Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013
sábado, 27 de agosto de 2011
813.- JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ GALVÁN
José Mª Álvarez Galván. Natural de Cádiz (1921). Litógrafo, administrativo y comerciante. Poeta, prosista y gran aficionado al teatro. Tiene publicado tres libros de poesía y colabora en distintas revistas. Lleva conseguido ocho premios literarios, entre otros, el Premio "Madrigal" de Poesía. Es ateneísta y jefe de redacción de La Voz de la Caleta.
Premios 1991. Gaviota de plata y oro de la Asociación Cultural «La Gaviota» 1994. Premio de poesía III Certamen Literario Villa de Grazalema. 1997. 1º Premio Certamen Literario de la «Asociación de Geriatría y Gerocultura» de San Fernando (Cádiz). 1997. XLIII Premio Madrigal del «Grupo Madrigal de Letras y Arte» de Puerto Real (Cádiz). 1997. Mención Honorífica del IV Certamen de «Poesía al mar» del Centro Azahar de Conil de la Frontera (Cádiz). 1999. Mención honorífica del IV Certamen «Poemas de Amor», de Conil de la Frontera. 1999. 2º premio «Agustín Merello» Cádiz -La Salle- Viña. 1999. 1º premio Certamen Literario de la «Asociación de Geriatría y Gerocultura» de San Fernando (Cádiz) (por segunda vez). 1999. 1º premio de la «Asociación Cultural Andaluza», de Alafar (Valencia). 2000. 1º premio «Cartas de amor» Certamen Literario de la Delegación de Juventud del Exmo. Ayuntamiento de Ubrique (Cádiz). 2000. 2º premio del XII Certamen Literario de la «Asociación de Geriatría y Gerocultura» de San Fernando (Cádiz). 2000. 1º premio del V Certamen Literario de la «Asociación Cultural Andaluza», de Alafar (Valencia) (segundo año consecutivo). 2001. 1º premio IV Certamen «Hogar II» de Almería. 2001. 2º premio poesía IX Certamen de Azahar de Conil de la Frontera (Cádiz). 2001. Pregonero del Carmelo Perto de Santa María (Cádiz). 2001. Mención especial III Certamen María Luisa Sierra Bornós (Cádiz). 2001. 2º premio VI Certamen Asoc. Cultural Andaluz de Alafar (Valencia). 2002. Mención honorífica 1º Certamen «El Beso de la Muerte» de Conil de la Frontera (Cádiz). 2002. 1º premio VII Certamen Asoc. «mujeres del Mar» de Cádiz. Publicaciones Antología de mis inquietudes, 1998 (poesía). Mis inquietudes II, 1999 (poesía). Mis inquietudes III, 2000 (poesía). Vivencias de un premio Pemán «Entre el Carnaval y el Flamenco». 2001 Atardeceres, 2001 (poesía).
LA LUZ Y EL BESO
Detrás del muro aquel duerme la sombra
que ha dejado de ser la luz del día,
vencedora de un musgo que reía
con un rictus del césped que me asombra.
Es el beso perdido que me nombra
suspirando de súbita agonía.
Desnudando su cuerpo que se hundía
en las hojas del suelo que lo alfombra.
Mi recuerdo de él tiembla en la rama
donde pende, ¡mi amor!, junto al olvido
como un fruto maduro que me acosa.
Y la sombra que pasa me reclama
la caricia del sol, que lo ha tejido,
con el sueño latente de una diosa.
Más allá, cuando el alba despereza
y retorna la vida, cada tarde,
el suspiro del beso en mi alma arde
resquemando con odio mi flaqueza.
Ya no sé si era pura su belleza,
aunque si sé que nunca fui cobarde.
Aún lo siento reír, ¡que Dios lo guarde!
y conserve intacta su pureza.
Es así como el alma se endurece.
Es así como el cuerpo enardecido
se distancia del tronco y se libera.
Es así como el sol desaparece
dando sombra a la luz que se ha dormido
en el cauce inmortal de mi ribera.
QUIERO (II)
Quiero ver entre las sombras
algo que no puedo ver
en la clara luz del día.
