa, revista de poesía de publicación bianual.
Libros publicados:
Suspiros de vida (1995). Desde el corazón de un poema (2000). Romance de las voces negras (2003), Poemas al viento (2007), carbón (2013) y carbón y otros poemas (2014). Además es coautor del libro: Semana Santa de Fernán Núñez, Historia Imagen y Poesía (2013).
Fuente: Torres Perales, Calixto
Por el año 2000 fue ideólogo y cofundador en la apuesta de crear la Asociación Cultural Caños Dorados y la revista del mismo nombre.
Desde el año 2005 dirige Detorres Editores en una labor editorial que enfoca principalmente el universo de la poesía.
En la actualidad coordina varias colecciones de poesía: Tierra de Poetas, Sentires y Año XIII.
Del mismo modo lleva las riendas de Suspiro de Artemisa, revista de poesía de publicación bianual.
Libros publicados:
Suspiros de vida (1995). Desde el corazón de un poema (2000). Romance de las voces negras (2003), Poemas al viento (2007), carbón (2013) y carbón y otros poemas (2014). Además es coautor del libro: Semana Santa de Fernán Núñez, Historia Imagen y Poesía (2013).
Fuente: Torres Perales, Calixto
NULLA SPES
Hoy es siempre todavía.
A. Machado.
El verdugo se acomoda
en el dintel de la puerta;
las lágrimas forman charcos
de la tormenta de pena;
mientras... me enjuago el aliento
con la sangre de mis venas.
Los lamentos se amontonan
y a cada latido vuelcan
cataratas de agonía
empapadas de impotencia
que inundan con su desdicha
al corazón que protesta.
La noche, toda de negro,
sigue paciente y espera...
No hay látigo que consiga
tras vaciar su fortaleza,
un cúmulo de dolor
de semejante destreza.
El verdugo sigue inmóvil
en el dintel de la puerta.
Solo, espera esa señal
que vuelva a ponerlo a prueba
para ofrendar sus entrañas
sin escrúpulos ni quejas,
poniendo fin a una vida
y dando vida a una pena.
SEGURO QUE TE ACUERDAS
Seguro que te acuerdas...
Llegó la aurora
y un beso de tus labios
paso a mi boca.
Yo sé bien que te acuerdas,
pues, me provocas
cada vez que a mi lado
pasas airosa.
Por eso, niña mía,
no me sorprende
que cuando yo te miro
me mires siempre...
sin importarte
que tras de la ventana
pueda haber alguien...
sin decir nada,
pero todo lo dices
con tu mirada.
Miras y callas,
sin saber que tus ojos
mirando hablan.
Callas y miras,
y yo sé que aquel beso
no se te olvida.
HA LLEGADO LA HORA
Ya sé lo que es quererte,
acariciarte toda.
Ya sé de tu mirada
desnuda y seductora.
Ya sé, cariño mío,
a qué saben tus cosas:
tus momentos amargos,
tus penas y tus glorias,
tus suspiros, tus sueños,
esa piel que te dora.
Sí..., también sé, mi vida,
porqué te vas ahora
cuando viene la noche
impregnada de aromas,
con los tonos de luna
que en su alforja atesoran
romances como el nuestro
que agoniza y que llora.
Ya sé que se hace tarde,
que el tiempo no demora,
que si no te apresuras
y vuelves a tu alcoba
te costará un suspiro
volver a verme a solas.
Ya lo sé... ¡Dame un beso!,
que ha llegado la hora.
DÍA DE LA MADRE
Cuando mayo amanece sembrando olores
las rosas enamoran con sus colores.
Mientras, mi madre,
se asoma a la ventana
para esperarme…
Cuando mayo florece por los caminos,
entonan pajarillos sus nuevos trinos.
Y no exagera,
mi madre, que esperando
se desespera…
… Y un domingo de mayo, siempre el primero,
me aprietan unos brazos, se oye un te quiero.
Se me hace tarde.
No hay nada como el beso
que da mi madre.
Cuando mayo amanece sembrando olores
las rosas enamoran con sus colores.
Mientras, mi madre,
se asoma a la ventana
para esperarme…
Cuando mayo florece por los caminos,
entonan pajarillos sus nuevos trinos.
Y no exagera,
mi madre, que esperando
se desespera…
… Y un domingo de mayo, siempre el primero,
me aprietan unos brazos, se oye un te quiero.
Se me hace tarde.
No hay nada como el beso
que da mi madre.
LA AUSENCIA DE UNA PALABRA
Y ella prosigue alegre su camino,
feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
Porque no brota sangre de la herida.
Porque el muerto está en pie.
Gustavo Adolfo Bécquer (Rimas, XLVI).
Cuánto duele la ausencia de una palabra.
Me fijé en tu mirada pausada,
en tus andares dispuestos
a atravesar puertas prohibidas…
Al acercarme,
acariciaste mis labios sin permiso,
tiernos besos te di de recompensa.
Surgió algo infinito,
algo que sólo el corazón sabe explicar.
Desnudos, al amparo de la noche,
tu voz quedaba quieta,
no se oía ni un susurro
denotando locura.
¿Qué mal pudo causar tanto cariño?
Paso el tiempo…
pisoteaste el retablo de pasión
que construí a tus pies;
te alejaste sin despedirte,
dejándome impregnado en un recuerdo suicida.
Cuánto duele la ausencia de tu palabra.
HOY VA A CANTAR
Con sus ojos morenos
y su pelo de almendra,
hoy va a cantar, mi niña,
porque empieza la feria.
Con melodías de ensueño,
con tonos de sirena,
con su voz que al posarse
hace olvidar las penas.
Deseoso está el viento
que con ansia ya espera,
que empiecen los compases,
que comience la orquesta,
para llevar por plazas,
por campiñas y sierras,
esa copla que sabe
que en mi niña se encierra.
Hasta los pajarillos
con sus trinos de seda,
le han pedido a la luna
que esta noche se venga;
y así, desde el tejado
se asomarán a verla:
con su dulce sonrisa,
con su pelo de almendra,
con sus ojos morenos,
con su mirada tierna,
con su inocencia viva,
con su postín de reina.
Con su bata de cola
y sus seis primaveras…
¡Ya va a cantar, mi niña,
y que empiece la feria!
EL SILENCIO
El Silencio induce a la oración...
abre las puertas al Sábado Santo,
escoltado por cirios de pasión.
El Silencio, en su noche de quebranto,
esparce por las calles la amargura
del que entregó la vida amando tanto.
El Silencio refleja la ternura
en el rostro de Cristo, muy dormido,
cubierto por las llagas de tortura.
El Silencio no sabe del quejido,
sabe del suspirar de unas miradas
entre el fervor de un pueblo arrepentido.
El Silencio de eternas madrugadas...
túnica negra, cíngulo de esparto,
y sombra de la Cruz en las fachadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario