Francisco Cumpián, poeta malagueño (Antequera, Málaga 1951),
rapsoda y organizador de recitales poéticos, editor, impresor
tipográfico y linotipista
Empiezas
camino de un camino
a recorrer el tuyo
borrando los resquicios
las sombras de las grietas
las querencias exactas
y las no tan exactas
las dudas las certezas
el sueño inacabable
y la esquina dorada
y borrando ya escribes
te sorprendo escribiendo
se te cayó la goma
Pero ¿yo que hago aquí?
(La esquina dorada, poesía 1983-2006)
El amor se esconde
en los lejanos páramos
se esconde en las pupilas
de tu animal secreto
se esconde en los relojes
Hay que estar atento
dice el guardián
el guardián de la puerta
que todo lo sabe dice
hay que estar atento
y pasan tres mujeres
y una de ellas mira
La palabra precisa
la palabra sencilla
que debo ofrecerte
Abrir tu corazón
hurgar entre tus venas
subir por tu risa de trapecio
Y cuando ya no tengas
espacio para nadie
y ya nadie te espere
Seré yo
el hombre enmascarado
Dejé
la fuente para ella
La fuente donde mana
lo que no se razona
Empiezas
camino de un camino
a recorrer el tuyo
borrando los resquicios
las sombras de las grietas
las querencias exactas
y las no tan exactas
las dudas las certezas
el sueño inacabable
y la esquina dorada
y borrando ya escribes
te sorprendo escribiendo
se te cayó la goma
Pero ¿yo que hago aquí?
(La esquina dorada, poesía 1983-2006)
El amor se esconde
en los lejanos páramos
se esconde en las pupilas
de tu animal secreto
se esconde en los relojes
Hay que estar atento
dice el guardián
el guardián de la puerta
que todo lo sabe dice
hay que estar atento
y pasan tres mujeres
y una de ellas mira
La palabra precisa
la palabra sencilla
que debo ofrecerte
Abrir tu corazón
hurgar entre tus venas
subir por tu risa de trapecio
Y cuando ya no tengas
espacio para nadie
y ya nadie te espere
Seré yo
el hombre enmascarado
Dejé
la fuente para ella
La fuente donde mana
lo que no se razona
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