Manuel Sanchiz Salmoral
Nace en Córdoba el 16 de junio de 1955. Estudió Ingeniería Técnica y alterna su actividad profesional con la afición a la literatura.
Nace en Córdoba el 16 de junio de 1955. Estudió Ingeniería Técnica y alterna su actividad profesional con la afición a la literatura.
Técnico y poeta de corazón, define la poesía como una forma diferente de entender la vida. También, recientemente, ha cultivado la narrativa en la especialidad de relato corto, obteniendo varios galardones y reconocimientos por sus historias, recopiladas por la Asociación cultural Andrómina en el libro Cenizas de una Guerra.
En sus textos poéticos, predominan el amor a las personas y a la naturaleza, la nostalgia y las constantes preguntas a las que no hallamos respuesta. Utiliza el poema breve, en el que, en algo más de una decena de versos, con abundantes figuras y metáforas y un cierto surrealismo, el lector encuentra lo que el poeta transmite.
Entre sus poetas de referencia en castellano, podemos citar a Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Juan Ramón Jiménez y a Ricardo Molina entre otros, destacando también la Generación del 50 en la que se encuadran Claudio Rodríguez y Caballero Bonald. En narrativa, es un gran admirador de la literatura de Almudena Grandes, Javier Marías, Muñoz Molina e Isabel Allende.
Su carrera literaria es corta, ya que se dio a conocer con los cuarenta cumplidos. Pero, desde entonces, ha sido intensa y ha recibido varios premios, entre los que podemos destacar, en el apartado de poesía, el premio Manuel Terrín del Ayuntamiento de Montoro, el Villa de Dos Torres y finalista del XIV Premio de Poesía Acordes del Ayuntamiento de Espiel y de la XX edición del Rosalía de Castro, organizado por la Casa de Galicia en Córdoba. Con respecto a los relatos, ha ganados los premios de los Ayuntamientos de Iznájar y Villaviciosa, el premio Sebastián Cuevas en su primera edición, además de los convocados por las Asociaciones Puente de Encuentro y Caños Dorados. Ha sido colaborador con sus relatos de la revista Caños Dorados, que edita la asociación del mismo nombre, y ha publicado artículos en varias revistas de la ciudad. Ha participado en ciclos poéticos y fue el coordinador de los ciclos Almazen Poético y Los lunes del Liceo.
Publicaciones
Poesía
Ascuas de Amor (Córdoba, Colección Aristas de Cobre, 2001)
La Cal Desnuda (Córdoba, Cafetería Almazen, Colección Bosque de Bambú, 2003)
Hojas de Nieve (Córdoba, Ateneo, Colección la Cancela Poética, 2005)
Madroñales Desnudos y otros Poemas (Córdoba, Astro, Colección Ataurique, 2006) ISBN 84-87214-23-1
Luz y Memoria del Olivar y la Palabra (Espiel, Ayuntamiento, 2007 y Asociación de Plateros, Colección Plata, 2007)
Retama Seca (Córdoba, Casa de Galicia, 2010)
Los Violines del Viento (Priego de Córdoba, Ayuntamiento, 2012). ISBN 978-84-606-5417-9
Relatos
Amor entre dos Fuegos (Iznájar, Ayuntamiento, 2001) ISBN 84-930604-7-X
Cenizas de una Guerra (Córdoba Editorial Andrómina, 2009) ISBN 84-9354467-8-X
Inclusiones en antologías y libros compartidos
Poesía
Poemas al vino (Córdoba, Consejo regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, 2002 y 2004)
Dime que te quiero. Homenaje a Vicente Núñez (Córdoba, Arca del Ateneo, 2004) ISBN 84-88175-34-5.
Homenaje a Mario López (Córdoba, Arca del Ateneo, 2005) ISBN 84-88175-39-6.
La cancela poética (Córdoba, Arca del Ateneo, 2006) ISBN 84-88175-40–X.
