Amaya Blanco García, malagueña de 1979 y residente en El Puerto de Santa María, es filóloga, especialista en árabe, circunstancia que la ha llevado a muchos países de ese ámbito cultural. Ha vivido dos años en Damasco y otros dos en El Cairo. Actualmente, trabaja en un programa de cooperación con Marruecos, de la Diputación gaditana.
Con "Letras de tierra", Amaya Blanco ganó el XIV Premio de Poesía El Ermitaño
No es extraño, por tanto, que Letras de tierra refleje las experiencias de la autora en sus viajes por el mundo árabe.
Aunque éste sea el primero que firma Amaya Blanco, no se trata de un libro primerizo, pues nos consta que la poeta lo ha sometido a un lento, minucioso y rigurosísimo proceso de elaboración. Un total de treinta y dos poemas, de tema social unos y otros intimistas, componen esta entrega, que está dividida en tres partes. En ellos se detectan algunas influencias, que van de las vanguardias al Veintisiete, aunque siempre la voz de la autora se impone, vigorosa y original.
Amaya Blanco García, con su obra "Materia viva", ha recibió el primer premio del XXXI Certamen de Poesía "Searus de Los Palacios.
ABANDONO
La fiebre de tu cuello
era una sábana mojada
sobre la incertidumbre
cuando el perfume del deseo
cobraba la textura de la espuma
y tus mensajes
eran pájaros ciegos que no hallaban la costa.
de su primer poemario.
SON ELLAS, LAS PALABRAS
Me visten, me despluman,
ponen sobre mi lengua un velo pudoroso,
me despojan del sueño y me proveen de alas.
Son toda mi fortuna,
en su búsqueda, cruzo los océanos
las compro por los zocos; las caras, las humildes,
regateo por ellas,
se las robo a las madres
y a los niños inquietos.
Las diseco y reviven,
se me escapan y sufro.
Vuelvo loca a buscarlas,
a arrancarlas del lecho
donde siempre dormitan.
Las ordeno y se ríen,
las nombro y se confiesan,
siempre acuden a mí,
lentas e inoportunas,
cuando ya no hacen falta.
O me llevan a terrenos pantanosos,
ponen mi pie en arenas movedizas,
y se dan a la fuga
como seres inútiles.
EL CICLO DEL AGUA
Amo el modo que tienes de licuarte
cuando, al aproximarme a tu presencia,
me entregas a beber las aguas de tu sangre.
Pero me quemas,
antes de que me sacie del pecado
comienzas a bullir en tu delirio.
Cierro los párpados,
inmóvil,
sintiendo entre mis poros tu estado gaseoso
y cuando a lo más alto se evaporan tus ansias
sobre mí te desprendes,
aguacero de dicha.
SECRETOS
Te asomas a mis senos
con ternura de pájaro
y antes de convertirme en un olivo
me apresas con tu pico y me transmites
tus mensajes ocultos.
PIEDRA
Hoy entré por los ojos
de un hombre que miraba, allá, a lo lejos.
Tiré una piedra al fondo
del abismo de su alma
y no
se
oyó
caer
la
piedra
nunca.
ENSOÑACIÓN
En una oscuridad desfallecida
yace inerte el cadáver de la noche.
La mañana, inconsciente,
descansa en su vestido de almendros encantados.
Una gasa de niebla cubre
los descansados muslos de la vida
y antes de que despierte el mundo
yo me pregunto inmóvil
¿hacia dónde la aurora?
VIDA
Era un agua aferrándose a los cauces
del río,
un agua que debiera transcurrir
y se negara,
vuelta hacia sus misterios,
intentando con fuerza desandar el camino,
cuesta arriba, era un agua jadeante
apoyada en las piedras movedizas,
resbalándose, nunca resignada,
agarrándose, contra las corrientes
detenida, los labios no sellados
por el último trazo de su nombre.
LETRAS DE TIERRA
Soy yo:
te hablo
desde los minerales.
Mi voz de savia y clorofila
se alimenta de luz
de lluvia
y de recuerdos.
Nunca me he ido de tu lado,
nada ha cambiado mucho, si lo piensas,
sigo ocupada en la belleza,
en el perfume
de la flor que antes regaba
y dentro de la que ahora crezco.
Sigo pensando en ti
y te querré
desde todas las cosas que tú ames.
No olvides aspirar mi fragancia
y no olvides vivir.
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