Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 13 de noviembre de 2011

941.- IBN AL-QAYSI AL-BASTI


Ibn al-Qaysi al-Basti (Baza, Granada),
también conocido como Abd al-Karim al-Basti





Ibn al-Qaysi al-Basti, también conocido como Abd al-Karim al-Basti, fue el último poeta andalusí, quien reflejó el desastre final del reino nazarí.
Nació en Baza (Granada), probablemente en la primera década del siglo XV, y se educó por sayj Abu Abd Allah al-Baggani.
Tuvo tres hijos, dos de ellos gemelos, que murieron a corta edad. Ocupó varios cargos como imam y jeque encargado el discurso (jutba) del viernes, así como gobernador de alguna provincia nazarí en dos ocasiones, cargos de los cuales fue destituido.
Era dueño de una escribanía a la que acudían amigos suyos para intercambiar opiniones literarias o políticas.
Fue detenido en las mazmorras de Úbeda por los cristianos, y luego trabajó duramente bajo las órdenes de un de ellos para ser vendido después como esclavo. Consiguió vender sus libros por 1000 dinares para pagar su libertd.
Pero cuando volvió a Baza, su escribanía, repleta de formularios notariales, documentos y libros fueron quemados en una revulta que se produjo en la ciudad debido a la inseguridad que se vivía en Baza en esa época.
Su testimonio tiene gran valor por ser la única voz andalusí que testimonia las condiciones reales de la vida en Al-Ándalus en un árabe própio de la época.

Trabajo
Su diwan, de la Biblioteca Nacional de Rabat (Marruecos), no contiene muchas precisiones históricas referidas a los acontecimientos de la época, excepto a la de 1433 que se produjo la conquista cristiana del castillo de Alicún.
Tiene un gran valor literario por su composición poética para el estudio de la lengua y literatura árabes en Al-Andalus.
Como no escribía para alguien superior a él, ni escribía para celebraciones ajenas, sus obras expresan sin censura y con mucha claridad los sentimientos de los andalusíes ante el desastre que les esperaban. Eso revaloriza el valor de los versos.
Mostraba la rabia y la importancia ante la ineficacia de los gobernantes, dedicados a las intrigas y alas luchas internas en vez de a la defensa de sus ciudades.
Con sus versos pidió a los andalusíes que despertaran y lucharan contra el enemigo al ver todo lo que se perdía.
Pero con el tiempo la rebeldía de al-Qaysi se agotó y adoptó una postura resignada común a la mayoría de sus contemporáneos.
Los versos de al-Qaysi confirman la pérdida de Gibraltar, la conquista de los castillos de Archidona y Alicún por los cristianos y los ataques contra las ciudades de Baza y Lorca, que causaron importantes bajas entre sus ciudadanos.
Al-Qaysi forma parte de la poesía árabe, por sus formas, estructura y contenido. Y como es lógico, tuvo rasgos carasterísticos propios del momento y de la zona, destinguiendose por el uso del léxico coloquialde influencia magrebí.






CAIDA DE LORCA (Fragmento)

El tiempo acabó con todo y permitió violar el
honor de su pueblo;
quien sabe si Allah salvará (Lorca) de estas dificultades y penas;
sólo le pedimos que esté cerca la victoria.





LA PÉRDIDA DE ARCHIDONA (Fragmentos)

Nosotros seguimos la senda de la desunión,
pretendieron los bienes de nuestros correligionarios o el poder.
¡Imposible es lograr un derecho con falacias y
fraude, engaño, calumnia o falsía!



¡Despertad, despertad! ¡Dejad el sueño! ¡Verídico
relato
es el que os hago y cuento:
Quien hasta ahora lágrimas sólo haya derramado,
bermeja sangre deberá llorar desde ahora!






ATAQUE CONTRA BAZA (Fragmento)

Por ello abandonamos los hogares
y nuestros párpados se embriagaron de desvelo.
No quedó allí, en este lugar, ningún ser humano
al que no vieras que el exilio le sobreviniera
por estos enemigos que nos dañaron, quemando
las cosechas de nuestra tierra que ardieron.