Antología de Poetas en Solidaridad con los Afectados por el SIDA (Córdoba, Delegación Provincial de Salud, 2006) ISBN 84-934622-8-4
XIV Premio de poesía ACORDES 2006. (Espiel, Ayuntamiento, 2007)
No será todo Humo. Homenaje a Pablo García Baena (Córdoba, Arca del Ateneo, 2008) ISBN 978-84-88175-49-6
Versos Mundanos (Córdoba, Consejo regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, 2009)
Tintas para la vida (Córdoba, Delegación Provincial de Salud, 2009)
Homenaje a Góngora (Córdoba, Ediciones de papel, 2011) ISBN 978-84-938769-0-6
Relatos
Certamen Literario Puente de Encuentro 2003-2005 (Córdoba, Plurabelle, 2006)
Cartas de Dulcinea a Don Quijote (Alcázar de San Juan, Ayuntamiento, 2008)
Concurso de relato Sierra de Villaviciosa (Villaviciosa, Ayuntamiento, 2008)
Escucho al río de alcázar y azahares,
su voz me revela el color de otros álamos,
el helor que cubrió nuestros cuerpos,
atrapados en las gotas furtivas.
Ungidos en el bálsamo de la yedra enamorada,
aprendimos el hechizo de amamos
bajo su espejo desnudo.
Ignoro qué fue de las palabras
cautivas en el óxido del tiempo,
de las borracheras de sexo que escaparon
a las lindes de la apariencia.
Tal vez, sobre los juncos triste
emanen los efluvios de tu nombre
que hizo despertar los labios ebrios
que las aguas de cobre doblegaron.
Me dejo llevar por un estuario de nostalgia,
por un racimo de celos
que encrespa al corazón,
que arrebata los sueños sin retorno.
Acaso existió un otoño sin hojas,
sin ritos, ni signos celestinos,
pero el viento en su himno agitó el amor.
Me ofreces la desnudez del mar,
el vuelo libre de las gaviotas,
mas sólo deseo en las horas laureadas
hundirme en los besos que desgranan
la isla de tu piel,
Contigo mi carne enmudece
al recorrer tu boca de incienso regalado,
sólo es extenso mi dolor
en cada espacio que ocupa tu ausencia.
Sé que el último verso está por escribir,
pero te amo en el infinito de la lluvia,
en los océanos de música y metal,
en el verbo, en la sed, en el fénix,
en el bosque de cal cuyo olor deshoja
la frágil pluma de la memoria.
AQUEL PASADO
Aquel pasado
de trincheras clandestinas,
con dibujos de amantes sucedáneos.
Aquel sexo prisionero
en el borde de la libertad,
con palabras fragmentadas
en el izar de banderas.
Los juegos de las tardes se apagaban lentos,
en un gesto de rebeldía,
y venía el frío,
intruso de la noche,
con su sangre seca en rodillas amoratadas.
Me es difícil identificar los antiguos calendarios,
las cadenas enmohecidas
por el humo de la máquina del tren,
el puente de hierro bajo las escarchas.
Sólo nos queda en la memoria
el olor a hinojos de los andenes.
MÁS ALLÁ
Si mis versos abrazan la hierba
y ciegan el lecho de la vida,
no habrá cenizas de pétalos
en los labios fríos de mi piel,
sólo palabras
bajo los ojos de la luz.
Más allá,
me quedaré con el miedo
de las hojas arrugadas,
aunque mi cuerpo de cal ambule
en el ácido de la lluvia.
Mis poemas brotaron de mi sangre,
color de cobre;
con mis molinos de viento,
entre el olor y el acero de la vieja fábrica.
Y al amanecer,
llorarán las gaviotas
con el canto laico de las sirenas,
y mi voz resucitará
en los océanos de las palabras.
Allí me aguardan mis versos infinitos.
Una tregua indefinida
Pertenezco a un mar ennegrecido y oscuro,
que capturó mi piel con sus marismas,
escribiendo mi nombre en su mástil.
Me oculto en la atalaya de su oleaje,
refugiándome en su nido de algas.
Huyo de la desnudez de las palabras,
de las cicatrices de sal en el tiempo.
Mis versos se acunan en retazos de locura,
junto a los témpanos decorados de las rocas.
Aquí estoy, con mi maleta vacía y mi poema,
en la cita con los ecos y las voces exiliadas.
Frente a esta mar de acantilados derrotados,
no soy más que un errante despojo,
y le pido a la vida una tregua indefinida.
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