Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 1 de noviembre de 2011

892.- JUAN MARTÍNEZ DE ÚBEDA


JUAN Martínez García, Juan Martínez de Úbeda, nace en la ciudad de las cúpulas, de la que adoptara el nombre, el 29 de septiembre de 1916. fa­lleciendo en Linares, el 7 de octubre de 1963. Realiza estudios en el Se­minario de Baeza, los que no tardaría en abandonar, para dedicarse al pe­riodismo en su ciudad natal. Tras la contienda civil, marcha a Valencia, donde publica sus dos primeros libros de poemas -Gresca lírica y Campanas- y tres novelas breves: El alma en los ojos, Eulalia Santafé y No­ches sin alma. En 1949 se traslada, ya para siempre, a Linares, donde ejerce como administrativo y realiza una fecunda y fructífera producción pe­riodística y literaria, con colaboraciones, ante todo, en los periódicos y re­vistas de la provincia y, fundamentalmente por cuanto hace a la poesía, en Úbeda y Linares. En 1952 sale a la luz su último libro de poemas propia­mente dicho, Voz en vuelo, al que seguirá un pequeño cuadernito con doce composiciones: Sonetos de amor. Un año antes, en 1953, daría a la luz un apretado ensayo en el que patentiza sus devociones literarias y quienes serán sus principales mentores: Tres poetas modernos: Lope de Vega. Gerardo Diego y García Nieto. Ya con carácter póstumo, apare­cerá Elegía al pastor de Marmolejo, donde en doscientos cincuentaiséis versos canta el hecho cierto de la muerte de un pastorcillo por el intento de que no pereciese uno de sus corderos en la inmensa riada que produjo una tormenta, y con el que obtuvo el Premio Diputación de Jaén en el concurso convocado por el Instituto de Estudios Gienenses. También, un año después de su fallecimiento y con prólogo de Alberto López Poveda, darán a la luz Últimos poemas, como por igual iniciativa de un grupo de amigos saldrá Geografía poética de Linares, igualmente presentada por López Poveda. Por último, registrar que, en 1991, efectuamos la antología En la voz el ala, un prieto recorrido por sus textos aparecidos en libro y, ob­viando aquellos que salieran en revistas, en los que se suele encontrar su obra de mayor madurez, ya que, en la práctica, no publica libro alguno du­rante los doce últimos años de su vida."




HOMENAJE A MACHADO


Yo te busco,maestro, entre olivares
y soñando camino de Baeza.
En aquella humildad era grandeza
el lento paso que creó cantares.

¿Qué tejía tu voz en los telares
del paisaje andaluz si no belleza?
La gloria de después -que ya no reza-
te tiñe de vejez los aladares.

Pero dejas tu verso -relicario
de dulces soliloquios- y el amigo
genial que yendo solo iba contigo,

ya le habla al Señor como esperaba.
Tú lo has dicho, maestro, en el breviario
de tu fe que, negando, confesaba.

(De En la voz el ala. Antología poética de Juan Martínez de Úbeda,
introducción y selección de Manuel Urbano, Jaén, Diputación
Provincial, 1991, p. 22)






CANTO A ANDUJAR.

Nupcias de sol y de cal
al aire de las palomas
cuando despiertan las lomas
margaritas de cristal.

Andújar pone la sal
y el rio, la melodia.

El gozo de Andalucía
vibra en el ancho Jaén
como un jilguero con cien
gargantas de angeleria.

Andújar está sentada
entre la sierra y el agua.

Dora espigas en la fragua
del alba recien creada
y al encender la alborada
los vales de pio y flor,
el cóndor deja su alcor
para jugar con las jaras
que pulen sus hojas claras
robando al viento el color.

Y canta el Guadalquivir
corriendo al hilo del valle
y ciñe, galán, el talle
de la adelfa. Suele ir
diciendo que va a venir,
pero el rio busca el mar
para ofrendarle el cantar
y el azucar de su tierra.

Cuando el rio se destierra
lo despide el olivar.

Andújar, testigo, mira
con ojos de campanarios
y saca de sus armarios
las grandezas. En la lira
del tiempo el honor suspira
por un poeta, cantor
de su dios y de su amor
y por la gracia de un rey
que supo imponer su ley
de santo convencedor.

