Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

viernes, 29 de julio de 2011

632.- FERMÍN ESTRELLA GUTIÉRREZ


Alfonsina Storni y Fermín Estrella Gutiérrez en 1922





Fermín Estrella Gutiérrez,



Escritor, poeta, profesor y académico español nacido en Almería, el 28 de octubre de 1900 y muerto en Buenos Aires el 18 de febrero de 1990.

Aunque español de nacimiento, adoptó a Argentina como patria.
Fue maestro, profesor e inspector de enseñanza, subsecretario del Ministerio de Educación en 1955, vocal del Consejo Nacional de Educación de Argentina y profesor de literatura española en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.
Su obra El cántaro de plata (1924) ganó el Premio Nacional de Literatura argentino, mientras que su libro de poemas Sonetos de la soledad del hombre (1929) se hizo con la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (órgano cuya comisión directiva presidió más adelante, entre 1959 y 1961).
Publicó además numerosos trabajos en la revista Nosotros y colaboró con asiduidad en la sección cultural del diario argentino La Nación.
Su poesía derivó del ámbito familiar e íntimo y la naturaleza a lo más puramente existencial. Esta evolución se aprecia en la trayectoria de su obra, comenzando con El cántaro de plata, y continuando con Canciones de la tarde (1925), La niña de la rosa (1931), Sonetos del cielo y de la tierra (1941), El libro de las horas (1972), Sonetos de la vida interior (1979), y Versos para mi gente (1986), entre otros poemarios.
En general, su estilo poético destaca por la delicadeza y el matiz y se acerca a la estética romántica y modernista. Su debilidad por las medidas clásicas lo hizo preferir el soneto como construcción poética ideal. Domina en su obra un hondo lirismo, y una serena melancolía envuelve al paisaje, que nunca falta en su imaginario. Su poesía, así pues, cubre un amplio registro expresivo y estilístico, desde el romanticismo recuperado por la Generación del 40 y el modernismo hasta cierto vuelco metafórico propio de las vanguardias de los años 1920.
Poemas, cuentos y ensayos de Estrella Gutiérrez han sido traducidos a varios idiomas. Azorín, Alfonso Reyes, Benjamín Jarnés, Roberto F. Giusti, Arturo Marasso, Luis Emilio Soto y M. Romera-Navarro entre otros escritores, han admirado su labor literaria.
Estrella Gutiérrez fue designado en 1955 miembro de número de la Academia Argentina de Letras, de la que llegó a ejercer la vicepresidencia, y en la que tuvo muy activa participación. También fue miembro de número de la Real Academia de Ciencias y de la de Rubén Darío. Fue elegido miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Publicó libros de cuentos, como Desamparados (1926), y El ladrón y la selva (1930) y novelas como La revoltosa (1928) y Trópico (1937), además de numerosos ensayos sobre literatura y libros de texto, como Historia de la Literatura Española, Hispanoamericana y Argentina, que han utilizado varias generaciones de estudiantes argentinos.
Póstumamente se ha presentado Los altos años (2004), serie de 38 poemas inéditos, los últimos que había escrito.
Vivió la mayor parte de su vida y sus últimos días en la calle Beauchef de Buenos Aires, en una casona que alberga hoy un conocido restaurante porteño.
Fue gran amigo de Alfonsina Storni y escribió letras para composiciones clásicas del argentino Alberto Balzanelli.
Obra

Verso
El cántaro de plata (1924)
Canciones de la tarde (1925)
La ofrenda (1925)
Los caminos del mundo (1929)
La niña de la rosa (1931)
Destierro (1935)
La llama (1941)
Sonetos a la soledad del hombre (1949), primer premio Nacional de Poesía
Antología poética (1963)
Sonetos del cielo y de la tierra (1967)
Los altos años (2004)

Prosa
Desamparados (1926)
La revoltosa (1928)
El ladrón y la selva (1930)
Trópico (1937)
Memorias de un estanciero y otros cuentos (1949)
Recuerdos de la vida literaria (1966)
Panorama sintético de la literatura argentina (1938)
San Martín: Páginas escogidas sobre el Héroe (1950)
Arturo Capdevila (1962)
Geografía espiritual de Buenos Aires, etc.

