Esta foto pertenece a Mayo del 1.996, en un recital de poesía con la Asociación Cultural Andaluza, ALMENARA. De izquierda a derecha: Cristóbal Benítez, Antonio Morales, Ignacio Díaz y otros socios de la Entidad.
[http://enmicolinadesueos.blogspot.com/2008_06_01_archive.html]
Cristóbal Benítez Melgar nace en Montejaque (Málaga), el 5 de mayo de 1927 y murió en 2008.
Emigra a Barcelona en 1954 y vivió en la Ciudad de Cornellá desde 1957.
Participó como cofundador en la creación de entidades y grupos culturales que han dinamizado la vida intelectual de su ciudad de residencia y ofreció infinidad de disertaciones y recitales tanto para la difusión de la obra de los poetas Miguel Hernández, Antonio Machado, Federico García Lorca, etc. como dando a conocer su propia producción poética, que por ser en general de corte lírico resulta emotiva y apropiada para ser declamada en público.
Publicó los libros “Senderos en el alba”, “Del camino y la esperanza”, “Andalucía en mi sangre”, “Poemas desde el Bajo Llobregat”,”Para Altas Mares y otros poemas de amor”. Y sin publicar otros títulos que conforman una trayectoria de poeta vital, de cantor de unos valores, de unos amores, que encuentran en sus versos el idóneo para proyectarse y conectar con tantos y tantos como en esta sociedad nuestra sufren el trauma de un desarraigo, el vacío de una ausencia, el escozor de un desengaño o el acicate de una utopía.
Entre otros galardones, cuenta en su haber con la “Flor natural” en los Juegos Florales de 1967, primer premio extraordinario “Ciudad de Cornellá” 1971, primer premio “Bellota de Oro” en los Juegos Florales de Villanueva de Córdoba 1977, primer premio Coordinadora de Jubilados de Hospitalet, el “Rafael Alberti” de El Prat de Llobregat, primer premio “Blas Infantes” 1991, habiendo colaborado con la revista Puente Nuevo.
En mi Colina de Sueños.
Viento desolador. Terrible viento.
Vendaval que asoló la tierra mía.
Doliente y reprimida Andalucía,
causa de este dolor y este lamento.
Sufriendo estoy por ti tu sufrimiento
y esta luz de esperanza que te guía,
me da sobre la frente y cada día,
más cercana tu redención presiento.
Mi corazón es tuyo. Está contigo.
Va en mis huesos tu pena contenida
y siento tu dolor que está conmigo.
Que está conmigo. ¡Sí! Y de tanto amarte,
me duelen los aceros de tu herida,
con el ansia de al fin recuperarte.
(de su libro: ANDALUCÍA TIERRA OPRIMIDA)
ACORDE EN EL VIENTO
A Juan Romero Conejo, poeta y
Amigo con raíz en el Valle de Abdalajis
Ronda, verde y serrana,
tartesa, mora y romana,
fenicia, griega, judía,
y visigoda y cristiana,
y campesina y torera,
y señora y bandolera,
guerrillera y liberal.
Encinares, serranía,
campiña, monte, erial,
llanto, dolor, alegría.
El Tajo inmenso, abismal,
y desde el fondo a la altura,
todo un compendio integral
de soberanía arquitectura.
Ronda, Ronda.
Encimada, verde y honda.
Desde tu recuerdo en mí,
sobre tu viento serrano
mi verso va para ti.
Siempre dándose la mano,
a tu alrededor están,
hermanos en el destino,
compañeros de camino,
Montejaque, Benaoján,
Cartajima y Arriate,
Alpandeire, Algatocín,
Benarrabás y Gaucín,
Igualeja y Atajate,
Faraján, Júzcar, Jimera,
Pujerra, El Burgo, Yunquera
Parauta, Benadalid,
Jubrique, Genalguacil
y Cortes de la Frontera.
En medio, tu redondel.
El toro juega en la arena,
tres banderillas en él
y en mi corazón la pena.
La pena de estar ausente,
de no poderte vivir
tenerte siempre presente
y estar tan lejos de ti.
