Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 13 de noviembre de 2011

931.- MARÍA DOMÍNGUEZ




María Domínguez Márquez
Maestra de Educación Primaria en Santa Olalla del Cala (Huelva). Autora de literatura infantil y juvenil y lectora empedernida desde pequeña. Trabaja en clase, con niños de 6 a 12 años, muchas de sus poesías y cuentos, así como también de otros muchos autores. Además de su trabajo como maestra y Directora del centro, realiza numerosas actividades en colegios y con profesorado de la comarca de Aracena, impartiendo cursos sobre cómo trabajar la poesía en clase. Ha asistido a numerosos Encuentros y Jornadas como ponente y conferenciante sobre el tema de Animación a la Lectura en centros de profesores, o con motivo del Día del Libro. Participa en diversos Proyectos Europeos sobre animación a la lectura: “Europa cuenta cuentos” y “El uso de las TIC para mejorar la lectoescritura de alumnado con N.E.E. en la integración ”, en colaboración con otros colegios de Irlanda, Reino Unido, Francia y Suecia. Ha publicado el poemario Paseando por los puentes de Madison (Aracena : Asociación Literaria Huebra, 2004).







Una bicicleta naranja

El tiempo sigue siendo el compañero
que casi nunca agota su memoriay
y hace que recuerde con nitidez
aquella bicicleta naranja,
tus ojos marrones que miraban dulcemente mi pedaleo,
el vuelo de mis piernas y mi sonrisa al pasar a tu lado.
Largos paseos que me llevaban por un sendero infinito
al que ahora vuelvo sin encontrar el final
saboreando silencios que antes me pesaban.
Es la vida misma la que pedalea conmigo,
son muchos senderos los que trazan mi existencia
mientras los pájaros que cantan en los mismos árboles
ya no son aquellos que cantaron.
Pero aquel largo camino no ha cambiado…
como tu mirada, como tu deseo o tu sonrisa
cuando vuelvo a pasar a tu lado
porque el tiempo continúa siendo ese amigo
que casi nunca agota su memoria
y hace que rueden con nostalgia
los recuerdos que me sonríen a escondidas
en un viejo desván, junto a una bicicleta naranja
dormida sobre el beso que nunca hemos olvidado.








Paseando por los puentes de Madison

Fecha y lugar de publicación: Noviembre 2.004. Zafra (Huelva)
Editorial: Asociación Literaria Huebra.



¿Qué será de mí cuándo te vayas?
¿Qué será de mí cuándo decidas
que tu vida ya no está aquí sino allí
donde las nubes traen vientos menos fríos
y el ruido del mar llega hasta ti
como una caricia que roza tus sentidos?
¿Qué será de mí cuándo no pueda buscarte
y mirarme en tu sonrisa
acunarme en tu mirada
o sonreír a tus palabras a las que siempre vistes
con un manto de pudor para no dejarme
ver tus sentimientos?
¿Qué será de mí cuándo sin tu presencia
deje de ser mágico este pequeño rincón de la Tierra
y todo esté lleno de una tranquila normalidad
que me lleve a andar
por senderos llanos y sosegados?
¿Qué será de mí cuándo las carreteras
vuelvan a ser rectas,
los árboles no crezcan azules
y las nubes surquen de nuevo el cielo
siempre vestidas de blanco?
No sé qué será de mí entonces
pero sí sé que te recordaré en mil momentos
y mientras tú también me recuerdas,
sembraremos juntos un camino
de canciones no escuchadas,
de caricias deseadas con besos de nata,
de primaveras con olor a azahar y a tomillo,
un camino sólo para nosotros
que quedará dibujado por si algún día,
antes de los últimos inviernos
podemos recorrerlo juntos, al menos
durante cuatro segundos luz.











Tienes la vida despuntando en tu mirada
y un alma clara en tu sonrisa.
tienes la luz en tu voz trasnochadora
y un mar de amor en tus labios delicadas.
tienes unos labios que me envuelven y me ahogan
con el deseo que me despiertan.
Te quiero como eres y
te deseo como te quiero
pero este hondo silencio en el que vivo
me llega como un viento huracanado
y sólo quiero subir hasta tu cima
para que tus ojos y tus labios me llenen de ternura.











Y ahora,
me saben tan a poco tus justas palabras…
me saben a un solo bocado de un dulce de moka,
a una sola cucharada de un helado de menta,
a un solo bombón de una caja de un kilo,
a diez segundos escuchando a tu lado
cualquier música,
a sólo cinco minutos de paseos invernales,
a media hora de tardes calurosas
en las que las miradas, los deseos, las risas y los
sueños
se pierden entre poemas de niños
y hacen surgir la magia sin saber cómo.





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