Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 7 de julio de 2011

461.- JUAN FÉLIX BELLIDO



JUAN FÉLIX BELLIDO. Jerez de la Frontera (Cádiz).
Escritor, Poeta, Periodista, Investigador, traductor. Especialista en Comunicación e investigador en temas andalusíes y en literatura medieval.

Publicaciones
"Acaso está espiando el viento?". Narrativa. 1995.
"Cartas a Nazhûm ". Narrativa. 1999.
"Como quien rasga un velo". Narrativa. 1991.
"Las complicadas tareas del amor". Narrativa. 1999.
"Con acento andaluz ". Ensayo. 1999.
"La fuente de los quebrantos y otras leyendas falsas". Narrativa. 1997.
"Hafsa estaba en el sur". Narrativa. 2004.
"Ibn Hazm : el andalusí". Narrativa. 2007.
"El libro de la fuente de los Arrayanes". Poesía. 2000.
"El príncipe de los judíos". Narrativa. 2004.
"Y tú la mar". Poesía. 2003.

Premios
Premio de Ensayo. . Ensayo. Caja de Ahorros de Jerez.







Aquel mar de Bolonia

de cabellera verde y rizos blancos,
que peina el viento de levante en furia,
con tirones violentos y desgarrones secos,
tiene olor a salitre y salazones.
Mece sus aguas
en ese sur lejano que me falta.


* * *


A Brasileira, detenida en el tiempo;
Pessóa consumiendo ese último sorbo...
el Chado, Camoens contemplando
desde el cielo enhebrado
que sacude el chirrío del tranvía.
Un mirador con nombre de hombre santo
enfrentado a un castillo
donde el sol reverbera
dorando los tejados de la Alfama.
Parada y vinho verde en La República
para obviar la comida y acariciar soñando
la rebeldía utópica
que aún conservo en mi pecho.
Y tus sabrosos besos por la Baixa;
Jugosos labios sobre la piel morena de tu cara ;
tus manos, titubeantes siempre para trazar rutas,
segura y firme agarrada a la mía.
El sol de agosto
sobre tu piel dorada sazonada de océano.
A lo lejos las Indias,
aquí la Torre de Belén,
labrada piedra encallada a la orilla.
Al sur, Al-Andalus
y un tremolar de banderas rotas.
Tus labios y tu piel,
el viento que se enreda en tus cabellos.
Y no saciaba el mar toda tu sed
que quedó desterrada en un abrazo.
Mis brazos te rodearon
y tú te estremeciste;
tu piel cobró el calor
y tu sed y la mía
se saciaron de mar y arena fina.
Era verano
y Lisboa perdonaba las quimeras.

(Del libro “...Y tú la mar”. Ánfora Nova, Rute, 2003)

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