ESTHER MORILLAS
Esther Morillas (Jaen, 1968). Poeta, traductora y profesora de la Universidad de Málaga (UMA), poeta de obra breve: un cuaderno, Memoria de rafia (Editorial: Málaga: Junta de Andalucía, 1987) y los poemarios: Algunas ciudades (1994) y Mujeres (Pre-textos. Valencia, 2001). El uno y el otro, que está terminando, será su próximo libro.
Ha traducido el magnífico libro Mediterráneas, del poeta italiano Umberto Saba, también publicado en Pre-textos y a los poetas Attilio Bertolucci, Giovanni Pascoli y Franco Loi, entre otros.
NUEVE VENTANAS
Nueve ventanas hay en esa casa
con nueve luces que se ven
detrás de las ventanas, y siluetas,
y músicas que llegan a la calle
con un fulgor acústico.
Hay tanta luz, tan poco se distingue,
ni canciones ni besos, ni habitantes,
que me paro a mirar. Desde la calle
cuento nueve ventanas: me parece
estar viendo un incendio en cada una.
[Cuadernos de Roldán dedicados a Jaén(Sevilla, 2009)].
CANCIÓN PARA JUSTO
Es verdad que nunca y siempre
son palabras que acostumbran
a repetir los amantes,
aunque tú nunca me has dicho
que vas a quererme siempre.
Sólo has usado dos veces,
en mi honor, como un secreto,
nunca esto, nunca aquello,
aunque tú no lo recuerdes,
aunque yo no lo repita,
ni otras cosas que yo he dicho,
por vergüenza. Que el amor
que se siente un privilegio
se vuelve un poco ridículo
si sale mucho de casa.
DE: Algunas ciudades (Pre-textos, 1994)
INDEPENDENCE DAY
Disgustos amorosos: en un vídeo
musical una cantante
llena de copos de maíz el cuarto
girando al ritmo de su música:
cuantos más copos tira más sonríe.
En un libro, una estudiante en paro
estrella en la pared de la cocina, histérica,
tres vasos de a seis dólares.
En un film de aventuras una rubia
grita y rompe un cristal y luego llora.
Me salva la pereza: dignamente
me siento en un sillón, no tiro nada,
nada discuto: soy independiente.
DE: Mujeres (Pre-textos.2001)
El secreto
Me gustaría
contárselo ahora mismo
a mi mejor amiga.
No puedo.
Ni siquiera una pista.
Me gustaría
decir: tengo un secreto,
si quieres
te cuento mi secreto,
pero tú no lo cuentes.
Cuando sea anciana
Cuando sea anciana seré extranjera,
y me teñiré el pelo de blanco,
y llevaré bolsos de croché,
y jerseys de punto de mezclilla con hilos brillantes,
y uñas pintadas de colores brillantes,
y encendedores de oro,
y tendré un marido que diga:
darling, darling,
i love you,
y entenderé las canciones,
y estaré en el bar hasta que cierren
o hasta un minuto antes.
Cuando seas anciano
Cuando seas anciano quiero que seas un anciano venerable,
que no estés enfermo ni tosas
ni tengas los dientes negros,
ni achaques, ni temblores,
o si tienes temblores que no seas malhumorado,
y que no huelas como algunos viejos huelen,
y que no hagas ruido al comer,
y que no hagas ruido al respirar,
y que no recuerdes siempre el pasado.
Puede que sea falta de piedad o bondad o lealtad por mi parte,
no depende por entero de ti, la vida es terrible,
pero cuando seas anciano
quiero que me importe si te mueres.
Narratividad, minimalismo y un punto de vista explícitamente femenino caracterizan los poemas de Mujeres. “Cuando escribo -añade en la citada antología-, quiero que mis poemas suenen bien, que descubran o recuerden algo olvidado, que puedan comunicar una microhistoria o un sentimiento”.
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