Pero Guillén de Segovia
Pedro o Pero Guillén de Segovia (Sevilla, 1413 - Segovia, 1474), poeta y escritor del Prerrenacimiento español, preteneciente a la lírica cancioneril castellana del siglo XV.
Estuvo en la corte de Juan II y probablemente fue de origen judeoconverso; no sabemos cómo le afectaron los pogromos de 1449, pero tomó partido por el valido, el condestable don Álvaro de Luna, para quien trabajó como arrendador o quizá en algún cargo de la contaduría real, por lo que cayó en desgracia junto a él en 1453; después se vinculó a la familia conversa segoviana de los Arias hasta que el arzobispo de Toledo, Alfonso Carrillo, le permitió entrar en 1463 en su casa-palacio como contador ("contable" diríamos hoy); eso es lo que se deduce del «Dezir que fizo Pero Guyllén, dyrygido o difirydo al señor arcobispo de Toledo sobre la cayda de su estado del dicho Pero Guyllén», una de las dos suplicaçiones que le envió en busca de trabajo. Era un hombre culto, probablemente un letrado humanista, ya que muestra una sorprendente familiaridad con las obras y autores grecolatinos y padres de la Iglesia que nombra y cita (además con exactitud), frente a poetas anteriores como Baena o Villasandino que se limitan a insertar largas ristras de autores o personajes de la Antigüedad de los que sólo conocen el nombre:
Los autores a quien alude más frecuentemente son Séneca (De Providentia, De Clementia, De Vita Beata, Epistuiae ad Lucilium, Libro de las cuatro virtudes, Tratado de las artes liberales, etc.), Aristóteles (Ética, Económica, etc.) y Boecio (De Consolatione Phiiosophiae); conoce las obras de Salustio (Bellum Catilinarium), Vegecio (Epitome Rei Militaris), Cicerón, Terencio, Lucano, Homero, Platón y Jenofonte. También alude varias veces a la Biblia, y a los escritores cristianos San Agustín (De civitate Dei), San Isidoro de Sevilla (Synonymorum Libri), San Gregorio y San Ambrosio. En el prólogo de La Gaya vuelve a aludir a varios de estos autores, sobre todo a Lucano, y parafrasea a Virgilio, a Valerio Máximo y Quinto Curcio Rufo (Historia Alexandri Magni). En la mayoría de estos casos es evidente que Pedro Guillen conoce muy bien los textos a que se refiere. Aun a los autores de menor renombre (Vegecio y Quinto Curcio, por ejemplo) los cita con precisión y exactitud. Entre todos estos autores, parece que los preferidos de Guillén son los hispano-romanos, Séneca y Lucano.
En Toledo Guillén se relacionó con grandes caballeros y hombres tan rectos como el corregidor y poeta, tío de Jorge, Gómez Manrique, a cuyo círculo es muy posible que perteneciera. Su filosofía pregona la necesidad de una monarquía fuerte que aúne honradez, religión y política, y desde luego sus sentimientos cristianos son puros y auténticos, por lo que cabe ver en sus Salmos penitenciales. En los prólogos de sus obras asoman el estoicismo senequista y las Epístolas de San Pablo y en otras aparece Boecio, justificando que el sufrimiento de los pobres es vereda de salvación y que nada queda sin premio ni castigo al final; pero con un buen juicio algo judaico, exclama disconforme Guillén, confesando su debilidad: «Tu loas pobreza, la qual yo denuesto». Hay motivos biográficos en ello, ya que, aunque Guillén fue tenido que vivir diez años escribiendo "escryturas agenas" y la malvada Fortuna, "non contenta de aquesto, por me más apremyar quytome la mayor parte de la vista, de quisa que ya, por defeto de aquella, non fago mi obra como devía". Según Méndez Bejarano, el interés de la poesía guilleniana estriba en tres circunstancias: la gallardía de sus versos originales, el hecho de haber compuesto el primer diccionario de rimas de la lengua castellana y haber sido también el primero en traducir los Salmos. Los temas que cultiva son variados: amorosos, político-morales, filosóficos y satíricos. Escribió un Decir sobre la muerte de don Álvaro de Luna, uno de los pocos que tuvo la valentía de defender al otrora poderoso valido después de su ejecución, hasta el punto de condenar, aunque veladamente, al mismo monarca:
Pues el siervo es obligado
al señor con obidencia,
si en algo fue culpado
non niego la consecuencia.
