Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013
sábado, 27 de agosto de 2011
814.- MANUEL ARJONILLA TERRERO
Manuel Arjonilla Terrero. Nacido (accidentalmente) en Úbeda (Jaén), (1930), pero gaditano desde siempre. Escritor, poeta, articulista, conferenciante e investigador, tiene conseguido 4 premios nacionales de Periodismo. Es miembro del Ateneo Cultural, Artístico y Científico de Cádiz y aficionado a coleccionar casi de todo.
Falleció en 2006.
MI JUVENTUD SE VA...
Hoy he sentido que mi juventud
se me iba de las manos lentamente...
Me he mirado al espejo
y me ha faltado valor para decírmelo.
Me pesan más los años cada día
porque la maquinaria de mi cuerpo
se va ya haciendo vieja.
Es igual que un reloj
que va dejando de dar las campanadas
en las horas precisas.
¡Cuánto pesa la vida si nos miramos
en el espejo fiel de nuestros años!
Allí nos reflejamos, transparentes,
viendo nuestro interior inacabado,
lleno de huecos que nos hieren el alma;
vemos al corazón más pequeño que nunca
gastando, poco a poco, sus latidos constantes
y dejando en el pecho, inacorde,
el cántico pagano de su adiós para siempre.
Me he mirado al espejo
y me ha faltado valor para decirme
que mi juventud, igual que el aire,
se me iba de las manos lentamente...
TERCER ANIVERSARIO
A la memoria de mi esposa.
Tres años ya sin ti. No lo parece.
El tiempo ha caminado muy deprisa.
Aquello que bullía entre la prisa
pudiera ser que bien se lo merece.
Tu ausencia, cada día, se crece
enredada en los hilos de tu risa;
tu silencio, un silencio de misa,
tu estar sin ti, un beso que adormece.
La fecha está prendida en calendario
-28 de mayo, dos mil uno-
como cosa perenne que no muere.
Yo te recuerdo siempre, a diario,
y te quiero y te quise cual ninguno
de aquel que diga, Carmen, que te quiere.
POEMA TRISTE A CARMEN
Carmen, navego en la tristeza,
en las tristes ideas que me llenan las horas,
en el cirio apagado de mi nombre
socavador de dudas encerradas.
Navego en ti, en el pequeño mar
de tu presencia muda,
en tus labios de sangre congelada
por el céfiro tierno de los años.
Navego en el vacío,
en el sueño imposible de verme naufragando
en el vaivén del ser que me sostiene...
Melancólicamente, yo voy desvaneciendo
esa densa neblina que me enturbia los ojos,
que aprisiona mis miembros y hiere mis palabras...
Yo voy desvaneciendo el peso de tu nombre
letra a letra, trazo a trazo,
como si fuera algo erigido en la tierra
Y es aire, Carmen, es aire el cuerpo de tu nombre;
es algo etéreo que me deja la huella
marcada en el camino de las estrellas fáciles;
es aire que mis manos retienen con ternura
entre esa eternidad que apenas se nos queda...
¡Qué navegar tan largo, torpemente,
por los mares abiertos de tu cerebro joven!
Mi vela al pairo, Carmen, mi quilla al norte
y mi timón a un horizonte fijo.
A ese horizonte grabado con tu nombre
que revienta en mis labios
como un clavel abierto...
A MI MODO DE SER
Si llamas al pan, pan y al vino, vino,
te dicen descarado, no sincero,
y no ven el sentido verdadero
que lleva tu andadura en el camino.
Si quieres que se rompa la cadena
que la voz y la carne te sujeta,
te llaman comunista o majareta
y ven tu libertad casi con pena.
Si cedes, todo bien, y si no cedes,
anarquista es lo menos que te llaman
cuando en ellos hay voces que reclaman
prebendas, concesiones y mercedes.
Yo a las cosas las llamo por su nombre,
aunque la voz me duela de decirlo
y sepa que haya alguno que al oírlo
se enfurezca, se crispe y se me asombre.
No dudo de que soy un hombre entero,
un hombre corazón, un hombre amigo,
un hombre nunca juez, nunca enemigo,
íntegro en mi total y compañero.
Lo demás, ni me entra ni me sale;
mi camino es la ruta contraída
entre mi yo y el largo de mi vida
que es aquello que tengo y que me vale.
Cuando muera yo quiero que la gente
-aquella que me quiere y que me quiso-
diga sólo del modo más conciso:
fue un hombre de verdad, sencillamente.
SI TU SUPIERAS...
Si tú supieras, amor,
que hay cosas en la vida
que me hablan de ti
a cada instante.
Que tienen tu belleza,
tu palabra,
el color de tus labios,
tu sonrisa,
el andar de tu cuerpo
cimbreante,
el llanto de la fuente
de tus ojos...
Si tú supieras, amor,
estas sencillas cosas
que te digo
para que tú comprendas
y sepas,
que la vida está llena
-al mismo tiempo hueca-
de muchas cosas vanas...
Que en el año no todo
es primavera,
que duelen más otoños
que veranos,
que el invierno es triste
y lo llevamos,
como una carga más
cuando nos toca...
Si supieras, amor,
que todo cuanto digo
es mi verdad sencilla y pura;
que no miento;
y te lo digo a ti porque soy
como un estambre
que busca tu pistilo
para una comunión de sexo
y de ternura,
sin interés alguno,
sin nada que nos impida,
si queremos,
apagar de un soplo
-soplo mortal-
nuestra hoguera...
http://www.islabahia.com/arenaycal/2004/06junio/arjonilla106.htm
TANGOS Y TIENTOS
De la Revista Literaria, Apolo 3- 1996
Si pudiera te pondría
en tu boquita un candao,
pa que tus malas palabras
no fueran pa to los laos.
Ni tu mare ni tu pare
tienen la curpa de na;
eres tú quien ha salío
con la casta desquisia.
Estoy malito de amor,
no llaméis a los doctores:
regarme con agua fresca
como se riegan las flores.
Tu mare no sabe na
porque dise que no sale:
pre séntera de to
mirando tras los cristales.
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Ha sido un placer leer las poesías de Juan Manuel Arojonilla, son muy emotivos, sobre todo los que recuerda a su mujer. besitos
ResponderEliminarme alegro que le guste, es un placer para mi, me siento muy orgullosa de mi padre, mil gracias y un saludo.
ResponderEliminarNo sabes cuanto agradezco estas rimas de un hombre que nacio con un poema en el corazon,para expresarse con sencillez y ternura,tu hermano Pilar,recibio una dote,la de la dulzura de corazon,la sensibilidad del sentimiento ,y la grandeza de un corazon puro.Pocos hay asi,Gracias mi querida amiga!!
ResponderEliminarTu sobrino Servando me ha enviado este regalo, allí donde estés gracias por estas bellas palabras.
ResponderEliminarMe ha encantado "Si tú supieras" y "A mi modo de ser"