JESÚS CÁRDENAS SÁNCHEZ
(1973)
Profesor, ensayista y poeta sevillano. Autor de más de una veintena de artículos y más de cinco libros, que se reparten entre científicos y didácticos en distintas revistas impresas y digitales, de las que es habitual colaborador (Cuarto Creciente, Arena y cal, Palabras diversas). En sus trabajos se ocupa de: el Modernismo, Juan Ramón Jiménez, Vicente Aleixandre, Ramón Gómez de la Serna, la expresión oral y escrita, la educación literaria, el comentario de texto, etc.
Desde el ámbito creativo, se siente apasionado por la poesía y por la música, aunque su faceta frustrada.
Ha publicado:
-Algunos arraigos me vienen (Diputación de Sevilla 2006)
-La luz de entre los cipreses (Ediciones en Huida, 2012)
-Mudanzas de lo Azul (Vitrubio, Madrid, 2013)
Uno de sus poemas "Días grises" fue Premio Latin Heritage Foundation (2011). Algunos de sus poemas se encuentran recogidos en antologías (Poemas olvidados, Latin Heritage Foundation 2011).
Ha publicado:
-Algunos arraigos me vienen (Diputación de Sevilla 2006)
-La luz de entre los cipreses (Ediciones en Huida, 2012)
-Mudanzas de lo Azul (Vitrubio, Madrid, 2013)
Uno de sus poemas "Días grises" fue Premio Latin Heritage Foundation (2011). Algunos de sus poemas se encuentran recogidos en antologías (Poemas olvidados, Latin Heritage Foundation 2011).
Anda trabajando en su blog, desde el que expone reflexiones, poemas, etc.:
PREMIOS
Primer Premio de Poesía del XVI CERTAMEN DE POESÍA JOSÉ MARÍA DE LOS SANTOS (El Viso del Alcor) por el poemario Algunos arraigos me vienen (Diputación Provincial de Sevilla, 2005).
Finalista en el Premio de Tafalla (Navarra) en 2007.
Finalista en el Premio Miguel Ángel Pozanco (Madrid) (2009).
Premio de Poesía por el poema "Días Grises" (EEUU, 2011).
PRINCIPIO
En el principio
lo soñado pervive de momentos
que son como una doble vida,
como fotos que pueden ser retocadas
en el ordenador de un niño.
En el principio, todo es corazón:
dos labios que otorgan cierta
belleza a las palabras,
miradas que se detienen, y forman
lejanas melodías, esos presentimientos
que a lo mejor no todos se consumen.
En el principio
se apagan soledades con vivo ardor,
máximas y sentencias se repiten.
Es irresistible la tentación
como vino a mí de tentadora
la dulce naranja en invierno,
el sol en el espíritu, locura;
querer penetrar de verdad lo ajeno,
devolverle a la sombra su universo.
En el principio
los crepúsculos arden, late barro profundo,
pisan el umbral decididamente
mis pies descalzos, corazón en mano.
EL ÓXIDO DE LA MEMORIA
Si miro todo aquello, vuelta a funcionar
el raro mecanismo que nos devuelve casi
distorsionado, a veces, envuelto de tul negro,
un sedimento ciego de imágenes, palabras
que nos costó decir, seguramente
donde el presente se desvía lejos
y el vapor del consuelo se dispersa.
FRUTA PERECEDERA
Las uvas que se convierten en pasas,
unas brevas picoteadas
y pisadas por un pie involuntario.
Esto que apenas dura es lo que soy.
La alegría que sube dos instantes,
la casa limpia al abrir la ventana,
lo negro de una vida insuficiente,
el amor entre adolescentes
y el cielo descargado,
apenas nada,
como una manzana ya abierta somos.
NIVEL DE APRENDIZAJE (Primera Parte)
Si vieras cómo crecen las raíces,
cómo plantar se llena de rencores,
al no precisar una única respuesta,
un extremo de ti mal calculado
o tan sólo la voraz mansedumbre
con que aceptas algunos comentarios;
palabra libremente traducida.
Fijar el encono es fruta podrida,
detrás de un reducto agrio que no pasa.
Si vieras cuán rápido se consumen
esos felices pétalos en marchito desdén.
Algunos arraigos me vienen (Diputación Provincial 2006)
SOMBRAS DE LO COTIDIANO
Fue el fin del sueño de las cosas ciertas,
de quistes y venenos que no matan,
de impurezas celadas en el aire
o en la mismísima agua cristalina.
Aquello fue volver a la vida incompleta,
esa dama que vende fantasías
muy caro. Regresar a ese lugar,
a las divagaciones de las noches,
al paso del círculo de la luna.
Sustraerme a los placeres del sueño,
dejarme llevar por unos instantes
por el noble ardor de lo cotidiano.
Había de volver. A su valor de sombra.
Necesitaba de esa concesión.
Porque volver estaba más que justificado.
Fernando Sabido Sánchez y Jesús Cárdenas
MIRARSE ADENTRO
Soñar es reflejarse en espejos de niebla.
Allí tu otra mirada, las especulaciones
de personalidad. Se diluye su rostro:
el envés de la cara.
Se enmascara el silencio.
Al germen de la esencia busca en un laberinto.
No te demuestro nada: la verdad es apenas
un grano de verdad con la que convivimos,
tal vez “irrepetible”, porque es decirte instante,
decirte ahí la espuma
y ahí las esperanzas,
la dicha pretendida, unos ojos saciados.
Procuras mejorar con libros de autoayuda.
Acabas reforzado en los sueños, eterno,
redimido por verbos y metáforas varias,
que hablan del tren del tiempo
o sobre la memoria.
Te explican los errores,
llegas a conocerte.
Te ayudarán un día a sobrellevar otro.
Cuando alguien sigue el sueño,
mirándose a sí mismo,
se cumple su destino más secreto y más libre.
INSOLENCIA
¿Acaso has venido a mí desde la niebla
sin demandarme nada a cambio?
¿Piensas tal vez que no gritaré,
que me conformaré
con la hoja de cuchillo
adentrándose bien hondo en mi carne?
No me pidas que olvide mansamente.
Que se haga oír en toda su inmodestia.
PRECIPITARNOS AL VACÍO
…. porque el amor es ciego
y no sabemos ver dónde termina
y le hacemos andar como a un cadáver.
Mario Cuenca Sandoval
Muy cerca las campanas de la iglesia
como si anunciarán una pesada salvación.
Un viento cristaliza la ciudad.
Un rastro desvanecido de estrellas
sobre un río que ya no fluye.
Desde la elevación de lo sublime,
precipicio sin igual, vertiginoso tajo,
resbalar hasta el más hondo vacío.
Las ramas asomadas trepidaban
sobre el acantilado,
metáfora de nuestros corazones.
La luz de entre los cipreses (Ediciones en Huida 2012)
LA LLAVE Y LA CLAVE
En mi casa hay una llave escondida,
que se oxida y envejece
calladamente
con su murmullo de rueda molienda,
perdida, como muchas de mis notas.
Como es sabido
lo que mejor se oculta va a parar detrás de sí.
Mudanzas de lo Azul (Vitrubio, Madrid, 2013)
LIQUIDACIÓN PARCIAL
El tacto de la muerte lo que atiendes.
En su pulso de paso ves cumplido
los extremos del día, sus cipreses,
donde quedó celado ese destino.
Van cayendo los párpados. Te enfilas:
y qué si, en parte, resultaron hechos,
y qué si digo aquí cómo me siento,
y qué importará si, para otra vida,
otras mil cosas dejo en mil proyectos.
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