La llegada del nuevo rey, Enrique IV, supuso para él una gran y mesiánica esperanza, pues le recordaba más a su abuelo que a su padre:
Por ende roguemos la faz por el suelo
a Dios que lo dexe vevir e reinar
pues qu'en todo quiere seguir e obrar
las santas virtudes del rey, sü abuelo
Sin embargo el arzobispo Carrillo a quien servía se rebeló en la segunda parte de su reinado contra Enrique IV y apoyó su deposición en favor del príncipe Alfonso, en lo que Pero Guillén de Segovia, que siempre había sido ansioso de paz, lo siguió algo desconcertado; sus sentimientos eran honestos y piadosos, su religiosidad, bastante influida por la devotio moderna. Por otra parte, por Hernando del Pulgar sabemos que el arzobispo era muy aficionado a la astrología y la alquimia, y es la verdad que las obras dedicadas a él por Guillén de Segovia abundan en ese tipo de alusiones.
Otras obras son un Decir sobre el amor; el Discurso sobre los doce stados del mundo, una continuación de las Coplas contra los pecados mortales que Juan de Mena dejó inacabadas en 1456 (también quiso continuarlas Diego Gómez Manrique]]) y una traducción de los Los siete salmos penitenciales trovados. En cuanto al diccionario de rimas, lleva el título de La Gaya de Segovia o Silva copiosísima de consonantes para alivio de trovadores, está fechado en 1474 y atesora un crecido número de consonancias hábilmente dispuestas, tomando como modelo de su obra el Libro de consonancias de Jaume March y el Torcimany de Luis de Averçó. Tal como ha llegado a nosotros, se compone de un "Prohemio" incompleto y el citado "Rimario"; entre estos debía haber un tratado teórico que no ha llegado a nuestra época.
Notas
↑ Cf. John G. Cummins, «Pero Guillen de Segovia y el Ms. 4114», en Hispanic Review, XLI, 1973, p. 29.,
↑ El manuscrito 4114 es una copia dieciochesca de otra del siglo XVI que contiene obras en verso y prosa de Pero Guillén de Segovia con otras de poetas en eñ entorno literario de Gómez Manrique cuando fue mayordomo en la casa del Arzobispo de Toledo y también posee el testimonio más abundante de la poesía de Antón de Montoro, como señala H. R. Lang, "The So-Called Cancionero de Pero Guillén de Segovia", Revue Hispanique, 19 (1908), pp. 51-81. Acaso Pero Guillén fuese el autor de al menos parte de la recopilación transmitida por este manuscrito.
↑ Cf. «Dezir que fizo Pero Guyllén sobre los milagros del calaboco», Ms. 2763, fols. 55r.-56v., vv. 117-120
↑ Cf. «Otro desir que fizo Pero Guyllén al Rey Nuestro Señor luego que rreynó e fizo paces con Aragón e Navarra», Ms. 2763, fol. 65v., vv. 37-40.
Obras
La gaya ciencia, ed. de José María Casas Homs, Madrid: CSIC, 1962, 2 vols.
Obra Poética ed. de Carlos Moreno Hernández. Madrid: FUE, 1989.
Bibliografía
Carlos Moreno Hernández, "Pero Guillén de Segovia y el círculo de Alfonso Carrillo", en Revista de literatura, tomo 47, núm. 94, 1985 , pp. 17-50.
íd., "Algunos aspectos de la vida y la poesía de Pero Guillén de Segovia", Anales de Literatura Española núm. 5 (1986-1987), pp. 329-356.
Los siete salmos penitenciales trovados
Prólogo
Señor, oye mis gemidos
Y rogarias,
De lágrimas y plegarias
Bastescidos :
No quieras que mis sentidos
Tanto dañe,
Ni te plega que acompañe
Los perdidos.
Tú que eres el Señor
De los siglos;
D'animales y vestiglos
Hazedor;
Tú de obras causador
Tan sobejas,
Inclina las tus orejas
A mi clamor.
Ca tú eres perdurable,
Infinito;
Santo Padre muy bendito,
No mudable;
Tan inmenso, inefable,
Pïadoso,
Illustrante, poderoso,
Muy notable.
Tú nos diste ley bendita
De la Cruz,
Tú eres luz de la luz
Infinita.
Tú que das la qu'es escrita
Salvacion,
Do tu sancta correction
Me remita.