Otras obras
El ídolo y otros cuentos (1928)
Un film europeo (1930)
El río (1933)
Una mujer
Nocturno (1943)
El libro de las horas (1972)
Viaje a Venezuela (1979)






SONETO A LA ALEGRIA DE VIVIR

No se razona, no se piensa en nada,
Su surtidor tan sólo, la Alegría,
Abrir los ojos, saludar al día,
El alma ebria de cielo, enajenada.

Sentir la tierra vegetal, mojada,
Los pájaros, el mar, la lluvia fría,
Sentir que toda la belleza es mía
Que es mío el mundo y mía esta jornada.

Sentir la vida como un don del cielo
Sin dolores, sin ansias, pura y fuerte,
Vivir, sólo vivir, qué hermoso anhelo.

Confiar en el destino y en la suerte
Y libre de quebrantos y recelo
No temerle a la vida ni a la muerte.









SONETO DEL CAMPO

Este es el campo que adoré en mi vida,
Los árboles, el cielo, la distancia,
Los pastos, el ganado, la fragancia,
La soledad, la tarde adormecida.

Próxima ya la hora de partida
Vuelvo a vivir el campo de mi infancia,
Las faenas viriles de la estancia,
El tiempo que se fue, la fe perdida.

Todo pasa y se va, todo se esfuma
Infancia, juventud, la vida entera,
Todo vuelve a vivir, ola y espuma.

Las nubes pasan en veloz carrera,
El dolor de vivir ya no me abruma,
Sólo el campo es mi patria verdadera.










SONETO PARA UN FUTURO LECTOR

Tú, lector o lectora, que has posado
Tus ojos en la página amarilla;
Del tiempo me aventuro hacia la orilla,
Fiel a mi canto, dócil al llamado.

Tú que ríes aún, tú que has andado
Tras la ilusión que se te escapa y brilla,
Tú que hueles la noche y la gramilla,
Tú que puedes besar el rostro amado.

Piensa lo que ahora soy, ceniza y nada,
Sólo una leve sombra proyectada
Sobre tu alma que me busca ansiosa.

Yo fui joven, feliz, amé la vida.
Hoy te tiende mi mano conmovida
Sobre el viejo papel la tierna rosa.









SONETO DEL AMANECER

Ya sale el sol, rojiza, incierta lumbre,
Ya la noche se aleja, paso a paso,
Ya el cielo se abre, lámpara de raso,
Para que a todos con amor alumbre.

Baja la claridad desde la cumbre,
Todo empieza a vivir, éste es el caso,
¿Es esta luz, del alba o del ocaso?
¿Vuelve el día con gozo o pesadumbre?

Un día más, un esperar incierto,
No te detengas, toma tu camino,
Mira cuántas banderas en el puerto.

¿Qué te traerá este día, peregrino?
No mires hacia atrás, todo está muerto,
Y nace con el día, ése es tu sino.

Selección: Diego Ruggeri “Árbol”







Adiós a la escuela

Ha llegado el momento de dejarte;
Nuestra labor del año esta cumplida;
Somos el escuadron blanco que parte
Con la amargura de la despedida.

Patio con sol que nunca olvidaremos;
Aula donde aprendimos tantas cosas;
Pedacito de cielo que aun te vemos
Por la ventana abierta entre las rosas...

Ya no vendremos más a tu llamado,
Vieja campana de color ceniza,
Ni escribiremos en el encerado
Con la barrita blanca de la tiza.

Queda entre tus paredes nuestra infancia,
El primer goce y el primer quebranto,
La amistad, esa flor de tolerancia,
Y las maestras que quisimos tanto.

Adios, escuela, con el alma henchida
De gratitud la caravana parte.
Nuestro blanco escuadrón hará en la vida
Más de un alto, tal vez, para adorarte.




Plantemos un àrbol

Plantemos un àrbol,
no hay dicha mayor
que hundir en la tierra
pala y azadòn.

Què buena es la tierra,
què negro el terròn,
còmo se deshace
bajo el tibio sol.

Aquì està mi gajo,
ya lo enterrè yo
en la blanda tierra,
como un corazòn

Ya echarà raices,
ya echara hoja y flor,
y trinos de pàjaros
habrà en su redor.

Plantemos un àrbol,
no hay dicha mayor
que hundir en la tierra
pala y azadòn.




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