JUAN JOSÉ GONZÁLEZ MORA nació en Sevilla en 1979. Es licenciado en Filosofía y actualmente trabaja como profesor de enseñanza secundaria impartiendo dicha materia. Ha publicado poemas en varios números de las revistas El Fantasma de la Glorieta, Laberinto Minos, El Hipocampo y El Telar de Ulises. Escribió, junto con otros seis poetas, el libro Siete Islas; y es autor del poemario Nace la Palabra (Sevilla, 2003).
ODISEA
Tan sólo basta detenerse,
contemplar la quietud exacta
de lo que siempre ha estado ahí,
(o en la propia mirada),
este centro, esta tarde, aquel sueño,
la habitación y este decir
donde todo descansa acompañándote.
Desde el olvido emerge hacia las manos
tu nombre,
desnudo,
primero.
EXISTENCIA
Protegido del tiempo,
por las montañas,
permanecía el pueblo.
La luz se detenía,
intacta y nueva, sobre el aire
eternizándolo.
Se repetía siempre
la misma casa, el mismo añil,
la misma calle,
la misma música lejana.
Una atmósfera de humo,
denso como los sueños,
contenía la vida.
Y sin presentimientos ni memoria,
el silencio era amable, tu palabra
podía siempre acontecer.
El despertar, su paz,
el quehacer, el camino,
la plática y el alma...
la tarde.
Todo se completaba lentamente.
Protegido del tiempo,
por las montañas,
permanecía el pueblo.
La luz se detenía,
intacta y nueva, sobre el aire
eternizándolo.
Se repetía siempre
la misma casa, el mismo añil,
la misma calle,
la misma música lejana.
Una atmósfera de humo,
denso como los sueños,
contenía la vida.
Y sin presentimientos ni memoria,
el silencio era amable, tu palabra
podía siempre acontecer.
El despertar, su paz,
el quehacer, el camino,
la plática y el alma...
la tarde.
Todo se completaba lentamente.
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