Ibn al-Qaysi al-Basti

La poesía de Yusuf III e Ibn Furkun no anuncia el catastrófico final que iba a sufrir al-Andalus unos años más tarde, perdiendo poco a poco sus territorios. Al contrario, presenta la sociedad islámica habitual, con sus fiestas y sus celebraciones, con los lazos personales establecidos por el soberano con los habitantes de los lugares clave para preservar su trono y su reino; refleja la política pactista con los cristianos, el clima de intrigas internas y las enemistades y recelos con los reinos marroquíes, hechos que desembocarían en el desmoronamiento final del poder nazarita. Quien sí habló de la pérdida de pueblos y ciudades y reflejó la tristeza y el miedo de los musulmanes hispanos de su época, que veían cerrarse cada vez más el cerco a su alrededor, fue Abd al-Karim. Muhammad al-Qaysi al-Basti, llamado por los estudiosos él último poeta andalusí”. Su diwan, hallado en la Biblioteca Nacional de Rabat, Marruecos, no contiene la precisión histórica que caracteriza la obra de su contemporáneo Ibn Furkun, en cuanto a la aclaración de la fecha de cada uno de los acontecimientos a los que se refiere. La única fecha explicitada es la de 1433, año en que cayó el castillo de Alicun en manos cristianas. Sin embargo, aparte del valor literario intrínseco de esta composición poética para el estudio del ocaso de la lengua y literatura árabes en al-Andalus, los versos de al-Qaysi al-Basti constituyen un importante testimonio histórico, porque el poeta vivió personalmente los acontecimientos que llevaron al desastre andalusí. Su interés se acrecienta ante la práctica ausencia de otras fuentes documentales árabes sobre el período en cuestión.Los datos precisos de su biografía son desconocidos, aunque los editores de su obra, los marroquíes G. Sayja y M. al-Hadi, así como el citado profesor Ben Chrifa, han hallado algún vestigio de ellos tras un rastreo minucioso de sus versos. Nació en Baza, probablemente en la primera década del siglo XV, y se educó bajo la dirección del sayj Abu Abd Allah al-Baggani. Tuvo tres hijos, dos de ellos gemelos, que murieron a edad temprana. Ocupó varios cargos como imam y jeque encargado del discurso (jutba) del viernes, así como gobernador de alguna provincia nazarí en dos ocasiones, cargos de los cuales fue destituido. Era dueño de una escribanía a la que acudían amigos suyos para intercambiar, tal vez, opiniones políticas o literarias.
Sus versos se caracterizan por un claro sentimiento intimista. Al no escribir para un soberano, ni estar obligado a componer versos para celebraciones ajenas, su obra adquiere un valor histórico único por que en ella expresa sinceramente, sin omisiones ni disimulo, lo que sentían los andalusíes ante el de sastre ineluctable al que se veían abocados.



Por otro, la rabia y la impotencia ante la ineficacia de los gobernantes, dedicados a las intrigas y a las luchas intestinas en vez de a la defensa. Así se lamentaba ante la pérdida de Archidona:



Nosotros seguimos la senda de la desunión,
pretendieron los bienes de nuestros correligionarios o el poder.
¡Imposible es lograr un derecho con falacias y
fraude, engaño, calumnia o falsía!

(poema 232; traducción C. Castillo).




Con sus versos dirigía un llamamiento desesperado a la guerra contra el enemigo, para intentar sacudir a los andalusíes del letargo en el que se hallaban, al ver que todo se perdía:





¡Despertad, despertad!
¡Dejad el sueño!
¡Verídico relato es el que os hago y cuento:
Quien hasta ahora lágrimas sólo haya derramado,
bermeja sangre deberá llorar desde ahora!

(final del poema 232, sobre la pérdida de Archidona;
traducción C. Castillo).


La rebeldía del poeta también se agota y, entonces, adopta una postura resignada y providencialista, común a la mayoría de los andalusíes contemporáneos:



El tiempo acabó con todo y permitió violar el honor de su pueblo;
quien sabe si Allah salvará (Lorca) de estas difi cultades y penas;
sólo le pedimos que esté cerca la victoria.

(estrofa del poema 80, que escribió cuando cayó Lorca;
traducción propia).


Los versos de al-Qaysi corroboran lo ya sabido como la pérdida de Gibraltar, la caída de los castillos de Alicun y Archidoria en manos cristianas y los ataques castellanos contra las ciudades de Lorca y Baza, que causaron cuantiosas bajas entre sus moradores.

Estas informaciones son de escaso valor, pues las fechas carecen de precisión y no identifican a los personajes involucrados. Ahora bien, su testimonio tiene gran valor por ser la única voz andalusí que, en un árabe propio de la época y de la zona, testimonia las condiciones reales de la vida en Al-Andalus.

Del cautiverio que sufrió en las mazmorras cristianas de Úbeda dejó constancia, en los versos en los que se lamenta del estado de postración al que se vio reducido: trabajar duramente bajo las órdenes de un cristiano para ser vendido, luego, como esclavo:






¡Oh tú, que me sentenciaste al sufrimiento y a la desgracia
al servicio de estos viles cristianos
fío en ti para liberarme del desastre!

(poema 137; traducción propia).




Tuvo que reunir un rescate de 1.000 dinares para recuperar la libertad y de sus versos se desprende que no recibió ayuda económica alguna y que tuvo que vender sus libros para reunir la suma necesaria.

Pero le esperaba otra desgracia, que muestra el estado de lamentable inseguridad que se vivía en Baza y en las ciudades andalusíes en general. Su escribanía, repleta de formularios notariales, documentos y libros, fue pasto de las llamas a causa de una revuelta producida en la villa.
La valoración literaria de la obra de los poetas andalusíes del XV es tan interesante como la histórica. Fue parte del conjunto general de la poesía árabe, tanto por sus formas como por su estructura y su contenido. Por supuesto, tuvo rasgos diferenciadores propios del momento y de la zona donde se desarrolló, distinguiéndose, además, por el uso de un léxico coloquial de influencia magrebí.

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