Assi como padre a hijo
Me perdona,
Pues mi alma se adona:
Si corrijo
La mi vida y me rijo
Por tu vía,
Faz que cobre alegría
Que yo elijo.
¡O potencia que más vales,
Santa y rica!
Señor Dios tú clarifica
Desiguales
Mis ojos espirituales,
Que contemplen
En tus obras y se tempren
Por mortales.
Ca me son significantes
Sin soçobras
Como a mi tus santas obras
Illustrantes;
Que en prosa y consonantes
Daré razon
De tus fechos como son
Admirantes.
[p. 75] E pues tú significaste
Significacion
Que congela admiracion
Al que criaste,
Ninguno que tú causaste
Bastaria
Significar tu señoría
Sin contraste.
Pues devemos permitir
No ser causada
Tu condición limitada
En bevir,
¿Quién podría consentir
Variable
Lo que no es limitable
Presumir?
Oyan cielos y cometas
Mi oracion;
Entiendan mi peticion
Las planetas:
Los angeles, cosas netas,
Esto acepten,
Que ante ti las representen
Por discretas.
Poder, querer y saber
En unidad,
Dexado tu infinidad
En su ser,
Te quiero, por carescer
Fuegos mortales,
Las Salmos penitenciales
Offrescer.
Salmo primero
Señor, no me reprehendas
En tu saña,
Ni con tu ira tamaña
Comprehendas;
Ca si yo malvadas sendas
Proseguí,
Ave tú merced de mí,
Que nos enmiendas.
Con gran suma de pecados
Soy enfermo;
En tus obras cuanto duermo,
Son turbados
Mis huessos atormentados
Y mi alma:
Ser no pueden sin tu palma
Reparados.
Señor, torna apresurado
Y delibra,
La mi triste alma libra
Del pecado;
Pues no bivo assegurado
En discordia,
Sea por misericordia
Perdonado.
Ca no sé ninguno tal
En la muerte
Que se miembre de ti, fuerte,
Inmortal;
¿Quién será tan especial
Como alego,
Que te alabe en el fuego
Infernal?
Trabajé con gran hemencia
Comovido
Y fize en el gemido
Penitencia;
Con lágrimas de paciencia
Lavaré
El mi lecho y regaré
Por clemencia.
Turbada está la lumbre
De mi'sprito,
Temiendo so yo aflito
Certidumbre
De tu saña en muchedumbre
Al juizio,
Pues cursé mi perjuizio
Por costumbre
En pecado envejecí
Sin castigos;
[p. 76] Entre los enemigos
Azorcí
Partidvos todos de mi
Los que obrades
Perversas iniquidades
Que seguí.
Ca sabed que bien oyó
El que adoro
La triste boz de mi lloro,
Y rescibió
La mi oración que vió
Ser contrita,
En la santa ley bendita
Que nos dió.
Vénguense los ya nombrados
Mis contrarios,
Y sean mis adversarios
Conturbados
En sus iniquos malvados
Coraçones,
Tornando con oraciones
A tí inclinados.
Salmo segundo
Mucho bien aventurados
Son aquellos
Que son sus pecados dellos
Perdonados;
Y también son relevados
De maldades
En que por sus voluntades
Son errados.
Sin dubda será el varon
Aventurado
Que no le pidas del pecado
Relacion:
Bivirá en contriction
Y sin daño
El de alma sin engaño
O colusion.
Porque cessé bendezir
Y alabar
Tu santo nombre sin par
Y te servir,
Los mis huessos por bevir
Envejecieron,
Y mortales concibieron
De morir.
Ca llamávate de boca
Sin coraçon,
Seyendo la devoción
Mucho poca.
Cuando tú de quien te troca
Te desvías,
Su vida por muchas vías
Se apoca.
Por lo cual, muy soberano,
Yo bien siento
Encima de mi'strumento
Que es humano,
Tu bendita y santa mano
De piedad,
Por mis yerros, mezquindad
Y desmano.
Cuando ya por vïolencia
La espina
Se me finca muy aina
Sin clemencia,
Y me muerden la conciencia
Mis errores,
Para mi alma livores
Y dolencia.
Con penitencia verdadera
Quebraré
Esta espina, y mostraré
La carrera
De mis yerros y artera
Contriction,
De esconder mi confession
Y manera.
