La poeta Soledad Zurera López nació en Córdoba en 1947. Licenciada en Filología Románica por la Universidad de Granada. Es profesora de Lengua y Literatura en el I.E.S. Averroes. Colabora en periódicos, revistas y antologías literarias. Socia fundadora del Ateneo de Córdoba y directiva del Aula Juan Bernier de Poesía. Ha intervenido como jurado en numerosos certámenes poéticos, entre los que cabe destacar el Leonor de Córdoba convocado por la Asociación Cultural Andrómina. En 2007 obtuvo el premio Fray Luis de León de la Diputación de Valladolid con el libro La blusa violeta.
Obra
Tercia (col. Polifemo. Diputación, 1988).
Tiempo de olas muertas (Astro, 1989).
Las máscaras del unicornio (col. Vasija, 1990).
Carpe Diem (1991).
Jardín de Armida (1992).
Mater amantísima (1993).
Paisaje para un texto (Premio Luís Carrilo de Sotomayor, 1994).
La vitrina (Premio Arcipreste de Hita, 1995).
La memoria de la palabra (2000).
Poesía en la Bodega (1) (Córdoba, Arca del Ateneo, 2001). 272 páginas, ISBN 84-88175-27-2.
El cristal de la Sombra (Col. Daniel Leví, Editorial Andrómina 2007).
Su obra figura en las obras colectivas Poesía en la Bodega y Cancela poética y en diversas antologías. Ha participado en las publicaciones Dime que te quiero (Homenaje a Vicente Núñez) (col. Arca del Ateneo) y Homenaje a Mario López.
EL MAESTRO
Huele tu camisa a esencias de jazmín.
Ahora te recuerdo:
Has llegado confundido en la sombra.
Tú eres quien hablabas de dioses y de héroes.
Situabas a Luxor en la tierra de Tebas.
Parecías sacado de las aras
de un templo en sacrificio.
Otrora en otro tiempo fuiste el maestro
O acaso eras un personaje de Naquib Hahfuz.
Después envejeciste y olvidaste las fechas.
No te pertenece tu nombre,
ni las arenas del desierto de Hatschesut.
Pero yo te recuerdo en el tiempo,
ante el vendedor de especias
del mercado de Khalili.
Apareces envuelto en la piel de leopardo,
como símbolo de la fuerza.
Nunca dijiste el conjuro.
Eras el extranjero de Camus.
Si regresas te daré una copa de agua clara
Sólo si regresas.
Huele tu camisa a esencias de jazmín.
Ahora te recuerdo:
Has llegado confundido en la sombra.
Tú eres quien hablabas de dioses y de héroes.
Situabas a Luxor en la tierra de Tebas.
Parecías sacado de las aras
de un templo en sacrificio.
Otrora en otro tiempo fuiste el maestro
O acaso eras un personaje de Naquib Hahfuz.
Después envejeciste y olvidaste las fechas.
No te pertenece tu nombre,
ni las arenas del desierto de Hatschesut.
Pero yo te recuerdo en el tiempo,
ante el vendedor de especias
del mercado de Khalili.
Apareces envuelto en la piel de leopardo,
como símbolo de la fuerza.
Nunca dijiste el conjuro.
Eras el extranjero de Camus.
Si regresas te daré una copa de agua clara
Sólo si regresas.
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