Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

miércoles, 13 de julio de 2011

524.- DANIEL PINEDA NOVO



Daniel Pineda Novo
Investigador, poeta, ensayista y crítico sevillano, es Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. En 1966, conoce al ilustre escritor y académico Don Santiago Montoto, que se convertiría en su orientador y maestro. A su tertulia de La Punta del Diamante asistió Pineda Novo, relacionándose con los más importantes escritores y poetas de la época. Pertenece a las Reales Academias de Sevilla, Córdoba y Málaga; a la Real Academia Alfonso X "El Sabio", de Murcia; a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla, a la de "Vélez de Guevara", de Ecija, a la de Cádiz y a las Internacionales de México, Palermo, Lisboa, República Dominicana y la Academia Norteamericana de la Lengua Española en Nueva York.


Ha sido galardonado en diversos certámenes poéticos y literarios en Sevilla, Madrid, Barcelona, Bilbao, Córdoba y Málaga. Es Premio Sánchez Bedoya, de poesía, de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras y Premio de Investigación de la Real Academia de Medicina, de Sevilla, que en 1987, le nombró Académico Correspondiente. Habiendo obtenido, además, los Premios Nacionales Malagueña de Oro; Premio a la mejor Seguiriya, el Antonio Machado, del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla; el Premio de Ensayo "A. González Climent" por su libro Juana "La Macarrona" y el Baile en los Cafés Cantantes (Barcelona 1996), el Premio Nacional de Poesía "Rafael Alberti", en el Prat de Llobregat (Barcelona) en 1998, el Premio Extraordinario del "XXV Certámen de Poesía Federico García Lorca" (Barcelona 2006) y el Premio de Letras Flamencas, en Madrid (2007).

Daniel Pineda es autor de 75 libros. Ha sido Profesor invitado en los "Cursos de Verano" de la Universidad Complutense de Madrid, en El Escorial, y en la Universidad de Perpiñan (Francia). Habiendo pronunciado asimismo, numerosos Discursos y Conferencias por casi toda España. Es miembro de Número de la Cátedra de Flamencología, de Jerez de la Frontera, y ha participado también, en los Festivales Internacionales de Cine en Cuenca, Valladolid, Sevilla y Huelva, demostrando sus conocimientos sobre Cine y Literatura.
Ha colaborado en Radio Nacional de España (1987-88), con el reconocido Programa: Con la Canción en los labios, que se emitió internacionalmente. En 1990 también colaboró en Canal Sur Radio, con el mismo Programa, que después mantuvo, con gran nivel de audiencia, durante cuatro años, en Radio CAMAS, Emisora Municipal.
Daniel Pineda está incluido en diversas Antologías Poéticas, y algunos de sus poemas han sido traducidos al francés y al italiano.






SEVILLA

Noche primaveral: la luna brilla
Y su rayo de luz besó una rosa,
Resurge de este beso, esplendorosa,
La gracia inmarcesible de Sevilla.

Un manso río azul cuñe su orilla,
Una torre gentil la guarda airosa.
Y en su seno tu Alcázar, prodigiosa,
Hacen de ti la octava maravilla.

Sobre un patio muy verde, de esmeralda,
Alcatifa de blancos naranjales,
A los cielos se yergue la Giralda.

Lo proclaman las aves con sus trinos,
Y la alumbran luceros vespertinos
Irisando sus lagos cual cristales.






 

Ya casi tengo un retrato
de mi buen padre en el tiempo...
ANTONIO MACHADO


MI PADRE

Recto, cabal, trabajador, humano,
justo, viril, profundo en la alegría;
salvando tantas vidas cada día
con la experiencia de su sabia mano.

Fue un médico ejemplar, gran cirujano;
no hizo del trabajo mercancía,
y el árbol de su gran sabiduría
al enfermo entregó como a un hermano...

Claro en su concepción, inteligente,
sencillo, liberal, indepediente:
un hombre enamorado de la ciencia...

Gozaba en sus despacho, dialogaba
con todos sus pacientes, y aliviaba
el dolor con su clara inteligencia.







LOS DESTERRADOS HIJOS DE EVA


Hoy, dejas los trigales, los olivos,
la vega y la campiña...
y vas a tierra extraña,
a fábricas de ingentes multitudes.
Ya los rayos del sol de Andalucía
no acarician tu pecho ni tu frente...
Te acaricia la niebla gris y opaca
o el frío interminable
de aquellas latitudes.
Ya no bebes el vino de tu tierra,
ni te fumas los celtas, cada día
durante tu jornada de trabajo;
ya no bailas al son de soleares,
ni cantas las alegres seguidillas...


Eres ya como una máquina uniforme,
como un árbol truncado,
sin un rumor de fondo ni de formas...





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