Si en mi contra manifiesto
Mi malicia,
A ti, Señor, mi justicia
[p. 77] No compuesto,
Pídote por sólo aquesto
Estos dones,
Que mis errores perdones
Sin denuesto.
Ca, Señor, por yo ganar
Este perdon
De mi gran continuacion
En errar,
Todos tiempos de rogar
Soy movible,
Peligroso, convenible
Que ha lugar.
'Onde, santo causador
Maravilloso,
En el tiempo muy pluvioso
De dolor,
Al penitente pecador
No llegará,
Porque a ti demandará
Tu valor.
Ca diré: tú, Señor, eres
Fortaleza,
Acorro de mi tristeza
Y aferes;
Tú desgasta los poderes
Y ocasion
De mi gran tribulacion
Como quieres.
E no caeré en error
En la carrera
Que andoviere verdadera
De tu amor.
Firmaré sobre el Señor
Los mis ojos,
Ya quitados los despojos
De furor.
No querais ser comparados
En visajes
A los muy fieros salvajes
Denodados
Que en las selvas son criados,
Y sin tiento
De ningun entendimiento
Son hallados.
Con cabestro, pues, conviene
Y ayuno
Quebrantar el importuno
Que mantiene
Malicia y la sostiene
Insuave;
Penitencia aya grave
Porque pene.
Ca muchos son de herir
Los tormentos
Al pecador sentimientos
De morir;
Al que en Dios sin arguir
Esperará
Misericordia lo cercará
Sin fallir.
Los justos, toda sazon
Vos alegrad,
Con entera voluntad
Y coraçon;
Que alegría y bendición
Es con vos,
Otorgada por mi Dios,
Bravo leon.
Salmo tercero
En tu saña no m'aflijas,
Mas espira
Sobre mí, ni con tu ira
Tú me rijas:
Aquel tiempo no elijas
Del rigor,
Para que por mi error
Me corrijas.
Ayas tú merced de mi,
Señor mío,
Si en mis obras me desvio
[p. 78] Contra tí;
Ca ya sabes concebí
Tus saetas
Que en mi coraçon secretas
Rescibí.
Tú, Señor, que nos mostraste
Gloria tanta,
Sobre mí tu mano santa
Confirmaste;
Pero no asseguraste
Sanidad
A mi carne que en verdad
Tú criaste.
Humillaos, los traviessos,
Increidos,
Y sean vuestros gemidos
Más espessos:
No hay paz en los mis huessos
Ensuziados
Por gran suma de pecados
Y excessos.
Maldades que soberviaron
Al que yerra,
Mi cabeça hasta tierra
Inclinaron;
Sobre mí se apesgaron
Con gran peso;
A locura mi mal seso
Sojuzgaron
Mucho triste soy tornado
Acatando
Los pecados que obrando
He obrado:
Beviré desconsolado,
Con tristura,
Hasta ser en la clausura
Sepultado.
Ca de muchas suziedades
Son muy llenos
Los mis lomos, y no menos
Vanidades;
No hay, quiero que sepades
Por verdad,
En mi carne sanidad,
Si notades.
Ante tí es mi deseo
Y esperança;
En tus obras de alabança
Me reveo:
Ante tí es mi arreo
El gemido
Que te no es escondido,
Cierto, creo.
Como sea en tu abrigo
Salvacion,
Mi turbado coraçon
Es contigo;
Y mi fuerça no es comigo,
Ca fallesce;
De la vista me paresce
Que desdigo.
Cuantos mal a mi querian
Ya cesaron,
Ca de mí se alongaron
Y desvian:
Los que mi alma pedian
Invisible
Una fuerça muy terrible
Me fazian.
Ca, Señor, los que buscavan
Mi caida,
Vanidades sin medida
Me hablavan,
Y presumo que pensaban
Engañarme;
Por de tí mucho redrarme
Trabajavan.
Do, Señor, yo me hazia
Sordo y mudo,
De guisa que en mí no pudo
Su porfía.
Oyeme, pues todavía
En ti espero,
[p. 79] Bivo Dios y verdadero
Que nos cria.
Ca sería muy entera
Su alegrança
De los malos, y olgança
Torticiera,
Si bolviese en tal manera
Los mis piés,
Que hollasen al revés
De tu carrera.
Ca yo soy aparejado
De sofrir
Los tormentos, y complir
Tu mandado:
El dolor de mi pecado
Siempre miro;
Mis ojos de ti no tiro
Assegurado.
