727.- RAFAEL LEÓN LINARES

RAFAEL LEÓN LINARES. Ronda (Málaga).
Empecé a escribir hace poco tiempo. Concretamente en el año 2008, a raíz de la muerte de tres familiares muy cercanos y en un espacio muy corto de tiempo. Las lágrimas que no derramaron mis ojos, afloraron en forma de escritos que reflejaron ese dolor acumulado. Poco a poco, además de dolor, conseguí expresar otros sentimientos; especialmente, amor: por las personas a las que quiero; por nuestra madre Tierra, a la que tenemos tan descuidada, despreciada; y por los libros y la propia la escritura en sí. Y así sigo. Mientras pueda y tenga algo que decir.







SERÁ TU PIEL. - (26-07-10). Será tu piel, mi alimento intenso, único.
Será tu piel el anclaje de mis penas y mis anhelos.
Será tu piel, mi campo de juegos y de exterminios y pruebas y vaticinios.
Será tu piel la que me prende y me confunde, obediente, rezumante y resumido.
Vigilia de madejas y de tramas, raptor de esencias, oráculo alterado sin conciencia.
Apenas sin intervalos, sin treguas, urdiendo temblores desnudos, impulsos impacientes.
Saboreando amplios rumbos y pasajes y cerrando paréntesis de arcilla.
Será tu piel osmótica lucidez habitada de apresuramientos y deleites y ceremonias.
Será tu piel esponja arrasada, apertura definida, zaguán de mis intentos.
Será tu piel, zozobra buscada, aura aletargada, burbuja en trance, entrada irreprochable a otra índole de tiempo.
Será tu piel...








TÚ ERES MI AMOR PLETÓRICO. - (25-09-10).
Tú eres mi amor pletórico, eufónico, ambífono, heterónimo, hiperónimo, hiperbólico, omnímodo, heterótrofo, espasmódico.
Tú eres el amor de mi lenguaje, el que me traba la lengua y me la humedece.
El que me habla en el idioma que me apetece.
El que me dice palabras que me adormecen.
El que me acaricia las partes que me ennoblecen.
Tú eres el amor que me susurra, el que nunca deja que me aburra, el que me entretiene, el que me tiene entre sus alas, arropado, mimado, envalentonado, espabilado.
Tú eres mi amor sinfónico, que me traduce las músicas y los enclaves y me saca los clavos más hondos, los que llegaron hasta el fondo y me hicieron llorar supurando martirios chinos y mongólicos.
Tú eres mi amor daltónico, que me mezcla y me saca y me confunde los colores del día y de la noche y me funde con los tuyos, paleta multiforme. Tú eres mi amor sinónimo, el que tiene el mismo signo que yo y mis entrañas, extrañas y extrañadas.
Tú eres mi amor antónimo, el que me cambia de signo, de firma, de humor.
El que me confirma que uno y uno no siempre suman dos.
El que me espera a la salida de mi dolor.
Y si no salgo, vas a rescatarme, a desarmarme, a desenredarme, a embaucarme abocado a tu unión, a tu pulso verdadero, a tu impulso compañero.
Y no te expulso de mi vida, porque no puedo.
Porque me faltaría lo que me dio aliento y ya, tengo que vivir con ello.







TODOS TUS ÁNGULOS. - (20-11-10).
Todos tus ángulos me obsesionan y quiero verlos todos desde cualquier perspectiva posible y enredarme en la bisectriz de cada uno de ellos.
Y acuñar palabras nuevas que los definan, que los determinen y que me inicien en el audaz recorrido, en el feraz camino.
Que me lleven a la conclusión infinita, que siempre queda pendiente de un hilo, de una baba lineal e inconcreta que asoma su brillo ideal desde una concavidad compartida.
Me obsesionan todos tus ángulos y me refreno para no agotarlos con mi sed caliente y mi hambre primitiva.
Ángulos trazados con los dedos de las estrellas, con la parsimonia atenta y atendida de unas divinidades malévolas.