ALEJANDRO DÍAZ DEL PINO. Málaga.
Premio de Poesía Andalucía Joven
Breve, fragmentaria y esporádica aproximación a Los Puentes de Königsberg
(inédito)
I El Equilibrista y Los Puentes
1.
El Equilibrista transita las baldosas
es un hombre misterioso
que pide fuego a El Viajero cuyas suelas polinizan las baldosas
que parece un hombre misterioso
que mira el óxido mira hacia atrás
que lo siente pero no fumo
sin embargo misterio ambos
misteriosos
se dicen adiós adiós adiós adiós efusivamente
y sonríen
Todos lo sospechamos
sus sonrisas puentes tendidos al misterio
esconden algo
[...]
4.
Su condición de suela a la deriva,
nomadismo gravitatorio,
le impone un nuevo firme.
Simula el viento un caminar deprisa;
los labios, que conversan con el frío,
no limitan con nadie.
Las probabilidades de encontrar lo que busca
son mínimas,
sobre los puentes de Königsberg
un gris que no perdona
enturbia el porvenir:
En sus grietas reverberan
chasquidos de un presente discontinuo.
[...]
II Los puentes son de lino y El Equilibrista se resiste a aterrizar sobre la hierba mojada
1.
El fuego de la tarde
que no solventa las persianas.
En la antesala de la noche
prueba el vino;
crepúsculo, almíbar
fraguan en el silencio
los albores de un nuevo paradigma.
Las cuerdas son eléctricas.
La melodía entraña riesgos.
El fuego de la tarde
se abre paso en el extrarradio.
El fuego de la tarde,
que ya no es fuego, sino un hilo.
Atropos pasa por allí,
cruza sin mirar,
amenaza
tijera en mano.
[...]
5.
Asumo mi responsabilidad,
pero Clotos decide.
Habla con.
902
[En estos momentos todos nuestros terminales se encuentran ocupados. Por favor, espere un momento [ain´t not high mountain…] a que podamos atenderle.]
III Seis definiciones para Königsberg y una indefinición
2.
Königsberg,
famosa por sus puentes,
celebra hoy
el día mundial
del salto al vacío.
Equilibristas de todo el mundo se reúnen
cada siete versos
con todas sus fuerzas
festejan
la llegada
de una nueva gravedad.
3.
Königsberg es un mal sueño
por eso la noche azul
refulge en los ojos caudales del insomne
[...]
7.
Königsberg.
Territorio.
De puentes muralla.
De equilibristas neurolépticos.
De indefinición esdrújula.
Königsberg.
Arcos de media punta
filtran hectólitros de zumo Pregel.
Rezan los carteles
a su dios la multitud.
Königsberg.
Saber que no es una salida fácil bastará.
IV El viento mineral sacude los puentes y Atropos juega al fin sus cartas
4.
Nuestro héroe desdentado emite síntomas de vida y sólo yo decodifico la señal. Desencripto una mueca atomizada en su mejilla. Sobrevive al vacío. Bajo su torso yace La risa de Dios.
5.
Un ejemplar de 1985 se clava en las costillas hasta hacerse un hueco en el corazón.
Mallwick sístole.
Vanderbilt diástole.
Van Horne sístole.
Nadezha diástole.
Stirling sístole.
H. diástole
Latidos azules fuera de guión.
Carretera abierta al amanecer #Km.32
(30 de septiembre)
Unther my thumb hace tiritar el salpicadero.
Pienso que ella puede ser una suicida,
y que no es lo mismo morir
a los cuarenta que a los veinte.
Ella invade el carril contrario,
pisa a fondo —zig,
zag,
zig,
zag—,
irrumpe en el arcén;
el coche va a salirse en aquella curva
donde decido que también moriré joven,
aunque mi cadáver, claro,
no será el de James Dean.
Malos tiempos;
Jimmy, Jimmy...
1.
El Equilibrista transita las baldosas
es un hombre misterioso
que pide fuego a El Viajero cuyas suelas polinizan las baldosas
que parece un hombre misterioso
que mira el óxido mira hacia atrás
que lo siente pero no fumo
sin embargo misterio ambos
misteriosos
se dicen adiós adiós adiós adiós efusivamente
y sonríen
Todos lo sospechamos
sus sonrisas puentes tendidos al misterio
esconden algo
[...]
4.
Su condición de suela a la deriva,
nomadismo gravitatorio,
le impone un nuevo firme.
Simula el viento un caminar deprisa;
los labios, que conversan con el frío,
no limitan con nadie.
Las probabilidades de encontrar lo que busca
son mínimas,
sobre los puentes de Königsberg
un gris que no perdona
enturbia el porvenir:
En sus grietas reverberan
chasquidos de un presente discontinuo.
[...]
II Los puentes son de lino y El Equilibrista se resiste a aterrizar sobre la hierba mojada
1.
El fuego de la tarde
que no solventa las persianas.
En la antesala de la noche
prueba el vino;
crepúsculo, almíbar
fraguan en el silencio
los albores de un nuevo paradigma.
Las cuerdas son eléctricas.
La melodía entraña riesgos.
El fuego de la tarde
se abre paso en el extrarradio.
El fuego de la tarde,
que ya no es fuego, sino un hilo.
Atropos pasa por allí,
cruza sin mirar,
amenaza
tijera en mano.
[...]
5.
Asumo mi responsabilidad,
pero Clotos decide.
Habla con.
902
[En estos momentos todos nuestros terminales se encuentran ocupados. Por favor, espere un momento [ain´t not high mountain…] a que podamos atenderle.]
III Seis definiciones para Königsberg y una indefinición
2.
Königsberg,
famosa por sus puentes,
celebra hoy
el día mundial
del salto al vacío.
Equilibristas de todo el mundo se reúnen
cada siete versos
con todas sus fuerzas
festejan
la llegada
de una nueva gravedad.
3.
Königsberg es un mal sueño
por eso la noche azul
refulge en los ojos caudales del insomne
[...]
7.
Königsberg.
Territorio.
De puentes muralla.
De equilibristas neurolépticos.
De indefinición esdrújula.
Königsberg.
Arcos de media punta
filtran hectólitros de zumo Pregel.
Rezan los carteles
a su dios la multitud.
Königsberg.
Saber que no es una salida fácil bastará.
IV El viento mineral sacude los puentes y Atropos juega al fin sus cartas
4.
Nuestro héroe desdentado emite síntomas de vida y sólo yo decodifico la señal. Desencripto una mueca atomizada en su mejilla. Sobrevive al vacío. Bajo su torso yace La risa de Dios.
5.
Un ejemplar de 1985 se clava en las costillas hasta hacerse un hueco en el corazón.
Mallwick sístole.
Vanderbilt diástole.
Van Horne sístole.
Nadezha diástole.
Stirling sístole.
H. diástole
Latidos azules fuera de guión.
Carretera abierta al amanecer #Km.32
(30 de septiembre)
Unther my thumb hace tiritar el salpicadero.
Pienso que ella puede ser una suicida,
y que no es lo mismo morir
a los cuarenta que a los veinte.
Ella invade el carril contrario,
pisa a fondo —zig,
zag,
zig,
zag—,
irrumpe en el arcén;
el coche va a salirse en aquella curva
donde decido que también moriré joven,
aunque mi cadáver, claro,
no será el de James Dean.
Malos tiempos;
Jimmy, Jimmy...
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