Mucho son fortalizados
Mis adversos;
Los iníquos y perversos
Y malvados
Veo ser multiplicados
Que me fieren,
Y aquellos que mal me quieren
Indignados.
Los cuales, porque seguí
La bondad,
En ellos adversidad
Conoscí.
¡O Señor! de cabo mí
No te apartes,
Porque más me desenartes
Cuanto a ti.
Mas tú, Dios posseedor
De mi salud,
Me influye, tal virtud
Por servidor,
Que reciba en tu loor
La espantosa
Muerte esquiva, temerosa,
Sin temor.
Cuarto Salmo
Señor, ave piedad
De concordia,
Por la tu misericordia
Y caridad,
De mí, que en ceguedad
He bivido
De tus obras retraido
A maldad.
Ca segun la cuantidad
En muchedumbre
De tu más clara que lumbre
Santidad,
Tú puedes con potestad
Perdonarme,
Y de pecados lavarme
Y torpedad.
Ca jamás no te negué,
Ni te niego,
Las maldades en que ciego
Me hallé:
Pues a ti sólo pequé,
Mi salvación,
A ti pido el perdon
De cuanto erré.
Justo eres por jamás
Y verdadero,
Y por siempre justiciero
Lo serás:
Quando tú judgar querrás
Los que espantas,
Por las tus palabras santas
Vencerás.
En maldad fui concebido,
Santo Padre;
En pecado de mi madre
Fui nascido.
La verdad, mi Dios querido,
Mucho amaste:
De tu saber me mostraste
Lo escondido.
[p. 80] Derrama por compasión
De mi pena,
Sobre mí con mano llena
Bendicion,
Pues de toda confusión
En que topo
Es el agua del isopo
Salvacion.
E seré limpio tan breve
Del pecado,
Que no tema al condenado
Que me lieve:
Tu merced que me relieve
De penar,
Me fará assí tornar
Como nieve.
Mi gozo por tu querer
Será grande,
Cuando tu merced me mande
Parescer
Ante tí a conoscer
Mis pecados
Y mis huesos humillados
En plazer.
Buelve tu irada cara
En otra parte:
No apures mi mal arte,
Mas ampara
La mi alma y repara
Mis maldades,
Porque con tus santidades
Biva clara.
Cría en mí, por tu mesura,
Coraçon
Muy limpio, sin division
Ni orrura:
Faz que su morada escura
Ya possea
Nuevo spíritu que te sea
De folgura.
Delante de tu presencia
No me partas,
Pues me quitas y apartas
Fraudulencia
Que obra sin resistencia
Contra ti;
Ni quites de sobre mí
Tu clemencia.
¡O Señor! dame salud
Y alegría,
Prudencia y sabiduría,
En multitud:
Con tu próxima virtud
Me conforma,
Porque siga en buena forma
Senetud.
Mostraré tu santa vía
A los malos,
Gastando sus intervalos
Y porfía,
Y assí en la monarchía
De crueles,
Convertir grandes tropeles
Causaría.
De la tu salud primicia
Que nos haze,
Me presenta, si te plaze,
Gran leticia:
Mis pecados desperdicia,
Y mi lengua
Loará sin otra mengua
Tu justicia.
Ca, Señor, mientre seré
¿Tú que serás?
Los mis labros abrirás
Y gozaré;
Tu justicia alabaré,
Pues por ella,
Yo en paz y sin querella
Biviré.
Si tu merced recibiera
Mi servicio,
Valeroso sacrificio
[p. 81] Te hiziera;
A este nombre lo ofreciera,
Emanuel;
Mas temime que con él
No te ploguiera.
Sacrificio que te plaze
Y agrada
Es el ánima turbada
Donde yaze;
Si en las obras te complaze
Correction
Del humilde coraçon
Que satisfaze.
Con piedades, Señor, ven
Sobre Sion,
Y su gran fabricacion
Tú sosten;
Porque muestres tanto bien
A los duros,
Y aya hecho los muros
Iherusalen.
Entónce recibirás
Los servicios,
Oblaciones, sacrificios
Y demás;
Angélicos oirás
Los cantares;
Bezerros en los altares
Allí verás.
Quinto salmo
Infinito resplandor
In eterno,
Por librarme del infierno
y su dolor,
Cuando triste pecador
Yo te ruegue,
A las tus orejas llegue
Mi clamor.
