Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 23 de julio de 2011

619.- MIGUEL FERNÁNDEZ RIVERO


Miguel Fernández Rivero
Morón de la Frontera, Sevilla, España.
“Estos son mis libros y tal vez este sea yo. Me he buscado en las “Imágenes de un espejo” (1986), he contemplado el rostro “De un hombre extraño” (en días extraños), (1988) y con los “Hijos de la tormenta” (1996) me he arrastrado por el mundo. Entre amigos alcancé “Desde El Rancho: poemas del encuentro” (1997) y conocí “Desde El Rancho: el sentir del Cuarto Blanco” (1998). Después, cerrando un periodo, quise dejar tras de mí todos “Los espejos rotos” (1999) para no volver a buscarme en ellos.
En estos años he sido Aprendiz de poeta, más apenas si aprendí nada. He pasado por el mundo y el mundo ha aceptado mis huellas. Éste es mi rostro, éstas mis manos, ésta mi voz y mi palabra, quizás eso no sea mucho pero nada más que soy eso. Sólo migajas, migajas de la vida, migajas de poesía…total: poemitas.”

WEB DEL AUTOR: http://miguelfernandezrivero.blogspot.com/



LA CARA OCULTA DE LA LUNA






La cara oculta de la luna

El lunático está en la hierba.


El lunático está en la hierba
recordando juegos,
y guirnaldas de margaritas y risas…

Y si no hay sitio en la colina
y si tu cabeza explota también
con oscuros presagios,
nos veremos en el lado oculto de la luna.

El lunático está en mi cabeza.
El lunático está en mi cabeza…


Roger Waters






CANTO INICIAL


LA CARA OCULTA DE LA LUNA


Te veré en la cara
oculta de la luna,
en la sombra sagrada
de la eterna locura.

Allí tras las montañas
beberé de tu sangre.

Te veré en la estela
del viajero errante,
sentado en las estrellas
gritando tus mensajes.

Te veré en la absurda
prisión de mi cabeza.






CARA

A




CANTO PRIMERO


{a} HABLAME



1 Cómo recoger mis sombras
en la luz de tu mirada.

2 Tu mirada,
tu lunática
mirada de brujo.
¡Dime¡
Cómo atrapar tu mirada
en las redes de mis sueños.
¡Háblame¡ ¡Háblame!
cuéntame
el secreto de los astros,
desvélame los misterios
del universo.
Viajero,
eterno viajero, dime
cómo atrapar los sueños.

3 ¡Dime¡
háblame del mundo.
Así, casi sin palabras,
en voz baja,
lentamente,
como rozando el silencio,
háblame del hombre.
¡Dime¡
Cómo recoger sus huellas
sin profanar los caminos.





{b} RESPIRAR



1 El viento cruza las llanuras del miedo.

2 Todo se detiene.
Se escuchan los pasos,
el caminar del hombre.
El fatigado
vagabundear
del hombre por los caminos,
sin aliento,
sin aire que respirar.

3 Se escucha el crujir de los sueños del hombre.
El cansancio de los días
adherido
a sus huesos,
el agobio de la vida;
esa vida que le lleva a la muerte.

4 Todo se detiene
cuando el hombre grita.

5 Por las llanuras del miedo
cruza un viento
que arrastra el dolor de los pueblos.
La vida
es un siniestro río.
Un río de sangre
que día a día crece.
La vida, la muerte.
La lucha por la vida
se torna muerte.

6 El cansancio de los huesos,
la fatiga
de la carne
invadiendo todo el cuerpo.
El cansancio de las manos detenidas
como tristes palomas
que ya no vuelan.

La angustia de los ojos
rotos, vencidos,
de los ojos que ya no desnudan sueños.

7 Los ojos del hombre
que busca la luz.
Los ojos del hombre
que sufre y no grita.

8 Del hombre que se detiene a respirar,
a respirar luz, vida,
y no respira.
La angustia de los ojos
del hombre roto,
del hombre que deja el grito
y detiene
sus pasos.
Del hombre que cierra sus ojos
y detiene sus manos
sin luz, sin aire
que respirar.

Del hombre sin aliento
que busca sus pasos.
Todo se detiene.

9 La vida cruza las llanuras del miedo.






CANTO SEGUNDO




EN CAMINO



1 El viajero conoce
el canto de los vientos,
las palabras ocultas bajo el polvo,
el rumor de los pasos sin regreso.

2 El viajero conoce los caminos
que se pierden entre las brumas,
conoce los misterios
que la luna guarda en su cara
oculta. El viajero sabe
el secreto que callan las estrellas,
conoce el lenguaje
antiguo de los vientos,
el camino que no regresa,
los sueños que le roban
la razón a la mente.


3 Él sabe, él conoce los mundos
del silencio. La luz fría del silencio
el viajero conoce.




CANTO TERCERO



TIEMPO



1 Por los rastrojos del tiempo
vaga la sombra del hombre.

2 Las ciudades, como extraños
navíos que surcan la noche,
abiertas de puertas
y de ventanas que miran
hacia dentro,
sienten miedo de las sombras
y encienden sus luces.

3 Las ciudades
cubiertas de ojos,
llenas de rostros furtivos
y de cuerpos que se esfuman
en las nieblas. Las ciudades
que se arrastran por el mundo
cargadas de hombres
sin tiempo, sin tiempo.
Esas ciudades desnudas
se arropan con su miseria
y ocultan su angustia
tras la luz de falsos sueños.

4 Las ciudades del silencio,
esas que se extienden
por los rastrojos del tiempo
dejando un rastro de casas
pobres y pequeñas,
un rastro de viejos templos
y de lujosos palacios
declarados patrimonio
de la Humanidad.
Esas ciudades sin aire,
sin aire y sin tiempo,
sin tiempo. Esas ciudades
traspasadas por el grito
de sus puertas
y sus ventanas hambrientas.

5 Estas ciudades del miedo
que habitan la piel del hombre,
estas ciudades extrañas
ancladas al lodo
de los siglos,
como viejas naves.

6 Esas ciudades sin luna
que alargan sus noches
por los rastrojos del tiempo.





CANTO CUARTO



RESPIRAR {repetición}



Detener los pasos,
cerrar los ojos
y mirarse las manos.
Detenerse
a respirar luz, vida.
Detenerse,
cerrar los puños
y escuchar los pasos.

Dejar el grito y respirar el aire.

Detener los ojos,
cerrar las manos
y mirar en los pasos.
Respirar,
detener las manos
y respirar.

Alzar los puños,
luchar por la vida.

Respirar y volver de nuevo al grito.





CANTO QUINTO




UN GRAN ESPECTACULO EN EL CIELO



1 Este viento que entra por mis ojos
va construyendo nidos en mi alma,
este viento
construye nidos,
este viento;
el viento.
Este viento, viajero de los tiempos,
incuba sueños.

2 Me detengo al filo de la locura,
desgarro mis ojos y contemplo
un gran espectáculo en el cielo.

3 El hechicero
gritó mi nombre,
gritó
la forma de mi cuerpo
y mi sombra
se aferró a la vida,
gritó huellas
y surgieron los caminos
que devoran mis pasos

4 En aquel claro de luna,
en aquel grito
que disipa a la locura,
en aquel viento que entra por mis ojos
vi
un gran espectáculo en el cielo.



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