Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 15 de noviembre de 2011

987.- JUAN LATINO


Juan Latino, nacido Juan de Sessa, (Baena, 1518 - Granada, c. 1596), poeta y humanista negro del Renacimiento español.

Hijo de esclavos negros pertenecientes al cuarto conde de Cabra, Luis Fernández de Córdoba y a la II duquesa de Sessa, Elvira Fernández de Córdoba, marchó a Granada y fue educado e instruido allí en las artes liberales junto a Gonzalo, hijo de su señor y nieto de otro famoso Gonzalo, el Gran Capitán. Juan Latino destacó especialmente en lenguas clásicas y en música (era intérprete del monocordio y un hábil tañedor de vihuela, órgano, laúd y arpa, con partituras, amén de cantante de suave voz). Allí asistió junto a Gonzalo a la cátedra del famoso gramático Pedro de Mota, con tal aprovechamiento que así lo reconoció el propio duque: "rara avis in terra corbo simillima nigro".
La Universidad de Granada acababa de nacer en 1526, cinco meses después de la llegada del emperador a la ciudad y, tras la bula papal, empezó a graduar bachilleres el año de 1533. El 4 de febrero de 1546, ante el Arzobispo, el oidor de la Real Chancillería, Conde de Tendilla, y otros muchos caballeros, recibió el ya conocido como Juan Latino junto a treinta y ocho condiscípulos el grado de Bachiller. Tenía entonces veintiocho años.
Fue manumitido y recibió en Granada para regirla de Pedro Guerrero, Arzobispo de Granada, la Cátedra de Gramática y de Lengua Latina de la Catedral, cargo que desempeñó durante veinte años. Su enemigo literario y personal más acérrimo, León Roque de Santiago, mantenía sin embargo que Juan Latino nació en Baena de una esclava negra y del Duque de Sessa, Luis Fernández de Córdoba, padre de su amigo y protector Gonzalo Fernández de Córdoba, tercero del mismo título.
Una de las casas que frecuentaba para impartir sus doctas y variadas enseñanzas gramaticales y musicales, era la del administrador del duque, el Licenciado Carleval, cuya hija, famosa en toda la ciudad por su extraordinaria belleza y prometida por su padre a D. Fernando de Valor, futuro Abén Humeya, recibía clases. El dramaturgo sevillano Diego Ximénez del Enciso (1585 - 1633) compuso sobre él y sus amores con su alumna y futura esposa blanca, la joven Ana Carleval, la comedia Juan Latino. El caso es que la extraña relación interracial fructificó y el casamiento tuvo lugar entre 1547 ó 1548, acaso impulsado por algún hecho consumado.
Aun así, sin el apoyo del Duque, quien además le concedió la libertad, y de su esposa María de Mendoza, madrina de Juana, su primera hija mulata, en el bautizo del 30 de junio de 1549, hubiera sido impensable tan pintoresca unión en la España de la época y, aun con los apoyos señalados, no es muy frecuente en otras sociedades antiguas o modernas la unión de un esclavo guineo con una bella señorita de la alta sociedad, lo que constituye una nota de gloria en cuanto a la apertura de la sociedad española de entonces, que realizó en América un mestizaje que no se realizó por otras culturas en otras colonizaciones, por ejemplo la anglosajona.
El 4 de abril de 1552 nació su segundo hijo, Bernardino; el 22 de julio de 1556, Ana; y finalmente, el 5 de marzo de 1559, Juan, en el domicilio familiar que estaba situado en la calle de Santa Ana, entre la iglesia del mismo nombre y la placeta del puente de Cabrera, dando al río Darro. La familia tenía asegurado su bienestar material al heredar su esposa, Ana Carleval, parte de los bienes paternos y por la consecución de la Cátedra de Gramática de la reciente Universidad de Granada, que había quedado vacante en 1556 a la muerte del eminente Pedro Mota; el arzobispo Pedro Guerrero, gran amigo y defensor de Juan Latino, intercedió y le fue concedida el 8 de agosto de 1556, a pesar de una fuerte oposición y furibundos ataques racistas.
Ese mismo año, el 31 de noviembre, se le otorgó la Licenciatura, por lo que asistió desde entonces y de pleno derecho a los claustros universitarios. Por entonces frecuentó la tertulia de la casa de D. Alonso de Granada y Venegas, adonde acudía junto a Luis Barahona de Soto, Gregorio Silvestre, Diego Hurtado de Mendoza, Hernando de Acuña, Pedro Padilla, etc. Se cuenta al respecto alguna anécdota relacionada con el color de su piel, como la protagonizada por el poeta portugués y organista de la catedral, Gregorio Silvestre, quien, ante la queja de Latino de ignorarlo en la conversación, le contestó: "Perdone, señor maestro, que entendí que era sombra de uno de estos señores".
En Granada estuvieron también, y tal vez los llegaría a conocer, Juan Boscán, Garcilaso de la Vega y Juan Rufo Gutiérrez; con este último se solía confundir a Juan Latino, ya que compuso un poema de igual título que el que compuso él, Austriada. El asunto de esa composición épica en hexámetros latinos tuvo que ver con la estancia de Juan de Austria en Granada, lo que sugirió a Deza encargarle a Juan Latino la tarea de escribir un gran poema que cantara la gran hazaña de la victoria de Lepanto en versos latinos; es de suponer que para recabar información de primera mano lo entrevistó por entonces.
En 1578 murió su protector y tal vez hermanastro Gonzalo Fernández de Córdoba y Juan Latino le dedicó una sentida elegía. En ella recordaba lo mucho que le debía por haber sabido superar prejuicios, tratarlo como a un hermano y permitirle, en definitiva, ser un hombre libre y culto. "Tanto pueden las letras -le comentaba Juan Latino al nuevo arzobispo, D. Juan Méndez de Salvatierra, también de humilde cuna-, que al faltarnos éstas, ni vos salieredes del campo tras de un arado, ni yo de una caballeriza almohazando caballos".
Juan Latino enfermó gravemente durante 1586 y dejó de asistir a los claustros universitarios casi todo el año. Hay constancia de su asistencia, nuevamente, el 12 de marzo de 1587, ya muy mermado de visión hasta la ceguera total, lo que no le impidió seguir enseñando mediante la ayuda o suplencia de su alumno predilecto, Melchor Navarro. Ya ciego debió conocer a San Juan de la Cruz, que por estas fechas andaba por Granada fundando el convento e iglesia de los Mártires.