Las piedras, llenas de sol,
aduermen ánsias de rosas
y en las besanas graciosas
enamora el amapol
a la espiga. El caracol
de las torres se deslía
y las campanas y el día
repican a primavera.

Andújar es la primera
en promulgar su alegría.

Se lo piden en la sierra
morena los altos pinos,
los cristales saltarinos
de los arroyos, la tierra
que asiste a la dulce guerra
de las aves y las flores.

La primavera en colores
es en Andújar canción
con fusas de un corazón
y letra de ruiseñores.

Me siento flauta de caña,
Andújar, para cantarte,
y te adivino al soñarte
con una gloria de España,
con una gracia que baña
de sonrisas el paisaje.

Me siento, Andújar, un paje
de la señora que reina
allí donde el viento peina
las melenas del boscaje.

Tu eres llano como olivos,
serranía como sabinas
y valle con serpentinas
de cien arroyos cautivos.

Pandereta con los vivos
encantos de Andalucía
y altar de Santa María
de la cabeza. Me siento
solo flauta con un viento
de Dios para la alegría.

Andújar está en la silla
del paisaje virginal
y ve danzar el trigal
y ve dorarse la orilla
del rio que va a Sevilla.

Andújar está mirando
y ve pasar a Fernando
el santo y ve la luz
que enciende Juan de la Cruz
cuando el verso está manado.

La primavera venida
de Dios a tu sierra, es boda.
fiesta y boda porque toda
la tierra se da florida
y tú misma estás ardida
de no se qué claridad.

¡Andújar, qué majestad
la de tu agua y tu cielo
en los tálamos de un suelo
colmado de castidad…!






ORACION DE LOS POETAS.

Todos vienen a darle
pellizcos a los panes calientes de su verso.

Todos buscan la caña dorada de su flauta
y el dormido paisaje de su clara sonrisa.

Lo ven pasar y gritan
palabras sin sentido.

Lo ven morir y doblan campanas por su muerte
como si el muerto fuera
un hombre con los huesos comidos de gusanos.

No, hijos de la tierra. No, hijos de la noche.

Quien muere por Diciembre debajo de la luna
es un pastor de nubes,
es un gañán de Cristo que ara con palabras
los campos del arcángel.

Quien muere por Diciembre, en medio de candiles,
es un pintor de cielos,
es un mendigo breve
que pide la limosna del cántico a la aurora.

Todos vienen a darle
pellizcos a los panes calientes de la gracia
y olvidan que dormía
soñando madrigales para Santa Teresa.

Olvidan que tenía los ojos en las cumbres.

Olvidan que era un lirio
con lágrimas de hombres varados en la noche.

Todos quieren ahora
saber lo que decían sus pájaros azules,
y yo, desde mi tierra
de flores, os anuncio que Juan de Yepes era
un poco del aroma de Dios entre las aves,
un poco de la carne
del cisne por el viento gracioso de la noche,
un poco del maestro
poético, sumando los panes de las coplas,
los peces de sus versos
y el agua bien salada de la hermosura intacta.

¿Qué sabes tu, borracho
de vino y de palabras,
lo que es una palabra del cántico divino?

Te acercas a las fuentes, con sed, como las bestias,
y ahora quieres darte
la gloria de decirnos la intimidad de un lirio.

Ni sabes de su guzla
ni sabes de su vuelo.

Lo ven pasar y gritan
palabras sin sentido.

Olvidan que debajo del hábito tenía
abejas de Dios mismo
y que su miel colmaba de azúcar y de flores
los labios de la dulce

Teresa de Cepeda.

Quién muere por Diciembre ya tiene preparadas
las alas para el vuelo distante y primoroso.

Un cúmulo de nubes
espera en las veletas
para ascender al padre las cálidas palomas
del verso que ha quedado
sembrado entre los hombres.

Todos saben ahora
que Juan está en el cielo coleccionado estrellas,
pintando mariposas o manteniendo en vilo
la gran arquitectura del salmo inacabado.

Si. Saben que ha nacido en Ubeda una rosa
de pétalos nevados; que ya tiene las albas
un profesor de blancas metáforas, un hombre
que diga madrigales
al gozo de las novias.

