Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

domingo, 13 de mayo de 2012

1272.- JUAN MALPARTIDA





Juan Malpartida Ortega (Marbella, MÁLAGA 1956), es poeta, novelista y crítico literario.
Juan Malpartida reside en Madrid, donde se desempeña, desde 1990, como Redactor Jefe de la revista Cuadernos Hispanoamericanos.
“ Malpartida no duda en recoger el testigo de la tradición moderna, la herencia de los distintos ismos, del romanticismo en adelante, pero lo hace desde una distancia crítica que es, en rigor, conciencia de estar habitando un tiempo distinto, el tiempo del artista como un ciudadano más, alguien que participa de los ritmos y tensiones de la ciduadad moderna.” Jordi Doce
Fue coordinador de la revista de arte Galería. Ha colaborado con ensayos y crítica literaria en las revistas y culturales de periódicos: El Urogallo, Anthropos, Vuelta, Letras Libres (México), Sintaxis, Diario 16, Revista de Libros, Barcarola, Claves de Razón Práctica, RevistAtlántica, etc. Es colaborador semanal de crítica literaria del suplemento Cultural del Diario ABC y de la revista Letras Libres.
Conferenciante sobre temas literarios en diversas universidades españolas y extranjeras.

“ En Juan Malpartida giran y se entrelazan voces y ecos, formas y reflejos: el cuerpo que piensa, el pensamiento que encarna.” Octavio Paz

Premios
Premio Anthropos de poesía (1989)
Premio Bartolomeu March (2003), al mejor artículo de crítica literaria publicado en 2003, por «Ezra Pound en su laberinto».
Premio de poesía Fray Luis de León (2011), por su libro A un mar futuro (2012).

LIBROS:

Novelas
La tarde a la deriva (Galaxia Gutenberg, 2002).
Reloj de viento (Artemisa, 2008).

Ensayos
La perfección indefensa: Ensayos sobre literaturas hispánicas del siglo XX (FCE , 1996).
Los rostros del tiempo (Artemisa, 2006).
Al vuelo de la página: Diario 1990-2000 (Fórcola, 2011).

Poemarios
Espiral (Anthropos, Madrid, 1990).
Bajo un mismo sol (El tucán de Virginia, México, 1991).
Canto rodado (Pre-textos, Valencia, 1996).
Hora rasante (Ed. La Palma, Madrid, 1997).
El pozo (Pre-textos, Valencia, 2002).
Poesía 1986-1996 (Ediciones sin nombre, México, 2002).
A favor del tiempo: antología (FCE, México, 2007).
A un mar futuro (Visor, Madrid, 2012).

Traducciones
André Breton, El amor loco (Alianza Editorial, 2005).
T. S. Eliot, Obra selecta, traducción de Juan Malpartida y Jordi Doce (Círculo de Lectores, 2002).
Charles Tomlinson, La huella del ciervo/The Track of the deer (El castillo estrellado, Tenerife, 1994).



PUENTE

Mas allá de las manos, en lo oscuro,
presencia corporal resuelta en bruma,
a un mismo tiempo ángel y demonio,
siempre al borde de ser, nunca completa.

En la tensión tenaz que nos enlaza,
(más que dura maroma: espuma, viento)
hay un instante roto como astilla,
una grieta de luz que nos contempla.

La espiral ascendente de campanas,
entrechocadas aguas de mi empeño,
en la memoria canta su deriva:

un recorrer las voces en vigilia,
un rehacer lo hecho hasta inventarlo
bajo el blanco rigor del mediodía.

'El pozo', Pre-textos, 2002




DÍPTICO

II

Al sol, los pescadores
remiendan las redes deshilachadas,
las extienden contra la luz
observando celosamente
la exactitud de nudos, plomos y balizas,
y, sobre todo,
pulcros gramáticos del aire,
los innúmeros agujeros.
Oigo pasar la nada por las redes,
ese espacio desierto
urdido en la paciencia
de los días de arena.