Y no quites la tu haz
De sobre mí:
Cuantos yerros cometí
Tú desfaz;
Porque tornen en solaz
Mis espantos,
Y yo biva con los santos
En la paz.
Como humo se gastaron
Los mis días,
Porque de tus santas vías
Se redraron:
Mis huesos que denegaron
Tu morada,
Como la cosa quemada
Se secaron.
Pecando sin resistencia
Como peco,
Soy tornado ya tan seco,
Sin conciencia,
Que con mi grave dolencia
Y afan,
Olvidé comer el pan
De penitencia.
Mi esperanza abundosa,
Gran tesoro,
De la gran boz de mi lloro
Temerosa,
Se llegó muy rebatosa
La mi boca,
A mi carne suzia y poca
Engañosa.
Mi perdon por el pecado
Es incierto;
Pelícano en el desierto
Soy tornado,
Y lechuza que ha poblado
En el casar,
Como el pájaro vulgar
En el tejado.
Todavía mis enemigos
Me maltraen,
Porque guardo me retraen
Tus castigos:
[p. 82] Aquellos que mis amigos
Se mostraron,
Contra mí vi que juraron
Por testigos.
Por mi yerro reprovado
Que matiza
Como el pan y la ceniza
En un grado;
Por el inico malvado
Mi querer,
Con tristuras mi bever
Es mesclado.
Ca, mi Dios, sin merescer
Fui alçado,
De ti, santo, apoderado,
En poder,
Y no quise carescer
Mal oficio,
Ni te pude con servicio
Conoscer.
Por lo cual sin más tardança
S'enclinaron
Los mis días y aceptaron
Tribulança,
Y quedaron sin dubdança
Por plumaje
De linaje en linaje
Tu membrança.
Prosiguiendo consuetud
Tu bendicion,
Avrás merced de Sion
En multitud;
Que fundar tanta virtud
A ti conviene,
Pues que ya el tiempo viene
De salud.
Ploguieron a tus sirvientes
Las tus piedras,
Infinito tú que riedras
Incientes
Y torpes inconvenientes
Al que yerra,
Avrás merced de tu tierra
Que consientes.
Los reyes te bendirán
En dulces cantos,
Y a ti, Santo de los santos,
Alabarán,
Y al tu nombre darán
La su oreja,
Y la tu santa Igleja
Temerán.
Ca hizo Dios por su templo
A Sion,
Mi juizio y discrecion
Ya destemplo;
Contemplando, pues contemplo
Tal istoria,
Que será visto en su gloria
Por exemplo.
Acató el causador
Pïadoso:
El ruego del humildoso
Sin rigor:
De la pena de su error
Caresció,
Porque Dios no despreció
Su clamor.
Estas cosas bien de plano
Escritas son,
En la otra generacion
De lo humano:
El pueblo que por tu mano
Se criará.
A ti solo bendirá
Por soberano.
Y miró de su altura
El Señor
Con ojos de resplandor
La baxura,
Por oir boz y tristura
De pecadores,
[p. 83] Y a hijos de matadores
Dar soltura.
Por lo cual el Criador
Anunció,
En Sion, y pronunció
Sin error
Su nombre superior,
Nuestro bien,
Y será en Iherusalen
Su loor.
Todos cuantos nascerán
Y son nascidos,
Con servicios elegidos
Te servirán;
Desde'l pobre con afan
Hasta el Rey
Tus mandamientos y ley
Guardarán.
Ca respondió en la tierra
De salud
Y dixo: santa virtud
Que no yerra,
Hazme cierto cuanto cierra
Mi partida,
Pues a mis días de vida
Haze guerra.
Las mis obras no acates
Tan baldías,
Que en el medio de mis días
Me rebates:
Dame gracia, no me mates,
Que sin daño
En generación de un año
Más me trates.
Cuando miro desde el suelo
Tu cimiento,
De perder mi entendimiento
He recelo:
Muy escuro es tal velo
A los humanos,
Pues obra de las tus manos
Es el cielo.
El cual ha de perescer
Cuando querrás,
Y tú por siempre jamás
Permanecer:
Todo ha de acaecer
De su figura;
Como tiempo y vestidura
Envejecer.
E, muy Santo, tú que eres
Y serás,
En años no menguarás
Ni en poderes
Ni se note que tú esperes
Ser mudado
De aquel eterno estado
Que requieres.
