FERNANDO PÉREZ CAMACHO
Nació en territorio vinícola (Bollullos Par del Condado, HUELVA 1942) y a los diez años su padre lo ingresó en un internado marianista en Cádiz. No había muchas más opciones para estudiar en la España rural de entonces.
Catedrático mitad científico mitad literato
He aquí un experto agrónomo que escribe versos en sus ratos libres. Una rareza en un mundo universitario dividido entre ciencia y humanidades. Entre utilidad y espíritu. El profesor Pérez Camacho quiso estudiar letras. Pero en el colegio no lo dejaron. El día en que tocaba decidirse por la rama correspondiente, se le acercó un cura y le dijo: «Usted va a estudiar ciencias». Y así fue. Unas cuantas décadas después, se ha convertido en un reputado enólogo, que llegó a ser presidente del Consejo Regulador Montilla-Moriles.
VIDA
El aire de la mañana
se viste de azul y oro
porque están jugando al toro
los chiquillos de Triana.
Con su mirada temprana
un muchacho los veía.
Aquel muchacho tenía
pájaros en la cabeza
y allí tuvo la certeza
de saber lo que quería.
MUERTE
Negro el toro de la vida
se igualó ante tu mirada
y la luz quedó, asombrada,
en tus ojos detenida.
¿Qué momento de tu historia
se detuvo en tu memoria?
No hubo reloj ni hubo gesto,
ni el aire anunció tu muerte:
se te puso el toro en suerte
y la rutina hizo el resto.
("El siglo de oro en la poesía taurina". Santander, 2010)
SONETO
Tienes alma de tierra, pies de arcilla
quizá sueño de mar tu madrugada
que van dejando impreso en tu mejilla
ola a ola, la mar petrificada.
Mucha historia detrás, demasiada
mucha esperada historia en tus orillas
mucho presente abierto en tu mirada,
rizando el monte llano de Montilla.
Llegar a ti es compartir la vida,
no saber quien es quien, tener abierta
la ventana interior de los destinos.
Para ir hacia ti son los caminos,
sólo puerta de entrada son tus puertas.
¡Ciudad tremenda de la bienvenida!
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