Paqui Jiménez Yepes (Córdoba)
Edita junto con Ana Ibáñez la revista de Poesía Mediterránea 1994 ( Nº editados 4 ).
Participó en los Ciclos de Poesía Almazen ( 2004) y en Voces del Extremo : Poesía y vínculos Moguer 2011.
Pertenece al colectivo de Poesía 3 , junto a José Cañuelo, Enrique Pleguezuelo, Fernando Sánchez y Rafael Sierra, tertulianos de los Viernes, donde además de compartir amistad departen temas de Poesía e Intercambian versos.
Publicaciones.
Plaquette ´´Besana´´( 2004 )
Las estaciones del año contadas por un elefante. (2005)
La Playa Negra, nº 10 de la colección Sobre literatura (2011).
A Emily Brönte
Hoy conocí el reino de Anglia...
Y no puedo creer
que en esta lluvia continua
y de viento huidizo de Yorkshire
vagaras tú.
No puedo hallar
razón alguna
para que resbalara el hollín
de tu piel y en el aire limpio
estallara la tempestad infernal
que nunca se detiene.
Cómo pudieron despertar tantas rosas
en la fantasmagórica humedad de tu tejado.
Quédate siempre conmigo.
Toma cualquier forma
pero no me dejes en este abismo en que no
puedo encontrarte.
A Fellini
Cómo puede haber
tardes
tan inmensamente
tristes.
Fellini ha muerto y este cálido Otoño
se ha vuelto cada vez
más gélido.
En el valle de Rímini
entre viñedo y pomar
untamos de mosto y miel
nuestros labios para cantar.
Montaña adelante
enhebrando con aire
lirios de viento
"Amarcord
vuelve a pasar."
Mi padre era conductor de autobuses
y atravesaba un largo desierto
hasta llegar a la ciudad.
De los olvidos de aquellos fugitivos pasajeros
en compensación a sus largas ausencias
surgió mi afición a la lectura
y la oportunidad de estrenar paraguas
en las ocasionales tardes de lluvia.
Con el tiempo aprendí a interpretar las dobleces en las hojas
de los libros
de aquellos anónimos transeúntes.
También aprendí
que el nombre del desierto era Tabernas
“spaghetti western”
Y que la muerte tenía un precio
y que un monstruo de plástico
devoró las playas, se bebió los acuíferos
y subió por los montes a cuatrocientos metros de altura.
En los días de Luna hay un mar impostor que brilla.
De: La Playa Negra
Ciudad Juárez
Desde mi ciudad perdida
mientras creo la riqueza que reclama el universo
en la infame maquiladora
te digo:
vete a la chingada
botija bravera
eres pendejo y tiras de uñita.
Porque hoy solo tengo ganas de bailar cumbas y norteñas
con mi juarita
y hacer dulces en el desierto
fríjoles de amor y ensalada picante
porque ella es una estrella de mar fuerte y viva
que se regenera
y con cada pérdida
le vuelven a salir nuevos brazos.
Hoy el horizonte es nuestro
y el naranja del atardecer.
La única victoria posible
La única victoria posible
es la tela que tejo contigo
la música que te canto al oído
el nombre que te doy
la voz que te nombra
la muerte que no olvido.
He visto una hilera de hormigas
cruzar el horizonte entre las piedras
luchando entre los noticiarios
venciendo la muerte
enarbolando banderas de vida y libertad.
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