Si. Saben que en la corte de Dios está el poeta,
pero, ¿sabéis, acaso,
que Juan de Yepes vive viviendo el misterio
callado de los huertos floridos de la tierra?

¿Que vive entre nosotros
naciendo, cada noche, la copla de su alba,
el cántico sereno de todo lo divino?

Murió como los hombres en campos de olivares,
en medio de campanas con sones a lo humano,
pero en la muerte suya
estaban despertando las niñas de otros ojos
y las gargantas verdes
que dieran a las noches gorjeos de milagro...

En Ubeda nacieron
los árboles dorados de un valle donde siempre
la esposa y el amado, el dios y su criatura
encuentren una sombra de paz edificada.

Oh, sí. la tierra llora, pero los cielos arden
sus lumbres de alegría; porque de vez en cuando
Juan de la Cruz recita, delante de Dios mismo,
el mágico poema de toda la hermosura
que dan a primavera
las rosas de los huertos,
las músicas del agua
y el vino que aprisionan
las uvas que las vides, gozosas, redondean.

Quien muere por Diciembre
en Ubeda es un cóndor que nace de su muerte,
que brota de su carne para sentirse árbol
allí donde la Virgen Maria, poco a poco,
nos borda escapularios con lágrimas de hilo.

Sólo sabemos verte, Juan de la Cruz. Tenerte
abierto en las ventanas cuadradas de los libros,
sentirte las palabras
cruzando por nosotros, de vuelo, dulcemente.

Oh, si. Sólo podemos,
Juan de la Cruz, vivirte
los versos que clavados dejaste. Si. Tan sólo
querer seguirte, irnos
a zaga de tu huella,
y andar de nube en nube, contigo, despertando
a todos los querubes que estudian armonia.

Y yo, desde mi tierra
de flores, os anuncio que Juan de Yepes era
silencio de belleza, serenidad de noche
y cántico redondo para hechizar auroras.

Ahora que repite
los lirios de sus versos desde el florido valle
de Dios, yo os anuncio,
poetas de la tierra, que sólo de su mano
se puede ir al huerto de toda la hermosura.

¡Juan de la Cruz, hermano,
bendícenos y ruega a Cristo por nosotros!








POEMA DEL MINERO

El pueblo tiene yedras
camineras por muros verticales
y campanas lloviendo sus titanes
y corderos balando en las laderas.

El pueblo tiene sol y pan caliente
y rosas con un cántico dormido
y niños como pájaros y lirios
haciendo capiruchos de su nieve,
y novios con la menta
del beso del domingo entre los labios
y cándidas muchachas arrancando
palabras de colores a la niebla.

El pueblo está en lo alto, en el paisaje,
en su alba de oro,
con su luna de vidrio y con su pozo
de agua de cristal bajo la tarde.

Las cosas en el pueblo
son graciosas presencias definidas:
el árbol, un cedazo que tamiza
la luz. Y la plazuela del Convento
una escenografía para el chorro del agua, para el trino
y para el juego alegre de los niños.

Las cosas en el pueblo tienen vida
como el curso azulado del arroyo
y formas como el sauce o la palmera.

Allí donde la luz pone su diestra allí brillan los toros
y las sombras alargan las figuras
del caballo de cobre
y del olivo noble
y de la torre mágica y antigua.

Pero en la mina, el cielo
es un sueño lejano. Queda fuera
con su sol y su nube. Dentro entra
el hombre que se sabe aventurero,
capitán de la sombra,
caminante y juglar de lo distante.

El minero es un Atlas con la tarde
sostenida en los hombros, en la comba
caliente de su cuerpo.

El minero es creador de un mundo antiguo,
poeta de sí mismo,
andante caballero del desierto.

El minero es un ángel de la noche,
marinero en su nave de taranta,
desflorador de selvas habitadas
por serpientes de plata y de carbones.

El minero es un hombre con las sienes
ardidas de heroísmo y de aventura,
ariete de la bruma,
embajador de Dios en lo silente.

Llora sal por los ojos
y rezuma valor por los costados,
cuando el alba derrama sobre el árbol
la lluvia de su luz y de su oro,
cuando el ave se pule
las alas con el viento de la tarde.

