1013.- ESTEBAN JOSÉ VALDIVIA CABRERA

Esteban José Valdivia Cabrera (* Algeciras, 4 de diciembre de 1898 - 1963) fue un periodista y escritor español.
En su juventud escribió para diferentes periódicos, como El Noticiero o La Defensa semanario del que llegó a ocupar el cargo de redactor jefe. Perteneciente a la Generación del 27 cultivó numerosos géneros literarios aunque destacó sobre todo gracias a sus obras poéticas.[cita requerida]
Su obra, aunque pasó en cierto modo desapercibida en España fue muy elogiada en Hispanoamérica donde entre otras distinciones fue nombrado miembro de Honor de la Academia Hispanoamericana Zenith de Heredia.
Obras

Novelas
¿Carnavalada? 1954
La mujer y el ídolo 1955
Amor y poesía 1955
El muerto vivo y otros cuentos 1955
Cuando duele el alma 1956
Cuando el padre es padre 1956

Poesía
Poesías 1927
Rosas y espinas 1928
Arpegios 1953-1954
¡Esa Torre de Babel...! 1963
Flores de Andalucía 1960
Flores de pasión 1961
Jirones del alma 1962

Otros
Mi suerte tu bunda 1918
La hora fatal de un poeta 1918
Acotaciones de un bohemio 1960
En 1954 se publicaron sus obras completas en el volumen primero
de Palabras en el aire.





Desde que estoy en la mili
m j'hallo tan refinao
que j'hablo mejor que naide
y escribo mejor que Nao.

Y mira que Nao escribe,
por argo tiene er chavó
los galones de zargento
que es un grao de mandaó.

Gueno...! tiene una letra...
que pa marca un camizón
es er tipo más bonito
que hay en la probación.









Borracheras de dolor,
dolorosas borracheras...
las de las tristes bebidas
con que el hombre ahoga sus penas,

las de los vasos mugrientos
de las humildes tabernas,
de los humildes beodos
que tan sólo las frecuentan.











TRISTE BEBIDA

¡Oh la farsa de esas copas
que salvan y que envenenan!
¡Qué tragedia de dolor
tienen esas borracheras!









MEMENTO MORI

Cuando llegue al final de la jornada
cuando el reloj, para mí, no tenga esfera,
cuando el tiempo no sea tiempo y no sea nada,
cuando el alma se me vaya y yo me muera,

quiero que me entierren cual los mios,
los que fieles en la vida fueron
a un Dios santo y en un poderío
le rezaron, adoraron y temieron.

Que una cruz, símbolo santo,
sea el penacho de mi postrer lecho,
ya que siempre inspiró mi canto
al llevarla como ley sobre mi pecho.

Nacerán sobre la tierra gayas flores
que mi foso cubrirán con su belleza,
y serán del amor de mis amores
al tributo que rendí a Naturaleza.