Los hijos de tus sirvientes
Morarán
Contigo, porque serán
A ti plazientes;
Y serán por ti querientes
Las pisadas,
Para siempre endereçadas
Sus simientes.
Sexto salmo
De las baxuras que heziste
Te llamé,
Y, Señor, cuando rogué
Tú lo oíste:
Las tus orejas que diste
A los temientes,
Sean hechas entendientes
De mí triste.
Ca si miras mi cobdicia
Y mi vía,
¿Quién ó cuál comportaría
Tal tristicia?
Pues acusa tu justicia
Tales dones,
Espero que me perdones
Mi malicia.
[p. 84] La mi alma se confía,
Pues espera
Tu palabra verdadera
Todo el día;
Y por esta misma vía
Israel
Esperó en solo aquel
Que nos cria.
Ante tí es abundada
Redempcion;
Tú darás la conclusion
De mi jornada,
¡O potencia no cansada!
Dá doctrina
A la mi vida mezquina
Qu'es menguada
Redemirás de maldades
Al tu pueblo,
Y a mi que me despueblo
De bondades,
Causando iniquidades
Que te piden
La piedad y me despiden
Caridades.
Salmo seteno
Señor, oye mi oracion
Y mi ruego,
Pues obrando no te niego
Dilection:
A ti es toda sazón
Mi cobdicia;
Oyame la tu justicia
Y bendicion.
Y no entres con el tuyo
En juizio,
Pues en tanto perjuizio
Me destruyo;
Si mi vida que concluyo
Fué injusta,
Ante ti no hay cosa justa,
Bien arguyo.
Ca, Señor, muy perseguida,
Mas ¿qué digo?
Mi alma del enemigo
Es corrida;
Por estar tan retraida
Que te yerra,
Abaxó hasta la tierra
La mi vida.
Assentóme en lo aflito
Y escuro,
Morada que me procuro,
Pues me quito
De tus obras, Dios bendito,
Y allí,
Dió gran quexa sobre mí
Mi esprito.
Yo pienso, Señor, cuántas
Son tus obras,
Y el nombre que d'ellas cobras
Por ser santas:
Tú que los reyes espantas
Y humillas,
Pensaré tus maravillas
Que son tantas.
Mi alma te deseando
Porque peca,
Assi como tierra seca
Está esperando:
Pues mi vida va cessando
Y se inclina,
Óyeme, Señor, aina
Delibrando.
No quites, Señor eterno,
De sobre mí
Tu mano, pues te serví
Por in eterno
Cá seré, si bien discerno,
Comparado
A cuantos van sin su grado
Al infierno.
Señor, muéstrame muy breve
Tu carrera,
[p. 85] Pues mi vida que en ti espera
Se remueve,
Porque de muerte relieve
La mi alma,
Y sin daño mas en calma
Te la lieve.
Y pues soy tu servidor,
Sei comigo;
Librame del enemigo
Induzidor,
Porque cumpla yo, Señor,
Tu voluntad;
Ca tú eres por verdad
Mi criador.
Tu buen spíritu me traya
A la tierra
Derecha, porque sin guerra
Cierzo vaya;
En tus obras me retraya
Y abive;
De tales hechos me esquive
Que no caya.
Ca de gran tribulacion
Y miseria,
Suziedad y gran lazeria
Y confusion,
Mi alma por oración
Sacarás;
Del pecado estruirás
La cognicion.
Dañarás a los malvados
Pensamientos
Que me dan graves tormentos
Passionados:
Pues entre los tus llagados
Yo soy tuyo,
Los siete Salmos concluyo
Consagrados.
Suplico, por cortesía
A doctores
Maestros y sabidores
En theologia,
Los que el parto de María
Cierto creen,
Y de tal caso posseen
Sabiduría;
Que por ellos discernido
Mi tractado,
Si yerro le será dado
Conoscido,
Que no sea atribuido
A voluntad,
Más a mengua y ceguedad
Del sentido.
Ca notorio no adquiere
Inciente
D'aquel modo eloquente
Cuando quiere;
Mas aquello que profiere
Su saber,
Y al su breve entender
Se requiere.
Fin
Pues por tiempo mi querer
Cessará
El que fué, tambien será
Y ha de ser,
Me influya tal poder
Que sea visto
En la fé de Ihesucristo
Fenecer.
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