JOSÉ DE BURGOS TAMARIT
Escritor y poeta festivo, nacido en Almería en la segunda mitad del siglo XIX. Fundó y dirigió en su ciudad natal un periódico satírico ilustrado con caricaturas, habiendo colaborado en diversas publicaciones locales. En 1893 y 1894 compuso en colaboración con otro fértil e ingenioso poeta avecindado en Almería, don Fermín Gil de Aincildegui, dos originalisimos proyectos de revista, que vieron la luz con los nombres de La Linterna mágica y La cosecha de hogaño.
En 1897 fué premiado en los Juegos florales almerienses por su composición La feria de Almería; al año siguiente el Ateneo de Lorca galardonó diez Rimas suyas en público certamen; y en 1899 por unos Cantares y otras poesías volvió a serlaureado en Almería con ocasión de nuevos Juegos florales. Estas poesías premiadas y algunas más las reunió en un tomito que rotuló Zarandajas (Almería, 1899), para el cual compuso un prólogo laudatorio en verso, el ya citado señor Gil de Aincildegui. Diez años después vio la luz otra obrita del señor Burgos Tamarit, la rotulada Pópuli-Diálogos (Almería,1909), donde por vez primera deliberadamente se ensaya una imitación del habla popular de la comarca.
CANTARES
I
Con el abierto abanico
quieres ocultar la cara;
deja al sol que resplandezca
libre de nubes de gasa.
II
Al besar la cruz que llevas
puesta sobre el albo pecho,
pido a Dios perdón, pues sé
que cometo un sacrilegio,
III
Emigran las golondrinas
y al volver sus nidos hallan;
a los que por hambre emigran
ni compasión se les guarda.
IV
¡Pobre soldado que arrastra
a sus abismos la guerra;
deja a su madre llorando
y, si vuelve, la halla muerta!
V
Luces y galas y flores
y fulgurar de los cielos
y destellos de la gloria
Dios puso en tu hermoso cuerpo.
VI
Pueblo heroico y valero
soy digno de admiración
es el pueblo que se crece
del infortunio al rigor.
VII
Guárdame en tu corazón
un rinconcillo pequeño,
para que, cuando me muera,
puedas enterrarme dentro.
VIII
Róbame cuanto poseo,
que el robo yo te perdono;
pero déjame que guarde
de mis penas el tesoro.
IX
De la flor de los granados
parecen tus labios hechos;
granada abierta tu boca,
cuajada de perlas dentro.
X
Quiso Dios que hermosa fueras,
y que fueras buena quiso;
te trajo así al mundo, y luego
«Vente aquí al cielo» te dijo.
XI
Hay penas que amargan mucho,
pero que se endulzan luego;
¡la pena de estar sin madre
no hay quien la arranque del pecho!
XII
Dos cosas santas venero
que son hermosas y grandes:
la bandera de mi patria
y el recuerdo de mi madre.
(Del libro Zarandajas)
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