El minero es la sangre
de los hombres valientes que discurre
como el agua, soñando las orillas
del mundo donde juegan
las flores y la estrella.

El minero es esquife de una ría
con las aguas de plata,
un Quijote que vence con la lanza
dorada de su vida.

El minero es un mago de la muerte,
vencedor de la sombra.
jinete de la noche, viva rosa,
carne de amor oculta entre la nieve.

Y rezo por su vida
y por la mesa honesta de su casa;
por la esposa que espera, con el alma
subida en las pupilas;
por el hijo pequeño que presiente
la insistente taranta de la ausencia,
por la madre que alienta
por él y para él... ¡Oh Dios, mi breve
palabra se levanta como un mástil
pidiendo Tu merced para el minero!

Tú lo sabes, Señor. No ve tu cielo,
ni la espuma bordada sobre el agua
ni los lirios que crecen en las huertas.

Tú lo sabes, Señor: Por ser minero
es un gris caminante del silencio,
un rezador que canta cuando pena.

Yo te pido, Señor, por él. Te pido
que le llenes la frente
de sueños con estrellas y las sienes
de músicas marcadas con tu ritmo.

Tú lo sabes, Señor... Por ser minero
te lleva por su noche
a las espaldas. Un Cristo entre los hombres.
¡Otro Cristo, Señor, para tu Cielo!






"YO PREGUNTO"
LECCIÓN INICIAL

Y el maestro, mirándonos, queriendo
llenarnos de verdad, habló y nos dijo:
«Pregunto a las espumas ¿por qué guardas
la blonda de tus aguas en el río?
y al Tiempo le pregunto: ¿cómo sabes
hacer las amapolas junto al trigo,
bordar las rosas blancas en los huertos,
mecer las aceitunas del olivo...?

Yo pregunto y responde con presencias
el Tiempo. Yo pregunto, pero el río
me devuelve la espuma recreada
y el huerto se me ofrece en sus lirios:
«He guardado en mi tierra la simiente
y al venir Primavera me he sentido
un arcángel de rosas esperando
florecer sobre mi para ser mío...».

Yo pregunto: ¿por qué, por qué la nube
se bebe las escarchas del camino?
¿por qué las blancas aves adormecen
en silencios la gracia de sus trinos?
¿por qué van las hormigas, silenciosas,
hacinando los granos en sus silos?
¿por qué se nos ocultan en la noche
las alas de los cóndores altivos?

Yo pregunto y responden, casi a coro
las cosas de la tierra: «Somos hilos
en las manos de Dios y sólo damos
aquello que arrancamos cuando fuimos
mineros de raíz bajo la tierra...
Sólo damos aquel grano de trigo
guardado en nuestros vientres cuando andaba
Octubre, con su luz, nuestros caminos...

Como nube te lluevo los sembrados
porque bebo las aguas del olivo...

Como pájaro canto bajo el alba
porque guardo entre plumas ciertos trinos...

A la sombra del árbol, hecho sombra,
miré a mi alrededor. Jugaba un lirio
con el aire aromado de la tarde.
El aire lo tentaba, y dando un grito
el lirio se quedó callado y solo...
Ví volar, otra vez, al aire. Hizo
un hoyo en el jardín, sembrando algo
de flor que rescató. Así ha nacido
en medio de los huertos la sonrisa
virginal de la luz... El viento es vivo
sembrador de la tierra. Guarda y halla
la dulce primavera que se abre
delante de nosotros, como en vilo,

haciéndose plegaria pura el cielo
Y cántico de amor para los niños...».
Y el maestro, mirándonos, queriendo
llenarnos de verdad, por fin, nos dijo:
“Si guardas, hallarás y con lo hallado
tu mano puede ser milagro mismo
llevando hasta los pobres la sonrisa
y el pan de tu callado sacrificio...”






MI POEMA DE CRISTAL

Cógelas, que no se vuelen
las alas de la Poesía.

Remolinos de luceros
en las noches de Castilla.

Caracolillos de espuma
sobre la estampa marina.