Obras
La producción poética conservada de Juan Latino se resume en tres volúmenes:
Epigramas (Ad catholicum pariter... Philippum, Deque Sanctissimi Pii Quinti... y Austrias Carmen.), (1573), composiciones dedicadas al presunto heredero de la corona, Fernando, hijo de Felipe II y su segunda mujer, Doña María de Portugal, nacido el año de 1571, dedicadas al papa Pío V, y su composición poética más extensa, Austriadis Carmen, la primera obra poética, con fecha comprobada, que se refiere a la batalla de Lepanto (habida el 7 de octubre de 1571). La compuso en menos de un año, pues el privilegio de impresión está fechado en octubre de 1572, y utiliza el difícil latín humanístico de la época, preñado de evocaciones de Virgilio y de un gran estilo retórico.
De translatione corporum regalium (1576), un minucioso y detallado relato del traslado al panteón del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial de los cuerpos reales depositados en Granada, por mandato de Felipe II: el de su madre la emperatriz Isabel, su primera mujer María de Portugal y sus dos hermanos Fernando y Juan. Junto al relato se publica el conjunto de epigramas que decoraron los túmulos.
Ad Excellentissimum et Invictissimum D. D. Gonzalum Ferdinandez a Corduba, (1585), una sentida elegía a su amigo y protector.







Hijo de esclavo soy, nací en Baena,
Donde las letras aprendí primero;
Crecí siguiendo el centro verdadero
Premio que a la virtud el cielo ordena.

No me ha estorbado mi amorosa pena,
Que sea de Granada Racionero,
Orfeo, Marte, Cicerón, Homero,
En voz, en armas, en Latín, en vena.

Catedrático fui, Griego excelente,
Y en fin varón insigne, pues que llego
A ser deste lugar Colector digno.

Y como le llamó por eminente
La antigua Roma a su adriano, el Griego,
La noble España, me llamó el Latino.








A la ciudad de Granada en alabanza de Sevilla:

Hispalis antiqua urbs penitus celeberrima Boetis
Cónventus magnus, qui beat Hesperiam.
Accipit exilla leges, et iuxta sacrata
Tingitana vetus, gratificata simul.
Urbibus excellis, opibus; tunc fida relucet
Nobilitate vigens, fertilitate flaens.
Illius imperio subdis Granata superba
Ex iugo Mauri vi liberata sua.



(Es Sevilla ciudad la más famosa,
La antigua Audiencia de la Andalucía,
De quien Tingitana cuidadosa
Leyes sacras y rectas recibía.
Es en nobleza y lealtad dichosa,
En riqueza y grandeza magna y fría;
A cuyo esfuerzo debes tú, Granada,
El ser de la morisma rescatada).









Arenga de Don Juan (Austriada: I, vv. 456-466):

Audere est opus in Turcas, fert caetera Christus:
(Diximus et repetens iterum per cuncta monebo:)
Spiritus arma habit Sanctus, mortalia uincet,
principium pugnae cum Christo in proelia curro,
per Christum nostris ueniet uictoria laeta.
Quare agite, et primi Martem committite mecum,
uincimus, En Christus pro nobis astat in armis.
Catholicus Christi repetebat nomen amicis
Austriades, nostros uictores saepe uocabat,
magnanimus Turcas perituros nomine tanto
dictabat prudens ductor, uentura canendo.





Hay que ser valientes contra los turcos,
Cristo hace lo odemás
(lo he dicho ya y repitiéndolo de nuevo
lo advertiré de una vez por todas)
el Espíritu Santo proporcionará los recursos,
superará las mortales empresas, yo,
principio de la lucha,
voy corriendo con Cristo al combate,
por Cristo vendrá la feliz victoria a los nuestros;
por esto, ea, entablad batalla los primeros conmigo;
vamos a vencer,
he aquí que Cristo está en armas a nuestro favor.



No hay comentarios:

Publicar un comentario