Joaquín Peralta Valdivia
Escritor y religioso nacido en Laujar de Andarax, ALMERÍA en 1864.
Se licenció en teología y se ordenó sacerdote en Málaga en 1887, tras estudiar la carrera eclesiástica en Almería.
Fue párroco en y canónigo penitenciario de la Catedral de Almería por oposición a partir de 1907, hasta su muerte en 1926. Llegó a ser presidente del consejo de Administración del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Almería.
Desde muy joven colaboró en infinidad de revistas y periódicos. Además publicó un gran número de obras, destacando las de naturaleza religiosa, debido a su formación. La mayoría editadas en Almería, aunque también en otras ciudades como Madrid, Barcelona, Albacete, e, incluso en Buenos Aires.
Obras
Prosa
Publicó entre otras:
El Sagrado viático (1896)
memoria historico-descriptica y culto de Nuestra Señora del Mar' (1898)
Sermón de las honras fúnebres de don Carlos Navarro Rodrigo (1904)
Novela, o novela corta
Flor de alba (1893)
Nica (1904)
La Cruz de Honor (1911)
Pro-Patria
Verso
Poesías (1884)
Consuelo (1887)
El Sauce de la Virgen (1892)
Oda a Jesús Sacramentado (1893)
Ofrendas al Niño Jesús (1894)
Poesías premiadas (1899)
Granos de incienso (1911)
LA ERMITA DE LA VIRGEN
Hay entre la espesura del bosque umbroso,
donde el rumor no llega del mundo aleve,
ofreciendo a las gentes paz y reposo,
una casita blanca como la nieve.
Préstanle sombra
de un olmo gigantesco
las verdes hojas.
Cuando adorna los campos la Prímavera
y las ramas se cubren de gayas flores
y canta la fontana fresca y parlera
y en las frondas anidan los ruiseñores,
la alegre casa
bajo el olmo semeja
linda flor blanca.
Cuando de luz vestido llega el Verano
y ni una leve sombra su ardor mitiga
y al labrador ofrece la rubia espiga
en su cuna de aristas el áureo grano,
mansas y ledas
corren las frescas auras
junto a su puerta.
Si el fatigado Otoño borda del cielo
el azulino manto con nubes rojas,
y del árbol caídas cubren el suelo,
como ilusiones muertas, las secas hojas,
aún cariñosa
en su viejo tejado
gime la alondra.
Si el cano invierno asoma por la montaña
cubierto con el manto de la neblina,
y el Sol en las corrientes ya no se baña,
ni al blando nido torna la golondrina,
aún a su puerta
el olmo con sus ramas
calor le presta.
Que es cual plumoso nido de ruiseñores
aquella casa blanca como la nieve,
nido por Dios cercado de frescas flores
que en torno de ella esparcen su aroma leve.
Oasis bendito,
donde el alma viajera
tiene un asilo.
En el fondo risueño de la casita,
donde la luz alegre temblando avanza,
alli de los amores la Reina habita,
allí brilla la Estrella de la Esperanza;
allí se encierra
mi tesoro, ¡mi hermosa
Virgen morena!...
(De Granos de incienso)
LAS HIJAS DEL CALVARIO
I
-Yo soy en el alma de amor encendida
estrofa sublime de eterna canción,
escala divina que siempre extendida
encuentra en sus penas el fiel corazón:
Yo soy la Oración.
II
-Amor me ha engendrado. Mi patria es el cielo.
Buscando a los hombres al mundo bajé.
Un rayo de luna me sirve de velo.
Yo soy la victoria, la dicha, el consuelo:
Me llamo la Fe.
III
-Mi paso ha sembrado la tierra de flores.
En pos de mis huellas el mundo se lanza.
Yo soy quien aviva los santos amores.
Yo soy la que calma los rudos dolores;
Yo soy la Esperanza.
IV
-Mi aliento suave, mi hablar deleitoso,
es blanda caricia que viene del cielo,
arrullo divino, cantar amoroso,
que deja las almas en dulce reposo:
Yo soy el Consuelo.
V
-Habito en el cáliz de oculta violeta.
El mundo me mira con rara piedad.
En mi encuentra el alma su dicha completa.
Yo soy de los santos la amiga discreta:
Yo soy la Humildad.
VI
-Mi cetro es un lirio, mi trono una rosa,
mi túnica un nardo, mi manto una esencia;
angélicas vírgenes de faz ruborosa
y cándidos niños mi corte graciosa:
Yo soy la Inocencia.
VII
-Yo soy de las almas dichosa agonía,
celeste dulzura, divino dolor.
Me llaman luz, astro, querube, armonía,
flor, beso, suspiro, recuerdo, poesía:
¡Yo soy el Amor!
(De Granos de Incienso)
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