Mi poema de cristal
no te me vayas en risas... !
Te vi despierto en las noches
sobre tas nubes dormidas.

Y quemado por S. Juan
en la hoguera alicantina...
Te quise coger tas alas
para infundirte mi vida...

Ay, poema de cristal
y estrella de Andalucía...!
¿quién eres que se te siente
y que huyes si te miran?

-Soy el soplo de lo eterno.

Eternidad de la rima
natural, junto a las cruces
en vuelo de golondrinas...
Oro de sol sobre el rubio
trigal de la ancha Castilla.

Azul y sedas de cielo
y mar en Levante... brisas
de azahar tejiendo versos
en telares de campiña...

Oraciones de alborada
y campanarios de ermita...
Anhelo de Patria y Dios
y ángeles en la vigilia
de lo eterno, sobre luces
y entre luceros que brillan...

Ay poema de cristal
no te escapes deprisa...

Que no te quiero mintiendo
palabras de azul mentira.

Que no te quiero gitano
con greñas, como García
Lorca. Que no. Que te quiero
como eres, Frágil, con vida
de eternidad, y alas blancas
para volar.... sin mentira
de cascabeles perleros
ni hogueras entre las brisas.

-¿Quién eres que te me vas
y te me pierdes, si miran...
¿Ángel? ¿Sol? ¿Luz? Golondrina.

¡Ay poema de cristal
no te me vayas en risas
que quiero tu carne joven
para mi nueva Poesía....!

Ay poema de cristal
no te me vayas en risas...







PALABRAS PARA EL AMOR.

El corazón del aire
derrama las palabras antiguas de las fuentes;
los pájaros se bruñen las alas con las rosas
primeras del paisaje
y en todos los caminos, los árboles anuncian
el paso de la dulce y augusta primavera.

Se acerca, como un niño
de oro, a las esquinas del alba la sonrisa;
y cuando todo es lumbre, los muros de los templos
levantan sus rosales para que lluevan cantos
palomas temblorosas,
es cántico el silencio de la campana dulce.

Es lírico el instante de la primera estrella
porque las novias abren sus jaulas a la noche
y salen a los cielos los cálidos suspiros,
y salen al paisaje
los potros del instinto para danzar desnudos
y salen a los mares los barcos del deseo
para cazar gaviotas perdidas en la arena,

es el amor que boga
por una flor brillante buscando las palmeras.

Es el amor que llega a los lomos de la brisa.

Es el amor fluyendo como un arroyo verde
hacia los lagos verdes; como una fuente blanca,
de mármol, derramando
los lirios licuados
de la cántiga vieja.

Nadie sabe de dónde le vienen a los labios
las mágicas palabras.

Nadie lo sabe, pero cuando amanece Marzo
sus gallos de colores,
y por las tapias trepan las yedras y las rosas,
los pájaros calientes de las muchachas tiemblan
y sienten en sus picos
el goce de una menta picante y prodigiosa.

Es el amor vertido
del labio sobre el alma,
del alma sobre el labio.

Es el amor que crece como una torre y lanza
sus vírgenes campanas
al seno de los vientos.

Es el amor que, lento, navega hacia la orilla
de Dios para dormirse
debajo de los pinos donde las aves duermen.

El lama se define
como una tierra grande poblada de armonía,
como una tierra donde amor es una siembra
perfecta y numerosa.

A veces hay un angel
que dicta sus deseos
y el corazón entonces se abre a sus palabras
y dulcemente bebe
parábolas de oro que sólo Dios conoce.

Amor -anuncia el ángel-
es un quedarse a solas con el señor. Morirse
de no morir; sentirse la herida del amado
como una herida propia. Amar es un alzarse
al cielo desde el lirio
y hacerse mariposa pequeña para otro.

Amar es separarse
de todos para darse enteramente a uno;
quebrarse para darle vida a los hermanos.

Amar es ser un Cristo, hacerse Cristo y darse
al llanto estremecido
para que broten flores doradas en la arena.

El corazon del aire
derrama las palabras exactas en la noche
y yo, desde mi orilla poética, te digo
que llevas en los ojos
la lumbre de las albas
y el místico mensaje de un corazón abierto.

