Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 24 de agosto de 2011

794.- RUBÉN CAMACHO ZUMAQUERO



Rubén Camacho Zumaquero 



Es natural de Málaga y nació a principios de la década de los 80. Es licenciado en Psicología y centra su trabajo en el ámbito educativo. 
Practica la literatura desde la adolescencia, tanto en narrativa (novela y relato) como en poesía. Siempre ha estado ajeno a corrientes o grupos literarios. 

Además de su colección de relatos, en 2007 escribe "Los perros peregrinos", novela que sirve como lanzamiento para su obra literaria. 

De 2010 es "De raíz rebrotada", amplio poemario. 

Todas sus obras aún están guardadas en un cajón. 

Colabora con la AME, publicando en sus revistas y boletines, desde septiembre de 2008. Ganador del primer premio en el certamen de relato erótico "El juguete del deseo". 

Éste es el primer poema de "Los Verdes", último capítulo de su poemario "De raíz rebrotada" (2009) 


contacto: rubencamachozumaquero@gmail.com 



Verde que lo quieres ver verde 
pero lo ves todo gris metálico; 
así es la ciudad. 


Me aficioné de pronto a la botánica 
aún sin saber nada. 
Las podridas dendritas 
eran arterias de vida consumada. 

La resina entre corteza era 
mi sangre seca sobre los cuerpos 
anclados en el recuerdo, 
en la negación del olvido. 

Las ramas caídas eran vestigio 
de mi paso por sus huecos. 
Y mis años sólo aspiran 
a la inconsciencia del tronco 
acerca de su tala, 
altivo sobre el tiempo. 

Aún tras la siega quedan 
raíces en erección creciente. 
Aún tras la muerte de todo 
el corazón perdura.







HE VISTO A MÁLAGA 

He visto a Málaga, y me he reconciliado con ella. 
Al principio, no la reconocí con sus hablares 
abruptos, cortantes, enemigos del silencio; 
más tarde le vi los ojos, expectantes, 
que me pedían a gritos que la amara. 
Qué piernas generosas, hechas para el baile… 
Qué pasión desbordada, enemiga del desaliento. 
Y la imagino callada, tumbada esperando mi beso, 
cuando descanse de su denso velo y de mi ansiedad se atrape. 

He visto a Málaga, pero me ignora. No me hace ningún caso. 
Me mira a los ojos sólo cuando la demando. 
Y se ríe, burlona. Y se marcha, impaciente. 

He visto a Málaga, hecha mujer de pelo negro, 
Y resulta que vive cerca de mi casa, 
resulta que sueña cerca de donde yo sueño, 
y que muy cerca de mí alguna vez la habrán besado. 
Resulta que he visto a Málaga, hecha mujer de pelo largo, 
resulta que la ansío, que me desboca una extraña pasión 
y que añoro su abrazo, aún sin haberlo imaginado. 
Y ya al fin sé la verdad. 

Resulta que yo no le gusto… 
Y por eso no me hace ningún caso. 

(Málaga, ¿te fijarás en mí algún día? 
Dice mi abuela que soy muy guapo) 







Y a veces invade tanta zozobra 
por el cansancio interminable de la erosión 
del viento sobre el barro 
que ni nostalgia siento. 

Y no añoro nada; 
ni la vida pasada de aire 
que espera tras la muerte. 








La ciudad es de color gris metálico 
y los corazones verdes. 
Todo dentro es de color. 
Todo fuera, podredumbre. 

Vi una flor amarilla 
asomada entre tablonesde otoño. 
Los clavos oxidados 
acompañaban el pétalo sucio. 
El padre más cercano 
un árbol deshojado. 
Velaban por ella 
los pasos delicados, 
cercaban su crecida 
los viandantes 







VERSOS 

Tengo dentro de mi pecho los versos más hermosos, 
abrumadores y nunca oídos; 
pero los he olvidado todos. 

Tengo dentro de mi conciencia los versos más profundos, 
iluminados y terriblemente ciertos; 
pero aún no los comprendo. 

Tengo dentro de mis vísceras los versos más horribles, 
estafadores y mezquinos; 
pero éstos… me los guardo. 

¿Qué tengo? 
Un corazón. 
Al menos, nunca miente 




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