Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 13 de julio de 2011

528.- JUAN JESÚS LEÓN


Juan Jesús León García 

(Granada, 1946 - Granada, 9 de diciembre de 2008) fue un escritor y poeta español de la segunda mitad del siglo XX y principios del siglo XXI, y miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada con el título de Ilustrísimo Señor.

Nació en la ciudad de Granada en el año 1946 en el seno de una familia de propietarios agrícolas de la vega accitana. Pasó su infancia entre su ciudad natal y Benalúa de Guadix, en cuya escuela inició sus estudios primarios, que completó en el colegio granadino de los Escolapios, donde también cursó el bachillerato. A los ocho años comenzó a redactar cortos relatos y anécdotas familiares de ingenuidad infantil, hasta que, a la edad de doce años aproximadamente, escribió sus primeros versos. En la década de los años sesenta publica sus primeros libros de versos, considerados por el autor como intuitivos y de aprendizaje, por lo que no los incluyó en sus poesías completas.
A partir de 1971, viajó con frecuencia por toda España peninsular, Europa y algunos países de África y Asia. En 1974, creó y dirigió la Colección Zumaya de poesía en la que publicó 'Espero la caída del pájaro más triste', su primera obra de madurez. En 1978, editó 'Estos tiempos son largos paréntesis de goma' y se licenció en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada, en la sección de Filología Románica y el año 1985 en la sección de Historia Contemporánea. En 1986 publicó 'Conciencia puesta en pie'. En 1988 hizo un viaje con Javier Egea a Portugal, en cuya capital ambos poetas dieron varios recitales. Este mismo año publió una carpeta de poemas titulada 'Canción debida', ilustrada con serigrafías de José Aguilera, y reunió y editó bajo el título 'Del corazón y la experiencia' toda su poesía escrita entre 1970 y 1988. Al año siguiente, publicó su libro de ensayos titulado 'Expresión poética y expresión popular' que sería reeditado el año 2000, en una versión ampliada, bajo el título de 'Formas de expresión poética en el lenguaje popular'. En 1994 participó junto a otros poetas en un recital en el Ateneo de Sevilla. En 1995 publicó sus 'Poemas satíricos', escritos entre 1973 y 1993, y al año siguiente colaboró en la obra 'Églogas de Tiena', de la que es autor junto a Fernando de Villena, José Lupiáñez y Enrique Morón.
En 1998 publicó una 'Literatura Universal, razón y la experiencia', continuación del publicado en 1988. Sus dos últimos libros de poemas son 'Espacio entre dos fechas' y la segunda parte de 'Del corazón y la experiencia' (2004), que recopila la obra poética escrita entre 1989 y 2002. También compaginó su trabajo de escritor con el de profesor de bachiller de Lengua Castellana y Literatura.
Falleció en la madrugada del 9 de diciembre de 2008 a la edad de sesenta y dos años, como consecuencia de una larga enfermedad.1



Bibliografía
Espero la caída del pájaro más triste (1974)
Estos tiempos son largos paréntesis de goma (1978 y 1985)
Conciencia puesta en pie (1986)
Canción debida (1988)
Del corazón y la experiencia (1988)
Expresión poética y expresión popular (1989)
Poemas satíricos 1973-1993 (1995)
Égloga del invierno en Tiena (1996)
Literatura Universal (1998)
Formas de expresión poética en el lenguaje popular (2000)
Espacio entre dos fechas (2002)
Del corazón y la experiencia. 1989-2002 (2004)





Poemas extraidos del libro Estos tiempos son largos

paréntesis de goma. Málaga. 1978 y 1985

RECUERDO FUGAZ


En la tarde que gira como un cóndor rabiosos
sobre todas las cosas que resisten la vida,
el caballo disperso de mis años primeros,
empujando las risas de las aguas pujantes,
con domingos en sombra y regalos perdidos
y caducas verdades en los ojos del tiempo,
pasó por mi ventana llenándola de polen
como hubiera pasado por cualquier otra parte.


(Bejarín, 12-7-71)






CONCIENCIA PUESTA EN PIE


He nacido del dedo que levanta la sangre
y sumerge en la boca silenciosa la esencia
al azar, como un viento, como un agua camina.
Frente al mundo ya tengo las ventanas abiertas:
ya soy. La gran pregunta se dilata en los labios
y las calles sin gente la devuelven burlonas.

¡Existir! Ego spicio: las aldabas se tocan
con las manos heridas por la oscura certeza
de que tras de la puerta existe la nada.

Y el sonido oxidado de las viejas bisagras
me recuerdan la risa de una boca sin labios,
de una oscura paloma que regresa a la tierra
donde, incluso la muerte, carece de sentido.