Te digo que te quiero
velero de mi verso por unos mares verdes
y copa donde escancie
el vino que me brota gracioso de los labios.

Te digo que te quiero,
amor, porque has creído en hadas y en estrellas.

Sólo se que te tengo aquí en el corazón
y que tu nombre
se agita en mis silencios como una azul bandera
que anuncia nuestro sueño
poblado de gaviotas.

Amar es separarse
de todos para darse enteramente a uno.







POEMA PARA NOVIEMBRE MORIR

Yo no quiero morir porque otras vidas
-las ramas de mi tronco- me detienen;
porque brilla la luz y tengo sombra;
porque adoro a mi Dios y porque es verde
el agua de los mares y son blancas
las nubes; porque amo; porque tienen
risas las rosas y músicas los aires.

Yo no quiero morir, pero si, aleve,
la muerte desdibuja mis mañanas,
y se troncha mi tronco, y de repente
la rosa cambia de color, y el aire
se me va de la vida, seré fuerte
y diré con la voz que no haya muerto:

¡Gracias, Señor por esta vida breve!
Quiero vivir por estas ramas mías
que huelen a naranjo. Por las fuentes
que cantan, por los besos, por las canas
de otros troncos antiguos; pero tiene
mi raíz una voz que está muy cerca
de la voz del Señor y no le teme
la carne a la cenizo, ¡No es tan duro
dormirse junto a Dios sobre la muerte!




crucificado

MÁS POEMAS:
[http://www.villamalea.eu/relatos/juanmaubeda.php]





5 comentarios:

  1. SALUDARLE, FERNANDO SABIDO POR CORDOBES Y POR POETA.
    SOY ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA, HIJO DE JUAN MARTINEZ DE UBEDA.
    AGRADECIDO
    WWW.DDDINTERNACIONAL.COM
    LA PAGINA DE AMDEU LINDEN
    -----------------
    EN UNAS SEMANAS LE DEDICARE UN SONETO. CUIDESE Y GRACIAS.

    -------------

    ResponderEliminar
  2. VERSOS A LA UBEDA DE MIS ABUELOS.



    SONETO I


    DE BLAS Y ANTONIA SOY NIETO HEREDERO

    DE RECUERDOS MATERNOS Y PATERNOS.

    Y DEL NACER ERAN PRIMOS FRATERNOS

    EN LA UBEDA DE LAS LOMAS, TENDEDERO

    JIENENSE CON MONUMENTO IMAGINERO,

    UNO A UNO EN NOBLES PEDRISCOS ETERNOS,

    DONDE CONVENTOS, QUE COMO QUITAN INFIERNOS,

    PARA LA FE MAS FRIA EN TROPEZADERO.

    DE LA CALLE TRINIDAD Y BAJAR DEL REAL,

    COMO BAJANTE CASCADA DE SENTIMIENTOS,

    COMO EJE, LOMO DE LIBRO A LOS DOS LADOS.

    LA TRINIDAD, EDIFICIO ECLESIAL, POR LEAL

    AL BARROCO MAS CASTELLANO EN URDIMIENTOS,

    Y EN LA PLAZA GENERAL SARO INVITADOS.



    SONETO II


    BLAS POR SEÑOR ARTESANO GUARNICIONERO

    CON CALLO EN SUS DEDOS, CLAVA LA AGUJA

    EN TALLER, ENEBRANDO, QUE PESETA PUJA

    PARA EL COMER DE LA MINA QUE ES CUERO.

    ANTONIA SENSATA MUJER EN GRAN COSTURERO

    DE APELLIDO HIDALGO, MODELA ESCOTE Y EMPUJA

    PATRONES, Y CON JABONCILLO DIBUJA

    VESTIDOS DE ELEGANCIA DE QUIEN ES PRIMERO.

    DICEN QUE ANTONIA LINDEZ LA MODISTA,

    DICEN QUE BLAS ERA GRAN GUARNICIONERO

    Y ARTISTA DEL CUERO. Y HASTA UN JUAN POETA

    DE UBEDA, VATE PORQUE ERA ELITISTA,

    PROLIFICO EN VERSO Y EN SENTIR ORFEBRERO,

    ES PADRE, A QUIEN VERSALIZAR ES META.


    ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA
    ASOCIACION DE ESCRITORES Y ARTISTAS ESPAÑOLES

    ResponderEliminar
  3. Querido Antonio, muchísimas gracias por tus palabras, sólo he querido emprender el camino para reunir dentro de las lógicas limitaciones, a los buenos poetas que desde siglos ha escrito y escriben versos en nuestra tierra
    Muy honrado por tu ofrecimiento y de paso me envías a mi correo tu dossier para incluirte en mi pequeña obra
    sabido49@gmail.com
    Un fuerte abrazo y estamos en contacto
    Fernando

    ResponderEliminar
  4. VERSUS PATERNUS. 50 ANIVERSARIO JUAN MARTINEZ DE UBEDA

    POETA ME SIENTO DONDE AZULES DEL MAR
    SON FUERTES, HACIENDO PREGUNTA A HORIZONTE
    Y AL MÁS ALLÁ CON ALTURA DE MONTE
    Y DE CINCO DÉCADAS EN CLAMAR.

    NO OLVIDO EN MI NIÑEZ, COMO UN BISONTE
    DE MUERTE NEGRA Y PROFECÍA INCLUIDA,
    LLAMABA PARA HACER DE MI PADRE HUIDA
    Y AUSENCIAS QUE DECÍAN, A LUCHAR PONTE.

    AÑO QUE SE ROMPIÓ PATERNA VIDA,
    A CUATRO HIJOS EN EDADES SEDIENTAS
    DE FUTURO Y COMIDAS SIN PIMIENTAS
    QUE DEN SUFRIMIENTO Y EL SOÑAR IMPIDA.

    DE REALIDAD, AQUEL OCTUBRE A TIENTAS
    TIÑÓ A UNA FAMILIA QUE DESAHOGADA,
    JAMÁS PIENSA PRONTO SER SEPARADA
    POR CUCHILLA QUE ENFRÍA EL FRÍO SIN RENTAS.

    Y LOS RECUERDOS DE MIS OLIVARES
    DE ESPERANZADO VERDOR, HAN CAMBIADO
    POR DIOS PATERNO, QUE HIZO DESTINADO
    A AQUEL NIÑO PROYECTO DE MARES.

    EN EL VAN Y VIENEN, IR Y VENIR
    DE VERSOS CONTÍNUOS QUE EMPLOMADOS
    SON RIMAS Y CRISTALES DISFRAZADOS
    DE ESTROFA, Y QUE SON LÍNEAS POR DEVENIR.

    DESDE AQUEL GOLPE Y YA MI VOZ CALMADA
    EN ESPERA DESEABA SÓLO RESPUESTAS,
    POR INTRIGA A METAFÍSICAS PUESTAS
    QUE AL SUSTO DAN TRISTEZA ENVENENADA.

    Y QUIEN POETA NACIDO Y FORJADO EN VUELOS
    EN MADUREZ, UN CÁNCER DESASTROSO
    LE HIZO PENSAREN PATRIA QUE GOZOSO
    PARAISO FUERA, CELESTIAL Y SIN DUELOS.

    Y ES QUE REZABAN A CORO LOS VIVOS
    EN EL LINARES DE LOS GRISES PLOMOS,
    Y EN PROVINCIA JIENENSE EN SUS APLOMOS,
    Y DONDE ERA QUERIDO POR VALORES CREATIVOS.

    DICEN QUE NUBES DE ALGODONES ETERNOS
    HACEN BLANCO TODO DOLOR SUFRIDO.

    DECÍAN NO LLORES, PAPÁ EN CIELO
    LEJANO, VE CON OJOS Y MIRADAS.

    ANTONIO MARTINEZ DE UBEDA.
    HIJO DE JUAN MARTINEZ DE UBEDA.
    ESCRITOR, POETA Y PERIODISTA.
    1916-1963.
    ASÍ DECÍA LA ESQUELA PEGADA EN LA PARED
    EL DÍA 8 DE OCTUBRE.
    50 ANIVERSARIO

    ResponderEliminar
  5. Era Juan mi padre.Y yo su hijo,hijo de poeta nací. humanista Antonio Martínez de Ubeda

    ResponderEliminar