Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

martes, 1 de noviembre de 2011

894.- RAFAEL LÁINEZ ALCALÁ



RAFAEL LAÍNEZ ALCALÁ
Nacido en Peal de Becerro (Jaén) el 22 de Abril de 1899, Rafael Laínez realizó sus primeros estudios en la escuela nacional de su pueblo y continuó con el bachillerato en el Colegio de Jesús de Úbeda. En Baeza completa su etapa de bachiller en el Instituto General y Técnico de Segunda Enseñanza donde tuvo contacto personal con el poeta Antonio Machado.
Con trece años, Rafael Láinez comienza a publicar sus crónicas como corresponsal en Peal del periódico “La Regeneración” y a colaborar en la revista “Don Lope de Sosa” ambos dirigidos por Alfredo Cazabán Laguna.
A Madrid se traslada para obtener la licenciatura que se ve interrumpida por la Guerra de África en la que participa y desde la que envía crónicas de guerra. A su vuelta termina la licenciatura en Filosofía y en 1928 obtiene el doctorado con una tesis titulada Aportaciones a la biografía de Don Bernardo de Sandoval y Rojas, obispo de Jaén y arzobispo de Toledo y protector de Cervantes que sería publicada como ganadora del premio Larragoiti.
En este mismo año inicia su andadura docente, primero como profesor auxiliar de Historia del Arte en la Universidad Complutense y después en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando hasta pasada la Guerra Civil en que se incorporaría a la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. En 1945 obtiene su primera cátedra de Historia del Arte en la Universidad de La Laguna (Tenerife) pero no sería hasta 1949 cuando obtiene su cátedra definitiva en la Universidad de Salamanca. A partir de esta fecha comienza su época de mayor producción literaria y periodística además de fomentar también la divulgación del patrimonio artística gracias a su intensa actividad conferencial.
En 1969 fue nombrado hijo adoptivo de Salamanca con motivo de su jubilación. Láinez mantuvo siempre estrecha colaboración con Jaén, lo que le valdría para ser nombrado cronista honorario de Úbeda y miembro fundador del Instituto de Estudios Giennenses. En Madrid, es colaborador del Centro de Estudios Históricos, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
De su abundante producción literaria destaca sus trabajos para los periódicos : “La Regeneración”, “Patria”, “La Provincia”, “Paisaje”, “La Esfera”, “Anuario del Adelantamiento de Cazorla”, “Don Lope de Sosa” o la revista “Archivo Español de Arte y Arqueología”. En cuanto a sus obras mayores destaca su tesis, ya referida, y Pedro Berruguete, pintor de Castilla; ensayo crítico biográfico galardonado en 1934 con el Premio Nacional de Literatura.
Años más tarde de su muerte, el Ayuntamiento de Peal de Becerro adquiere su biblioteca y su archivo personal rescatando para su pueblo y para la comunidad científica un legado de gran valor."
Fuente: http://www.dipujaen.es/conoce-diputacion/areas-organismos-empresas/ieg/gestion-archivos/lainez-alcala.html



BAEZA, LA CIUDAD DEL SILENCIO

LA CIUDAD DEL SILENCIO

Estas viejas piedras,
que Baeza guarda,
son rico tesoro
de edades lejanas;
piedras que venero
cual reliquia santa,
porque soy amante
de mi vieja España.
.........................

Baeza la noble,
Baeza la hidalga
tus piedras son himnos
que la gloria cantan,
son páginas bellas
de historia olvidada;
trofeos gloriosos
que el tiempo dejara.



SOBRE EL POEMA
El poema anteriormente transcrito, al que Antonio Machado dio su visto bueno para la publicación primera en La Regeneración, está tomado del libro de MANUEL URBANO PÉREZ ORTEGA, Del Gaudalquivir al Tormes. Antología poética de Rafael Laínez Alcalá, Jaén, Diputación Provincial de Jaén, 1999, p. 31. Manuel Urbano escribe del mismo lo siguiente: "Resulta más que curioso, aleccionador, cómo en este primer texto poético de Laínez, de hexasílabos romanceados, se canta a la ciudad histórica con evidente pictoricismo, lo que será eje constante en su producción poética, como lo constituirá esa soledad en canto íntimo ante la piedra en buena parte de su hacer en los años de la república y primeros de posguerra. En otro orden de cosas, desconozco si a este primer texto, bastante poco primerizo, le sucedieron otros -lo que nada de extraño tendría- que vieran la luz en publicaciones giennenses y antes de que apareciese, en 1920, su primer libro, El Peregrino de Tíscar, impreso en Madrid y precedido por un prólogo del Marqués de Dosfuentes".
Publicado por ANTONIO CHICHARRO http://baezaliteraria.blogspot.com/2011/05/baeza-la-ciudad-del-silencio-el-primer.html






