Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 23 de julio de 2011

611.- ÁNGELA FERNÁNDEZ PALOMA


Ángela Fernández Paloma, Málaga, poeta y pintora con múltiples exposiciones, ediciones de poesía, y diversos premios en ambas modalidades.
Incluida en la Guía de Artistas Andaluzas Contemporáneas del Instituto Andaluz de la Mujer.; en el Diccionario de Autores Corona del Sur; en el diccionario de escritores de Málaga y su Provincia, de Cristóbal Cuevas Universidad de Málaga. Es autora de cinco cuadernos de poesía: De tu mano, Edición de Ángel Caffarena, Luciérnagas en la Noche y El olor de la retama ediciones de Rafael Inglada, Vuelos de paloma, - Todos ellos editados en la imprenta Dardo, antigua imprenta Sur-, y Pequeña Antología Selección de Poesía Femenina Malagueña. Ha participado en catorce libros colectivos y en trece homenajes a poetas consagrados, uno de ellos Emilio Prados, en la generación del 27; también ha participado en varias revistas. Parte de su obra, son relatos cortos y diversidad de cuentos infantiles, de los cuales ha obtenido algunos premios.
Mencionamos por ejemplo, en pintura Premio de la AAVV La Malagueta; en cuentos, dos premios otorgados en años consecutivos y tres de poesía, en la Fraternidad; también primer premio de Antonia Guerrero de Estepona, La oliva de oro de la casa de Jaén en Málaga, segundo premio junco de Alhaurín de la Torre, y otro en el Centro de día de la Trinidad de Málaga, el tercero de Ágora 2002. Segundo premio Amatista de Coín 2002, y primer premio Ágora 2003.



A CIEGAS

Si pudiera...
regresar a esa orilla
y retener la espuma de los sueños
pasados.
Aún percibo a lo lejos el olor a salitre,
y presiento en la arena gaviotas
calladas.
Rememoro el paisaje de un tiempo caducado,
cuando estaba prohibido el rojo
de la tarde.
Yo olvidé que el destino ladrón
de sentimientos,
engañó al corazón que soñaba
un instante.
Comprendí, que ya pasó mi tiempo.
Y caminé a ciegas con el alma
desnuda.






LÁGRIMAS ROTAS

El cáliz de la tarde se hizo eterno
y las palabras se deshojaban
vacías, huecas
humilladas, sumergidas y rotas.
Mientras la dignidad enmudece
yo sigo caminado, ausente
detrás de esta
absurda letanía.









NIÑEZ

Permanece en mi memoria
la niñez pasada,
y aún sigue la inocencia
atada a los recuerdos.
La curva de mis labios
destila la nostalgia
de unos besos ausentes.
El amor es transparente
y perdura en el alma.
Ahora,
todo lo que me queda
es la tenue luz de las estrellas
donde palidecen
las palabras.




EL ESPEJO

La oscuridad se hizo cáliz
de tristeza.
Y las palabras temblaron en mis labios.
Mágicas son las vibraciones del alma,
como una letanía de anhelos.
Estaba mi corazón deshabitado,
fatigado y perseguido de sombras.
Y llegó la ilusión como ráfaga de vida
anidaron los recuerdos y quedaron sobre el velo
del espejo.




SIEMPRE TU NOMBRE

Mi memoria siente la tibieza del recuerdo.
Y en el aire tu nombre se repite.
Siempre tu nombre.
Un trueno despierta las heridas del alma,
amargo cáliz que maldigo.
¡Oh, armonía!, ¿dónde te escondes?
La tierra se vuelve inhóspita.
Y yo sigo abrazada
a mi locura.





EL CALENDARIO

Se deshoja el calendario de los tiempos.
Y vuelven a mi memoria los recuerdos
más lejanos.
Un sorbo de nostalgia me lleva
a una niñez sin salidas de domingo;
bajo el colchón dormían los tebeos,
El Gerrero del Antifaz,
Roberto Alcazar y Pedrín

y tantos otros
que fueron mis amigos.
Me sumerjo en la penumbra de mi infancia
y la añoranza resbala por mis sueños.
Cabizbaja, balbuceo
los deseos más distantes que yo acumulo
en mi alma.





HOJAS AL VIENTO

Quisiera
desnudar mi alma,
y beber en la fuente de la sabiduría
del jardín de los sueños.
Pero soy juguete del destino,
hoja al viento,
y mi sed de añoranza son tristes latidos.
Me sumerjo en la palabra heredada,
porque sus ecos traspasarán el infinito.
No es sólo dolor lo que esconden mis ojos,
también tienen esperanza.
Por eso haré como la madre tierra,
que espera paciente la lluvia,
igual que un abrazo divino.





DIOS TE MIRA

Quiero pensar que Dios te mira
porque eres ingenua.
Sus designios son inciertos.
Tus manos,
pergaminos del tiempo,
mantienen la frescura de la armonía.
Tus oídos
volverán a oír las palabras
que anidan en tu desierto corazón.
Y tendrás días de júbilo
en el oráculo de la vida.
Hoy,
quisiera saber
si Dios te ama.





NUNCA CICATRICÉ

¡Cuánto rencor me ha roto los sentidos!
Y ahora,
¿Quién cerrará mis heridas del alma?
No, ya no habrá nunca cicatrices,
las heridas seguirán sangrando
porque habitan en la memoria.
No quiero ser esclava del dolor,
porque los días seguirán siendo oscuros
y las noches desiguales.
Apartaré la tristeza de mi mente
antes de que me rompa el corazón.





PALABRAS

Resbalaron las palabras en la humedad
de los sueños.
No, ya no hay dolor en el letargo
plomizo del alba.
La pereza se esconde en silencio,
y los labios buscan otros labios.
Cuando la soledad invita a la tristeza,
las palabras siempre
están ausentes.

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