(Granada, 18-10-72)







PARA CERRAR UN LIBRO


(Qué trabajo me cuesta luchar con las palabras,
volcar en las probetas del idioma los sueños,
traducir a la tierra la sensación del aire
y bajar, de la aurora, a las cárceles huecas,
esos ojos abiertos que tocaron la vida!

(Qué trabajo me cuesta anudar las palabras
enumerando fechas sin número, nombrando
sin nombres la mujer, el agua, las campanas;
que cuando digo viento, caballo, corazón,
la libertad distante se acerque a mis solapas!

Y al fin, como una siembra que empieza a verdecer,
el canto que el esfuerzo arrancó de la nada
poblándolo de fuentes, de pájaros tendidos,
se asoma a la ventana para ver que otras fuentes
y otros pájaros quedan sin posible expresión.


(Bejarín, 9-7-73)












CIEGA INCERTIDUMBRE

“Se teme que el poeta Pablo Neruda halla sido víctima

del golpe militar de Chile”
(Un diario madrileño).

A veces es la muerte la que asoma a los labios
sus dientes de caimán y unos ojos sin sueño,
como cóncavas cuervas cavadas con las uñas,
recorren un paisaje de luz pisoteada.

La vida desmenuza la claridad del aire,
la risa es un cerrojo desflorando la reja
donde estuvo la yedra, la celinda y el óxido,
y el tiempo pasa o posa su pisada perdida.

Entonces las palabras no tienen ya sentido,
una lluvia de angustia, fertiliza la estéril,
impotente y aciaga paloma de la frente
y una inmensa desgracia presagia el corazón.


(Granada, 16-9-73).










PARA TI LOS COLORES QUE CALIENTAN LA VIDA


A Rafael Alberti


Para ti los colores que calientan la vida:
el amarillo padre de la aurora y el blanco
que empenacha los pechos de la sierra y se posa
en los dedos sin alas del almendro florido,

y el azul que da el soplo de la luz en la tarde
y el verde que se enreda en su canto y el rojo
que incendia la frontera donde la mar termina
y anuncia un viento nuevo y una nueva mañana;

y el gris que en el invierno alza el alba en la aldea
y el marrón que en el tacto dejan húmedas tierras
y un olor a sembrado que recuerda la infancia,

y el negro que en el fondo de los ojos cerrados
se despierta sin sueño y en la noche tendido
encierra entre sus manos a los demás colores.


(Bejarín, 7-1-74)









ELEGIA


In memoriam materterae meae
Los pasos pasan por la tierra y cuentan
los golpes desvelados de un reloj.

El tiempo es lo presente o la esperanza
y apenas si se toca deja de
ser la palabra que se tuvo y sueña
cerrada en los archivos del recuerdo.

Cuando los pasos se detienen queda
sólo la luz de un hueco entre las cosas.


(Granada, 11-2-74).












LO VEO VENIR

El humo de un pasado
tiembla en el ara del altar
testigo de una sangre
que el tiempo desfigura y borra.

Estrellas sin pestañas,
sin canto celestial, vigilan
la estatura del trigo
que estalla de la tierra hambrienta.

El sol gira en el mar
y un viento helado lo acuchilla
dejando entre los cerros
la huella de sus rojas manos.

Desde el altar de dios
Caín dispara sobre Abel
que abraza en su caída
el pecho herido de su tierra.


(Granada 21-6-74).






Poemas extraídos del libro Conciencia puesta en pie. Málaga. 1986

"Yo persigo una forma que no encuentra mi estilo”
R. Darío.


Redecilla de luz sobre el blanco exterminio.
Reclinado en el labio redondo de la tarde,
“yo persigo una forma que no encuentra mi estilo”
pues detrás de mis ojos inquilino es el aire.

Cuántas cosas sin nombre, cuántas fechas perdidas,
cuánto Lázaro atento a una voz que lo llame
han quedado a la espalda del calor de la vida
pues detrás de mis ojos inquilino es el aire.

La conciencia vegeta sobre un sueño extinguido,
la esperanza bosteza y en los párpados arde
la desidia asomada a las tapias del limbo
pues detrás de mis ojos inquilino es el aire.

Obstinada obsesión que es esfuerzo despierta,
redecilla de luz que reclama la espiga,
por caminos sin huellas y ventanas abiertas
vuelva el verbo a mis besos con su vuelo suicida.


(Bejarín, 20-7-76).









Con el pecho inflamado de esperanzas dudosas,
nosotros navegamos bajo un cielo enfermizo
mientras gira la vida sobre todas las cosas
que el sol hiere invisible con sus armas de erizo.

No vamos con los hombres que enrojece la ira
y caminan de espaldas como el sol de la tarde,
ni vamos con aquellos que engüeran la mentira
y viven de la muerte donde la luz no arde.

Nosotros navegamos, ¡navegamos con prisa!
A lo lejos, la costa tensa tímida el arco
de la sierra infinita. Ya sentimos la brisa
incendiarse en la enseña soñadora del barco.