A José María de Navascués

Tembloroso, arrebatado
entre un palpitar de alas
rebeldes, contradictorias,
rompí los lazos que me atan
y en los altos corredores
de las mansiones violadas
contemplé nuevas estrellas
prendidas de nueva gracia.
-¡Socorro, grité a lo alto,
que se me quema la casa,
que se me pudren los ojos,
que las manos se me manchan,
que se atropellan mis labios
y que los pies no me aguantan!
En las manos una copa
se me llenaba de lágrimas...
Mi juventud dolorida,
sangre noble, viva llaga
siguió regando de gritos
las profanadas estancias
y sufrió burla tras burla
defraudaciones insanas.
Pero allí lejos lucía
el cáliz de fina plata
que con amorosas manos
Alguien colmó de palabras.
Y en signos de luz escritos
en los volantes del alma
se clavaron como gemas
los fervores de mis ansias.
-Sal al jardín, alma mía,
es primavera en las ramas,
y primavera en el cielo
y primavera en las aguas;
fiesta de la primavera,
primavera de la gracia;
y en soledad de ti mismo,
no tiembles, no grites, calla.
……………………………
Sentí una mano, en mi mano,
dulce que me acariciaba;
la penumbra del jardín,
colmena de miel dorada,
vertió su luz en mi pecho
al calor de unas miradas.
-Soy el camino y la vida,
soy la verdad de las almas,
me dijeron; quedé absorto;
el cáliz de fina plata
en mis manos era mío
y eran mías sus palabras.
En soledad y silencio
todo el jardín celebraba
fiestas de la primavera,
primavera de la gracia.

Rafael Láinez Alcalá,
Madrid, 9 de mayo 1937, de ocho a
nueve de la mañana








En Rumbos publica Láinez Alcalá el poema titulado
“Acordes toledanos” que va dedicado a Poli Domínguez Guzmán
y que está fechado en Toledo-Madrid en abril de 1935.
Puesto que puede tener interés para completar la bibliografía
de este autor, lo transcribimos a continuación:

¡Ay, cómo saben llorar
las cuerdas del violoncello!
Saben llorar como lloran
los hombres, muy en silencio.
Van de ronda a las plazuelas,
pueden asaltar conventos,
quemando en labios monjiles
la llama de sus arpegios;
y que las doncellas nobles,
desveladas de su sueño
en las velas de sus ansias
finjan barquitos veleros.
¡Que no quiero ser guitarra,
yo quiero ser violoncello!
Las manos que me acaricien
sabrán de todos los fuegos
y de primaveras largas
y de los otoños lentos,
sin que la copla plebeya
manche la luz de mis sueños.
Pero al final de la vida
cuando ya me esté muriendo
¡que me den una guitarra
para subir a los cielos!








GEOGRAFÍA SENTIMENTAL

A don Antonio Machado

El río Guadalquivir
tiene en la sierra una novia,
encerrada en los jardines
de las huertas de Cazorla.

El río Guadalquivir,
como un guerrero en la lucha,
tiene su dama en la Loma
entre las torres de Úbeda.

El río Guadalquivir
pasa entonando sus quejas
al recordar viejas glorias
por los campos de Baeza.

El río Guadalquivir
luce en su frente tres perlas
que brillan desde Cazorla,
por Úbeda, hasta Baeza.


El poema, aparecido en Vida Nueva, de Úbeda,
el 25 de septiembre de 1933, ha sido recogido
por Manuel Urbano Pérez Ortega en Del Guadalquivir
al Tormes. Antología poética de Rafael Laínez Alcalá,
Jaén, Diputación Provincial de Jaén, Instituto de
Estudios Giennenses, 1999, p. 139.





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