Miguel Romero Martínez, (1887-1957)
Poeta, humanista, dramaturgo y traductor español, nacido en Olivares (Sevilla) el 13 de enero de 1887 y fallecido en Sevilla el 15 de enero de 1957. Era hijo de un célebre notario afincado en Sevilla, don Miguel Romero Sánchez, y hermano del también escritor José María Romero Martínez.
Vivió, desde niño, en un entorno humanista que le facilitó el acceso a una esmerada formación académica y el desarrollo de sus magníficas condiciones artísticas e intelectuales. Así, tras realizar sus estudios primarios y secundarios en los mejores colegios hispalenses, se matriculó en la Universidad de Sevilla para cursar estudios superiores de Filosofía y Letras, disciplina en la que se licenció en 1912. Posteriormente, viajó a Madrid para doctorarse, en dicha materia, con una tesis sobre diferentes aspectos bibliográficos relacionados con su Sevilla natal.
De regreso a la capital andaluza, se hizo notar como poeta a la par que se aficionaba al estudio de la astronomía. Frecuentó entonces los principales foros culturales hispalenses, como el famoso Ateneo, y opositó a una cátedra de Instituto en la disciplina de Lengua y Literatura Latina. Su prestigio como humanista se vio acrecentado a partir de entonces por las numerosas traducciones de los autores clásicos grecolatinos que aportó al mercado editorial español, complementadas con gran cantidad de colaboraciones periodísticas publicadas en los principales rotativos y revistas españoles del primer tercio del siglo XX.
Su constante presencia en el panorama cultural andaluz de aquellos años le permitió establecer un fuerte vínculo con la mayor parte de los jóvenes poetas que, congregados en el grupo Ultra, asimilaban y difundían con vigor las últimas corrientes estéticas procedentes de la Vanguardia europea, especialmente el movimiento ultraísta. Fue así como Miguel Romero Martínez publicó algunos artículos y poemas en la famosa revista Grecia, considerada como el principal cauce de expresión de este grupo de escritores; y hasta tal extremo llegó a identificarse con la nueva estética de dicha corriente vanguardista, que una de sus entregas líricas, titulada Scherzo ultraísta, ha pasado a la historia de las Letras españolas del siglo XX como una especie de certificado de nacimiento del ultraísmo sevillano:
Quiero con vosotros los Fuertes,
que formáis la vanguardia del Arte,
luchar por los ideales humanos,
caldear mi frase en el hogar de la vida,
exaltar el florecimiento de la carne,
distenderme, multiplicarme,
adivinar la ignorada fragancia
de los frutos que aún oculta la tierra,
fascinarme ente el misterio de las nebulosas
e intuir los secretos del cielo,
[...]
oxigenar y desanquilosar el Parnaso,
combatir la endemia de doña Academia,
emplear galicismo y neologismos,
odiar el eunuquismo de los pedantes
y el mimetismo y el onanismo de los poetastros
[...].
En 1936, Miguel Romero Martínez recogió algunos de sus poemas originales y una selección de sus traducciones poéticas en un manuscrito que, en la actualidad, se conserva en la Biblioteca de M.R.M.
Al margen de esta labor poética, el escritor sevillano destacó también por la brillantez y equidad de sus juicios en torno a la escena teatral española de los años veinte y treinta, juicios que dejó impresos en sus colaboraciones periodísticas. Al término de la Guerra Civil, Miguel Romero Martínez centró casi toda su actividad intelectual en la traducción de obras clásicas de la literatura universal, entre las que destaca su versión castellana de Las preciosas ridículas, de Molière.
Bibliografía.
- BARRERA LÓPEZ, José María. El Ultraísmo de Sevilla (Historia y textos). Sevilla: Alfar, 1987. 2 vols.
- LÓPEZ ESTRADA, Francisco (ed.). Homenaje a Miguel Romero Martínez [con la colaboración de los sobrinos del escritor, Manuel Romero Gómez y Miguel Sánchez-Cid Romero, y de otros destacados autores, como el poeta Jorge Guillén] (1973).
- MÉNDEZ BEJARANO, Mario. Diccionario de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia. Sevilla, 1922-1925.
- MOLINARI, Andrés. Pequeño diccionario de teatro andaluz. Sevilla: Alfar, 1994.
Olivares (Sevilla)
MADRIGAL ROMÁNTICO.
Soñé, mi Corazón, que te morías;
que tu boca se helaba entre mis besos,
y que todas las lágrimas del mundo
el Dolor en su copa recogiendo
las iba derramando entre sollozos
sobre la estatua, aún viva, de tu cuerpo.
Soñé, mi Corazón, que te morías,
y para mí la tierra era un desierto…
¿Qué nueva antorcha encendería el ara?
¿Qué nuevo amor alumbraría el templo?
Si un encanto tuviera la hermosura
que conjurara al insaciable espectro
que los espacios inferiores hinche,
transformando la vida en el misterio
inmenso y silencioso de las sombras,
serías inmortal; sería eterno
el cáliz de tu gracia, tu áurea carne,
que, en las horas de fiebre y de deseo,
deja siempre mis manos y mis labios
como llenos de flores, y mi pecho
ebrio del sol que corre por tus venas
para abrasarme en su perpetuo incendio.
Mas no te apagarás, lumbre divina.
Si de sumas potencias el decreto
es tu vida segar en plena aurora,
de tu belleza avara, en el cielo
no ha de caber la llama de tus ojos:
¡Morirían de envidia los luceros!
En mi interior, estrella, has de encerrarte,
uniendo tu destierro a mi destierro;
y, como dos hermanas, nuestras almas
seguirán tristemente sonriendo,
a pesar de la muerte siempre juntas,
con la misma sonrisa al mismo sueño…
http://carmina.ekiry.com/?p=15427
Me ha gustado mucho encontrar esta reseña de mi tío Miguel Romero Martínez. Me ha resultado muy curioso encontrar el Ex-Libris de su biblioteca privada (una de las más grandes de Sevilla, que se vendió a una universidad americana después de su muerte). Puedo proporcionarle una foto para su blog, si le interesa.
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