(Bejarín, 31-7-77).











DAIFA

“Partout où le refus de vivre est inútiles”.
Paul Eluard.

A la espalda del mundo, donde los sueños tienen
espacios incansable de ventanas abiertas,
tu cuerpo se dilata y se ofrece a mis labios
con la extraña sonrisa de las cosas inciertas.

-Al otro lado el mar, el báculo y la espada,
desde un código anfibio de justicia violenta,
acechan la ternura de los cuerpos unidos
bajo el sol vespertino que en la sangre se aventa.

A la espalda del mundo, donde el sueño es tangible,
donde el trigo amapola la expresión de barbecho,
allí donde negarse a vivir es inútil,
mi corazón palpita apoyado en tu pecho.


(Granada, 5-6-78).










Como el sueño pesado que acorcha las rodillas,
la paciencia es un lago donde apenas la brisa
riza el gélido azogue con su mano nerviosa.

La paciencia infecciosa se apodera de un pueblo,
eleva una muralla sin distancia concisa
y el óxido o gangrena pone un sello en las puertas.


(Bejarín, 16-6-79).











Aquí llegué. Necesidad obliga.

Volver es una voz entre los pechos
de una montaña que se precipita.

Triste es volver cuando vuelve al mismo
y a la misma luz se desemboca siempre.

Piedra feliz el que no sabe donde
tiembla la luz.


(Madrid, Noviembre de 1980).








Poemas extraídos del libro Espacio entre dos fechas.

Granada. 2002

Porque he vivido borrascosamente,
al margen del poder y de la envidia,
luchando contra el eco y la desidia,
y al pairo del amor y de la frente,

mi voluntad de nada se arrepiente
si no es de aquellos besos que en la lidia
del sueño abandoné porque la insidia
apaga el corazón, escarba y miente.

La vida sobre un gris sin puertos,
sin playas ni sentido. Entre desiertos
nombres, el tiempo trota y tensa el hilo.

Jamás el aburrido desespero
tuve enredado en las rodillas: ¡Quiero
el libro abierto frente al pecho en vilo!


(Granada, 20 de Junio de 1997).









Parado en el declive rampante de la vida,
contemplo la distancia que tercia entre el pasado
disperso por las fechas y el futuro abocado
al vétigo violento de un mundo sin salida.

El tiempo se atropella por la estrecha medida
de la clepsidra mientras el recuerdo varado
en los pies combatidos de un brusco acantilado
emerge y se distancia como una voz perdida.

Nosotros caminaos entre el cielo y la tierra
como una brizna errante recorre el espejismo
dibujado en los hombros abruptos de la sierra.

Nosotros caminamos por la erecta cimera
de los vientos bordados al borde del abismo
y la niebla se emboza borrando la frontera.


(Salobreña, 28 de agosto de 1998).












A Pepe Ortega, Narzeo Antino,
aqueste soneto fecho al británico modo.
Como el sol de la tarde que inclina
su cabeza en el hombro del sueño,
yo me aviento en la luz vespertina
enredado en su rizo risueño,

pero el ala no encuentra tendida
la caricia nerviosa del viento
en la cúpula azul de la vida,
a la espalda del mundo violento,

y una pluma sin canto regresa,
con un vals descendente y mecido,
por la escala indecisa y dispersa
hasta el surco final del olvido.

Tensa el arco la luna embozada
sobre el cielo cerril de Granada.


(Tiena, 1 de Junio de 2002).











ÉGLOGA DE OTOÑO EN GRANADA (fragmento)

A Maribel, que comparte conmigo
la invención de la vida


YO.- Dame la mano fiel
y vámonos de esta ciudad
que niega la equidad, el sosiego y la espuma.
Huyamos de estas calles tomadas por la injuria,
de estas plazas plagadas de escarnio y excrementos,
de estos barrios marchitos, encogidos de susto,
cercados por la ley de las navajas,
crispados por las drogas, la ignorancia y el vacío.

Marchémonos de esta ciudad que alienta
el olvido y la ruina alienante,
del torbellino unánime y amorfo,
de la resignación y la avaricia abarcadora,
de la desconfianza
alerta en su distancia preventiva,
pues donde ayer crecía el sol y la celinda
blandía su blancura,
hoy brota el rubio jaramago
y la especulación tiende su tienda

TÚ.- ¿A dónde iremos que
la soñada ciudad no vaya con nosotros?

Aquí vimos la extraña claridad del mundo,
el asombroso empeño de la vida,
la suerte y sus consignas agoreras.
Aquí nos encontramos
y fue la voluntad nuestro camino.
Aquí tendió el amor su enredadera
de yedras y glicinias
saltando la frontera de la estrecha
y obtusa soledad.
Aquí, temblor de luz, tocamos la alegría



No hay comentarios:

Publicar un comentario