Marian Gardi. Granada. Estudió Bellas Artes por la UNED en Las Palmas de Gran Canaria. Después, dos talleres de novela por Internet. Su primera novela ha participado en el Premio Nadal. Tiene escritas dos novelas y un Ensayo, varios cuentos y relatos. Escribe poesía desde los veinticuatro años. Vinculada a los encuentros de poesía que se hacen por la Red. En el mes de Marzo organizó el "IV Encuentro de poesía e la Red" que se celebró en Granada.
Hay personas que viajan a tu lado
un trecho del camino.
El tren para en todas las estaciones,
ellos no se bajan y tú
observas sus movimientos.
Se levantan, juegan a las cartas,
visitan los demás compartimentos,
les escuchas reír, saludan, hablan mientras
tú les observas, recorres las estancias
con tu mirada de águila
puedes verles, oírles, pero no se bajan del tren.
Cuando retoman su plaza te saludan, te sonríen,
te dan los buenos días o las buenas noches
mientras tú bajas la mirada
y encojes los hombros.
El tren sigue su curso, corre veloz,
pasa por túneles,
oyes la vibración de los raíles,
los chirridos de las ruedas,
las campanas de llegada
y salida de la estación,
los pitidos que dan señal de marcha.
Todo sigue su curso, el viaje prosigue,
unos bajan antes de lo que esperabas y
te entristeces, hechas de menos su presencia,
otros te siguen acompañando y les miras
y hablas y sabes que un día también partirán,
pero no dices cuanto les necesitas.
Gozarte
Balancearse entre hojas de Otoño
que caen guiadas por las notas del viento.
Órgano invisible de tonalidades áureas
que levitan de izquierda a derecha debajo
de los sauces llorones.
Quisiera ser hoja del tiempo abrazada
a los latidos ecuánimes de tu alma.
Meciendo el aire y respirando el oxigeno
del Universo en el centro del Mundo.
¿Y quién soy yo?
¿Acaso una inquietante mariposa
de alas extendidas al abismo?
¿Una luciérnaga parada en la rama
de un árbol primitivo?
¿Un pajarillo caído del nido?
Soy un pensamiento que duele
al roce de unos dedos sin huellas.
Un beso enarbolado de suspiros
sin miedo a la muerte.
Unos ojos acechantes que brillan
en la noche.
¿Acaso soy un esqueleto sin coraza?
Nada de eso soy
y todo ello al mismo tiempo...
Los órganos de la Paz
La paz tiene ojos, ojos que cierran sus puertas a la guerra.
La paz tiene bocas, bocas que se clavan en el bajo vientre y
escarban vísceras sin temor al dolor de la carencia.
La paz tiene lenguas, lenguas para gritar y denunciar
los abusos que no le pertenecen.
La paz tiene manos, manos unidas que se rebelan contra la injusticia.
La paz tiene arterias que son carreteras hacia un Mundo Nuevo.
La paz tiene una Matriz primigenia y en ella
acoge a todos en su seno materno.
Es el hombre el que se empeña en matar la esperanza,
en romper la armonía, en aullar como un lobo,
cuando la desesperación hace eco en su alma.
Que nadie niegue la paz y la libertad que nos pertenece.
Que nadie nos haga esclavos.
No dejaremos que los abusos y las injusticias se jacten
y se hagan los dueños de la Tierra.
La tierra que nos vio sufrir por lo que amamos y
nos vio enterrar a nuestros muertos.
La paz es nuestro estandarte, nuestro escudo, nuestro oro.
La paz es el tesoro que merecemos, el tesoro que nos pertenece.
La paz es nuestra herencia, la herencia prometida.
No dejaremos que nos arrebaten la paz
que la Humanidad ha ganado a fuerza de golpes
y en su piel tatuada…¡La marca lleva!
Volví
Decúbito supino
volví a entrar en el feto
y te acompañé durante un largo
trayecto del camino.
Proteger la respiración de tóxicos
es mi función.
La toxicidad envuelve los bronquios
de gases venenosos y obturan la piel.
Así los éteres sutiles no pueden acoplarse
en aquellos poros que se abren al encuentro.
Desatascar las toxinas.
Limpiar los establos de Augías
es mi función.
Te acompañé durante un largo
trayecto del camino.
Pero el hedor volvió a sumergirme
en las cloacas de tu sangre.
Gozarte
Balancearse entre hojas de Otoño
que caen guiadas por las notas del viento.
Órgano invisible de tonalidades áureas
que levitan de izquierda a derecha debajo
de los sauces llorones.
Quisiera ser hoja del tiempo abrazada
a los latidos ecuánimes de tu alma.
Meciendo el aire y respirando el oxigeno
del Universo en el centro del Mundo.
¿Y quién soy yo?
¿Acaso una inquietante mariposa
de alas extendidas al abismo?
¿Una luciérnaga parada en la rama
de un árbol primitivo?
¿Un pajarillo caído del nido?
Soy un pensamiento que duele
al roce de unos dedos sin huellas.
Un beso enarbolado de suspiros
sin miedo a la muerte.
Unos ojos acechantes que brillan
en la noche.
¿Acaso soy un esqueleto sin coraza?
Nada de eso soy
y todo ello al mismo tiempo...
Gracias Fernando, no habia visto que me tenias en tu lista de poetas y hoy buscando en google por mi nombre lo encontré y me llevé una grata sorpresa.
ResponderEliminarUn abrazo
sí, querida Marián, gracias a tí
ResponderEliminarun beso
Fernando