Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 25 de agosto de 2011

806.- LOLA MORENO


Lola Moreno
No hay que remontarse muy lejos en el tiempo para hablar del nacimiento de una de las poetas de nuestra ciudad, Lola Moreno, ya que fue el 21 de febrero de 1975 en Córdoba.
Desde muy pequeña ya manifestaba su afición por la literatura. conocedora de ello, su abuela materna le regaló, cuando Lola Moreno sólo contaba nueve años de edad, la que sería su primera máquina de escribir, de una conocida marca con la carcasa blanca y que aun, al margen del ordenador, le gusta utilizar.
Ha cursado estudios superiores de Filología Hispánica en la Universidad de Córdoba y ha participado en diversos cursos. Ha intervenido en numerosos encuentros culturales. Ha publicado en la revista Navalá y en los Cuadernos de Sandua con ilustraciones del pintor Ginés Liébana. Quedó finalista en el premio Andalucía de la Crítica 2000 en la categoría Ópera Prima. Sus poemas figuran en las antologías El siglo expira (1995-1999) de Daniel García Florido; Estirpe en femenino coordinada por Pilar Sanabria; Poemas al vino. También ha participado en los recitales Noches de poesía de RNE; Poesía en la Bodega (1) del Ateneo de Córdoba; II Encuentro sobre el paisaje en la poesía actual española, entre otros.






FONDUE

Tras décadas rugiendo por la fuerza,
el león de la Metro de seguro
se sabe procurar, aunque escondido,
instantes de sabor intenso, huuum,
la frescura de fresas sumergidas
en chocolate muy caliente, gajos
de mandarina, ácrata mutismo
para fundirse en un desmayo o dos...
antes de aparecer en la vitola.






GRITO

Azufre,
azufre a mi rabia,
y sal,
que me hagan alta e hinchada
como hoguera de averno, catedral
de toda mi herida humana,
azufre de mi rabia !ah!,
azufre.
Hoy estoy
para fieras solamente,
tormentas, huracanes y espumas,
soy un coloso de hiel contra la vida,
trenes detengo.
Quiero matar.
A este mundo
mi corazón escupo,
mi asco clamo
mares vomito
azul de fuego.
Azufre
azufre de mi rabia,
y sal,
que me hagan alta e hinchada
como hoguera de averno, catedral
de toda herida humana,
azufre.
A mi sed,
un desierto.






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