Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 10 de julio de 2011

488.- JOSÉ MANUEL MARTÍN PORTALES



JOSÉ MANUEL MARTÍN PORTALES. (Córdoba)
No creo que la poesía sea susceptible de ser definida de ninguna forma, porque precisamente se encuentra en otro orden de naturaleza al que establece la razón. Sospecho que el poema tiene que ver con la creación de sentido y por eso me parece la más genuina experiencia de la conciencia humana. Pero como el sentido es algo abierto que permanece abierto, el poema, en rigor, dice lo que no puede ser dicho y permanece sin ser dicho gracias al poema. Podría decirse que la conciencia intuye lo inabordable e inagotable de cada experiencia concreta (algo así como su vinculación radical a una totalidad que se nos escapa) y supongo que la palabra poética es la que respeta, sin manipularla, la que protege y soporta, ese más allá de toda comprensión de los contenidos sucesivos de nuestra propia vida y nos obliga a permanecer en un estado de indefensión y de vacío, que al fin y al cabo son los únicos que nos permiten una cierta lucidez respecto de nuestro propio misterio. Por esta razón se entenderá que para mí la poesía no tiene nada que ver con la literatura, pues mientras ésta se propone un discurso de lo que ya se sabe, aquella se propone decir lo que no sabe todavía y nunca sabrá del todo. Se diría que la poesía se fundamenta en una paradoja radical: su posibilidad está fundada en su propia imposibilidad. Sea como fuere, sospecho que escribo para permanecer en el terreno de la pregunta y nunca para intentar ilusoriamente responderla. Es mi modo, quizá, de proteger mi indefensión, que con los años se ha convertido en una decidida voluntad de no ser manipulado. No puedo pensar, por tanto, que el poema sea un "logro" susceptible de ser entendido y valorado por los otros, sino simplemente un signo de fidelidad a mi propia pobreza. No escribo para nadie, porque no tengo nada que comunicar. Escribo, sencillamente, para proteger mis preguntas.

Publicaciones

"El hombre prohibido". Poesía. 2004.
"El espejo vacío". Poesía. 2004.
"Cuaderno de la pobreza". Poesía. 2008.
"Todavía la noche"
“La lentitud de los triángulos”.

Otras publicaciones

"Lógica de la perplejidad". Poesía. 1997.


Premios

Premio Ciudad de San Fernando. . Poesía. Ayuntamiento de San Fernando.
Premio Provincia de Guadalajara. . Poesía. Diputación Provincial de Guadalajara.
Premio Ciudad de Toledo. 2005. Poesía. Ayuntamiento de Toledo.
Premio Bahía de Poesía. . Poesía. Ayuntamiento de Algeciras y F. M. José Luis Cano.





caudal, ceniza,
víspera

en el umbral los números
desdibujan la espera

y penetra en el vidrio
como una lengua
amada

la inesperada
música

el cadáver de un sueño

( De “El espejo vacío”)









Me estructura
el azar.

Todo fruto madura
su propia
incertidumbre.

( De “El espejo vacío”)









Descalza recorriste
un cúmulo de octubres
sin memoria,

pájaro tú perdido
entre los días, las horas
clavadas a la pared.

Sucedieron inviernos
uno a uno,
emigraron las aves migratorias,
vi llover el diluvio
y los atardeceres lentamente alargando
la vida aquella ajena.

A tu regreso, que yo ya no esperaba,
casi desnuda al borde de la cama
y un mechero encendido entre las manos,

sin darme explicaciones
-"no me dirás ahora..."
me ordenaste fumar.

(De “El espejo vacío”)










Si, alzado en el instante, le atraviesa
la lanza,
si hunde, la lanza
atravesada,
el pecho
y
sangra,
alzado, dulce,
el tiempo.

Si ebrio, de su propio dolor,
amaneciera.

(De “El hombre prohibido”)







Nada

vientre último

íntimo
azar
cubierto

en la absoluta ausencia
copulaba
su plenitud 

escondida
la
inminencia

(De “Crítica de la nada”)









Son frágiles los pensamientos del jazmín bajo la lluvia, la forma en que
medita el tronco de encina mientras está siendo consumido por el fuego.
Porque su pensamiento no es distinto del fuego

Es extremadamente frágil la percepción del mundo, un enlace neuronal, la
minúscula vibración de una conexión eléctrica. La llamarada del sistema
nervioso por donde galopan otra vez los caballos negros

Y de esa fragilidad llega el poema, como el colmo de la fragilidad, sin la
dulzura neorromántica, sin la categoría cultural que hoy se vende al peso, el
poema partido, destrozado, inútil hasta lo estéril, la memoria del lago tras la
lluvia, un trozo de tela entre la zarza, un billete de autobús arrugado en el
bolsillo derecho, la caja de cerillas en el bolsillo izquierdo

(De “Crítica de la nada”)









Dime tú qué sentías cuando eras una estatua.
Cuando las hojas muertas se reunían
en tus tobillos erosionados por el musgo
y vetas grises dibujaban figuras surrealistas
en tu cuello de piedra.

No podías ver el parque, no podías
escuchar el violín del jilguero posado sobre el hombro,
no podías desear la inocencia.

Dime tú en qué lugar, qué árbol, qué ventana a lo lejos,
se habían precipitado tus ojos color mármol,
y porqué persistías, inmóvil, a sabiendas
de que todo es ajeno.

(De “Lógica de la perplejidad”)
















alberca

Quiero mostraros lo que acontece en la pobreza:
el olvido gesta una luz inmóvil
que atraviesa la distancia de los inviernos
llueve sobre la alberca de los niños
que se han dilatado jugando con el frío
hay algo atormentado en el aire
como la densidad de las cerezas abandonadas
entonces una fecundidad desconocida
rasga fugazmente el filo blanco de la sombra
y abre grietas hasta que las hojas de la luz
irrumpen sobre la superficie de la tristeza
y estás allí, como en el centro de un gran jardín desconocido
sin saber quién ha colocado sobre tus hombros
el peso de la serenidad

‘Todavía la noche’



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