La plaza grande y redonda,
y sus piedras seculares
gritos de dolor, cantares
que en mí se clavaron ¡Ronda!
Para Vixi (Francisca Hernández)
No sé dónde fue un día
donde nos encontramos.
Empezamos a ser buenos amigos
y desde entonces no me has defraudado.
No sabes. Vixi, amiga
cómo yo me sentí de emocionado,
cuando en tus labios se quedo colgada
la palabra hacia mi diciendo, -¡Hermano!-
¡Que frase mas preciosa!
Y cuanto te agradezco ese agasajo,
porque sé la verdad con que la dices
y como se te queda el corazón temblando,
siempre que la pronuncias y me miras,
porque hay en tus recuerdos mas humanos,
una imagen, que siempre va contigo,
y que no has olvidado,
de un niño que corrió junto a tu infancia
atravesando luz, y atravesando
el tiempo de los sueños inocentes,
y dices te recuerdo, cuando estamos
en este ir y venir del pensamiento
recuerdos, que en la vida cotidiana
parecen olvidados.
¡Gracias, Vixi, por estos sentimientos
Por la dulce ternura de tus manos
y ese hombre, que siempre va contigo
y me dice cuñado,
y que mientras lo dice,
y se me queda mirando,
una enorme sonrisa se dibuja
en la extensión mas viva de sus labios.
¡Gracias, Vixi, por ser tal como eres
en este mundo de verdad escaso
de tantas marionetas desleales,
de tantas oportunista camuflado,
que te finge afectos
y en cuando ya te usó, te dio de lado!
¡Gracias, Vixi, por seguir siendo fiel
pues yo tampoco dejaré tu mano!
Sueño
Una libélula azul
y un caballito de mar,
desde el aire y desde el agua
se pusieron a jugar.
La libélula, riendo,
de junco en junco volaba
y el caballito de mar
de ola en ola saltaba.
La libélula, al posarse
en los juncos, se mecía,
y el caballito de mar
mirándola, se reía.
Y la libélula azul
le decía al caballito,
que la contemplaba absorto
mirándola quietecito.
- ¡Ay! Si tú fueras pegaso
y si yo fuera sirena,
jugaríamos los dos
sobre la dorada arena. -
A la libélula azul
el caballito decía.
- A la orillita del mar,
ven a verme cada día.
Mira que yo te traeré,
del fondo azul de los mares,
conchitas blancas de nácar,
caracolas y corales.-
Y la libélula dijo,
al caballito de mar,
- No te olvides. No te olvides.
No te vayas a olvidar,
que yo te traeré del campo
una cáscara de nuez,
para que hagas un barquito
y seas marinero en él.
Y vendrás con tu barquito
bogando de ola en ola
y te esperare a la orilla
tocando una caracola.-
Sonaron las caracolas
y el poeta despertó.
EL ALMA TENGO INQUIETA
El alma tengo inquieta y en desvelo
y me duele la sangre por las venas,
en esta soledad a que condenas
esta mi vertical de desconsuelo.
Pasa una mariposa, y en su vuelo
quisiera, amor, colgar todas mis penas,
poder hacerlas a mi alma ajenas,
y ese llanto dejar en mi pañuelo.
Todo queda en el aire, y un momento
de aparente quietud llega a mi alma.
Pero vuelve a temblar mi sentimiento
y aquella que un momento fue sonrisa
y destello de luz en dulce calma,
se fue con un fugaz soplo de brisa.
El alma tengo inquieta y en desvelo
y me duele la sangre por las venas,
en esta soledad a que condenas
esta mi vertical de desconsuelo.
Pasa una mariposa, y en su vuelo
quisiera, amor, colgar todas mis penas,
poder hacerlas a mi alma ajenas,
y ese llanto dejar en mi pañuelo.
Todo queda en el aire, y un momento
de aparente quietud llega a mi alma.
Pero vuelve a temblar mi sentimiento
y aquella que un momento fue sonrisa
y destello de luz en dulce calma,
se fue con un fugaz soplo de brisa.
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