'El pozo', Pre-textos, 2002





Ruego

Le pido que me dé la mano,
que ponga ojos a la piedra,
que diga lo que a nadie dice,
que no haga, en tantos momentos,
como si no me conociera,
le pido sol y pan y agua,
le pido que encienda la lámpara,
que al tiempo roce su presencia,
que me haga ver en este lado
el otro lado donde canta
la rima errante que nos sueña,
ante las palabras de vidrio,
rotas por la fría mirada,
otro saber que reconcilie,
en este cuarto de cemento,
el rumor lento de los pinos,
y frente al mar el mar le pido
para el desierto de mi frente.
No siendo fórmula ni cielo,
no siendo ley ni sustento,
a ti, tan próxima y lejana,
te pido siempre lo imposible,
este minuto que no pasa.


'El pozo', Pre-textos, 2002





Identidad

Estos muros que marcan el espacio,
cerrados al aire de la ciudad
y al azar de los pasos extranjeros,
estos muros, vertidos hacia adentro,
son la casa.
Paréntesis de cal,
por sus ventanas cae resurrecta
la mañana.
Del otro lado
cabrillea un bosque de voces,
árboles que caminan, se detienen
junto a la roja luz de los semáforos,
avanzan por la página, gramaticales
surtidores de fábulas,
la soledad y el roce de los cuerpos
buscando el rostro marcado en el sueño,
la salida, por el doble arco de tus ojos,
a un paisaje de mar sin peso.
Apoyado en la ventana, las horas
se ablandan a mi espalda.
Levanto la mirada, alguien me contempla
desde el opuesto muro de la calle.
Nos miramos por un instante
y sorprendidos
esbozamos un saludo, de muro a muro,
mientras gira el vacío en la conciencia.
Él o yo, me digo al tiempo que vuelvo
hacia la sombra de la casa.


'El pozo', Pre-textos, 2002





Método

Del pozo arriba, la sombra
y su desfondado rostro,

voz que en espiral asciende
hasta el brocal del ahora.

Caminé por un reflejo,
resuelto en piedra, ya polvo:

Resucitada presencia,
no por el hábil esguince

del agudo silogismo
y su trampilla de viento,

por un olor de acederas,
por un sabor de frontera
que se agita desde el fondo.


'El pozo', Pre-textos, 2002






DAGUERROTIPO CONVEXO DE JLB

Estás a solas en un cuarto urbano
y resuenan pasos entre tus versos:
son todos los tiempos y son ninguno,
son máscaras de sangre, silogismos.
Un sol ciego medita entre tus párpados,
levantas castillos en los que el huésped,
entre libros y espejos, enloquece.
La memoria hace recuento de ruina,
una página de no sé qué libro
anotada con fechas y señales;
la clara incertidumbre de quién yo sea,
el no saber quién el cuerpo ha tocado,
las largas tardes, jinetes de sombra,
y el paraíso como biblioteca.
Te fascinó la rota identidad
de la memoria, la duda, el fantasma,
las legiones del yo, la nadería.
Pero detrás del rostro que nos mira
está la muerte, no la rosa dicha
sino el cuerpo de Rosa redivivo:
cuerpo sin puñal, sangre sin herida,
puerta del laberinto de mí mismo
donde el sueño es certeza de la carne.
Te creíste demasiado tus enredos,
imperturbable y tenaz detective
de un crimen cometido en las palabras.
Del juego y de la nada enamorado,
no te respondió el otro sino el signo:
espejo que en espejo se devora,
laberinto sin fin ni minotauro.

Espiral (Anthropos, Madrid, 1990).





(Fragmentos)


Espiral:

Reconstrucción del tiempo

Escribir
como quien se despide,
el que zarpa en la noche
con la memoria incendiada
de su cuerpo.
Y sin embargo, después de todo,
seguir aquí,
en la mesa puerto,
en la mesa límite,
sin Ítaca ni paraíso ni solución,
oyendo, acariciando
el fulgor de la derrota.





Gravitación:

Niño

El viento abre una puerta,
no en mi memoria ni en tu casa
(bosque de sílabas, árbol inmenso):
en las ramas, el tiempo detenido
hace preguntas que no entiendo.





Bajo un mismo sol

Pasos

Pasos en el oído:
la lengua craquelada del otoño
en un instante de sangre.








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