Quiero sentir la quietud
de la vida, su armonía,
el silencio de la noche,
la voz de la serranía.
Quiero que el eco me entregue
su secreto. Que me abrace
con el rumor de los vientos
cuando besa los pinares.
Quiero que mis pensamientos
encuentren la soledad,
la miel de mis sentimientos.
Quiero que las flores huelan,
que los árboles mediten,
que los pájaros dormidos
me transmitan su inocencia.
Quiero escuchar los latidos
de la luna en la montaña.
De la tierra sus sonidos.
Quiero encontrar en la noche,
en la humedad de su suelo
la raíz de mi existencia.
Entre las flores, la luz
que ilumine mi demencia,
y en la arboleda, el amor
que me ofrezca su indulgencia.
Quiero hallar en las entrañas
de mi alma, ese aliento
que mi piel seca acaricia.
Quiero meditar y hablar
del amor y la justicia.
Quiero hallar en el silencio
el misterio y la caricia.
Quiero al fin la libertad
de mi cuerpo y de mi vida.
Ser lucero en las montañas
que circundan mis pesares.
Huir de las alimañas
y en la fuente del amor
sentir que Dios me acompaña.
PAÑALES TIENE LA NOCHE
En Belén nace un torero
que se llamará Jesús.
Tendrá por capa y muleta
palabras y obras de luz;
por banderillas, tres clavos,
y por estoque, una cruz.
Manuel Benítez Carrasco
Pañales la noche tiene
que nos los seca el rocío.
El aire que va y que viene
le está echando su bajío,
mientras la luz los sostiene.
Que ya el romero perfuma
las vides de aquel camino.
Cada espina, con la bruma,
marca al alba su destino
sobre una nube de espuma.
En los campos, los zarzales
embellecen sus mejillas.
Y en el mar brotan corales
que se besan a hurtadillas
componiendo madrigales.
El eco de las montañas
rompe la nieve a su altura.
La brisa tiene pestañas
que abanican su ternura
como palmeras extrañas.
Las flores que van naciendo
recogen leña y romero.
El cielo se está cubriendo
para avivar el brasero
que el mundo le está ofreciendo.
Más allá, cuando la cima
se cubre de amor y nieve,
surge una luz que se anima,
una estrella que conmueve,
un lucero que sublima.
Que Jesús ya está llegando.
Que el niño de Dios se acerca.
Que el trigo ya está brotando.
Que el agua fresca en la alberca
de plata, lo está esperando.
Que yo, como tú y el mundo
soñamos con preguntarle.
¿Por qué con tu amor profundo
a ese amor no puedes darle
tu alma cada segundo?
El campo se está nevando.
La pradera está desierta.
Los pastores van llegando
hasta el umbral de la huerta.
Un ángel la está cuidando.
El cielo va oscureciendo.
La noche se está cerrando.
La estrella se está durmiendo.
La leña se está quemando...
Silencio,... que está naciendo...
HORAS MUERTAS
Hundido en el sopor de la demencia
(peregrino, señor, de un alma ausente)
no he llegado a encontrar en mi conciencia
por qué lloro mi fe calladamente.
He dormido en la luz de mi camino
duras horas de alegre primavera,
pero siento que a veces mi destino
queda yerto y hundido en mi ceguera.
Son las frívolas noches de mi vida
que hunden prestas las rimas de mi pluma
y detienen su amor, su bienvenida,
en un lago dormido que me abruma.
El silencio me agota tristemente
porque hundo mi ser sin esperanzas
y me siento vagar, inútilmente,
por un mundo perdido de añoranzas.
Es la vida infeliz, triste recuerdo,
porque quiero volver a esas raíces,
y en la luz de ese mar siempre me pierdo
sin curar o sanar las cicatrices.
Son las horas perdidas que no vuelven
porque un velo infernal las va enterrando.
Horas muertas de amor que se desprenden
de esa ausencia de Dios que yo demando.
Trataré de volver a mi pasado,
perdonar a ese ayer tanto delirio.
Encontrar la razón de mi pecado
y olvidar para siempre este martirio.
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